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Capítulo 10 ( Aterrorizada)🌹


Llegamos al hospital y está vez Leo no se queda en la camioneta sino que me sigue, no se de que me cuida pero en verdad se lo está tomando muy enserio.

El doctor entra a la habitación y nos dice que mamá ya está mejor, que ya puede volver a casa, enseguida comenzamos a recoger todo lo de mi madre que estaba en esa habitación para irnos, por fin respiro aliviada al saber que nos podemos ir de este hospital.

Leo ayuda a subir a mi madre a la camioneta, mientras yo subo sus pertenencias, la camioneta avanza hasta llegar a el lugar donde me atacaron anoche,  siento como mi corazón late más fuerte, trato de relajarme para no preocupar a mi madre que no sabía nada de lo que había pasado.

Las luces de patrullas de policía un poco más retirada del sitio donde me atacaron, hace que nos detengamos, había una cantidad de personas que estaban observando algo entre unos arboles, Leo intenta pasar muy despacio por aquella multitud que estaba en la calle, trato de ver lo que había entre esos árboles, pero se me hacía dificultoso  por las personas, hasta que logro detallar algo; debo decir que fuera preferido mejor no haber visto nada, había un cuerpo sin vida tirado entre los árboles.

Lo peor fue cuando vi el rostro de ese cadáver, era una mujer y para mi sorpresa ella era la chica que el asesino había matado frente de mí.

Me quedo impactada, siento como mis lágrimas salen sin control, yo había presenciado su muerte y no pude hacer nada. Volteo a ver a Leo y a mi madre que también estaban atónitos con la escena tan fuerte que teníamos frente a nuestros ojos.

— Amanda, ¿Qué tienes? ¿por qué lloras? — exclama Leo mientras toca mi cara.

— ¡Leo, detén la camioneta!.

— ¿Qué sucede Amanda? —  pregunta mi madre preocupada.

— ¡Leo, detén la maldita camioneta! — alzo mi voz y Leo se detiene.

Me bajo y me acerco poco a poco a la cinta amarilla que separaba a las personas del los policías y el cadaver. Paso por debajo de la cinta sin importarme que los policías me lo prohibieran, tenerla de cerca pude ver la herida en su cuello que le produjo la muerte, cierro mis ojos y viene a mi mente el momento cuando era asesinada, los abro lentamente estaban llenos de lagrimas que caen por mi rostro.

La chica tenía algo dentro de la boca y los policías se lo estaban intentado sacar, quedé boquiabierta cuando uno de los policía saca una rosa roja de la boca de la mujer. Ese hombre que me atacó y la mató a ella era el asesino que anda por el pueblo de Merrickville.

Sentí un sudor frío por todo mi cuerpo, en mis oídos podía escuchar un zumbido y mi vista se hizo borrosa, pensé en acercarme a unos pasos más y contarle a la policía que yo había visto el asesino de esa mujer.

Unas fuertes manos me detuvieron, volteo rápidamente para ver quién me sujetaba el brazo y me llevo la sorpresa que era Andrew, el chico que me había ayudado anoche, y lo que más me llamo la atención fue verlo vestido de policía.

¿Por qué si este tipo era policía no me había interrogado a noche? ¿Por qué se quedaría callado cuando su deber era investigar?.

Miles de preguntas se me vinieron a mi cabeza, ahora estaba más confundida que ayer, Andrew era policía y a noche no hizo nada para atrapar al asesino.

- Amanda, ¿Estás bien?, estás muy pálida – Andrew me sujetaba las manos, mientras sus ojos café me veían detenidamente – Estás temblando, cálmate.

- ¡Andrew¡ - susurro extrañada al verlo con el uniforme - ¿Tú eres policía?  – él me miró muy serio y no respondió a mi pregunta.

- Amanda, vamos al auto – dice Leo acercándose a mí y dándole una mirada de odio a Andrew. Cuando estos dos se veían sus miradas cambiaban completamente, los dos se veían como si querían matarse y ni si quiera se conocen para verse con tanto odio.

Leo me toma de la mano y me lleva lejos de ese horrible escena. En ese momento sentí que yo eran tan culpable como el asesino por haberme quedado callada y no decirle a la policía que yo había visto todo lo que sucedió con esa chica.

Llegamos a la casa y trato de calmarme para no preocupar a mamá, la llevo a su habitación y la dejo dormir, ya se habia agitado en el camino y eso no le sentaría bien.

