Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo V


Este de South Park.
8:34 AM.
17 de Septiembre.

Esa mañana era mucho más fría para Leopold Butters Stotch, quién mientras caminaba a su destino intentaba acomodarse la bufanda de lana color morada que su madre le había regalado años atrás. Suspiró frustrado al darse cuenta que aún faltaba mucho para recorrer parar poder llegar. Más le valía a ese estúpido pelirrojo que sea importante lo que le debía decir. Porque si no, la pagará caro.

Él odiaba madrugar. Solo lo hizo porque según su súbdito, Dougie, tenía algo extremadamente esencial para confesarle; algo respecto a McCormick.
  Este lo había citado en una de las cafeterías más grandes y famosas de la ciudad: Tweek Bros. Coffe. Un extraño pero cómodo lugar donde podías sentirte como en tu propia casa.

Al llegar a dicho lugar, la campanilla de la puerta de vidrio que avisaba que un nuevo cliente ingresaba al local, sonó. Sacándolo de sus pensamientos. 

一Oh, Butters.

Un olor conocido llegó a su cuerpo. Ahogó un pequeño bufido al reconocer el aroma y alzó la mirada para después dibujar una pequeña sonrisa forzada.

一Hola, Stan. 一saludó al ver al nombrado acercarse con una sonrisa soñadora.

El gesto simpático de Marsh despareció para intercambiarse por una mueca de disgusto. El rubio desvió los ojos, incómodo por la expresión desagradable del azabache. Aunque no entendía el por qué de tal gesto. ¿Era porque tenía olor a otro Alfa? Lo único que esperaba era que no malinterpretase nada y que no pensara que era un cualquiera.

一Ven, pasa por aquí.

Marsh enseguida lo llevó a la mesa en la que Butters siempre se sentaba cuando iba al sitio (aunque muy pocas veces iba a esa cafetería, pues los gerentes y los empleados eran un tanto extraños y... aterradores). Miró como el más alto sacaba una pequeña libreta junto a un bolígrafo y esbozaba una sonrisa nuevamente. Cosa que lo alivió.

一Solo quiero un café... Por favor. 一dijo Leopold, conectando sus orbes azules con los ojos contrarios del mayor.

El azabache asintió y se retiró, no sin antes guiñarle el ojo al rubio. Este se ruborizó de la vergüenza, creando en Stan una sensación de satisfacción. Stotch suspiró, no se sentía totalmente cómodo con los coqueteos que le proporcionaba ese chico. Pues no sabía como reaccionar exactamente, era la primera vez que se tenía que preocupar por no ponerse extremadamente nervioso con los comentarios de otra persona.

一Aquí tienes. 一la voz del muchacho Marsh lo sacó de su trance.

Estaba a punto de agradecer hasta que lo siguientes movimientos del otro se lo impidieron: este se había sentado en frente suyo con una sonrisa amistosa, observándolo con interés.

一¿P-pasa algo, Stan? 一cuestionó, tragando saliva a causa de los nervios.

Él negó con la cabeza con una sonrisa algo socarrona一: No. En lo absoluto.

Tomó un sorbo de su café caliente y desvió la mirada por segunda vez en la mañana. ¿Más incómodo no podía ser la situación? En esos instantes, Butters estaba rogando para que alguien venga a su rescate o que, al menos, Stan se digne a hablar de algo que no sean sus intentos de coqueteos.

一No sabía que conocías a Kenny. 一soltó de repente, alarmando a Stotch.

Esa pregunta le había sorprendido de sobremanera. Pues se esperaba cualquier tipo de comentario, pero no que le reclamara aquello. ¿Cómo supo que era el olor de Kenny? Se relamió los labios antes de contestar.

一¿Por qué l-lo dices?

一Tu olor es igual a la de él. 一frunció las cejas en una mueca de molestia一. De verdad es un sinvergüenza, cree que por ser tan genial y tan guapo puede tener a cualquiera de rodillas.

