first page ✶ me gustas tú.
✶ GORGEOUS 🦢 𝄃𝄃𝄂𝄂𝄀𝄁𝄃𝄂𝄂𝄃
﹙1.1 .﹚ ─── ME GUSTAS TÚ
my heart flutters toward you starting from today, us ★
♥︎ 𝖨 KAMAKURA, JAPAN / APRIL 6 - 11:12 P.M.
Lucy no era precisamente conocida por tomar las mejores decisiones. Esa noche, mientras observaba la calle desierta, se repetía a sí misma que quizá hubiera sido mejor quedarse en casa. Era cerca de las once de la noche cuando decidió salir a comprar algo de comida a la tienda de conveniencia cercana. El barrio donde vivía era tranquilo, de esos donde los vecinos solían acostarse temprano, dejando las calles vacías y la oscuridad y el silencio que la noche traía no podían considerarse su escenario favorito.
Su cabello rubio se agitó con el soplido del viento, un escalofrío le recorrió la espalda y la piel se le erizó. Estaba acostumbrada a hacer esas pequeñas escapadas nocturnas con su hermano mayor, él le daba seguridad y la distraía con sus bromas; sin embargo, él se había mudado hacía unos días y ahora ella tenía que valerse por sí misma.
Aunque, técnicamente, no estaba sola; en su mano derecha apretaba con fuerza la correa de Tai, su perro. Él movía la cola entusiasmado, emocionado por la inesperada aventura nocturna.
Debía apresurarse y volver antes de que su madre se diera cuenta de su ausencia. Al día siguiente empezaban las clases, y Ryu sabía perfectamente que su madre no aprobaba la idea de que estuviera despierta y sola por la calle a esas horas. El sonido de sus pies arrastrándose resonaban en la acera, acompañado por el suave tintineo de la placa de identificación de Tai.
Continuó con paso apresurado hacia su destino, hasta que tuvo que detenerse cuando una pelota rodó frente a sus pies. La fémina alzó sus delgadas cejas con sorpresa y el can junto a ella le ladró al balón.
—¿Qué...? —empezó a decir, pero su voz quedó en el aire al notar que Tai no ladraba al balón, sino a alguien.
Desde el parque cercano, una figura se aproximaba a paso firme. La tenue iluminación apenas le permitía distinguirlo, y su corazón comenzó a latir más rápido. Primero fue temor, pero rápidamente cambió a otra cosa que no podía identificar del todo. Cuando la persona estuvo lo suficientemente cerca, Ryu se quedó boquiabierta al apreciar su rostro: un joven de cabello tan oscuro como la noche; rasgos masculinos y definidos; y una mirada, adornada por unas largas pestañas, que brillaba entre azul y verde bajo la débil luz.
Por un instante, todo pareció detenerse. Ryu parpadeó, aturdida. El muchacho frente a ella solo se podía describir con una palabra: hermoso. Se sintió como una escena sacada de uno de los dramas que tanto le encantaban.
La realidad la golpeó cuando los labios del chico se movieron en algo que ella no logró entender.
—¿Cómo? —Inquirió la fémina frunciendo el ceño.
—¿Vas a quedarte ahí? —preguntó él, con una voz seca pero no agresiva.
—Yo-Yo solo paseaba al perro —respondió, atontada y las piernas le temblaron como gelatina.
Pronto pensó bien que era lo que él había dicho y lo que ella le contestó; aunque el de cabellos oscuros frunció el ceño y con un movimiento rápido tomó su balón, dio media vuelta y se marchó justo por donde vino, sin darle una pizca de importancia a la fémina.
Lucy permaneció inmóvil, mirando como a lo lejos el mismo chico pateaba la pelota con fuerza. ¿Qué clase de encuentro surrealista fue ese? ¿Acaso era el primer capítulo de una historia de amor?
Apretando la correa de Tai, Ryu intentó apartar la vista, pero algo en él la mantenía cautivada. Nunca había visto a alguien como él por el barrio. ¿Quién era? ¿Y por qué nunca lo había notado antes? Su rostro era inconfundible, y ella nunca olvidaba caras.
Sacudiendo la cabeza para despejarse, recordó su objetivo original y apuró el paso hacia la tienda. Sin embargo, las imágenes del joven seguían invadiendo su mente. Cada detalle parecía haberse grabado con una nitidez absurda: su cabello desordenado, la fuerza de su mirada, el modo en que pateaba el balón, y su voz seria. ¿Era posible que alguien fuera tan perfecto?
La noche pareció volverse más acogedora y hermosa tras ese encuentro, pero se detuvo en seco cuando recordó una cosa: no sabía su nombre. ¿Cómo iba a hacer para averiguarlo?
La invadió una pequeña desesperación cuando la idea de que quizás no lo volvería a ver en su idea, más pensó: si estaba jugando en ese parque que ya nadie en su barrio usaba, significaba que vivía cerca. Quizás acababa de mudarse y eso significaba que su madre (a quien nunca se le pasaban los chismes del vecindario) podría saber de quien se trataba.
Por la mañana Yamamoto Lucy pareció ser la reencarnación de la felicidad. Salió de su habitación vistiendo el uniforme de su escuela, su cabello recogido en una coleta alta, y una enorme sonrisa adornando su rostro. Bajó las escaleras casi saltando, llena de energía.
En el primer piso, la recibió el aroma familiar del desayuno que su madre preparaba, un olor a pan tostado, huevos y café que inundaba la casa con calidez. Lucy no dudó en repartir saludos amorosos a todos, empezando por un beso en la cabeza a su hermana menor, Reira, y luego rascándole detrás de las orejas a Tai, que movió la cola emocionado.