Bajo a la sala donde estaba Leo en el mueble con su mirada al piso muy pensativo, lo observo ahí sentado y vuelvo a sentir esa duda hacia él que me perturba, esa corazonada que me dice que algo está mal en ese hombre, pero se desaparece rápido mi mal pensamiento cuando lo veo voltear hacía mí y darme una hermosa sonrisa.

— ¿Ya estás mejor?

— No, me siento culpable por no contarle a la policía que yo vi cuando asesinaron a esa mujer.

— ¿Le viste el rostro al asesino? — Leo pregunta nervioso hasta pude notar que palideció al saber que yo fui testigo de ese asesinato.

— No, no lo pude ver, pero estoy segura que tal vez si le doy las descripción de lo que pude ver de ese hombre lo logré atrapar…

— ¡Suficiente con eso, Amanda! —  Leo me interrumpe con un tono muy fuerte de voz que hizo que mi cuerpo sobresaltara —  Lo siento, no quise gritarte, solo no quiero que te involucres en ese problema, piensa en tu madre vas hacer que se preocupe por ti, acaso ya no es suficiente que esté mal con esa enfermedad para que se preocupe más.

— Mamá no tiene por que enterarse si voy a la policía.

— Ya no sigas con eso, no conoces a esa chica, no sabes qué clase de persona era.

— Eso no importa, no importa como fue su vida, de igual manera no mereció morir de esa forma ¿No crees?.

Leo se sonrió con malicia alejándose de mí mientras llevaba su mano a su cabello para desordenar sus suaves ondas.

Él a veces actuaba como si no le importaba las demás personas, era un chico solitario pero no quedaría mal ser un poco más empático con los demás.

Leo se queda en silencio por un momento con su mirada al piso como recordando algo, lleva su mano a su rostro y hace una pequeña sonrisa diabólica.

— Me voy, hablamos después tengo que resolver algo.

— No, espera Leo, necesito hablar contigo — Leo me ignora por completo y se va cerrando la puerta detrás de él.

No le importó para nada que lo intentara detener, solo salió con una expresión de rabia y sus puños cerrados, ¿Qué será ese algo que tiene que resolver?.

Cierro mis ojos y trato ya de no pensar en Leo y sus misterios, ya pensar en él hacía que me doliera la cabeza. Salgo al patio y veo a las gallinitas muy calladas y eso era raro en ellas siempre andaban revoloteando y haciendo ruidos, me le acerco con el alimento y veo como todas vienen corriendo, me asusto al verlas venir, lanzo el tazón con comida y todas salen corriendo desesperadas, se veía que verdad tenía mucha hambre, casi las pobres gallinitas me hablan y me agradecen por la comida.

“exagere verdad”.

Entro a la casa después de haber sido atacada por gallinas y me siento en el mueble a revisar mi celular, estoy entretenida chateando con papá, pero no le comento que mamá se había puesto malita para no preocuparlo, a lo lejos escucho la camioneta de Leo llegar, salgo de la casa y voy caminando con pasos rápidos hacía él. Me detengo al verlo bajar de la camioneta hecho una furia, golpeaba todo lo que veía, incluso su camioneta se vio afectada por ese ataque de rabia que tenía.

Me acerco poco a poco cuando ya lo noto más calmado, mi corazón latía fuerte, era la primera vez que veía a Leo actuar así y la verdad me asustaba, él estaba de espalda recostado en la camioneta, su respiración era agitada.

— ¡Leo! — le digo a unos cuantos pasos de él.

Él voltea a verme dejándome impresionada, no podía creer que ese era el chico que vi como un ángel cunado llegué a este pueblo, ahora lo que estaba viendo era  un monstruo, era un demonio. Su rostro lleno de golpes y sangre junto con esa mirada de psicópata se me clavo en el alma, esa mirada de verdad aterraba, lágrimas caen de mis ojos mientras veo a Leo acercarse a mí con una expresión de odio y demencia cerrando su puños con fuerza.

Al verme tan  cerca de él sujeta con su mano mi cuello tan fuerte que me cuesta respirar, parecía que no me reconocía, me estaba atacando como un cazador a su presa.

— Leo, Suéltame… Leo —  trato de safarme de su agarre, pero no puedo, su mano estaba fuerte en mi cuello y ya sentía que me iba a desmayar mientras esos ojos azules me aterrorizaban.



Nota de la autora🌹:

Hola mis queridos amigos, volví con esta nueva historia, que espero les este gustando, me gustaría saber ¿Qué opinan de Leo? ¿Qué debería hacer Amanda? Déjenme sus opiniones mis queridos lectores un fuerte abrazo a todos se les quiere un montón.

yiliGarcia 💖


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