Capítulo 33
Un par de desconocidos.
Eso es lo que eran y lo que fueron siempre.
Jimin nunca conoció más de Yoongi de lo que mostraba.
Yoongi jamás vio más allá de lo que Jimin aparentaba.
Un par de idiotas sin rumbo, como un viajero que se pierde en una autopista abandonada y sigue al sol para guiarse. Pero se detiene en la noche, porque ya no hay luz. Ya no hay sol, ni hay camino para recorrer. Y sin ningun atisbo de luz para guiarse, simplemente se pierde.
Así que se sienta sobre la chapa de su automóvil, esperando que el sol vuelva a aparecer y así encontrar la ruta. Encontrarse. Y continuar.
Yoongi lleva el yugo en su espalda, indeciso de soltarlo, cargando duramente con él en silencio, aunque su garganta queme por gritar.
Jimin lleva el peso en su mente, en sus miedos y en las mentiras que se dijo a si mismo y en su falta de fe en él. Los kilos de más son sus temores, su falta de indulgencias por su persona y del duro castigo que se da a si mismo a pesar de que no hizo nada para merecerlo.
Lo siento, no lo hizo.
El no debe castigarse por no haberse amado lo suficiente como para decir basta. No debe reprenderse por haber entregado su dignidad a merced del que quisiera maltratarla. Mucho menos flagelarse por cada una de las veces en las que decidió callarse.
Jimin debe abrazarse fuerte, juntar sus pedazos uno por uno y reconstruirse. O construirse. Ser quien el siempre quiso ser, debe ignorar lo que el mundo grita. Debe darse una oportunidad para ser feliz. Dejar de luchar contra lo que es.
Ser feliz.
Ser feliz por si mismo, no por lo que los demás esperan de él o por lo que les pueda demostrar allí afuera. Nadie puede darle tanto amor como el que se puede dar el mismo.
Por eso, mira a Yoongi desde lejos. Renunciando a él de todas las formas posibles. En mente, alma y corazón. Ellos no pueden estar juntos, no cuando el enorme abismo que existe entre ambos no los deja acercarse.
Son agua y aceite.
Ambos tan parecidos pero tan diferentes a la vez.
Pero ¿No son las piezas de un rompecabezas diferentes antes de encajar?
Aunque ellos parecen ser de diferentes rompecabezas. Ambos tan iguales, pero de cajas diferentes.
–Jimin ¿Puedes permanecer en la caja hasta mi regreso? Luego de eso puedes ir a casa– Taehyung lo llama y Jimin no puede estar mas agradecido. Porque el lugar se siente tan pequeño con Yoongi al rededor y el aire escasea para ambos.
–Si– Dice y sale a toda velocidad hacia su puesto, dejando atrás al mayor, sus miedos y las palabras en el aire.
Pero siempre hay un nuevo desafío que enfrentar ¿No es así la vida? El mundo da vueltas y de cuando en vez tropezamos con las piedras del camino.
–¡Ooh, mira esto por favor! – Maldita sea, si pudiera esconderse lo haría porque todas sus palabras de fortaleza no funcionan en casos de presión– Oye, querida ¿En verdad vas a comer todo eso?–
Oh dios, una nueva víctima. Es una chica. ¿Donde esta el héroe que siempre aparece en estos casos? Donde esta el chico de los doramas que se presenta ante los idiotas y rescata a la chica gorda, luego ellos se mirarían y se sonreirian con cariño.
Cierto, no está. Porque no existe.
Jimin puede oír a los bastardos entre las gondolas molestando a la indefensa muchacha en el sector de galletas. ¡Demonios! Quiere ir por ella, salvarla de la humillación y decirle que todo va a estar bien, que los ignoren. Ellos se cansaran y se irán por donde vinieron.
Porque Jimin sabe lo que se siente esperar a que te salven pero que nadie lo haga y todos observen como te maltratan el cuerpo, el alma y la vida.
Mira por la pantalla, la cámara de seguridad que apunta a ese pasillo y luego a la chica en cuclillas sosteniendo dos paquetes de galletas de chocolate y un pote de helado. Los dos chicos también están alli, detrás de ella profesando su malestar al verla comprar comida.
"Ignoralos, si. Muy bien. Ellos se cansaran y se irán" Le promete Jimin aunque ella no lo escuche, olvidando que luego esos idiotas vendrán por él.
–Deja algo para nosotros, no vayas a comprar todo...– La risa más idiota surge de sus labios y Jimin siente que jamas ha aborrecido un sonido tanto como ese.
La chica se pone de pie, continua sin fijarse en ellos.
"Bien, lo haces bien. Ven, paga y te vas"
Se siente tan identificado con la muchacha que es inevitable no tensarse con la situación.
Uno de los tipos parece acercarse más a ella y murmurar cosas en su oído, luego las risas se extienden por todo el lugar y ella baja la cabeza.
"Oh, no. No llores cariño. No les des el gusto"
Murmura, pero sabe que hay momentos en los que es imposible ahogar el llanto. Hay momentos en los que te rompen tanto y siguen pisando tus piezas que la garganta duele por quebrarse a llorar.
