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Capítulo 42


–Jimin, cariño. Por fin llegas a casa...– Articuló con una sonrisa siniestra, una que hizo a Yoongi apretarle la mano con furia y a Jin abrir sus ojos con asombro. – Llegas tarde, amor-

– ¿Se conocen? – Inquirió Jin totalmente confundido ante la reacción de los demás, su mirada viajaba desde su hermano menor hasta el chico que se sentó frente a él hace unos minutos. Quería obviar el hecho de que Jimin llegaba de la mano del hermano de su pareja.

–En realidad, nos-

–Jimin es mi pareja sexual – Afirmó con seguridad creando un ambiente tenso entre todos, tan pesado que podía cortarse con una tijera sin filo

–¡Yo no soy tu nada, Chanyeol! – El rostro de Jimin era furia pura, sobre todo cuando las miradas de todos estaban sobre él y no podía decir mucho sin hundirse un poco más.

Chanyeol se puso de pie lento y seguro se encaminó hasta Jimin conservando la mueca despreciable de sus labios curvados hacia arriba.
A pesar de los gruñidos de Yoongi no se inmutó y no retrocedió hasta llegar al menor y tomar su barbilla entre su pulgar y el índice, obligándolo a levantar la mirada hasta sus oscuros y avaros ojos. Rápidamente la mano de Yoongi se presionó sobre su muñeca evitando cualquier otro roce, enviando una silenciosa advertencia con su mirada sombría.

– ¿Qué dices si desde ahora vivimos juntos, bebé? Puedes ir mostrándome tu cuarto para dejar mis cosas –Señaló dos maletas junto al sillón que no había visto antes

La sangre se disparó frenéticamente por su cuerpo, podía sentir a su corazón desbarrancar de su pecho hacia cualquier lado y definitivamente su cerebro había hecho un corto circuito dejándolo sin habla momentáneamente. Estaban todos allí, sabía que Jin no podía dar cuenta de lo que escuchaba y Yoongi estaba por moler a golpes al sujeto contra la pared.

–Jimin, creo que tú y yo tenemos que hablar a solas – Jin carraspeo y solo entonces, luego de escuchar su nombre, fue que sus sentidos se acoplaron otra vez a su mente y pudo sacudirse del firme agarre que se ceñía a su rostro.

Jin se introdujo a la cocina y cerró la puerta allí, aislándolos de cualquier situación fuera de control, aislando momentáneamente de su pánico y de las consecuencias de querer manejarse solo en un mundo de adultos donde los niños como él, eran estafados y engañados por los otros. Intento jugar a ser adulto y el juego se torno terrorífico.

Sintiendo la protección de la mirada preocupada de su hermano mayor, quien siempre había estado allí para protegerlo, fue cuando pudo desplomarse en una silla y tirándose hacia adelante se agarró y tiró de sus cabellos con evidente frustración.

–Puedes explicarte ahora. Creo que si debo enterarme de algo, este es el momento. ¿De verdad eres el compañero sexual de ese hombre allí a fuera? –

– ¿Crees eso de mí? – Preguntó repentinamente herido por la demostración tan obvia de desconfianza que le estaba profesando SeokJin.

–No, pero tampoco veo que me expliques nada sobre todo eso... ¿Qué fue todo ese circo después de todo? Un chico tocando la puerta de casa con maletas en mano y tú llegando minutos después acompañado de otro, después de pasar la noche fuera... tengo derecho a no entender, dame ese margen de indulgencia – Exasperado se acercó a su hermano menor y de rodillas frente a él le pidió en tono suplicante –Explícame, Minie...

Jimin levantó su mirada acuosa y enfocó sobre el mayor.

–Perdóname Jinie, no te mereces esto y sin embargo yo... solo sigo trayéndote más y más problemas. Primero por el dinero que usas para mantenerme y ahora esto. De verdad, necesito escuchar que me perdonas. – Sin quererlo, las lágrimas empezaron caer por sus mejillas pesadamente hasta morir sobre sus labios.

