Capítulo 28
Jimin vestía su ropa más linda, ese conjunto que guardaba celosamente para eventos muy importantes o salidas especiales.
No sabia qué tan especial podía resultar esta ocasión pero no podía ir vistiendo sus prendas de todos los dias. No es que quisiera impresiónar pero intentaria conservar su dignidad intacta (o por lo menos lo que quedaba de ella) así que uso el secador de cabello y peinó desordenadamente sus hebras doradas para darle un efecto casual.
Da un último suspiro al mirarse al espejo, una vez más se siente lindo, se observa y se ve bien pero está seguro de que esa sensación no durará por más que quiera. Que apenas pase por la puerta de entrada de su casa su autoconfianza vacilará hasta desaparecer.
Pero esta vez no.
Hoy había un chico esperándolo en algún lugar y estaba dispuesto a darle una oportunidad (a dársela a sí mismo en realidad). Había pasado algunas horas antes de dormir leyendo artículos sobre el valor. Jamás se había imaginado a si mismo teniendo una cita a ciegas.
¿Qué pensaría Chanyeol de él? Por lo menos esta vez el chico sabía a lo que se enfrentaba al invitarlo. Quizás fue exagerada la manera en la que intento vanamente hacerlo desistir. Se encargó de enviarle mensajes destacando todos sus 'defectos' físicos para evitarle cualquier tipo de sorpresa. O quizás quería convencerlo de que aún estaba a tiempo de cambiar de idea.
«Soy feo, mis cachetes son más abultados de lo que deberían. Mi barriga está algo floja y mi piel no tienen un color ideal. Además de todo eso soy un tipo bastante común sin nada interesante para ver.»
Le había dicho e inesperadamente todo lo que recibió fueron risas. Quiso creer que era alguna especie de burla pero no.
«Cariño, no hay nada que puedas decir que me haga desistir de llevarte a cenar esta noche y pasar un buen momento juntos.»
¿Qué debería pensar Jimin de Chanyeol? Bien, aplicaría la regla de los veinte segundos por primera vez en su vida. 'Veinte segundos de valor puede cambiar toda tu vida' decía el artículo de una revista. Él nunca había sido particularmente valiente, en todo caso era un cobarde de nacimiento, evitando todo lo que amenazaba su integridad. Pero la vida es corta para pasarla adentro de una burbuja.
Quizás demasiado.
–Tu aniversario está cerca, mamá – pensó en voz alta mientras acariciaba el rostro a través del frio vidrio del cuadro que guardaba su tesoro más preciado. La ultima foto junto a su madre
¿Qué le diría ella si lo viera ahora? estaría muy feliz de que tuviera su primera cita, seguramente estaría aconsejándolo sobre no masticar con la boca abierta o sobre no dejar que pagara toda la cuenta solo o cosas que las madres suelen decir en momentos importantes. Se les removieron las entrañas al imaginarse a su madre dándole un beso de despedida o tomándole fotos antes de que saliera camino al lugar de encuentro. Seguro también estaría preocupada hasta verlo regresar y lo esperaría despierta para pedirle detalles sobre su noche.
–Deséame suerte, mamá – pidió antes de despedirse y salió esperando no cruzar en su camino a ninguno de sus hermanos. Ya le había avisado a Jin que saldría con Taehyung y que después dormiría en su casa. No había tenido problemas con eso.
Tae ya estaba esperando por él afuera, la noche estaba fría así que no dudo en subir el cierre de su chaqueta hasta arriba y le dio una sonrisa antes de saludarlo.
–Mmm, hueles demasiado bien ¿Estás seguro que la cena no eres tú? – Jimin rió antes de chocar su hombro con el contrario, estaba tan agradecido con él.
El lugar no era lejos pero se aseguró de acompañarlo hasta una distancia prudente sin dejarse ver por la cita misteriosa de su amigo. Tae amaba a Jimin y cuidaba de él desde la primera vez que lo vio, no había nada que deseara más que su amigo encontrara la felicidad en sí mismo. Había estado presente en cada una de sus crisis y acompañándolo después de la pérdida de su madre. Sabía que Jimin era sensible, pero nunca lo consideraría débil, estaba seguro que debajo de toda esa inseguridad había un chico fuerte aunque un poco roto... solo esperaba que encontrara esa fuerza en su interior antes de que alguien terminara por romperlo por completo.
Esperó hasta verlo desaparecer en la entrada del lugar y unos minutos más tarde ya estaba emprendiendo el camino de regreso a casa. Tae miró sus pies mientras se marchaba, sus zapatillas eran nuevas, las últimas que habían salido al mercado las tenía él. También tenía un buen abrigo y en casa lo esperaba un plato de comida caliente y televisión por cable, un sillón tibio y algunos snacks.
