16. El cisne negro.
CUANDO era pequeño, había ido con sus padres a ver una actuación de ballet, la función se trataba de "El lago de los cisnes". A Jimin le encantó tanto que decidió dedicar su vida a la danza, esperando algún día poder interpretar al cisne negro.
Sin embargo, su decepción fue enorme cuando le dijeron que no podría interpretar el papel porque era un hombre. Desde ese momento, los sueños de Jimin se quebraron a pesar de que su pasión por la danza siguiera existiendo.
Una tarde como otra cualquiera, Jimin llegó a la sala de ensayos para practicar con su pareja, Chaeyoung, su parte de El lago de los cisnes. Ella sería Odette y Odile, mientras que Jimin sería el príncipe Sigfrido.
No le gustaba, Jimin no quería ser un personaje secundario, el quería ser el protagonista; el quería ser Odette y Odile.
Sin embargo, dejando de lado sus deseos, el joven buscó a Chaeyoung por toda la sala y en los vestuarios, pero no la encontró. Decidió volver a la recepción pero fue tanta su sorpresa al no hallar a la recepcionista, ni siquiera al conserje. Jimin le mandó un mensaje a la muchacha para saber dónde estabas, pero el mensaje no le llegó.
De todas formas, Jimin decidió ensayar su parte porque estaba tan seguro de sí mismo que sabía que podía hacerlo sin Chaeyoung, por lo tanto, tras poner la música, comenzó a marcar los pasos y a bailar tras hacer un breve calentamiento.
Fue entonces cuando la voz de su cabeza, aquella a la que no solía escuchar, le habló; le dijo "¿Por qué no ensayamos la mejor parte de todas? Sé que no somos la protagonista, pero... mientras nadie nos mire, no será algo malo, ¿verdad?" Jimin decidió ensayar los solos de Chaeyoung, quien interpretaba a los dos cisnes.
Segundos después de haber iniciado la danza, Jimin sintió una comezón en su espalda pero no le tomó importancia. Se observó en el espejo y, cuidadosamente, prosiguió con sus pasos. Continuó bailando ya que se sabía la coreografía entera, incluso sentía que la interpretaba mejor que Chaeyoung y eso le llenó de orgullo. Un breve pensamiento azotó su mente; "soy yo quien merezco ser el protagonista".
— ¡¡Agh!! — exclamó dolorido, pues sintió como si algo lo apuñalase en el omóplato izquierdo haciendo que perdiera su equilibrio.
La música seguía sonando de fondo, Jimin se observó en el espejo arrodillado en el suelo. Llevó su mano hacia donde sentía dolor y sintió un bulto que le hizo temblar. Suspiró y se arrastró hacia el espejo para aproximarse y observar qué tenía en su piel, pero lo que vio lo dejó perplejo; su piel se había convertido en la de un ave, se le había erizado de una manera tan impresionante y, poco a poco, vio cómo un par de plumas fueron creciendo.
Aterrado, se arrancó las plumas y chilló debido al dolor. Su respiración se volvió errática, pero la música lo trajo nuevamente a la realidad. No podía dejar de bailar, pues ya había comenzado y la danza era lo único que mantenía tranquilizada su mente.
Por lo tanto, acercándose a la radio, retrocedió la pieza musical hacia el inicio y volvió a comenzar con su cisne negro. Durante los primeros segundos de la canción, no ocurrió nada y Jimin suspiró al despreocuparse, no obstante, cuando alcanzó el minuto, sintió por todo su cuerpo el dolor de miles de pinchazos como de agujas y se detuvo nuevamente para acercarse al espejo, pero rompió su camiseta y vio las aterradoras y negras plumas que comenzaban a brotar en su piel.
Jimin se levantó observando cómo las plumas cubrieron sus brazos y transformaron sus manos en unos dedos ennegrecidos con uñas largas. Se volteó y observó su reflejo en el espejo, sus ojos se habían vuelto rojos, su cuello se alargó y sus labios se pronunciaban hacia el exterior como si fuera el pico de un ave, un cisne, y sus dientes empequeñecieron su tamaño y se volvieron afilados.
Se apoyó por el espejo sin dejar de observarse, entonces sus piernas se doblaron como si fueran las patas de un ave; pudo oír el sonido de sus huesos rompiéndose cuando estas se doblaron y gritó dolorido, y golpeó el espejo con sus puños hasta romperlo.
Pero en la parte más importante del solo, Jimin perdió su mente; fue como si algo lo hubiera controlado por completo.
Jimin se apartó y vio su reflejo fraccionado en el espejo, pero sin importar todas sus lesiones y como si hubiera olvidado su metamorfosis, volvió a ponerse en punta y siguió bailando.
Chaeyoung soltó el bolso que traía consigo al ver a su amigo convertido en aquel monstruo; en el cisne negro.
Gracias por haber leído el décimo sexto cuento, ¿qué os ha parecido? ¿Os ha gustado?
Creo que es evidente que para escribir el relato de hoy, me inspiré en la película Cisne negro protagonizada por Natalie Portman. Si no la habéis visto, tenéis qué. 💘
Eso ha sido todo por hoy, nos leemos mañana. 👻
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