Capítulo 27
Nunca había sentido las manos tan temblorosas como en ese instante, el cuerpo de Jimin estaba lleno de expectativas y temores. Él jamas, jamas en su vida había aceptado salir con algún cliente del servicio telefónico. Eso era mucho más que sensato pues, así como él daba información falsa sobre su apariencia y edad entre otras cosas, los demás podían hacer lo mismo que él. Jimin era un maestro en disfrazar la verdad, diciéndole a los hombres lo que quieren escuchar para inflar sus egos.
Pero esta vez no era así.
Por meses pasó fingiendo ser atlético, firme, tonificado y guapo solo para alimentar las fantasías sexuales de los demás. Y eso los encendía como antorcha. Pero el problema con las mentiras es que a la larga, corres el riesgo de creerlas.
Creer que eres lindo y luego salir afuera y confirmar que no es así es una jodida mierda. Así que cuando estuvo harto de eso y decidió gritarselo a todos (o por lo menos a su cliente ocasional) se sintió liberado y esperó lentamente la decepción del pobre hombre que recibió su descarga de frustración, aunque para su sorpresa la reacción no fue la esperada.
"Me encantas" lo escuchó decir y la sangre drenó de sus venas e increíblemente esa no fue la parte mas extraña. Sino que el joven hombre siguió llamándolo cada noche y hasta pidió su permiso para enviarle mensajes fuera del horario laboral.
Ahora sabia que Chanyeol era un joven abogado que comenzaba a incursionar en el mundo legal y tenia poco tiempo para buscar pareja, llegó a la hot line siendo guiado por la curiosidad (y la necesidad) y quedó absolutamente colado por él.
No por Jimin el sensual deportista.
No por el esbelto bailarín.
Ni por el erótico estudiante.
Era por el gordito Jimin, con carnes blanditas y mofletes regordetes. Increíble pero cierto.
Aunque se recuerda a sí mismo las categorías de gordos. Él esta en el ultimo nivel de la piramide. Tampoco quería comprar el discurso de que era de esos chicos grandes con tanta grasa como belleza, no había nada lindo en él.
Y ahora tenía una cita con el chico en cuestión. ¿Qué pasaría? ¿Y si era un acosador y solo quería aprovecharse de él? O tal vez podría ser un bromista con ganas de divertirse a costa de su persona. Todo podía pasar. Todavía tenía todo una tarde para cambiar de opinión mientras el momento se acercaba.
Era sábado y como no tenia clases su turno se extendía por las tardes. Yoongi no acostumbraba a ir en esos horarios pero como las festividades de año nuevo se acercaban había mucho trabajo y el pago por las horas extras era muy bueno. Así que ahí estaban, compartiendo otro día más entre bolsas de comida para gatos y botellas de leche.
Si, muy romántico.
–¿Puedes traer la escalera del deposito?– Le había pedido desde algún lugar detrás de las gondolas.
–Oh, si. Si. Vuelvo en un minuto.–
Jimin corrió a la parte trasera y trató de divisiar la escalera plegable en algún lugar. No estaba en el rincón de las herramientas. Tampoco junto al baño.
–¡Ahi estas!– Murmuró para si mismo mientras reorganizaba algunos paquetes para llegar a la escalera detrás de la estantería de metal
Mientras arrastraba el artefacto de madera hacia el salón escuchó una pequeña conversación, al parecer había alguien con Yoongi pero no pudo saber de quien se trataba hasta que llegó hasta ellos.
–Hey, Jimin...– El acalorado saludo solo lo desestabilizó unos segundo, no esperaba ser recibido tan cálidamente después de todo– Hoy vine yo misma por mi pedido –
–Ho- hola– Intentó saludar pero el repentino silencio que se produjo le advirtió que estaba interrumpiendo la charla– Me alegro de que pudieras venir. Yoongi, aquí te dejo la escalera –
Le dijo sin mirarlo, a pesar de sentir los ojos del chico sobre él. Hizo una corta reverencia y se despidió para huir lo mas rápido posible– Buscame si necesitas algo.
Yoongi armó la escalera y se montó en ella mientras organizaba los productos en la superficie más alta de la góndola.
–Así que ahora vienes tú misma por tus cosas, eso esta bien.– No había ninguna clase de entusiasmo real en sus palabras pero debía decir algo para llenar los espacios –
–Si, bueno. Me sirve de excusa para verte, Yoongi– Murmuró mientras ponía un mechón de cabello detrás de su oreja timidamente– Yo estuve pensando... Nosotros no tuvimos un buen comienzo porque eramos demasiado jóvenes, pero ahora que hemos crecido...
