dedicado a @Ay7645YG y a @puppenmorder, feliz cumpleaños 🎂💖

— ¡POR DIOS, JIMIN! — exclamó su madre muy enfadada — ¡Limpia tu cuarto, está tan sucio y desordenado que hasta hay telarañas en el techo!

Jimim asintió sin mucho interés y le prometió que lo haría, pero nada más verla salir de su cuarto, volvió con el mando de la consola y jugó toda el día, toda la tarde, hasta que, en la noche, el sueño le ganó.

Tiró el mando hacia una montaña de ropa que ni siquiera sabía si estaba sucia o limpia y se tumbó en su cama. Como eran vacaciones y no tenía que ir al instituto, su vida se resumía en: despertar, jugar (comer cuando se acordaba) y dormir.

Al día siguiente despertó y volvió a su rutina habitual; siguió así durante varios días de aquella semana, sin embargo, una tarde tuvo que dejar de jugar porque le dolían los oídos. Creyó que se debía a los auriculares y que con una pastilla se le pasaría, pero el dolor continuó y repercutió en una terrible migraña que lo obligó a dormir temprano aquella noche.

Sin embargo, al día siguiente su situación no mejoró. Le dolía tanto el oído que había llorado involuntariamente. Con cualquier suave tacto, sentía que moriría de dolor. Sus padres, preocupados, trataron de aliviar su malestar con medicina tradicional durante varios días, pero Jimin seguía sufriendo.

Durante una noche, mientras sentía que algo se removía en sus conductos auditivos, terminó gritando al ver sangre.

Su padre arrancó el coche y lo llevó a urgencias. Jimin le describió al médico de guardia sus síntomas; decía que oía sonidos extraños y sentía que algo se removía en su cabeza.

El médico lo revisó y revisó sus oídos. Su cara de espanto llamó la atención de Jimin, quien le preguntó desesperado qué le pasaba.

— Tienes un nido de arañas en el oído. Una araña se introdujo en tus conductos auditivos y puso huevos que han eclosionado recientemente.

Su madre lloró angustiada, sin embargo, Jimin ni siquiera podía creer lo que había escuchado. Además, el doctor le dijo que si no se realizaba una limpieza correcta, perdería la audición para siempre.

Jimin se sometió a la limpieza muy esperanzado de superar esa pesadilla, sabiendo perfectamente que después de eso, desarrollaría una terrible aracnofobia... Pero las noticias no fueron buenas. El otorrino le dijo que una limpieza no era suficiente; que habían llegado tarde. Los huevos habían eclosionado y las arañas, en vez de salir al exterior, se habían dejado llevar y que, de alguna forma, habían llegado al cerebro y probablemente de comerían su materia gris.

En ese momento, Jimin perdió la audición. Veía llorar a su madre amargamente porque tenía los días contados, pero él no sabía que moriría, porque había dejado de oír antes de enterarse de lo que había sucedido por no haber limpiado su habitación cuando su madre le dijo que lo hiciera.