—¿Estás enferma? —preguntó su madre con una ceja arqueada mientras la veía tomar asiento en la mesa con un entusiasmo sospechoso. Su tono era una mezcla de desconcierto y humor; conocía demasiado bien a su hija como para no notar que algo era inusual. Era el primer día de clases, y normalmente Lucy tendría problemas incluso para levantarse.
—¡Claro que no! —replicó la rubia, tomando un pedazo de tostada y llevándoselo a la boca mientras sonreía ampliamente. No necesitaba ser una genio para saber por qué su madre lo preguntaba.
Su hermana menor la observó con intriga, balanceando los pies mientras jugaba con una cuchara.
—¿Por qué estás tan feliz, Lucy? ¡Es lunes y empieza la escuela!
Lucy rió, dándole un ligero apretón en la nariz.
—Es que este año va a ser especial, Rei. Lo presiento.
Por supuesto, la verdadera razón de su repentina euforia no era solo un «presentimiento». No dejaba de pensar en el chico del parque, esa figura tan fascinante que había conocido la noche anterior. Su mirada clara y fría seguía rondando en su mente, igual que el eco de su voz grave y seria.
Mientras terminaba de desayunar, Lucy no pudo evitar imaginar los posibles escenarios de un segundo encuentro. Quizás se cruzarían nuevamente en el parque, o tal vez resultaría ser uno de sus nuevos compañeros de escuela. La posibilidad le resultaba tan emocionante que casi se le olvida por completo su odio habitual hacia las clases.
Su rostro se calentó con solo pensar en eso y sus piernas se movieron de atrás hacia adelante con emoción.
—Ryu, estás en las nubes. —La voz de su madre la sacó de sus pensamientos. Se estaba tardando demasiado en masticar la tostada.
—Ah, lo siento. —Se puso de pie rápidamente y tomó su mochila, que había dejado caer al suelo minutos atrás. —¡Nos vemos después!
Con los audífonos puestos y su playlist favorita reproduciéndose, salió corriendo de su casa. Su uniforme crujía suavemente mientras el viento agitaba los pliegues de su falda. Las calles comenzaban a llenarse de estudiantes como ella, pero ninguno tenía ese aire radiante y entusiasta que Lucy llevaba consigo esa mañana.
Avanzaba despreocupada, canturreando en voz baja «Me Gustas Tú» de GFRIEND. De pronto, algo llamó su atención: una figura alta y familiar cruzando la calle en dirección opuesta, a solo unos metros de ella. Sus ojos se agrandaron al reconocerlo. Su respiración se aceleró, y su corazón empezó a latir con fuerza.
Era él.
Su mente se quedó en blanco por unos segundos mientras lo veía avanzar con paso firme, una mochila negra al hombro y esa expresión seria e indiferente que parecía grabada en su rostro. Cada detalle era tal y como lo recordaba de la noche anterior. Salvo que esta vez pudo admirar mejor el color de sus ojos, el largo de sus pestañas y lo pálido que era el tono de su piel.
Era incluso más hermoso de día.
Sin pensarlo, giró sobre sus talones y lo siguió a cierta distancia, casi en piloto automático. La melodía de GFRIEND le daba el fondo perfecto a la escena que parecía sacada de un drama: él caminando hacia la parada del bus, con el sol de la mañana brillando detrás de su figura.
Lucy quedó absorta, deteniendo el paso por completo al verlo subir al autobús con tranquilidad. Justo cuando él desapareció detrás de la puerta, las notas del estribillo resonaron en sus oídos: «Me gustas tú, me gustas tú...». Era como si la canción estuviera hablándole directamente, burlándose de la escena.
Fue entonces cuando, mirando cómo el bus arrancaba, se dio cuenta de algo: había dejado pasar su propio autobús.
—¡Ay, no puede ser! —exclamó llevándose ambas manos a la cabeza mientras el vehículo se alejaba.
Ryu dejó salir un suspiro, entre frustrada y maravillada. Otra vez, todo a causa de aquel chico. Apenas era el inicio del día, y ya estaba convencida de que sería un año escolar que jamás olvidaría.
˖ 𓇼 .˚
⇄ ⠀ ❛ ⠀ 💭 hachisita's comment⠀◜◡◝⠀ *
AL FIN ALFIN ALFIN ALFIN SE ME HIZO ESCRIBIR GOREGOYS 😭😭😭
estoy megaaa enamoradisima de rin, se los juro 😭😭😭 nadie lo ama más q yo se los puedo prometer 😓😓😓😓😓
espero que alguien se haya visto when i fly towards you porquw lucy y rin son tan zaizai y rangrang literal 😭😭😭😭 re amo wifty y ME GUSTAS TU ES LIT SU CANCIÓN 🙏🏻🙏🏻🔥🔥🔥🔥
no puedo dejar de usar el emoji llorando (lo uso irónicamente okei)
also, me da tanta pena como escribo 😭😭 NO ME TERMINA DE GUSTAR, pero estoy bloqueada y ademas oxidada, hacw mucho no escribía 🔥 y no pense q volveria a wattpad pero el amor me cambió 🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻
metanse a mi canal de whatsapp plis 🙏🏻, les dejare el link en los comentarios jwjsksks
LA NOTA MAS LARGA QUE EL CAPITULO AJAJAJAJA
el proximo capitulo será mejor y más largo se los prometo, pero siempre tengo conflicto con el primer capitulo 😓😓😓
(dedicado a mariposeados ofc la fan más leal de gorgeous 🙏🏻)
[ 🗓️ ] 06.01.25 [ 🕰️ ] XX:XX
( 💭 ) :: 1,526 WORDS
I CAN'T SAY ANYTHING TO YOUR FACE
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