Capítulo 40
–Yoongi~ – Jimin jadeo divertido mientras sentía cómo los tibios labios del chico saboreaban la piel de su cuello – Basta, por favor ~
–Mmh eres tan sensible, bebé – Murmuró allí mismo, encendiendo el calor aun mas entre sus cuerpos. Jimin intentaba quitarlo del camino cuando fue tomado desprevenido y acorralado a un lado
–Yoongiiii ~– Lloriqueo
–¡Hey Jimin ¿podrías traer más frascos de anchoas? Se acabaron en los estantes! – El grito de Taehyung los paralizó a ambos en sus lugares, pero no duró demasiado hasta que Yoongi volvió a consumir la piel del chico entre sus brazos.
Jimin intentaba inútilmente contener las risas, por las cosquillas y por la felicidad, sin embargo el chico que lo apresaba entre sus brazos y la pared no parecía querer soltarlo pronto
–Si no voy a reponer las góndolas Tae entrará aquí – Susurró mientras sus manos seguían forzándose a empujar el cuerpo ansioso del mayor
–Déjalo que entre y reponga él, no está haciendo nada después de todo – Gruñó cuando se vio impedido de probar los labios de su novio
–No, Yoonie... podría vernos y... – Jimin debilitó la fuerza de sus brazos y el otro aprovechó para pegarse más a él, lamió lentamente el lóbulo de su oreja y se regocijó en el leve gemido que le arrancó ¡Cuánto tiempo había soñado con escucharlo gemir entre sus brazos!
– ¿Vendrás esta noche a casa, no? – El aliento de sus palabras chocó contra su piel enviándole una exquisita sensación de placer por la columna que lo hizo jadear – ¿Jimin? ¿Vendrás? –
Juntó toda su fuerza de voluntad para abrir los ojos y enfrentar a su novio con sinceridad.
–Lo siento, Chanyeol pidió verme hoy... Prometí ser sincero con él así que hoy le diré que no puedo seguir con este trato –
Yoongi se alejó un paso y lo miro a los ojos, no quería que la molestia escapara por su mirada pero no quería, ni pretendía compartir el cariño de Jimin con nadie más, ni siquiera con el 'tan noble y caballeroso' Chanyeol de quien ya estaba hasta la coronilla de oír.
El gesto en el rostro de Jimin se entristeció, eso le decía, a Yoongi, que él tampoco la estaba pasando bien teniendo una deuda tan grande con el desconocido pero necesitaba de su apoyo, así que hizo todo lo posible para enviar la amargura muy dentro de su cuerpo y le sonrió solo un poco para transmitirle calma.
–Está bien, bebé. Si terminas temprano ve a mi casa ¿Bien? Creo que mi hermano estará en la tuya así que no creo que haya problemas – una de sus manos suaves le acaricio con dulzura una mejilla y luego se acercó hasta tomar su labio inferior entre los suyos y chuparlo solo un poco
–Gracias por comprenderlo, Yoonie – Sus ojos se cerraron solo un poco y sonrió enternecido– Chanyeol es un buen chico, el entenderá. Sabe que le pagaré –
–Lo sé, pero debes enviarme un mensaje ¿Si? Tienes que saber que soy tan celoso como el infierno y no me simpatiza la idea de que mi chico este cenando con otro. Pero no quiero hacer esto más difícil para ti –
Por mucho que Yoongi quisiera ocultar su malestar Jimin podía sentirlo en su tono fingido de comprensión, pero eso, lejos de molestarle, le causaba una sensación de alegría. Nunca lo habían celado, y aunque sabía que ese no era un buen sentimiento, también podía sentir la confianza de Yoongi puesta en él, así que sonrió.
Jimin sonrió por todas las veces en las que pensó que el amor nunca llegaría hasta él. Por todos los momentos en los que su mente le hizo creer que él no era suficiente para nadie y que nunca lo seria.
–Te enviaré un mensaje entonces, no quiero que mi novio esté intranquilo – Le robó un pequeño beso antes de escabullirse de aquel rincón donde habían estado jugando con anterioridad.