Había trabajado duro por todo lo que tenía ahora y no había nada por lo cual quejarse, pero después de tanto trabajar también había perdido algunas cosas. Como la alegría de ser joven, los años de salir con sus amigos a disfrutar de las cosas simples e incluso no pudo si quiera pensar en empezar una carrera porque el comercio demandaba todo su tiempo y no quería que sus padres volvieran a atenderlo después de tantos años. Ellos ya habían trabajado lo suficiente.
–Taehyung – escuchó la voz demasiado conocida resonar detrás de él pero no quiso voltear, en cambio, escondió la mitad de su rostro en el cuello de su abrigo y aceleró el paso. –¡Hey, Tae! –
Su huida se vio interrumpida cuando una mano se colgó de su codo y lo detuvo de repente. Tuvo que girar para librarse del violento atrevimiento. Pero los ojos almendrados suplicantes frenaron la oleada de insultos en su garganta.
–Habla conmigo, Taehyung. Por favor, hablemos – Suplicó sin la más mínima muestra de orgullo
–Te dije que no tenía nada de qué hablar, Hoseok. Ya he dicho lo que tenía que decir – El agarre se deshizo y quedo libre para irse, pero no lo hizo.
–Entonces solo escúchame – Rogó – Yo escuché lo que tenías que decirme –
El menor se mordió el labio confundido, miró hacia atrás y luego volvió a mirar los ojos torturados del chico frente a él.
–Tienes quince minutos –
Hoseok asintió, era la oportunidad que había esperado y no la desperdiciaría.
××
Dicen que nunca sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es tu única opción.
Y ahí estaba él, vistiendo sus mejores ropas, perfumado y peinado de pie en la entrada del restaurante, tratando de divisar cuál de todas las mesas sería la indicada. Intentaba tragar sus nervios y controlar las vibraciones de su cuerpo. Su corazón martillaba desesperado en su pecho y en un momento llegó a pensar que colapsaría.
–Veinte segundos de valentía. Veinte segundos de valentía... – se repitió una y otra vez como si al hacerlo pudiera adquirir un poder extra capaz de hacerlo inmune al pánico.
Recorrió con la mirada cada una de las mesas ocupadas esperando descifrar cuál sería su pareja. Muy tarde se dio cuenta de que estaba en desventaja, estuvo tan ocupado tratando de disuadirlo, que olvido pedir detalles. ¿Cómo tendría que verse un abogado que busca sexo por teléfono? Figuró en su mente todo un tipo estándar, con lentes y semi calvo que se ajustaba al perfil de Chanyeol.
No había nadie así en la sala.
¿Lo habían plantado? Mentiría si dijera que no lo había pensado, en su mente se imaginó todas las posibilidades sobre la bendita cita. Ser plantado era una de esas, además de que todo se podria tratar de una broma, también se le cruzó la idea de que fuera un engaño y finalmente se trataría de un hombre mayor... muy mayor.
– ¿Jimin? –
Bien, de todas las posibilidades que había supuesto, ninguna incluía un súper modelo de revista con aires de intelectual, voz de locutor de radio de media noche y sonrisa de comercial de dentífrico.
–Ho- ho... Hola, sí. Di- digo – Carraspeo tratando de no desmayarse – Soy Jimin
Estaba seguro que el rojo se extendía desde sus mejillas hasta la punta de sus orejas. El chico no dejaba de sonreírle y ese magnífico gesto podría partir la tierra en dos y arrastrarlo hasta las profundidades del infierno.
–Soy Chanyeol. No tienes idea de lo nervioso que estoy, yo... no suelo hacer estas cosas – Rió nervioso mientras frotaba sus manos en los pantalones negros que llevaba puestos. Repentinamente se sintió un poco menos tembloroso y le devolvió el gesto
–Yo tampoco, creo que te lo dije ¿No? –
–Sí, lo hiciste. Lamento haber insistido tanto ¿Podemos pasar a la mesa? ¿O es que ya te arrepentiste luego de verme? – preguntó bajando la cabeza, parecía bastante inseguro.
– ¿Eh? No, no... pasemos, por favor –
Ambos estaban inquietos y se les escapaba por cada poro, por alguna razón esto alivio a Jimin y le hizo sentirse mejor saber que no era el único en esas condiciones. Aunque no conocía los motivos del otro para estar así se permitió pensar que lo estaba causando su presencia.