–Oh, Jimin... Yo no tengo que perdonarte nada. Eres mi hermano y le hice una promesa a nuestra madre... y aunque no hubiera sido así yo nunca te dejaría solo porque eres mi pequeño niño y te quiero – acortando las distancias y tomando al chico totalmente quebrado entre sus brazos para empujarlo a su pecho – Ahora cuéntame –

Jimin tembló –Es el tipo que me dio el préstamo para evitar que perdiéramos la casa, él se ofreció a darme ese dinero y yo prometí devolvérselo –

Jin lo separó y limpió sus ojos con los pulgares, relajandolo y brindandole entendimiento –No entiendo cuál es el problema ahora. Si prometiste pagarlo ¿Qué está buscando aquí? ¿Acaso te has atrasado con el pago o algo así? Yo también estoy juntando todo el dinero de mis ahorros para entregártelos, si es eso podemos arreglarlo ahora. Namjoon también debe que tener algo... lo solucionaremos– La sonrisa llena de esperanza y consuelo que se dibujó en su rostro le calentó los huesos de una forma tranquilizadora y serena.
Quizás había una solución y no tendría que arriesgar nada.

–Espera, Jin – Lo detuvo cuando se disponía a salir. Recordó que había algo más y que no sabía qué tan en contra podía llegar a jugarle. – él... quizás él es quién ganó la casa en las apuestas de Namjoon –

– ¿Qué? –

–Tuve un encuentro con él anoche y vi que tenía el reloj de mamá en una de sus muñecas –

–El... ¿El reloj grabado? – Estaba consternado en su totalidad, sus ojos abriéndose paso entre las cuencas a puntos de dispararse hacia afuera. Jimin asintió.

–Bueno, dijo que lo había ganado en una partida con un tonto inconsciente. Al principio pensé que no era el mismo aunque el parecido fuera espeluznante pero cuando lo tuve entre mis dedos pude comprobar que era ese... – El silencio los rodeo, lleno de verdad y condena – Es con quien Namjoon apuesta. – Afirmó después de un rato

La verdad los invadió dolorosamente, rodeándolos entre las espinas de lo incierto. Todo parecía tan fríamente calculado que daba miedo. Todo debía ser una terrible coincidencia, por su bien lo esperaba.

– ¿Cómo lo conociste? Es decir, como es que llegaste a él, no parece ser un tipo que conoces en una salida al parque – Jin se envolvió a si mismo entre sus brazos para amainar los temblores.

Jimin tragó furtivamente el miedo que lo crispaba, la hora de la verdad había llegado y no sabía si estaba listo para admitir que tenía un trabajo el cual consistía en atender sexualmente a través de un teléfono. ¿Tenía que pedir disculpas? ¿Tenía que sentirse avergonzado? ¿Podía seguir ocultándolo?

–Lo conocí por una línea de sexo telefónico – Murmuró, esperando que su tono de voz hiciera menos dramática la confesión

– ¿Llamaste a una línea de sexo telefónico y lo conociste a él? ¿Eso es lo que estas tratando de decirme? –

Jimin suspiró, era completamente lo contrario –No, él llamó a la línea que atiendo por las noches–

Procuró esperar un momento antes de buscar el rostro de su hermano que permanecía impávido, con una enorme 'O' formada entre sus labios.

– ¿Por las noches dices? – Se las arregló para preguntar, Jimin asintió –Te... ¿Te prostituyes? –

– ¿Qué? ¡No! ¡Por supuesto que no! – Se puso de pie tan rápido que la silla cayó estrepitosamente hacia atrás – No, no, no es así. Yo solo los escucho y les hablo mientras... bueno, mientras ellos se... dan placer –

–Dios mío – era demasiada información para una sola charla – ¿Fue por dinero que accediste a eso? Es tan... no puedo creer que hayas estado haciendo eso bajo el mismo techo que yo y nunca me haya dado cuenta –

–Trabajabas mucho – Admitió con culpa

– ¿Y cómo fue que llegaste a obtener ese empleo? Después de todo eres un menor –

–Respondí a un anuncio en internet, ellos buscaban personas con un tono de voz sensual y bueno... yo recordé que mamá decía que mi voz era muy linda – Explicó pacientemente, aun cuando sabía que no era fácil de asimilar a la primera vuelta – Sé que ustedes estaban haciendo demasiado por mí y por mantener la casa en condiciones, así que no iba a saturarlos con mis gastos, ahorré ese dinero para la universidad o cualquier eventualidad que se presentara. Pero ahora... le pagaré a Chanyeol con eso –