El mayor quedó allí unos segundos más, sonriendo y negando con la cabeza. Estaba perdido, había caído por Jimin como un ciego podría caer a un pozo en la calle, solo que éste era un agujero negro ¿y lo mejor? es que estaba absolutamente feliz con eso.
Jimin cargo su pequeño carro con frascos de pepinillos ¿O le habían pedido anchoas? Por las dudas llevaba una carga de ambas cosas, y es que tenía la cabeza en medio de las nubes desde que Yoongi le había confesado sus sentimientos. Todavía había cientos de dudas en su interior pero él estaba tratando muy duro de no ceder ante las inseguridades.
Su mente era cruel y todavía tenía un largo camino para poder dominarla y transformar su concepción de sí mismo. Mientras tanto había evitado caer en las recurrentes ideas sobre que Yoongi podría dejarlo en cualquier momento por alguien más atractivo o interesante. También estaba intentando deshacerse de aquella sensación que le decía que él no era suficiente para alguien como Yoongi y que ante la primera oportunidad, el otro se marcharía.
No, ya no quería pensar así. Él no era menos que otras personas, era único y su cuerpo era perfectamente válido como todos los demás. Ahora, cada mañana, había tomado por costumbre el mirarse unos segundos en el espejo y dedicarse una mirada de dulzura. Sus estrías empezaban a verse más lindas y sus largos rollitos de carne alrededor de su cintura eran magníficos, tanto que quería abrazarse. Mirándose un poco más pacientemente descubrió algunos lunares nuevos que adornaban su cuello y torso e incluso tuvo la necesidad de exfoliar su piel y ponerse algunas cremas hidratantes (cosa que nunca antes había pensado en hacer) y también descubrió que sus ojos eran más claros en el sol que en la sombra. ¡Y cuántas cosas más habría por descubrir!
"Estas bien Jimin, todo está bien con nosotros y quien no puede verlo está bien también, cada quien con lo suyo"
Ellos no tienen razón todo el tiempo.
Y luego de aceptar esto, él podía jurar que se sentía mucho más liviano y ligero. Quizás no era literalmente menos pesado, pero al quitarse todos aquellos prejuicios de la mente, todo parecía mejor.
–Hey, lindo... ¿A qué hora tienes tu descanso? – Exclamó una voz familiar detrás de él antes de recibir un húmedo beso en su mejilla –
Todo su cuerpo se tensó al sentir el contacto y tuvo que tragar fuerte el desconcierto, giró un poco sus pies para encontrarse con la mirada castaña que le sonreía.
– ¿Hobi? ¡Hey! Pensé que habías desaparecido del mundo – Le pegó en el hombro amistosamente
–Bueno, yo estuve algo ocupado con mis exámenes ¿Sabes? Pero tampoco puedo decir que haya recibido un mensaje tuyo en mi teléfono, mal amigo – Lo regañó hasta verlo bajar la mirada para luego abalanzarse hacia él y apretarlo en un abrazo fuerte – Oye, por lo menos tienes que abrazarme ya que no te preocupaste por saber si aún estaba vivo o muerto –
Jimin sonrió, extrañaba esa calidez del corazón del chico sonrisa y todo su esplendor. Así que se dejó abrazar y él también se atrevió a levantar los brazos y corresponder al gesto con cariño.
–Estas muy lindo ¿Lo sabes? Tienes esa luz en tus ojos que no había visto antes – Murmuró entre sus cabellos
Jimin iba a contestar, iba a agradecerle porque gran parte de todo empezó por Hoseok pero entonces alguien había carraspeado detrás de ellos y sabía que la había jodido en grande si Yoongi malinterpretaba su muestra de amistad.
Así que se soltó lentamente y giró para enfrentar a su novio con una disculpa en los labios hasta que vio delante de él a Taehyung golpeando su pie contra el piso con impaciencia.
–Tu deberías dejar de molestar a mis trabajadores – Regañó al mayor pero el otro solo rió y se adelantó hasta abrazar a su amigo y besar su boca con alegría
– ¿Estas celoso? Sabes que Jimin es mi bebé pero tú... Tú eres mí...– Y Jimin no pudo escuchar nada más porque lo que sea que haya dicho lo susurró en la oreja de su amigo, pero seguramente no era algo malo por la amplia sonrisa que se plantó en su rostro
–Hablaremos de esto luego – Intentó parecer serio pero no tuvo el éxito que quizás esperaba porque Hoseok estalló en risas – De todo modos no puedes estar molestando aquí, compras o te largas – Sentencio y se retiró de allí de manera determinante
–¡Hey, hey...! ¡no me puedes correr! soy tu novio y demando, no, exijo tener un trato exclus... – Se alejó detrás de Tae mientras argumentaba cosas que no entendía pero algo le había quedado claro: ¿Novios? Sí, eso era exactamente lo que había escuchado.
Y fue más feliz aún, por Taehyung.
××
Namjoon se encontraba en el antiguo cuarto de su madre, el cual actualmente era de SeokJin. Los viejos alhajeros de porcelana antigua no estaban donde comúnmente los colocaban y lamentablemente había tenido que hacer un pequeño desorden en el cuarto del mayor para encontrarlos.
Pero ya no había nada allí.
De alguna manera todos los pequeños recipientes se encontraban vacíos. La desesperación empezó a poseerlo y la ansiedad por encontrar alguna cosa de valor, cualquiera, estaba tomando su cuerpo.
–Las cosas de mamá ya no están ahí – Las palabras de Jin fueron frías, el mayor estaba de pie frente a la puerta con el hombro levemente apoyado sobre el marco de madera – Deja ya de esculcar sus cosas –
–No estaba haciendo eso, me asusté al no verlas y pensé que un ladrón las había tomado –
¿Más ladrón que él mismo? sabía qué, si existía un más allá, su madre estaría muy avergonzada de él.
– ¿Cómo va el trabajo en la panadería Nam? – Indagó cambiando rotundamente de tema
–Bien, bastante bien – Respondió sin problemas mientras metía sus manos en los bolsillos totalmente despreocupado – La señora Kang ha aumentado la variedad así que ahora hay más trabajo por esos lares –
– ¿Cómo está la señora Kang, Namie? – Poco a poco Jin relajó su postura rígida y se introdujo en el cuarto para finalmente sentarse sobre la cama perfectamente hecha – Ella ya no manda pan a casa –
–Ah, sí. Las ventas son muy buenas, no tenemos sobras de pan – Excusó – Ella está muy bien, ya sabes... –
–Si Namjoon, yo se... sé qué hace dos meses no trabajas para ellos porque te despidieron por llegar tarde o retirarte antes. También sé que están a punto de venderla porque están en quiebra ¿Por qué estas mintiendo tanto? ¿Por qué de repente las joyas de mamá comenzaron a desaparecer? ¿Por qué desapareces por las noches y vuelves por la mañana? –
El menor le dio la espalda, no tenía alguna respuesta válida para todas esas acusaciones. No había nada que lo eximiera de sus culpas en estos momentos y consideró que era mejor guardar silencio y dejar que el montón de mierda le cayera encima.
Jin contuvo las inmensas ganas que tenia de abofetearlo, le había arrebatado poco a poco todos los tesoros que tenia de su madre y ya casi no le quedaba nada, le había dejado un señuelo para atraparlo y el menor había caído fácilmente. Pero ahora lo que más le preocupaba era ¿Qué estaba pasando con él?
Esto era como cuando los padres dicen "¿Qué hice mal?" pues bien, él consideraba que su madre había realizado un gran trabajo criándolos e inculcándole todos los valores que necesita uno para desplazarse por la vida sin herir a nadie.
–Habla Nam, quiero saber si puedo ayudarte en algo o si estoy haciendo algo mal por ustedes. Tú y yo estamos juntos en esto ¿Bien? Podemos solucionarlo si te abres a mí, mírame – Jin lo rodeó hasta que estuvo frente a él, se metió en sus ojos y sintió las lágrimas acumularse en los suyos – ¿Recuerdas que mamá decía que tú y yo éramos el complemento perfecto? Que tú eras el cerebro y yo el corazón... Podremos con esto también –
Namjoon tragó aire en una bocanada, necesitaba contener sus lágrimas, sabía que todo estaba fuera de control para él. Les había fallado vilmente y con todos sus sentidos en su lugar, él era escoria... ¡Miren que fallar a la memoria de su madre cuando le prometió cuidar de la familia por ella! ¿Quién demonios hacia eso?
