29. Té matutino.
Diciembre 12
Narra John
"¡El cumpleaños de hermanita!"—fue lo primero que pensé al abrir los ojos.
Aún era temprano y tenía la seguridad de que ella seguía durmiendo. Siempre había sido más floja que yo en cuanto a la hora de levantarse. Bajé a la cocina y me di cuenta de que Mimi tampoco se había levantado.
Puse agua en la tetera para tomarme un té, después me pondría manos a la obra. Había planeado hacerle un desayuno especial a hermanita, pero eso tenía que ser un poco más tarde porque no quería que se enfriara. Suspiré con pesadez, no podía creer que hermanita ya tuviera diecisiete años.
Me disponía a encender la estufa cuando escuché que alguien llamaba a la puerta, por lo que dejé todo y fui a abrir la puerta. Noté que Paul se sobresaltó un poco por haberse tratado de mí.
—Eh...hola, John —dijo, sus nervios eran evidentes.
—McCa... ¿qué haces aquí tan temprano? —cuestioné—. Hoy no vamos a ensayar ni a tocar en ningún sitio, es cumpleaños de hermanita y voy a estar con ella todo el día.
—Lo sé, John —musitó—. Por eso vine. Quería felicitar a (TN) y ver si quería salir a dar un paseo conmigo porque yo...quiero decirle algo más. Aunque, bueno, antes quiero hablar contigo sobre eso.
Fruncí el ceño y esbocé una sonrisa fingida mientras asentía e invitaba a Paul a tomar una taza de té. Cuando nos sentamos, vi que McCartney se ponía todavía más nervioso. Comenzó a tararear algo sin sentido y no podía mirarme a los ojos.
—John...yo...tú sabes que quiero mucho a tu hermana.
—Ajá —dije restándole importancia, recordando todas las veces que había salido con ella en los últimos meses. Desde que (TN) le había contado todo, Paul y ella se habían vuelto tan inseparables como Cynthia y yo—. Eres su mejor amigo, es natural. Los mejores amigos son así para toda la vida. Se quieren mucho, siendo los mejores amigos, comprendo, mejor amigo de hermanita.
Esperaba que con todas las veces que dije "mejor amigo" desistiera de lo que creía que me iba a decir, pero en lugar de eso, le brindó el coraje que necesitaba para enfrentarme.
—Me gusta (TN), John —me confesó de golpe—. Y quiero pedirle que sea mi novia.
El temible día había llegado. Siempre supe que llegaría, pero nunca quise que lo hiciera. Sabía que hermanita tendría novio algún día, aunque yo seguía negándome a aceptar la idea.
—Y... ¿por qué me dices a mí? —le pregunté, sintiéndome incómodo.
—Pues porque...
— ¿Acaso pretendes pedirme que sea tu novio, Paul? —cuestioné con enojo, cruzándome de brazos—. Porque yo no soy ella.
Quería que se fuera. No es que odiara a Paul ni nada parecido, pero en esos momentos era una amenaza para mí. Sentí que debía impedir a toda costa que McCartney hablara con hermanita; debía impedir que cualquier chico hablara con hermanita con alguna intención que fuera más allá de una amistad porque no quería que ella saliera lastimada por nadie. Ese era mi trabajo de hermano mayor, después de todo.
—Cálmate, John —me pidió Paul, con esa estúpida sonrisa de niño bueno que tenía—. Sólo quería que estuvieras enterado de mis planes. Es todo.
—Pues...pues...hermanita está dormida y no pienso despertarla.
—Volveré más tarde, entonces —se encogió de hombros, era como si sus nervios hubieran desaparecido—. Tanto Mike como yo vendremos a la comida que harán por el cumpleaños de (TN).
Maldije entre dientes, pero él no lo notó. No contaba con eso. Comencé a pensar en qué tan posible era cancelar la fiesta a esas alturas. No quería que Paul tuviera la oportunidad.
"¿Y si te resignas a la idea de que (TN) ya es lo suficientemente grande como para tener novio? Piensa, John. Paul es un buen chico."—mi conciencia me decía.
— ¡No, eso jamás!
McCartney frunció el ceño y me miró confundido. En ese momento me di cuenta que había hablado con mi conciencia en voz alta.
— ¿No quieres que vengamos? —me preguntó.
Me llevé una mano a la frente con mucha fuerza y negué con la cabeza mientras que mis impulsos me pedían que le dijera que no lo quería en la fiesta de hermanita con las intenciones que tenía.
—Olvídalo, McCa.
—Por lo menos ya estás portándote más amable conmigo —me dijo—. John, debes entender lo que te digo. Yo quiero que (TN) sea...
—Y dale con lo mismo —musité y me levanté para servir el agua para el té—. Ya te dije que yo no soy ella como para decirte si quiero o no.
Paul se levantó de su silla y se puso detrás de mí. Estaba tan cerca que casi podía sentir su respiración en mi cuello.
— ¿Eso es un sí? —preguntó con un tono infantil.
—Eso es un "a mí no me preguntes", ¿comprendes?
Se rió un poco y le di la taza para que se sirviera su té. Cuando terminó de prepararlo, volvió a tomar asiento. Miraba a la pared, como si estuviera pensando en algo realmente importante.
— ¿También te enamoraste de mi pared?—le pregunté en con mi tono burlón.
Me fulminó con la mirada.
Cuando se terminó su té y advirtió que hermanita aún seguía dormida, decidió irse. Miré la hora: nueve y treinta de la mañana. Ya era hora de que hermanita se despertara. ¡Y yo todavía no había preparado su desayuno!
Mimi se levantó antes que (TN) y me ayudó un poco para que estuviera justo a tiempo. Tomé el plato y la taza de té, antes de subir a su habitación. Cuando abrí la puerta, ella despertó.
—Buenos días, bella durmiente.
—Buenos días, Johnny Boy —me dijo antes de bostezar.
—Eres increíble, hermanita —me reí—. Duermes como un oso. Pero, bueno, no quiero discutir contigo en tu cumpleaños. Te traje esto.
Le entregué su desayuno y se puso muy feliz, me dijo que era el mejor hermano del mundo y que me quería mucho.
—Come tu desayuno, hermanita, porque hay cosas que hacer para la fiesta de hoy en la tarde.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro