55. La canción.
Agosto de 1964
Narra Paul
Desperté en la madrugada con una melodía dándome vueltas en la cabeza, era una melodía preciosa y no quería olvidarla. Debía ir al piano y tocarla en la realidad para que se guardara en mi mente para siempre.
Me levanté y vi que (TN) seguía dormida en nuestra cama. Habíamos vuelto a Estados Unidos para más conciertos y, como ella no tenía ninguna película por filmar, pudo acompañarnos.
Inicialmente Brian había pedido una habitación para ella y otra para mí, pues no quería que la prensa supiera que yo dormía con una chica que no era Jane Asher. (TN) se resignó con la idea de dormir separados, pero yo no. Así que tuve que rogarle a nuestro mánager que me dejara dormir con ella. Podía pasar el día en el estudio o con la zanahoria, pero la noche era el momento en que sabía con certeza que estaría con ella.
—Flashback—
—Brian, yo no puedo dormir lejos de (TN) —le dije.
—Claro que podrás, Paul —dijo con esa sonrisa que siempre ponía cuando intentaba convencernos—. No has pasado todas las noches de tu vida junto a ella, un par de noches más no te van a afectar.
—Las más felices y apasionadas sí las he pasado a su lado —admití, sonriendo lujuriosamente. El mánager rodó los ojos—. Además, mi intención es pasar todas las noches que me restan de vida junto a ella. (TN) es todo para mí, no puedo esperar para que llegue el momento en que estemos listos para casarnos.
—Tú estás con Jane en esto momentos, Paul —musitó Brian con preocupación—. Si la prensa sabe que duermes con (TN)...
—No tienen por qué saberlo —me crucé de brazos—. Jane está a millas de distancia, yo no diré nada y estoy seguro que ninguno de los demás dirá algo. Brian, por favor, sabes que (TN) es mi chica especial, no Jane.
—No, Paul —dijo—. Lo siento.
—Por favor, Brian —le pedí—. Voy a quedarme con ella de todas maneras, pero me sentiré más cómodo si tengo tu aprobación.
—No.
—Dejaré de quejarme de ser novio de Jane si dejas que se quede conmigo —le oferté.
Me miró a los ojos y suspiró, negando lentamente con la cabeza. Volvió a poner esa sonrisa para convencerme, pero conmigo no tenía ningún efecto.
—No lo harás aunque diga que sí —sonrió, parecía que todo el asunto de mi oferta le estaba pareciendo divertido—. Los conozco, les gusta quejarse de casi todo.
—Intentaré no quejarme —le aseguré—, pero sólo si dejas que (TN) se quede conmigo.
Suspiró pesadamente y asintió, resignado.
—De acuerdo —alzó las cejas—, pero quiero que (TN) tenga todas sus pertenencias en la otra habitación, así el personal del hotel no tendrá sospechas y este asunto se quedará entre nosotros.
—Igual que siempre, Eppy —dije entre dientes.
—Fin Flashback—
Fui hasta el piano que habían puesto en mi suite y acaricié las teclas con elegancia, deleitándome con el maravilloso sonido. Suspiré y comencé a tocar la hermosa melodía que había soñado. No estaba muy seguro, pero sospechaba que se trataba de una de las tantas que mi padre solía tocar en la reunión familiar de Año Nuevo. Me parecía imposible que una canción tan completa hubiera salido de mi sueño.
Me encogí de hombros y continué.
—Es hermosa, Paul —escuché la voz de (TN) a mis espaldas—. Suena algo nostálgica, pero es grandiosa.
—No era mi intención despertarte, preciosa —me di media vuelta para mirarla—. Vuelve a la cama, prometo ser más silencioso.
—No te preocupes, Paulie, me alegra haber despertado —sonrió con timidez—. Eso que acabas de tocar es una hermosa obra maestra, ¿será para el próximo álbum?
—Yo...eh...no lo sé —me encogí de hombros—. Ni siquiera tengo la certeza de que sea mía, es algo muy extraño, tengo la sensación de que es una canción de mi padre, pero no lo sé. Soñé con la canción y necesitaba tocarla al menos una vez para que no se me olvidara.
Me levanté y fui a abrazarla, luego comencé a besarla. Ella correspondía a mi beso, me encantaba. Nuestras lenguas estaban disfrutando de una maravillosa danza llena de deseo y amor. La atraje hacia mí e intenté desabrochar su pijama, pero ella me lo impidió.
— ¿Qué ocurre? —le pregunté.
—Hoy no, Paul —musitó.
— ¿Tienes el periodo otra vez? —cuestioné.
—No tengo ganas —sentenció.
—Bueno, entonces volvamos a dormir.
Asintió y regresamos a la cama.
Ella recargó su cabeza en mi pecho y así se quedó dormida. Yo me sentía muy frustrado, desde que Jane era mi "novia", (TN) se había negado cada vez más a que le hiciera el amor. Odiaba que me rechazara, eso sólo ocasionaba que mis testículos dolieran y tomaran un tono ligeramente azul porque mi cuerpo se había excitado, pero no había experimentado el orgasmo.
— ¿Acaso ya no me quiere como antes? —pregunté a la obscuridad de la habitación, sabiendo que no iba a obtener una respuesta.
Narra (TN)
Desperté y vi que Paul no estaba junto a mí. Me levanté, tomé un baño y me vestí para luego bajar a desayunar. Los chicos estaban desayunando junto con Brian. McCartney me miró con una tímida sonrisa. Fui a sentarme a su lado y enseguida me trajeron el desayuno, al parecer ya habían ordenado por mí.
