CUANDO concluyó la jornada estudiantil, Jimin ingresó al baño después de que todos sus compañeros se hubieran marchado a casa o a las academias extraescolares.
 
Se topó con un chico que estaba lavándose las manos y lo saludó, después se metió en el último cubículo, el sexto, y sacó una cajetilla de cigarrillos. Tras guardarla nuevamente, sacó de su bolsillo un mechero y esperó a que cerrara la puerta, pues era la señal que necesitaba para saber que se encontraba solo.

Encendió el fuego y quemó la colilla del cigarrillo. Dio una calada y expulsó el humo después de abrir la pequeña ventana que se encontraba en la parte superior, por encima de su cabeza. Había sido un día duro, pues estaba tan cansado de su rutina que fumar le daba la calma que necesitaba antes de precipitarse a la locura o la muerte.

Tras un minuto fumando, Jimin escuchó que alguien había entrado al baño y rápidamente apagó el cigarrillo en la pared. Escuchó que los pasos se acercaban a él, hasta que se detuvieron delante de su puerta.

Jimin observó las deportivas que el sujeto llevaba cuando se acuclilló, le parecieron familiares pero no se acordaba dónde las había visto. No dijo nada, al menos al principio, esperó que tocara la puerta para que pudiera decirle que estaba ocupado, pero el sujeto no llamó.

- ¿Hola? ¿Qué quieres? - preguntó pero no obtuvo respuesta.

Jimin se alejó un poco, algo desconcertado, el sujeto no se había apartado, pues aún podía ver las zapatillas, con manchas rojas, por debajo de la puerta.

Entonces lo recordó...

Eran las mismas zapatillas que llevaba Jeon Jungkook el día de su muerte, cuando se cayó desde la azotea tres meses atrás.

El corazón de Jimin se aceleró de repente y se lanzó hacia la puerta rápidamente y la abrió con violencia, esperando ver algo o a alguien al otro lado pero no encontró nada ni a nadie. Se cabreó por un segundo porque pensaba que alguien le había jugado una broma.

Sin embargo, detrás de él, desde el inodoro, emergió una sombra oscura que se materializó con el rostro y el cuerpo de Jungkook destrozado, tal y como su cadáver había resultado después de que Jimin lo empujara aquel día.

¡Hola! Gracias por leer el décimo quinto relato, estoy muy feliz porque sigo continuando con esto. 💗 Faltan 16 días más, 16 cuentos más, para concluir el libro, ¡qué emoción!

El cuento está inspirado en una leyenda japonesa sobre un fantasma que habita en el último cubículo del baño (Hanako-san). Claro que la leyenda y este relato son diferentes, pero la idea de que haya "algo" en ese sitio, está plasmada.

Se me olvidó decir esto en el cuento anterior, pues la segunda semana concluyó ayer: desde el cuento 8 hasta el 14, ¿cuáles han sido vuestros cuentos favoritos? También me sirve vuestro favorito hasta ahora.

¡Nos leemos mañana, buen finde! 💘👻