–Alto.– la interrumpió evitando escucharle decir algo que no era conveniente– No hagas esto ¿Si? Se que quizás te di otra impresión la otra noche pero no tengo interés en retomar lo que dejamos atrás.
Jimin intentaba tararear cualquier canción en su cabeza, pero al parecer su cerebro tenia las parabólicas apuntando a los chicos del otro lado del pasillo y su conversación. No ayudaba que el lugar estuviera en silencio, a pesar de que había algunos clientes dispersos.
–Yoongi, fui una tonta en ese tiempo. Yo realmente no sabia lo que hacia, pero viéndote ahora pude reflexionar. Creo que es el destino que hayas aparecido en mi camino una vez más–
Yoongi dejó salir el aire cansino de sus pulmones y bajó uno a uno los escalones hasta que sus pies volvieron al piso. Enfrentó a la chica y le dió una media sonrisa, colocó el cabello rebelde que volvía a su rostro, detrás de la oreja y respondió con toda la paciencia de su cuerpo.
–Hyerin. Teníamos quince años, fuiste mi primera novia y te creo cuando dices que eramos jóvenes. Demasiado. Pero tu sigues siendo igual – Retrocedió un paso– Aquella vez me dejaste para ir detrás del chico del equipo de Hockey solo por ser guapo y ahora vienes a mi porque me crees que soy mas atractivo que antes... Aunque no sea cierto. ¿Ves? Sigues siendo la misma chica superficial de siempre–
–Yoon, quizás eso fue antes. Pero la otra noche tus palabras me hicieron sentir mejor... Y... Y ya estoy comiendo bien. Sé que fui tonta pero ahora estoy viendo dentro de ti... Aqui– Acortó la distancia y tocó su pecho, pero el mayor tomó su mano y la bajó con cuidado–
–Te aseguro que no hice nada por ti, es más, creo que Jimin fue más profundo y sincero que yo. Pero tú no te fijarias en él ¿O si? – la chica mira hacia atrás, donde el menor atendía a una mujer amablemente y aunque no lo dice, sabe que es cierto, por más dulce que hubiera sido ese chico no podría mirarlo de otra forma– ¿Entiendes? Tú sigues siendo igual y es por eso que te castigas sin comer, porque vives de las apariencias y porque de algún modo retorcido crees que eso esta bien. Deberías aprender a mirar más allá– Su tono es frío y monótono para cuando termina de hablar
Ella parece reflexionar sobre sus palabras y tiembla al sentir el rechazo cortarle el rostro. Quizás era verdad que sus gustos eran superficiales, pero su interés por el chico también era real. Yoongi había sido su primer novio y cometió un error al dejarlo ir por otro. Pero él no estaba siendo mejor que ella.
–Entiendo– afirmó con un movimiento de cabeza– Dices que mi vanidad no me llevará a ningún lado. ¿Pero tú estas siendo diferente, Yoongi? He visto a ese mismo chico sonrojarse con cada una de tus miradas y soy perfectamente consciente de que no eres del todo heterosexual... Dime , Yoongi ¿Tú le darías la oportunidad a alguien como Jimin? –
El cuerpo entero del muchacho se tensó ante la pregunta, sus ojos saltaron en sorpresa y no solo por la pregunta, sino porque el tono que uso había sido lo suficientemente alto como para que Jimin, del otro lado del salón, lo escuchara.
El silencio se extendió, no había una respuesta en su mente para eso. Finalmente ella dejo salir una sonrisa con un aire entre victoria y decepción.
–Lo sabia, Yoongi. Tú no eres mejor que yo y aún así te atreves a señalarme con el dedo. Mejor revisa tus ideas y ponlas en orden antes de abrir la boca y querer dar sermones– Ella no lucía triste y mucho menos enojada, había otra cosa en su mirada, algo que no le agradaba del todo.
Hyerin se dirigió a la caja donde Jimin estaba fingiendo acomodar algo y le dejó el dinero de su compra. El menor la miró con sorpresa y recibió el pago entregándole su paquete.
–Gracias, Jimin– Sonrió con sinceridad.
Él la miró y le devolvió el gesto.