Jin solo pudo sentir enojo. No con su hermano, sino consigo mismo, con la vida, con todo lo que les había tocado pasar a ellos. Era egoísta, pero de todas las personas en el mundo, parecía que el universo se había encaprichado con llenarlos de problemas a ellos y solo a ellos. Era un pensamiento doloroso, pero a veces no podía evitar que llegue a su mente el tan quimérico "quizás si...".

Quizás si papá no se hubiera ido...

Quizás si mamá no hubiera enfermado...

Quizás si no hubieran tenido tantos hijos...

Quizás si hubiéramos nacido en una clase social más acomodada...

Quizás si hubiéramos tenido más tiempo...

Era un mundo de posibilidades fallidas que no iban a conocer, pero que gustaba de fantasear, que lo alejaban de la inmunda realidad y que tal vez, solo tal vez... si tuviera la posibilidad de volver a nacer, tendría en cuenta corregir algunas cosas.

Sería más estudioso

Aprovecharía más el tiempo con su madre

Dormiría menos y viviría más

Se esforzaría por hacer felices a los demás en lugar de esperar que ellos lo hicieran feliz a él.

Jimin lucía abatido y para nada orgulloso de lo que había estado haciendo y se preguntó ¿Hasta qué punto había llegado su preocupación para tomar un trabajo como ese? Puso una mano sobre su hombro y le sonrió.

–Saldremos de esto... Mamá nos ayudará – Y elevó una silenciosa plegaria al cielo para que, donde sea que esté, su madre los guiara por el camino que debían seguir.

"Necesito tu luz, mamá. Muéstrame lo que debemos hacer. Sé que me pusiste a cargo por muchos más motivos que simplemente ser el mayor, ayúdame a demostrarte que lo haré bien" Pidió mientras abrazaba a su hermano y le trasmitía esperanzas.

××

En la sala principal de la casa, Jungkook presionaba la rodilla de su hermano, no había que ser demasiado observador para notar que el mayor quería saltar sobre la yugular del intruso frente a ellos y arrancársela de un mordisco. Solo esperaba que Jin apresurara los trámites allí adentro con Jimin.

Ellos habían estado desayunando plácidamente luego de su sesión de besos matutinos que casi siempre terminaba con Jin sentado sobre sus piernas mientras él le acariciaba la espalda. ¡Demonios! Él estaba viviendo un sueño con el chico en cuestión. Pero habían sido interrumpidos por el timbre y lo siguiente que recuerda era estar sentado con el petulante tipo preguntando por Jimin y sin ninguna intención de retirarse ante la negativa de su presencia.

–Es una linda casa – Había dicho mientras miraba detalladamente a los alrededores – Se ve... cómoda... y modesta –

–Lo que hace linda a una casa son las personas que la habitan – Jungkook señaló

–No discuto eso, por eso este lugar me resulta malditamente encantador – Cruzó una pierna sobre la otra mientras se tiraba hacia atrás en el sillón – Y díganme ¿Cómo conocieron a mi Jimin? –

Yoongi estuvo a punto de abalanzarse rápidamente sobre el sujeto cuando la puerta se abrió y un muy confundido Namjoon los miró a todos reunidos en su sala, sin poner atención a la presencia de Chanyeol ahí. Cuando sus ojos se cruzaron con los orbes oscuros del otro, supo que estaba en problemas.

–Namjoon, siempre es un placer volver a verte – Levantó una mano hacia él en forma de saludo – Creo que ahora nos veremos un poco más seguido de lo que quizás te gustaría... – La forma en la que se expresaba, tan seguro de su poder, tan manipulador y narcisista lo estaban volviendo loco.

