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Capítulo XII

Eres un idiota...
Todos te odian
te desprecian,
les das asco.

¿Es que acaso no lo ves?

Está fingiendo amarte.
Tiene un as bajo la manga.

Y tú te niegas a creerlo.

¿Por qué simplemente no te quitas la venda de los ojos y ves con claridad lo que tienes en frente tuyo?

ÉL ES UN DEMONIO.

Kenneth se despertó de golpe.

La oscura habitación en la que se encontraba se iluminó por unos segundos gracias al relámpago que cruzó el cielo, producto de la violenta tormenta que había arribado en la ciudad esa misma noche. El sonido de aquél rayo golpeando de forma brutal contra el suelo de algún lugar, logró despejar su mente de manera repentina.

McCormick trató de regular su respiración. Su cuerpo entero temblaba y sudaba, su corazón latía con vigor contra su pecho mientras que una amarga sensación se acumulaba en su estómago. Intentó tranquilizarse, solamente había sido una horrible pesadilla. Una pesadilla en la que pudo sentir absolutamente todo. Donde creyó por un momento, que lo que se generaba en su sueño, era real.

Una vez que los latidos de su pecho volvieron a su ritmo normal, sus ojos azules recorrieron todo el cuarto, oyendo y disfrutando a la vez, el suave sonido de las gotas de lluvia chocando contra la ventana. Su mirada finalmente se centró en el cálido cuerpo que se encontraba a su lado y sonrió. Inclinándose con cuidado para no despertarle, Kenneth admiró aquél angelical y tranquilo rostro dormir. Observando como esos labios, que parecían frágiles, estaban entreabiertos, dejando pasar el aire que necesitaba para respirar. Miró cada imperfección de su piel, pero su atención se fijó en aquella cicatriz que cruzaba su ojo derecho.

El Alfa hizo una mueca. Leopold raramente hablaba de su pasado. Tampoco daba signos de que realmente le gustara hablar sobre ello. Generalmente, esquivaba tener que hablar de algo relacionado con su adolescencia o, incluso, de su niñez. Parecía que no se sentía cómodo.

¿Qué tan traumático podría ser su pasado como para ocultarlo de esa forma?
Sea cual sea, solo esperaba que aquél pequeño y dulce ángel no haya tenido un pasado como el suyo; abrumador y oscuro.

Cerró los ojos al mencionarlo dentro de su mente. Vagos recuerdos ahogaron su cabeza, vagos recuerdos que no quisiera revivirlos.

Stuart McCormick nunca fue el padre ideal que una familia podría haber esperado: era un alcohólico y un abusivo. Kenneth todavía podía sentir los gritos de su madre diciéndole a Kevin, su hermano mayor, que los saque a él y a su hermanita fuera de la casa por culpa de los constantes abusos de su padre. Y todo empeoró, cuando Stuart conoció a la sombría familia de narcotraficantes Broflovski. Quiénes habían tomado la decisión de dejarles en sus manos, mucha hierba a cambio de objetos preciosos que Carol McCormick se dedicaba a robar.
     No obstante, no todo fue tan malo como el rubio se imaginó desde un principio. Kyle era un omega algo tímido pero extremadamente listo y astuto, quién se terminó convirtiendo en su primer novio durante el trayecto que recorrían a través de la secundaria.

Pero como era de esperarse de un hijo de traficantes, su pareja terminó cayendo en la profunda adicción de las drogas. Kenny se lamentaba las veces en las que se dejaba guiar por su novio para fumar un poco de hierba, aunque debía admitir que el mundo que aquella sustancia tóxica le brindaba era relajante y que, logró, de alguna forma, cambiar su estilo de ver el mundo.

Para fortuna de McCormick, el Alfa de ojos celeste logró salir de aquella peligrosa adicción. Pero para Kyle, no lo fue. De hecho, hasta el día de hoy, donde ambos terminaron por formar una simple amistad sana y trabajan para una de las manadas más famosas de superhéores, el pelirrojo judío sigue en rehabilitación (dato que se le fue ocultado inmediatamente a los demás integrantes para no crear escándalo ni rumores).

一¿Sucede algo, Kenneth? 一la suave y dormida voz de Butters lo sacó de sus pensamientos.

一Nada. Solo estaba pensando. 一contestó, sacundiendo la cabeza. Haciendo que todos aquellos pensamientos abrumadores se esfumasen一. Lamento si te desperté.