–No tienes que agradecer nada, gracias a ti por tu compra– Respondió sin entender mucho pero se detuvo al sentir su fina mano sobre la de él –
–No, Jimin... En serio, gracias por todo– y con una leve venia tomó sus cosas y se retiró dejándolo pasmado.
Jimin había escuchado todo, aunque no quería hacerlo y escuchó claramente la pregunta.
“¿Tú le darias una oportunidad a alguien como Jimin?”
Aunque esperó escuchar la negativa de Yoongi de inmediato, el silencio no fue mejor. Los silencios dicen mucho, a veces, mucho más que las palabras. El silencio también es una respuesta. Y Yoongi ya había respondido.
No.
No lo haría, no le daría una oportunidad.
¿Por qué seguía doliendo algo que ya estaba asumido en su mente?
Quizás porque su corazón estaba negado a aceptarlo y mientras más tardara en hacerlo más fuerte sería el dolor. Volvió a sus actividades, un poco más desganado pero con la misma voz en su cabeza "lo sabias, lo sabiamos".
–Es cierto, lo sabiamos– Puso una mano en su pecho y presionó con fuerzas donde le dolía. Podía sentir su corazón desangrarse como si hubiera sido mutilado a sangre fría con un cuchillo oxidado.
Se obligó a olvidar el hecho y empezar a pensar qué usaría esta noche para la cita. Tal vez, con un poco de suerte, y el chico no era del todo un farsante y lo dejaba alcoholizarse antes de cortarle la garganta. Iba a necesitar avisarle a alguien por si no volvía a casa ésta noche, por lo menos para que empezaran a buscar su cuerpo en algún descampado. Él conocía los riesgos de una cita "a ciegas" con un hombre que conocía de una linea de sexo teléfonico. No era prometedor.
¿Pero a quién podía contárselo sin que se pusiera paranoico?
Estaba pensando en Jin o Namjoon (lo cuál sería más astuto) pero quería evitar el drama y las explicaciones sobre dónde conoció a alguien así. Jungkook también enloquecería y Hoseok no había aparecido en toda la semana...
–¡Minie! – Gritó Taehyung antes de reír a carcajadas por el susto que le había dado por encontrarlo distraído– ¿Sabés que das miedo cuando te quedas mirando a la nada? –
Jimin lo observó, Tae no era un histérico y mucho menos preguntón.
–Oye, TaeTae... –Llamó ignorando las burlas de su amigo– ¿Puedo confiarte algo?–
–¿Eh? ¿Acaso estas enamorado de mi? Porque dejame decirte que tú no estas nada mal, bombón– Lo codeó ante la insinuación subiendo y bajando sus cejas divertido
–Yah, basta. No es eso, es sólo... Bueno, yo... Conocí a un chico y... Bueno, no. En realidad no lo conocí aún pero hemos hablado algunas veces y quiere verme. Yo, bueno yo...– Intentó darse a entender mientras jugaba con sus dedos nerviosamente. Sintió el cosquilleo de vergüenza sobre él hasta que la mano de su amigo lo sostuvo del hombro
–Dejame la dirección de donde estarás y yo te iré a dejar y si quieres que vaya por ti solo me envias un mensaje ¿Bien? Podemos decir a tus hermanos que te quedarás a dormir en mi casa–
Jimin sonrió, con Taehyung las cosas siempre eran fáciles. Siempre habían sido sencillas, él parecía entenderlo todo. Tomó su teléfono y escribió la dirección del lugar al que fue citado, luego presionó enviar y entonces el chico frente a él tenía la información en su móvil.
–¡Vaya! Este lugar es caro, llevé a mamá allí por su cumpleaños hace unos meses–
Los dos sonrieron, ahora podía sentirse más tranquilo.
Yoongi aún tenía la pregunta de Hyerin en su mente y observó a Jimin por encima de las cajas disimuladamente varias veces pero seguía sin responderla. Había demasiados secretos silenciados a la fuerza entre él y Jimin y nunca lo habían hablado. Es raro tener secretos con alguien con el que no te vinculas directamente, pero para Yoongi no se sentía incomodo aunque estos fueran bastante íntimos.
¿Por qué no se sentía extraño la cercanía implícita con Jimin? ¿Qué significaba eso? ¿Y qué eran esas punzadas que sintió al oír sobre la cita del chico? No estaba seguro de querer averiguarlo porque quizás no le gustaría la respuesta.
××
Problemas técnicos bebes. Buenas noches 🥰
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