– ¡Basta! – Sentencio Yoongi, rugiendo la palabra con molestia y volviendo todas las miradas hacia él. Estaba cansado de la actitud altiva del tipo allí, de su manera de parecer que tenía a todos asustados y comiendo la de la palma de su mano, con su arrogancia y falsa seguridad. Pues si creía que lo intimidaba a él, estaba muy equivocado – Puedes tomar todas tus mierdas e irte de aquí, porque no hay manera en el mundo en la que tú te quedaras aquí ni un segundo más –

Chanyeol rió crudamente mientras negaba con la cabeza, gesto que solo enfureció más a Yoongi.

–Veamos si puedes reír sin dientes – amenazó y antes de que Jungkook pudiera detenerlo, SeokJin cortó la tensión con un regaño

– ¿Qué demonios está pasando aquí? ¿Son personas o cavernícolas? – Exclamó poniéndolos a todos en su lugar. Cuando los presentes lo miraron deteniendo sus acciones se dio cuenta cómo se sentía su madre cuando usaba la misma frase en ellos siendo niños y peleando por los juguetes. De alguna manera podía sentirla allí. – Vamos a hablar como gente civilizada y dotada de un cerebro que somos, ¿Bien? Namjoon por favor, descongélate y ven a sentarte –

Jimin se movió muy apretado junto a Yoongi, que no tardo en abrazarse de su cintura casi como marcando territorio, mientras que SeokJin volvía al lado de su pareja. Solo Namjoon y Chanyeol quedaron en el mismo sillón de frente a los demás.

–Lo siento, es muy temprano en la mañana y no he comido bien ¿Tendrían algo para ofrecerme?... ¿Jimin? – Chanyeol pidió

La confusión se hizo palpable pero en unos minutos el nombrado estaba volviendo con un plato con galletas y jugo colocándolo frente a él.
Chanyeol tomó una y luego estiró otra hacia el chico frente a él, instándole, con una sonrisa a tomarla. Jimin miró con desconfianza pero luego la tomo. Abrió la boca y la comió así sin más. Sin darse cuenta en la macabra mirada de lujuria del hombre.

El abogado podía disfrutar sutilmente de la manera en la que sus labios se llenaban de migajas y movía su mandíbula lentamente para masticar, sus ojos no podían perderse el bamboleo de sus mejillas de un lado a otro mientras sus muelas destrozaban la textura cremosa del bocadillo y los pequeños trozos bajaban por su garganta que se mecía de arriba hacia abajo mientras tragaba.

– ¿Otra? – Preguntó extasiado sin darse cuenta de las miradas que recaían sobre él, que no había tocado la galleta en su mano. Jimin se negó cortésmente. – Solo una más... – insistió, su tono se ensombreciendose.

–Dijo que no – Cortó Yoongi, tomado lo ofrecido y dejándola de nuevo sobre el plato

Enfermo

–Bueno, ya está bien de todo esto. Es momento de hablar. – Jin interrumpió – Escuche, Señor Park, estoy al tanto de la deuda que contrajimos con usted para salvar nuestra casa, así como también sé que es usted mismo quien la ganó en aquella apuesta que hizo mi inconsciente hermano menor. No sé lo que pretende viniendo con sus maletas hasta aquí, pero déjeme decirles que le pagaremos hasta la última moneda –

Namjoon, quien hasta ese momento había permanecido callado, observó de un lado a otro entre los presentes ¿El préstamo había venido de él?

–Dime Chanyeol, SeokJin. Y si, veo que estas informado de todo, pero no creo que sepas de las implicancias del tema, aquí. – Se acomodó sobre el lugar adoptando una postura severa y absolutamente de negocios – Les explicaré todo detalladamente... he hecho una pequeña fortuna con tu hermano el apostador, alias Namjoon, pero el día que propuse devolverle todo si me ganaba una última jugada en la cual apostó esta propiedad, terminó por hundirse. Bien, hasta ese momento solo eran negocios... Pero días después, mi pequeño chico aquí presente, me contó de su situación económica y del peligro de perder su amado hogar – silencio y desconcierto– ¿Crees en el destino, Jin? Porque resulta que mi dulce y deseado gordito fue el afectado por mi triunfo en el juego y yo no iba a permitir que quedara desamparado. No cuando yo puedo darle todo y más. –

– ¿O sea que nada de esto es premeditado? – Inquirió Jimin

–Por supuesto que no, bebé. Realmente creo que ustedes están en un agujero negro de mala suerte o algo así. Yo aconsejaría una limpieza profunda para expulsar las malas energías... –Bromeó ácidamente – Tú me gustaste antes de esto y por razones muy diferentes. ¿Pero quién dice que no se puede tener suerte en el amor y el juego? Parece que yo tengo ambos –

Yoongi apretó a Jimin más junto a él mientras lo escuchaba, ignorando que estaba causándole dolor a su novio en su posesivo agarre. Pero no podía concebir todas las palabras que salían de aquella boca maligna.