El rubio negó con una débil sonrisa.

一No, no te preocupes. 一dijo, incorporándose en la cama. Sentándose en la misma一. ¿Qué hora es?

一Debe ser tarde aún... hasta tal vez nos de tiempo de pegarnos otra movida... 一murmuró Kenny con lujuria, mientras rodeaba con sus brazos el esbelto cuerpo del menor.

Una risilla tonta se escapó de los labios de Butters. Kenny se avalanzó sobre él quedando arriba suyo, repartiendo pequeños besos y mordidas en la piel de su cuello, arrancándole algunos excitantes suspiros. Sin embargo, aquél ambiente que comenzaba a tornarse erótico se vio interrumpido por el tono de llamada que le pertenecía al móvil del Omega. Este, rápidamente, giró su vista hacia el aparato electrónico. Que no paraba de vibrar sobre la mesilla de luz.

一Maldita sea, Butters. 一refunfuñó el mayor al ver que su amado se disponía a contestar一. Son las cinco de la mañana, ¿quién te está llamando a esta hora?

El nombrado solo le dedicó una mala mirada, a lo que Kenny entendió que debía apartarse un poco de su cuerpo. Una vez que se acostó a su lado, clavó su mirada en él. Esperando a que contestase.

一Craig, espero que tengas una muy buena razón para llamarme a esta hora de la madrugada. 一habló Stotch en un tono frustrado, fruciendo el ceño.

McCormick se sorprendió al escuchar aquél nombre. Pero se sorprendió aún más al ver la actitud que había tomado el menor, siendo que lo conocía como una persona tranquila y amigable.

一¿Qué quieres qué? 一cuestionó el menor de edad, alzando una ceja. Parecía molesto一. Yo... Agh, bien. Estaré allí en unos minutos.

Los ojos de Kenneth se abrieron de asombro. Sus signos vitales reaccionaron cuando notó que Leopold se había levantado de la cama a recoger sus cosas. Frunció el ceño y se sentó en la cama.

一¿Quién es Craig? ¿Por qué te llamó? Y... ¿a donde vas? 一preguntó, sintiendo una fuerte punzada clavarse en su pecho.

一Craig es solo un amigo... Y... bueno, ah, necesita mi ayuda con algo. 一contestó el Omega, poniéndose los zapatos todavía de pie一. Y-ya sabes, él... tiene problemas familiares... Sí, eso.

Pero aquél tono inseguro y nervioso no pasó desapercibido por Kenny.

一Ajá... No has respondido mi última pregunta.

一P-pues... Voy a su casa... 一comentó en un tono bajo, ya buscando su abrigo.

Ante esa respuesta, el Alfa gruñó y se levantó violentamente para caminar hacia donde estaba su amante. Donde lo tomó de la muñeca, clavando sus uñas en la misma.

一Tú no vas a ir a ningún lado.

Ese cambio brusco de actitud alertó a Butters. Quién se liberó del fuerte agarre del mayor y retrocedió unos pasos, intentando descubrir qué era lo que ocultaba esa oscura mirada azul.

一¿Qué dices? Yo puedo ir a donde quiera, Kenneth. No eres nadie para detenerme. 一habló el omega, sin notar que estaba sacando la parte de su personalidad que no era la correcta.

一Mira, escúchame. 一comentó de mala gana el de mayor altura, tomando del brazo a quién consideraba su pertenencia一. Tú te vas a quedar aquí, y si quieres ir con ese imbécil, te voy a acompañar.

Leopold frunció el ceño. No estaría entendiendo la personalidad de McCormick. Quiso apartarse, pero el agarre del otro era mucho mas fuerte.

一Suéltame. 一ordenó Butters一. Suéltame porque juro que haré lo que debí haber hecho hace años.

Y de repente, Kenny sintió como su cabeza había hecho un 'click', que logró dejarlo desconcertado por varios segundos.

Ahí lo tienes.
¿Acaso no es él?

Tu mayor enemigo.
La persona que más amas es lo que
más buscas destruir en este asqueroso mundo.

Que injusta es la vida, ¿no crees?

Sin embargo, era demasiado tarde para reaccionar. Puesto que Stotch, ya había sonreído de manera escalofriante y un pinchazo se clavó en su muñeca.

一¿Qué...? 一pronunció. Y sintió que sus piernas temblaban y su cuerpo entraba en un estado en el que no podía sentirlo.