Es hora de entrometerse, esa chica allí no se lo merece. No pueden hacerle esto. Él debe ser valiente por los dos, Jimin tampoco merecía tantas cosas y aun así no tuvo a nadie que viera por él en el pasado. Bien, él no sería uno mas de los que mira en silencio.
Toma la pistola etiquetadora entre sus manos y se dirige hasta allí, pasillo 3. El miedo calandole el alma. Y aunque el aparato no pueda ser letal, siempre puede darle duro en la cabeza con él.
De pie en un extremo del pasillo, la escena da más miedo que a través de la pantalla. Jimin no puede defenderse a él mismo, pero puede defender a otros ¿no? Sobre todo si es un inocente chica que es hostigada sin razón, sólo por su apariencia y porque estos idiotas no poseen neuronas en su encéfalo.
Uno de los tipos esta detrás, riendo de lo que el otro hace. Porque así son, el valor les llega cuando están en grupos. El verdadero problema es el otro, el que esta detrás de ella. Murmurando quién sabe qué barbaridades para ella. Jimin casi puede sentirlo quebrando su autoestima, denigrándola y humillándola sin piedad y sin razón.
Oh mierda, Jimin se está viendo a sí mismo en ella. Se está proyectando y eso lo deja tieso. No puede actuar, ni defenderla, porque él no es más que ella, no es diferente. Incluso cuando ve que el tipo se acerca aún más y luego ríe como hiena salvaje no puede reaccionar.
–Ire por Yoongi...– Se dice y gira sobre sus talones para correr al deposito por el chico que podría poner orden allí.
–Oh~ – El aplauso sarcástico resuena por la tienda y luego una risa femenina– Por favor, dime que no quemaste tus dos unicas neuronas al intentar formular ese insulto para mí–
–¡¿Qué mierda, ballena?!–
Si, ¿qué mierda?. Jimin detiene su caminar y luego voltea a ver lo demás.
De repente ella se ve tan fuerte, tan imponente y hermosa.
–Oow, "ballena". ¡Así me llamaban en jardín de infantes! Bien, tienes el coeficiente intelectual de un niño de cinco años... De verdad te subestime– Ella le guiño un ojo. Y luego tomó otro paquete de la góndola bajo la indignación de todos los presentes
–Sigue comprando galletas gorda, debes tener un pozo sin fondo en el estomago–
–Cada minuto me sorprendes más, cariño... Te diste cuenta que soy gorda, buena observación ¿Cuanto tiempo te tomo notarlo?–
Jimin no se sentía cómodo allí, pensó que ella perdería el valor en cualquier momento y rompería a llorar, él haría eso.
Pero ella no.
La risa de los otros era cada vez mas forzada.
–¿Cuantos kilos pesas, como mil?– Se codearon el uno al otro para festejar su mal producido chiste pero ella siguió impávida ante esto, una pequeña sonrisa de diversión de pintara en su rostro.
–Y ojalá pesara dos mil, así podría sentarme en tu vacío cráneo y aplastarlo con mi trasero–
Las risas se extinguieron. No era divertido si ella se defendía, si sus devoluciones eran mas inteligentes que sus burlas. Y con la dignidad arriba y la mirada salvaje sobre ellos. Nunca agachó la cabeza.
Se fueron, ellos callaron y se retiraron con la cola entre las piernas y Jimin nunca supo qué demonios paso con ellos.
–Oh, por favor. Pensé que estabamos en el siglo veintiuno, no en la edad media... ¡Dioses!– Ella dijo a la nada luego de verlos marcharse.
Sorprendió a Jimin mirándola atónito y una sonrisa relajada salió de ella.
–¿Cuántos idiotas se necesitan para intimidar a una gorda? – Bromeó con él, pero Jimin no se sorprendió– No a mi, ni con todo un ejercito.–
Ambos rieron y Jimin volvió a su puesto en la caja. Jamás había conocido esa clase de valentía y por supuesto nunca había visto a alguien orgulloso con su peso como lo estaba ella. Ella lucía tan genial, quería hablarle, ser su amigo y hacerle miles de preguntas.
–Dios, por eso odio ir por las compras de mis sobrinos– se acercó a la caja con su compra, la mayoria eran dulces– No tienes idea de cuantos idiotas como ese me han acosado –
–Creo que lo sé – dijo Jimin, remarcando la ironía en la frase. Por supuesto que lo sabía–
–Lo siento, seguro que lo sabes... – Extendió su frase esperando a que el chico de mirada herida se presentara
–Jimin –
–Claro, Jimin ¿Sabes? El problema no es lo que ellos digan... ellos siempre quieren hablar, quieren demostrar lo inteligente y temerarios que son... sí, claro molestando a los más débiles. – Rio con sarcasmo – El verdadero problemas es cuando tú empiezas a creer que ellos tienes razón. No les crees ¿Verdad? –
Un silencio profundo se hizo entre ambos donde todo lo que escuchaba era el pitido de la registradora.