–Pero mamá confiaba más en ti, Jinie. Y creo que tenía razón, yo no soy de fiar. Mira lo que he hecho, casi nos dejo en la calle –
– ¿Qué está pasando? – Borró la humedad de una lagrima con su pulgar
–Lo perdí todo, Jinie. Estoy perdiendo todo lo que amo por un maldito vicio que no me deja vivir... quiero hacerlo, quiero recuperar los tesoros de mamá pero cada vez queda menos, yo... yo no sé qué hacer – Sus rodillas se doblaron llevándolo a caer pero SeokJin lo sostuvo fuertemente entre sus manos, y aunque el peso era demasiado, él, no lo iba a dejar caer solo. Así que poco a poco terminaron los dos sobre el suelo frio de la habitación.
Jin arrulló a Namjoon entre sus brazos, como cuando eran pequeños, besó su frente y frotó su espalda hasta que las lágrimas dejaron de salir y el sollozo se esfumó completamente.
–Tranquilo Namie, saldremos de esto ¿Bien? No estás solo, nunca lo estuviste, siempre pudiste contar conmigo. – Murmuró sobre su sien tratando de tragar aquel quiebre en su propia garganta – Confía en mí, no te dejaré caer otra vez –
Con esta promesa, Jin estaba comprometiéndose no solo cuidarlo, sino también a traerlo de regreso a su lugar en la familia, un lugar que siempre estuvo allí pero que el menor pensó que no era merecedor de tener.
××
Jimin ensayaba las palabras que debía decir a Chanyeol, el vapor salía de entre sus labios en cada exhalación y sus ojos se apretaban fuertemente cuando olvidaba alguna línea. Quería hacer esto bien, Chan no se merecía ser despreciado y Jimin por nada del mundo quería hacerlo sentir así. Por lo tanto pensó y meditó cada una de sus palabras, asegurándole que cumpliría con su pago pero que ellos no podían seguir viéndose como lo venían haciendo.
Ahora tengo a alguien que me quiere y a quien yo quiero ¿No es eso algo único en el mundo?
Desde la entrada del restaurante podía ver la sonrisa perlada de Chanyeol, siempre tan pulcro y puntual. Bien, esperaba que el hombre fuera igualmente comprensivo con él.
Era de los buenos, así que seguro comprendería.
Además, alguna vez había dicho que lo quería, si era así ¿No querría que estuviera feliz también? Eso es realmente lo que esperaba.
Paso a paso se adentró al lugar hasta situarse frente a la mesa. Chanyeol intento levantarse para ayudarlo a sentarse pero Jimin le extendió la mano para que se detuviera.
–Tranquilo, puedo solo – Sonrió – ¿Cómo estas, Chanie? –
–Buenas noches, belleza. Muy bien ¿Y tú? ¿Me extrañaste? Porque yo sí –
Jimin rió si saber qué contestar, el otro frente a él tenía una sonrisa que le arrebataría la respiración a cualquiera.
–Bien, yo... quiero hablar contigo de un tema –
–Está bien, bombón. Pero primero ordenemos, muero de hambre ¿Tu no? – El mesero llegó y pronto tomó sus órdenes, se enfrascaron en una conversación superficial y el menor estaba lejos de decir lo que había planeado.
Mientras los minutos corrían, el aleteo en el pecho de Jimin se descontrolaba más y más. La ansiedad estaba enviando fuerte dosis de miedo a su sistema nervioso y no sabía cuánto más podía estar allí sin sufrir una taquicardia y tener que llenarse la boca de comida para no ceder.
Respira, Jimin. Respira lento y pausado. Piensa en otra cosa, piensa en...
– ¿Chanyeol? –
– ¿Umh? – Chanyeol levantó la copa hasta sus labios y la camisa se corrió dejando a la vista la brillante joya
– ¿De dónde sacaste el reloj que traes en tu muñeca? –
– ¿Esto? Ah, bueno. Es un pequeño premio – Sonrió con dulzura – ¿Pasa algo? Estas pálido, Minie –
–Es un reloj de mujer –
–Oh, sí. Pero es tan lindo que sería un desperdicio dejarlo en casa –
Jimin no podía negarlo, ese objeto era idéntico al de su madre. Pero no podía ser ¿No? Después de todo el de su madre tenía un pequeño grabado atrás. Tenía que ser una perturbadora coincidencia.