一Has tardado mucho en darte cuenta... ¿no crees? 一dijo con un tono cínico, mientras que la aguja se enterraba en su brazo con más fuerza, buscando llegar a sus venas一. Lo he logrado... Mysterion.

.
.
.
.
.

.

Deep Woods.
11:11 P.M
8 de Noviembre.

El pelirrojo suspiró a la vez que intentaba tranquilizar su respiración, la cual era acelerada gracias al nerviosismo que era producido por el escalofriante ambiente en el que estaba. El frío se colaba cruelmente por los poros de su pálida piel, era una noche helada y no sabía muy bien el por qué se encontraba allí. Aquél bosque no era un lugar bello como para encontrarse con un amigo en medio de la noche. Y Kyle lo sabía, pero estaba demasiado drogado como para pensar.

Sombras, susurros, pisadas... llegó un momento en el que ya no sabía si era producto de su imaginación o si realmente eran reales.

Con la visión un poco borrosa, volvió a sacar su móvil de su bolsillo y revisó una vez más el mensaje de texto que Kenneth le había enviado cuarenta minutos antes.

Kenny.

"Espérame en la entrada de Deep Woods.
Tienes que llevar puesto tu traje de superhéroe.
Nos vemos allí en media hora. :)"

Kyle no entendía, ¿cuál era la necesidad de pedirle que usase su traje especial?

一Ah, no puedo con esto... 一se dijo a sí mismo, sintiendo como la ansiedad y el nerviosismo subían por su sangre contaminada. El sonido de los búhos lograban ponerlo más ansioso de lo que estaba一. Solo un poco...

Luego de asegurarse de que nadie se encuentre a los alrededores (solo él, los animales y los espíritus de la gente muerta) decidió sacar un poco de hierba de manera rápida. La cual estaba envuelta en una pequeña toalla.

Pero fue interrumpido cuando un cuerpo cayó desde el cielo a unos pasos suyos. El miedo proyectado por la repentina aparición de este, no lo dejó ver del todo quién era. Pero pudo intuir que era su mejor amigo.

¿Quién más estaría allí?

一¡Ah! ¡Mierda, Kenny! ¡Me has asustado, pedazo de imbécil! 一gritó Human Kite mientras dejaba caer el porro a sus pies.

Kyle lo recogió un poco apenado. Le había prometido al Alfa no volver a consumir drogas.

一Mira Kenny. Sé que te prometí no fumar por un tiempo y que... Un momento, ¿Kenny? 一cortó sus propias palabras al ver que el otro se acercaba con pasos largos y en silencio.

Finalmente, el de ojos verdes centró su atención en la figura masculina que se suponía que era conocida. Pero se dio cuenta que, aunque esta persona llevase el mismo traje que usaba Mysterion... no era él. Un poco asustado, trató de sacar de sus bolsillos sus armas especiales, pero se tragó una maldición al notar que no estaban.
    Retrocedió. Sentía su cuerpo ser preso del horror y del miedo, su mente se había quedado en blanco y su corazón latía acelerado por culpa de la intensa mirada que aquellos ojos le brindaban. Se sentía una presa que estaba a punto de morir.

一Te caracterizas por ser una persona que siempre dice que no se debe fiar de ni siquiera un amigo... 一habló alguien a sus espaldas. Logrando que se diese vuelta de forma brusca. La oscuridad del bosque no le permitía identificar el otro sujeto一. Pero creo que te has tragado tus propios consejos.

Un grito se escapó de sus labios, fue en un tono tan alto que sintió como su garganta se desgarraba con fuerza: algo filoso y extremadamente largo atravesó su pecho duramente. Intentó moverse, pero el estar bajo el efecto profundo de la droga y el dolor inmenso mezclado con el miedo, no le permitió reaccionar a tiempo. Menos cuando el flash de una cámara cegó por unos segundos sus ojos. Los cuales comenzaban a perder la vista al mismo tiempo que su cuerpo dejaba de responder.

一Que lástima que Kenny jamás sepas lo que le ocultaste... 一habló la figura que finalmente se iluminó gracias a la tenue y blanca luz de la luna一. Muérete, maldita rata judía.

Eso fue lo último que Kyle escuchó antes de que sus ojos llenos de lágrimas se cerraran para siempre.

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Recuerden que los amo. ♡

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