– ¿Y bien? ¿A qué viene todo esto entonces? Prestaste dinero para salvar una propiedad que prácticamente te pertenecía y ahora estas aquí. ¿Qué pretendes? – Fue Jungkook quien habló esta vez, acariciando las manos temblorosas de Jin entre las suyas – Porque si se trata de dinero ya quedó claro que será devuelto –

–Exacto, a eso íbamos. Mi pequeño niño aquí, firmó un pagaré donde estipulaba las condiciones del préstamo. Y de hecho fue solo una: Dejarme cortejarlo durante el tiempo que durara el préstamo. – Sus labios se apretaron en una linea fina unos segundos para después volver a reír – Bien, la letra pequeña, decía que si Jimin no cumplía con esa pequeña condición, entonces yo debía garantizar el pago de otro modo que yo creyera viable–

–Venir a vivir aquí – Concluyó Kook

–Y por eso estoy aquí. Debo proteger mis inversiones y hasta que no se me devuelva el valor final tengo derecho a permanecer aquí. Después de todo, la casa de una u otra forma me pertenece. Es la garantía del pago. –

El cuerpo duro de Jimin estaba inmóvil, aún en la protección de todos había una parte de él que se sentía culpable y asustado.

–¿Qué quieres para dejarnos en paz? Te conozco, también tienes un precio.– Fue Namjoon quien habló, había estado escuchando, sacando conclusiones y haciendo su propio análisis del tema.

–A Jimin... O en su defecto el dinero. –

–NO– Fue el grito determinado entre Yoongi y Namjoon

–Bien, entonces pueden mostrarme mi cuarto porque no pienso confiarme –

–¿Siempre fuiste así? –Jimin lo miró desconcertado

–No soy malo, Jiminie. Algún día entenderás que te quiero y me encantas. Fuera del cariño que te tengo, esto es solo negocios. Si algo he aprendido es a no mezclar dinero y amor. Pero tú, cariño, lo vales todo.–

–Yoongi, Jungkook – Jin llamó su atención obligándolos a mirarlo. – No quiero ser descortés, pero este asunto es un poco delicado y, aunque agradezco su presencia aquí, les tengo que se retiren a su casa por el momento. Me haré cargo– Ordenó, su tono frío indicaba que no estaba en condiciones de discutir.

A pesar del desconcierto de los hermanos Min, sabían que no había lugar para reclamos y mal que les pese tenían que retirarse de ahí.

–¿Estarás bien? – Preguntó Yoongi dulcemente

–Estaré bien, te llamaré luego ¿Si? –

–Hazlo – Murmuró poniéndose de pie, Jimin lo acompañó hasta la puerta, alejándose de la vista de los demás solo un poco para obtener privacidad – Por favor, no cedas a las locuras de éste idiota. –

–No te preocupes, los chicos están aquí, ellos lo manejarán. –

–Bien, cuidate – Acarició su mejilla – Te quiero.

– Te quiero también –

Un corto beso después y Yoongi estaba afuera, Jungkook sumándose segundos mas tarde, despidiéndose a regañadientes y deseándole fortaleza.

Jimin volvió al sillón y todo cambió.

–Bien, señores. Hora de la verdad – Jin dijo y hasta Chanyeol sintió escalofríos por su repentina seguridad.

××

¡Buenas! ❤️

Aquí estoy con un capítulo más, bebés. Les agradezco por tanto amor, estoy muy sorprendida de que a pesar del tiempo sigan leyendo esta obra. 🙇🏻‍♀️

Mañana voy a subir algunos capítulos más previos al final ಥ‿ಥ

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