–Lo siento, es que... es muy parecido a... no es nada, olvídalo – Desestimó la escena. Bien, por lo menos había acabado con el ataque de ansiedad.
– Mamá tenía uno igual –
–¡Qué coincidencia! – Fingió meditarlo – Pero no creo que sea el mismo, éste tiene un lindo grabado en la parte trasera – Afirmó
– ¿Gra- grabado? – El tenedor de Jimin cayó hasta chocar con su plato – ¿Puedo verlo? –
Chanyeol asintió y despacio quitó el reloj de su muñeca hasta entregárselo. Las manos de Jimin temblaban cuando lo sujeto, lo giró de a poco hasta que encontró la frase. Palideció.
"Todo cambia"
Él nunca había entendido lo que aquello significaba.
–Chanyeol... ¿que- que clase de premio es este? – Sus ojos se aguaron rápidamente, no había duda de que fuera el de su madre
–Una apuesta. – Tomó el objeto nuevamente y lo colocó una vez más en su piel – Suelo hacer algunas jugadas y hay un chico en particular que adora perder contra mí. Un pequeño inconsciente que me está haciendo rico –
No tenía duda de que estaba hablando de Namjoon. Aún cuándo sus lágrimas no dejaban de caer sintió el pánico volver a consumirlo e inevitablemente empezó a hiperventilar, de repente todo empezó a verse borroso y sus lágrimas no dejaban de caer por su rostro hasta el mantel blanco.
Chanyeol tomó su copa tranquilamente, bebió del vino rojo sangre y lo miró impávido.
Oh dios, debía mandarle un mensaje a Yoongi. Aun con las manos temblorosas tomó el teléfono y marcó un mensaje debajo del mantel.
«Ven por mi, pronto»
–Bien, creo que tenías algo para decir ¿No es así? – Habló sin inmutarse
Jimin carraspeo tratando de expulsar su miedo.
–Te pagaré – Su voz salió más quebrada de lo que hubiera querido
–Lo sé, estoy seguro de que lo harás –
–Pero no puedo seguir viéndote así, no puedo cumplir esta parte del trato ahora. Lo siento –
Chanyeol asintió lentamente, su rostro no denotaba emoción alguna y eso era más escalofriante. No quería saber el porqué de sus razones, no quería saber por qué se había atrevido a llevar el reloj de su madre y estaba seguro de que siempre supo que el dinero prestado era para la casa que seguramente él mismo había ganado de la mano de su hermano Namjoon ¿Por qué seguir con esto entonces? ¿Por qué perseguir a Jimin y ayudarlo de todas maneras si era su propio dinero?
–Debes saber que firmaste un pagaré, así que no tengo dudas de que me devolverás cada centavo... pero también debes saber que el cortejo de mi parte hacia ti es parte del trato, bebé –
– ¿Qué? –
–Así que, hasta que no me pagues centavo sobre centavo, deberás seguir viéndome cada vez que yo te lo solicite –
–Oh dios, pero no puedes obligarme... – Se quejo indignado y sorprendido del giro de la situación
–Hay maneras, soy un abogado que sabe lo que quiere... y nunca pierdo. Pregúntale a tu hermano si no me crees – Se burló
A lo lejos Jimin pudo ver el abrigo negro de cuero que le pertenecía a su novio, sus lágrimas otra vez estaban bañando sus ojos, se apresuró a pararse. Tenía que salir de ahí.
–Lo siento, debo irme. No me encuentro bien – Se excusó saludándolo forzadamente y salió del lugar
El mayor se quedó sentado sirviendo un poco más de vino en su copa tranquilamente.
–Ve tranquilo, descansa. Tendrás algunas sorpresas por la mañana – Espetó para si mismo, aún sabiendo que nadie estaba escuchándolo.
××
Se está poniendo bueno o qué? 😬
Les abrazo 🤗❤️
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