–¡Oh, dios. Les crees!. – Se lamentó ella – Mira Jimin, ¿acaso yo parezco una ballena?
– ¡Dios, no! Eres hermosa – El rubor trepo rápidamente hasta sus orejas luego de decir eso
–Bueno, gracias. Sin embargo eso no es lo que ellos creen de mí y tampoco es que importara. Lo que de verdad importa es como me veo a mi misma y lo que reflejo hacia la gente que me ama – Ella sonrió – ¡Eres lindo Jimin, tus mejillas son tan lindas! –
Ambos soltaron una carcajada por su entusiasmo
– Soy Sora, volveré aquí. Ten, va por mi cuenta– Le obsequió una de las galletas que llevaba – Si eres como yo, amas el chocolate –
–Gracias – Asintió con una sonrisa guardando el presente en el bolsillo de su mandil.
Desde su lugar, Jimin vio ingresar a Namjoon a la tienda, Sora estaba de salida cuando su hermano se detuvo frente al mostrador frente a él.
Namjoon tenía la típica expresión molesta, sabía que por su mirada algo no andaba bien. Su hermano fijó su mirada en el paquete que Jimin guardaba en el bolsillo de su delantal.
–Deberías dejar eso de una vez ¿Acaso no te viste en un espejo?– Gruñó y Jimin sabía que él solo estaba demasiado frustrado, normalmente él no le decía nada, lo ignoraría. Tampoco es como si compartieran demasiado tiempo.
– ¡Hey, idiota! ¿Acaso no te viste tú? Seguro que no, pero déjame decirte que buena falta te hace – Sora regresó luego de escuchar el maltrato del mayor e intervino indignada.
Jimin se tensó cuando los muy enojados ojos de su hermano mayor buscaron la voz de la chica.
–Sora, no... – Las palabras murieron en los labios de Jimin cuando Namjoon habló
– ¿Qué carajos? – De pronto el mayor parecía enorme y cabreado dirigiéndose a ella
–Pídele disculpas, simio sin cerebro – Ordeno ella sin retractarse
–Es mi hermano, Sora –Suplicó Jimin, temiendo por la seguridad de ella
–Oh, lo siento... ¿Eres su hermano? – De pronto su voz sonó más baja y arrepentida mientras le señalaba a Jimin – Entonces..., pide perdón... – Volvió a ordenar – De rodillas. –
– ¿Quién demonios eres? – pregunto Nam
–Alguien que no soporta a idiotas como tú –
–Oh, Sora... Está bien, no es necesario, yo entiendo a mi hermano. Él cuida de mí después de todo –
–Bien, Jimin. Me disculpo contigo – Le habló directamente al menor – Pero tienes que saber que cuidar de alguien no es solo físico, también es cuidar de sus emociones – Se dirigió a Namjoon.
Sora salió, dejando aturdidos a los dos detrás de él. Tenía ese maldito impulso de hablar por los demás y quizás ésta vez la había cagado. Miren que hablarle así al hermano del chico que acababa de conocer. Pero estaba bien, si por lo menos le había sacudido un poco los huesos al tipo, estaba bien.
"Lo siento, Jimin" Pudo escuchar antes de cruzar la puerta y su corazón saltó en su pecho. Sí, definitivamente hoy era un buen día.
××
Yoongi salió para encontrarse a Jimin teniendo una discusión con su hermano mayor. El quería ignorar el cuchicheo incesante de ambos del otro lado de tienda, pero lo que no podía obviar era los ojos consternados del menor. Así que se acercó lo más que pudo y empezó a vaciar el estante de los cafés.
"No puedo decirle esto a Jin, Jimin. Lo destrozaré si lo hago"
"¿Pero qué puedo hacer yo? No tengo manera de ayudarte"
"Tienes que ayudarme hermano, sabes que no tenemos a nadie más y en mi trabajo no puedo pedir mas adelantos"
Problemas de dinero, claro.
Jimin suspiro y su rostro lucia acongojado desde donde Yoongi lo veía.
"Esta bien, Nam. Veré qué puedo hacer. Hablaré con Tae"
"Gracias, Jimin... Y lo siento, ya sabes, por lo de hace rato"
"Esta bien, te diré si tengo novedades"
Namjoon salió después de su conversación y Yoongi no pudo evitar preocuparse al ver al chico tan decaído. Luchó contra su propio orgullo y se acercó hasta él.
–¿Todo está bien?– Preguntó sin ocuparse en fingir su preocupación.
Jimin lo miró sorprendido y luego bajo la mirada hasta sus pies.
–No, nada está bien– Respondió y salió del cubículo – Iré al baño, cubreme por favor–
No pudo decirle nada más pues el chico estaba perdiéndose en las puertas del deposito dejando a Yoongi con su preocupación en medio de la tienda.
××
¿No es este de sus capítulos favoritos? Porque el mio si!
ෆ╹ .̮ ╹ෆ
Que tengan una linda noche 🥰
4/4
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