Leopold se quedó callado, pensando. Recordó que Kenneth le había dicho que solamente en su alter-ego conseguía a sus "citas". Y Stan, prácticamente, había dicho que le disgustaba que el rubio ceniza hiciera ese tipos de actividades. ¿Entonces eso quiere decir que el de cabello negro conocía la identidad de Kenny? Lo cual podría significar también que él podía ser otro miembro de la manada. No iba a descartar esa idea, pues había posibilidades, después de todo, no sabía la cantidad exacta de personas que conformaban esa misma liga. Además, a simple vista, Marsh tenía cuerpo digno de un guerrero.

一¿T-te cae tan mal? Parece... un b-buen chico. 一respondió, dando otro sorbo a su bebida.

一Tsk. Demasiado, no me agrada en lo absoluto. 一contestó, pasándose una mano por todo su melena一. Generalmente, cuando lo veo, nos ignoramos mutuamente.

Y hablando de rey de Roma...

Una parka color naranja había entrado en el círculo visual del Omega, su cuerpo se tensó al ver que el lobo interior del superhéroe lo buscaba al tener su olor cerca y cuando lo visualizó, no tuvo más remedio que acercarse algo sorprendido.

一¡Butters! 一exclamó el rubio más alto caminando hasta su mesa一. Oh, y hola... Stan.

Un gruñido salió de la garganta del azabache, un ruido que solamente los Alfas podían oír o sentir, llamando la atención de todos estos en el lugar.

一Está bien, está bien. Entiendo, no me quieres cerca. 一se defendió rápidamente, McCormick. Gracioso.

Butters, quién comenzaba ya a impacientarse a causa de la situación, dirigió sus ojos hacia el mayor de los tres, Kenny. Este le devolvió la mirada curioso.

一¿Ne-necesitas algo, Kenneth?

一Simplemente quería saludarte. Pero veo que tu noviecito no está dispuesto a eso.

El Alfa del de parka naranja se estaba diviertiendo con solo ver el lobo rabioso de Stan. Uno de sus pasatiempos favoritos era hacerlo enojar, pues él sabía de pies a cabeza que al moreno no le agradaba su presencia. Eso hacía mucho más divertido el ambiente.

Aunque también corría riesgo de que el otro lo desafie a una pelea a muerte y ahí si estaba jodido.

一Eres un idiota, McCormick. 一dijo este levantándose finalmente de su asiento一. Ni se te ocurra acercarte tanto, ya tengo demasiado con oler tu asqueroso aroma en él.

Y con eso, se retiró de la escena. El chico de pelo amarillo ceniza simplemente soltó una carcajada, pero la detuvo al escuchar el bufido proveniente del Omega. Lo miró confundido al notar el fruncimiento de cejas de este, alzó una ceja.

一De nada por salvarte de un dolor de cabeza y de culo... 一rodó los ojos.

一No tenías por qué ser así con él. 一contestó el de ojos celestes一. Te podrías haber retirado.

El chico más alto soltó otra risa.

一Ya, lo lamento. 一sonrió levemente一. ¿Esperas a alguien, Butters?

El menor largó un suspiro y asintió. Repasó con sus orbes el lugar al recordar que su secuaz ya debía haber venido hace unos cuántos minutos. Y eso le había preocupado un poco, pues el pelirrojo jamás faltó a alguna citación. Y menos cuando él mismo se la pedía, ¿le habría pasado algo? a lo mejor debería ir a buscarlo por las dudas.

一Bueno... nos vemos otro día, Kenny. Debo irme. 一dijo Stotch mientras se levantaba de su asiento, dejando con cuidado el dinero debajo de la taza blanca ya vacía.

Mientras el Omega desaparecía de la vista del nombrado anteriormente, este se dirigió a otro de lugar. Alejado del resto.

Ese chico sí que era un misterio.

.
.
.
.

.

Hospital South Park.
1:13 PM
17 de Septiembre.


一¿Cómo rayos terminaste así? 一preguntó el rubio tomándose del puente de la nariz al ver a su súbdito acostado en una de las camillas del hospital.