–Puedes contarme algo sobre ti, Jimin. Creo que sabes bastante sobre mi –
–En realidad no se mucho sobre ti y... Tampoco es que tenga mucho de que hablar –
–Estoy seguro de que eres una persona muy interesante... ¿Ya sabes que estudiaras el siguiente año?–
Finalmente parecía que había más qué decir de lo que se imaginó. Chanyeol era una persona curiosa y demasiado simpático, después de los veinte segundos de valentía había superado un nivel más en su propio juego. Nadie había demostrado tanto interes por saber de él, jamas. El chico era excelente escuchando y la conversación fluía con total naturalidad. Todo fue tan casual que no tuvo tiempo de pensar en la comida o en su apariencia.
'Este es el chico, es este' Repetía su mente una y otra vez
'Pero no es Yoongi' Se respondía y ¡Cómo deseaba poder acallar esa voz!
–Dime, Jimin ¿La pasaste bien conmigo hoy?– Indagó mientras caminaban tranquilamente a casa del menor, uno junto al otro, totalmente despreocupados.
–Hace mucho no la pasaba tan bien con alguien– Respondió sin dudar y le robó una sonrisa al otro sin tener intención de hacerlo.
–Me alegra saber eso ¿Quiere decir que aceptarías si pidiera verte una vez más?– Si tenía una oportunidad iba a aprovecharla sin dudar
Habían llegado a la esquina de su casa, no quería acercarse mucho mas, pues recordó que dijo que dormiría en casa de Taehyung.
–Claro que si, hoy fue increible– Le sonrió.
La dulce sonrisa que se pintó en su rostro al responder envió una ola electrificante a todo el cuerpo del mayor. Era precioso. También era una lastima que Jimin no pudiera verse a si mismo a través de sus ojos. No pudo evitar levantar una mano hacia él, algo dudoso, pero había querido hacerlo desde que lo vio en la entrada del restaurante con su piel dorada y sedosa, así que acortó la distancia y le acarició una mejilla con delicadeza.
Jimin se sorprendió pero no se alejó. disfrutó de la suavidad del contacto e incluso se forzó a si mismo a no cerrar los ojos y no restregarse en la palma que lo tocaba con tal ternura.
–Tan lindo...– Susurró perdido en sus ojos miel, adelantandose un paso más.–Lindo, lindo–
Los labios de Jimin se separaron tratando de conseguir algo de aire extra para calmar el galope de su corazón desesperado. Estaban frente a frente, sus pupilas temblaban al verse reflejado en los ojos de Chanyeol y podía sentir el aliento mentolado chocar contra su boca.
Iba a besarlo, lo haría. Y por increíble que fuera, no le desagradaba la idea en absoluto.
Chanyeol tragó el grueso nudo de nervios, decidido a tomar la iniciativa sin importarle qué tan rápido iba. Cuando sus labios estaban rozándose débilmente el teléfono del menor sonó en su bolsillo.
Todo se detuvo, y tuvo que buscar fuerzas para no arrojarlo al piso y aplastarlo.
Jimin se separó sonrojado y buscó el móvil entre sus bolsillos. Ni siquiera se fijo el nombre del que llamaba pero estaba seguro de que seria Taehyung.
No era.
–¿Hola?–
–Jimin...– La voz del otro lado temblaba, se escuchaba angustiada.
–¿Yoongi? ¿Estas bien?–
–No–
–¿Que sucede? Dímelo, me estas preocupando...–
–Es- es mamá, Jimin ¿Podrias venir a casa?–
–Ire ahora mismo–
Esperó a recibir respuesta pero el sollozo del otro lado le aviso que no habria algo como aquello. Cortó la llamada con la mirada perdida y se volvió a mirar al chico frente a él.
–¿Todo va bien? –
–No lo creo... Era... Un amigo. Debo irme ahora, Chanyeol. Lo siento–
El chico dejó salir una risa decepcionada pero luego le sonrió.
–Tranquilo, aún puedo volver a verte ¿No?–
–Seguro que si– sonrió
Chanyeol se acercó y dejó un pequeño beso sobre sus labios que lo obligó a sonrojarse para luego abrazarlo cortamente antes de dejarlo ir.
Jimin percibió el calor subiendo mientras veía al chico marcharse pero no se detuvo a pensar demasiado en eso ya que Yoongi estaba ahora en su mente.
Debía correr, jamas había corrido en su vida. Pero Yoongi tenia ese efecto en su persona. Solo esperaba encontrar todo en orden.
🥑
Buenas buenaaaaaas 😁
Hoy les traigo esta actualización pequeña pero tengo pensado hacer una maratón.
Les hago una propuesta, se atreverían a realizar memes sobre esta obra? Jaja para que nos riamos un poco.
Pueden enviarmelos a mi instagram y luego los compartiremos en la página de la editorial 😁
¿Se atreven bebés? Pongamosle humor a esta historia
Les amoo
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