"Del amor al odio hay solo un paso"

El amor... Oh, el amargo amor. Aquél que te hace sentir como una pluma viajando a través del viento: suave y ligero, creando en tu podrida mente crueles sueños y falsas ilusiones, el que te hace sentir el arte más bello de todos o la flor más colorida del jardín. Pero que también es el que te rompe en miles de pedazos irreparables con tan solo un golpe, como si tú fueras una caja de cristal que apenas puede ser tocada. Y en parte, era verdad. Los humanos eran seres increíbles, fuertes, inteligentes, pero que no podían vivir sin algún cariño ajeno. Necesitaban ser dependientes de alguien, dependientes de algún amor. Y, a veces, ese único sentimiento de calidez que una determinada persona te regala, es lo único a lo que te puedes aferrar para no caer en un oscuro e interminable abismo.

No obstante, Kenneth también sabía que entre el amor y la obsesión había una muy delgada línea.

La calidez que Butters le daba no se asemejaba a la de ninguna otra persona con la que haya estado a lo largo de la vida. Las personas podían desnudarse sin mostrar su piel, pero era extremadamente difícil encontrar a una persona con la cual poder mostrar la otra parte de tu piel. Tu verdadero yo. McCormick jamás había llegado a tal punto, le daba miedo, porque pensaba que si mostraba su verdadero ser las personas terminarían por huir. Pero con Stotch fue diferente, él seguía a su lado a pesar de todo.
        Kenny debía ser sincero con él mismo; todavía no sabía lo que sentía por el pequeño Omega. Pero fuese lo que fuese, comenzaba a afectarlo de una manera que estaba atormentándolo. Porque lo único que hacía cada vez que se levantaba a la mañana, o cada vez que almorzaba a la tarde o cada vez que se iba a dormir a la noche luego de haber cenado, era pensar en él y en todas las posibilidades de estar junto a él.

Quería protegerlo de toda maldad que se arrimase, quería que nadie lo tocase, que solamente él pudiera ver esa sonrisa tan cariñosa y dulce que Stotch poseía.

Quería que Butters sea suyo. De nadie más.

Simplemente el pensar que Leopold podría estar viéndose con alguien más, que aquellas miradas llenas de amor y pasión mezcladas en esas joyas azules eran para alguien más, una ira incontrolable y pura dañaba a su roto corazón. Le enfermaba, lo destruía. Era una sensación que lo atacaba constantemente; a tal punto de querer estar presente en la vida del Omega a cada rato, a cada segundo, a cada minuto y a cada hora, asegurándose de que ningún otro Alfa lo mire o lo toque.

Eran pensamientos extraños que a Kenny le generaba cierto miedo. Porque Butters logró ocupar tanto su mente que ya casi había dejado olvidado, en algún lugar de su mente, el fallecimiento de sus hermanos y el encarcelamiento de sus padres.

Pero en esos momentos, lo menos que debía concentrarse era en aquél Omega, sino, en su trabajo. Como investigar el extraño caso de la desaparición de Tammy Warner, por ejemplo.

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??? de South Park.
3:45 AM.
4 de Noviembre.

Leopold fijó su vista en las pequeñas letras de las hojas pertenecientes al archivo que Token Black le había entregado para que las leyera con cuidado. Resopló, sin entender lo que el otro trataba de decirle. Alzó su vista hacia él, buscando alguna respuesta en la mirada ajena.

一No entiendo, ¿qué rayos quieres que haga con él, Black? 一recriminó, alzando una ceja junto a una expresión cansada一. No es a quién necesito.

Token sonrió con malicia y se acercó al villano con lentitud. Una vez a su lado, miró divertido la fotografía archivada a las hojas.

一Tú no. Pero yo sí. 一dijo, sin quitar su sonrisa y logrando captar la curiosidad del Omega一. Mi ayuda tiene un precio, lamento no habértelo dicho antes.

一¿Qué? Pero se suponía que一...

一Lo sé. Sé lo que dije. 一interrumpió el de piel oscura, cerrando los párpados por unos segundos. Formulando una respuesta para el menor一. Pero hubo un cambio de planes: estoy viendo que realmente necesito más cosas, que no son fáciles de conseguir y te explicaré el por qué.

Chaos arrugó la frente y frunció los labios, observándolo fijamente.

一Como tú sabes, mi querido Leopold, nosotros ya hace mucho que estamos pactando con entes y peligrosos demonios. Pero no es suficiente, necesitamos más.