El pelirrojo acomodó sus gafas y se mostró avergonzado.

一L-lo siento, mi señor. 一habló el de pecas一. Cuando estaba caminando hacia la cafetería en la que lo cité, decidí tomar un atajo pues se me había hecho tarde. Allí, unos asaltantes me atacaron y terminaron golpeándome hasta quedar inconsciente.

一Bueno... al menos no te pasó nada muy grave. ¿Tenías algo importante, Dougie?

El de menor altura lo pensó un poco.

一Tenía dinero y las llaves de la... guarida, señor. Y me extrañó porque solamente m-me robaron las llaves y no el dinero que llevaba. La cual era bastante. 一respondió el Omega sintiéndose aún más apenado.

Ante eso, una mueca de horror se figuró en la cara de Chaos. Quién tomó su móvil y llamó a todos sus secuaces, quiénes deberían encontrarse en lasnplataformas de su refugio. Rápidamente les avisó que estuvieran atentos a todas los accesos posibles para entrar al sitio y que toda pizca de información sobre cualquiera de sus planes desaparezca.

一¿S-señor?

一Escúchame, Dougie. Tendremos que ser más precavidos ahora. 一habló Butters tomando su abrigo y colocándoselo一. Iré a revisar que todo está y estará en orden. Enviaré a alguien para que te deje libre, ¿está bien? Lo que tenemos allá es suficientemente para que te recuperes.

El pelirrojo observaba a su jefe sorprendido, él desprendía un aire a preocupación y algo de miedo, ¿qué estaba sucediendo?
   No le quedó más remedio que asentir y obedecer sus órdenes. Sin más, miró como el chico se dirigía a la puerta de la habitación para desaparecer por la misma. Suspiró.

Realmente a veces quisiera entender la mente de su gran y brillante maestro.

Butters caminaba con rapidez sin mirar al frente, chocándose con las personas cada cinco minutos. Recibiendo algún que otro insulto por parte de estos. Y estaba tan concentrado en su camino que no se dio cuenta de que unos ojos eléctricos lo observaban desde lo más alto de los edificios, siguiendo sus pasos. 

Este era un Alfa. Este se sentía un maldito acosador, pero no podía evitarlo. Le había preocupado la expresión que había puesto el menor en su rostro anteriormente, la cual expresaba miedo. Gracias al cielo, Butters tenía su olor y este mismo lo guiaba, porque juraba que entre todo el gentío lo hubiera ya perdido de vista. Sin embargo, este sería el último día en el cual ambos portarían el olor del otro, a partir de ello, el lazo desaparecería por completo.

Salió de sus pensamiento cuando notó que el Omega entraba en una zona de la ciudad abandonada y destrozada. Funció el ceño, ¿hacia dónde se dirigiría en tan muerto lugar? Con sigilo, se acercó a un árbol gigante y de allí trepó hasta la rama más alta, ahí podía tener una vista perfecta del menor, quién sin más entró en una estructura casi demolida. Se mordió el labio, ¿debería seguirlo?

Mysterion repórtate en la agencia ahora mismo, tenemos noticias nuevas. Coon.

Chasqueó la lengua al ser interrumpido.

Miró una última vez el edificio antes de volver por donde había venido. Había algo en ese lugar que no le daba buena espina, no obstante, pensaba que no debería darle tanta importancia. ¿Qué podría hacer un inocente Omega además de juntarse con unos amigos a charlar en una zona donde no los molestasen? Él mismo lo hacía, y tal vez, era algo normal en todos.

Pero una parte suya le decía que debía volver. Tarde o temprano, pero debía hacerlo.

Mysterion, marica de mierda, ¿has oído mis órdenes? Ven ya mismo, pobretón.

一Carajo... 一susurró para sí mismo一. Sí, Coon. He escuchado tu pedido perfectamente, estoy en camino.

Bueno, parece que el misterioso Butters debía esperar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro