20. Los arañazos.
CUANDO LA GATA de Jimin se embarazaba, solía arañar mucho las puertas y los suelos de madera. Desde que fue envenenada por su vecino, se ha sentido más solo que nunca y odiaba la soledad; añoraba oírla en la casa... Por eso encerró a su asesino en su sótano obligándolo a arañar la madera de la puerta, concediéndole la falsa esperanza de que algún día lo dejaría en libertad.
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