El de ojos claros abrió los ojos con sorpresa pero mantuvo fija la posición de sus cejas.

一Nosotros queremos invocar a algo más grande que al padre de Damien... 一habló el azabache, ya abriendo los ojos y mirando a Butters一. Y para eso, necesitamos muchísimas cosas. Como por ejemplo, el cuerpo putrefacto de una bruja, o la sangre de un drogadicto o los ojos de un sacerdote pecador,

Leopold apretó sus labios. Comenzaba a entender por donde iba Token, sin embargo, no estaba muy seguro de querer seguir sus órdenes. Después de todo, un paso en falso y podría quedar hundido.

一Lo único que nos falta es la sangre de un drogadicto... 一su mirada se desvió a la foto, posó un dedo delicadamente en la misma一. Y unos químicos que Tweek podrá conseguir fácilmente. Pero necesitamos urgentemente la sangre, ya que la marihuana tiene una esencia que debilita el ambiente, lo baja. Haciendo que la capa que nos separa del otro lado sea más débil y el llamado a nuestro objetivo sea más fuerte. ¿Entiendes?

El rubio asintió, callado. Intentando procesar todo lo que ha escuchado. Iba a preguntar qué iban a hacer con ese "llamado", pero prefirió dejarlo así. A ciegas.

A veces, hay cosas que son mejor no saberlas.

一Entiendo, pero... ¿y la bruja? 一cuestionó, cerrando la carpeta y apoyando su cintura en el escritorio一. Además, ¿cómo sé si no nos están tendiendo una trampa?

一Primero que todo, nosotros tenemos el mismo objetivo, Stotch. Y no me convendría apuñalarte por la espalda, solo piénsalo. Aunque no quiera admitirlo, ustedes son más fueres que nosotros. 一dijo el de ojos negros, para después carraspear一. Y lo de la bruja, ya la tenemos. No te preocupes por eso, fue fácil. Se trataba de una bruja que era prostituta.

Token sonrió al ver la mirada confusa del otro. Se cruzó de brazos.

一El amor no siempre envuelve a las personas correctas. Imagínate. Ella ya era débil por culpa de su pasado, y al estar enamorada, su mentalidad se hizo más débil todavía. A Michael no se le hizo ninguna complicación el crearle pesadillas e ilusiones.

Y sin decir nada más, Token se dio media vuelta para retirarse de la sala. No sin antes sonreírle por última vez a su amigo.

Una vez que Butters quedó solo y en completo silencio dentro de la iluminada habitación, miró una vez más la foto del muchacho: por alguna razón se le hacía extrañamente conocido. Sin embargo, prefirió ignorarlo, era lo menos que tenía que pensar en esos momentos. Suspiró profundamente y llamó a Tucker para después tomar una pastilla, la cual evitaría problemas los meses siguientes... o eso quería.

一¿Si, Leopold? 一en pocos minutos, el Alfa se presentó en la sala.

一Necesito que mi equipo capture a una persona. 一sin más, le tendió los archivos. Los cuales el azabache lo tomó para inspeccionarlos一. Tráiganlo aquí, me es necesario.

En el momento en que Craig abrió la carpeta para mirar mejor su objetivo, sus ojos se expandieron lo más posible. Su cuerpo se tensó de sobremanera que logró asustar un poco al Omega.

一¿Qué sucede?

一Él es... El hijo de los Broflovski. Kyle. 一habló algo atónito.

Un momento... ¿Kyle Broflovski? ¿Un pelirrojo judío? ¿Acaso él no era el mejor amigo de Kenny? Ahora entendía por qué tenía esa sensación de haberlo visto antes.

Una sonrisa se apoderó del rostro del villano. No solo le rompería el corazón a Mysterion, sino, le terminaría quitando de las manos a las personas que él más amaba (como anteriormente hizo).

一Con más razón. Encuéntralo y traélo. Pospone el rescate de General Disorder, primero quiero a Broflovski 一ordenó, dándole la espalda a su súbdito, comenzando a caminar a otro sitio.

Kenneth McCormick:
"Entonces... ¿quieres verme ahora? ¿a esta hora de la madrugada? ¿por qué?"

Butters Stotch:
"Sí, lo más pronto posible.
¿Y acaso no puedo estar al lado de la persona de la cual me estoy enamorando?"

Esto cada vez se ponía más interesante.