—Buenos días, preciosa —me susurró Paul al oído—. Espero que no te moleste que haya pedido tu desayuno, creí que despertarías con hambre y, bueno, el servicio no es muy rápido.
—Gracias, Paulie —sonreí.
—Quiero hablar contigo después del desayuno, (TN) —me dijo Brian.
—Está bien —respondí, sintiéndome nerviosa al segundo siguiente.
No quería hablar con Brian. Había intentado evitarlo desde que tuvo la brillante idea de que Paul y Jane se hicieran novios para que el grupo tuviera más fama. En cierto modo lo entendía, sabía que el mánager tenía razón: todo el mundo hablaba de la magnífica pareja que hacían McCartney y Asher; pero Paul era mi novio, él decía que me quería a mí, no a Jane.
Los chicos terminaron de desayunar y dijeron que saldrían a dar un paseo por Nueva York. Brian les había conseguido guardaespaldas, así que no se opuso a la idea. Epstein esperó a que terminara mi desayuno y fuimos a una especie de área privada que tenía el hotel para poder conversar sin que nadie nos interrumpiera.
—(TN), sé que te debo una gran explicación y disculpa —habló Eppy—. He intentado acercarme a ti para hacerlo, pero todas las veces que lo hice, surgía algún inconveniente que me impedía hablar contigo.
— ¿Sobre qué, Brian?—cuestioné, fingiendo no saber a qué se refería.
—El asunto de Jane y Paul —dijo en voz baja.
—Ah, sí, Paul ya me explicó —musité, como si no tuviera importancia y queriendo parecer fuerte.
—No quiero lo culpes de esto —me pidió—. No es culpa de él, tampoco mía.
—Yo no lo estoy culpando —respondí, alzando una ceja—. Aunque... si tampoco es culpa tuya, ¿de quién es, entonces?
—No puedo decírtelo —negó con la cabeza.
Fruncí el ceño y me crucé de brazos. Estaba más claro que el agua que me estaban ocultando una parte importante del asunto de "Paul y Jane", pero estaba casi segura de que no podría hacer que Brian me lo dijera.
—Sé que estás confundida —dijo, intentando sonar comprensivo—, pero no puedo decirte muchas cosas, (TN). Lo único que puedo decirte es que Paul te ama como pocos seres humanos son capaces de amar.
—A veces es difícil creerlo, Brian.
Me encogí de hombros y decidí salir del hotel para dar un paseo por la ciudad en la que nos encontrábamos. En Estados Unidos se sentía mucha más libertad que en Inglaterra y eso me encantaba, conocer nuevos entornos era una de las cosas que más me gustaban cuando acompañaba a los chicos en sus viajes de trabajo.
Entré a varias tiendas para comprar regalos para April y también para Mimi, John, Cynthia y Jules. Ellos eran como mi familia y los extrañaba muchísimo. Pero, sin lugar a dudas, extrañaba más a mi mejor amiga, contándome las novedades de la ciudad y los mejores chismes.
A veces me arrepentía de haber dejado todo para acompañar a los chicos a Londres. Si jamás hubiera dejado Liverpool, tendría una vida menos complicada y con más estabilidad emocional.
Sentí deseos de llorar y corrí hasta el teléfono público más cercano para llamar a April.
— ¿Diga? —sonaba somnolienta.
—Hola, April —saludé, sonriendo un poco—, soy (TN), quería hablar contigo.
—Sé que eres tú —mi mejor amiga rió—, sólo hay una persona en el mundo con la que, incluso llamando a estas horas de la mañana, no me molestaría. ¿Pasa algo malo?
Suspiré y no pude contener más las lágrimas.
—Ya no soporto esto, April —le confesé—, odio ver el nombre de Paul y el de esa estúpida pelirroja juntos todo el tiempo, detesto que los reporteros se acerquen a él y le pregunten por ella. ¡No es justo! Mi relación con él lleva mucho más tiempo y nunca nadie le preguntó por mí.
—Tranquila, (TN) —April chasqueó la lengua—. Tú sabes lo mucho que Paul te ama a ti y sabes el motivo por el que debe aparentar estar saliendo con Jane, no tienes por qué ponerte así. Él sigue a tu lado y complaciéndote en la cama, es un hombre fiel. ¿O acaso sospechas que está acostándose con Jane?
—No, él sólo lleva a Jane a lugares donde hay muchas personas —tragué saliva y limpié las lágrimas que había en mi rostro—, sería imposible que estuviera engañándome de esa manera.
— ¿Lo ves? —casi podía ver la sonrisa de mi mejor amiga—. Paul te ama a ti y sólo a ti. Lo de Jane es sólo temporal, te aseguro que cuando tenga la oportunidad de terminar con ella, lo hará.
—Creo que necesitaba que alguien ajeno a esto me lo dijera, April —le confesé—. He estado caminando por la ciudad sin entusiasmo, pensando en todo y en nada al mismo tiempo.
—Entonces me alegra mucho que me hayas llamado —dijo April—. Sabes que siempre puedes contarme de tus problemas, sin importar la hora que sea, para eso estamos las mejores amigas, (TN). Ahora, necesitas tranquilizarte por completo antes de volver al hotel, Paul se pondrá histérico si descubre que has estado llorando.
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