Capítulo 24
Taehyung suspira poniéndose nuevamente el mandil para atender el negocio. La fina tela se siente pasada en sus manos y cuando la pasa por su cuello siente toda la responsabilidad caer nuevamente sobre sus hombros. Busca en el bolsillo de su billetera entre el dinero y algunas pequeñas notas de recordatorio y la encuentra:
La foto.
Esa pequeña imagen que siempre lo acompaña. Es un pequeño Taehyung de solo siete años de edad con su primer uniforme de escuela, por esa época sus padres recién estaban ganando clientela en un negocio familiar que tenía grandes cadenas de supermercados a su alrededor y nada de sana competencia. Era duro y cruel y él nunca olvidará sus raíces.
Jamás podría olvidar que tenía solo un par de zapatillas a las cuales cuidaba con ahínco, solo usándolas para ir a clases y a una que otra fiestita de cumpleaños. Así como también recuerda tener solo una muda de ropa buena para salir y no importaba que siempre fuera con la misma muda a todos lados, para él era simplemente suficiente.
En su memoria se agolpan imágenes suyas siendo un niño muy feliz, sin importar que su estómago solo conociera un plato de alimento al día o que su cuaderno fuera comprado en las tiendas de segunda donde reciclaban el papel.
En su piel aun ardía el tibio tacto de su madre al tomarle la mano para llevarlo cada día a la escuela sin ni siquiera notar la enorme distancia que recorrían a pie para llegar al establecimiento. Sus ojos guardaban la viva imagen de sus padres despidiéndose orgullosos de poder darle la educación a la que ellos no habían podido acceder por ser personas de áreas rurales y por el simple hecho de haber tenido que trabajar toda la vida.
Él no sabía lo pobre que era porque su mente no comprendía que el mundo allí afuera (fuera del amor hogareño de su familia) se dividía en clases sociales y que la gente se acomodaba por su capital y nada más que por ello. No lo supo hasta que alguien se lo hizo saber en la escuela.
Cuando dicen que los niños pueden ser crueles se quedan malditamente cortos.
El conoció la humillación por primera vez en la escuela, donde fue medido insensiblemente por el desgaste de su ropa o por la calidad de sus útiles. Con siete años, el descubrió que era pobre, y no solamente pobre, sino que estaba en la completa marginación social. Lo supo de la peor manera, bajo las burlas constantes por los agujeros de sus calzados o la falta de color de su uniforme regalado o el aroma a jabón económico que tenia su ropa.
Eso también le hizo darse cuenta de que el único sentido de crecer era ganar dinero, el dinero al menos podría equilibrar su condición a la de los demás.
A los ocho años comenzó a trabajar hombro a hombro con sus padres para hacer crecer la tienda que estaba al borde de la banca rota. La gente no compraba sus víveres en una pequeña tienda con poca variedad, ellos iban a las grandes cadenas para conseguir mejores marcas. Siendo tan pequeño ideó cientos de estrategias para atraer clientes. Él mismo repartía pequeños anuncios hechos a mano por él mismo para dar a conocer su negocio.
Sus padres estaban cada vez más orgullosos de que su único hijo fuera tan trabajador, ignorando las verdaderas razones que lo movilizaban para realizarlo. Desconociendo completamente el hecho de que su orgullo estaba herido y que su pequeño corazón había conocido el rencor y el desprecio por su condición económica.
Ahora Taehyung volvía a abrir su billetera para guardar la fotografía y los billetes eran abundantes, él había logrado hacer, junto a sus progenitores, una modesta fortuna allí. La crisis económica que golpeó a las grandes empresas también fue de gran ayuda para consolidarse, sin embargo su constancia y tenacidad fue lo que forjaron los cimientos, allí mismo.
Estiró sus músculos tratando de olvidarse de que prácticamente había perdido su infancia y adolescencia persiguiendo únicamente un objetivo económico y que prácticamente no había podido disfrutar nada. Pero cada vez que quería intentar arrepentirse las voces despiadadas de los niños volvían a él. Había un niño en particular que era su némesis, el más cruel de todos: Jung Hoseok.
"Mira sus zapatos, parecen coladores con todos esos agujeros"
"Su ropa está tan magullada ¿Acaso la sacó de un basurero? Los mendigos visten mejor"
"Oye, Taehyung... ¿Tienes hambre? Estás demasiado flacucho, deberías decirle a tus padres que te alimenten de vez en cuando"
"Los niños más grandes dicen que tenías un hermano pero que tus padres tuvieron que venderlo porque no tenían para comer"
Cada palabra se clavaba en su piel como púas que rasgaban su dermis sangrientamente y a pesar del tiempo, aún dolía.
Él llegó a pensar que era al único al que odiaban de esa forma, pero después se dio cuenta de que era algo común en los demás señalar los defectos con el dedo. No solo lo humillaban a él, lo hacían con todo lo que era diferente. Los que eran demasiado altos, demasiado pequeños, demasiado gordos, demasiado flacos... Simplemente demasiado fuera de los estándares.
Así terminó conociendo a Jimin, prácticamente se convirtió de inmediato en su defensor. Después fueron sumándose algunos más en el camino.
Ahora miraba a Hoseok de pie fuera de su negocio, dándole la espalda. Se lo veía intranquilo, inseguro y no le daba buena espina que rondara tanto a su amigo. No lo atendió, ni le dijo nada, siguió con la rutina de su trabajo hasta que por algún motivo el chico terminó por irse.
Aun no tenía esa conversación con Jimin.
🥘
Jimin no estaba muy seguro acerca de asistir a ese lugar con los Min. Ni siquiera sabía cómo era que había terminado involucrado en ese enredo.
El sólo pensar en compartir la misma mesa con Yoongi y esa muchacha le erizaba la piel. Pero Jungkook le había suplicado tanto que era imposible negarse a los ojos de niño pequeño de su amigo, él sabía exactamente sus puntos débiles y donde darle para hacerlo acceder.
– ¿Estás listo? – preguntó el menor sentado sobre la cama de este
– ¿Estás seguro de que es muy necesario que vaya? – Formó un puchero pero no sirvió de nada
–Por favor, Minnie. No podría soportarlo sin ti ahí y sé que mi hermano se abstendrá de regañarme si estas presente –
Jimin bufó y dio una última mirada al espejo. No había más que decir, no porque no quisiera sino porque la sublime figura de Yoongi apareció en la puerta de su habitación.
–Los apuraría pero me importa una mierda ser puntual– el mayor recorrió la habitación sutilmente con la mirada, él no había olvidado que era día de semana y que Jimin posiblemente atendería la hot line ese día. Aún tenía algo de curiosidad por saber cómo se manejaba con aquello.
– ¿Volveremos temprano? Tengo... tareas. – pregunto Jimin intentando sonar casual
–No tenemos tarea que yo sepa – Respondió Kook.
–Es tarea atrasada que aún no hice – se apresuró a ratificar
– ¿Tú? ¿Atrasado? – Jungkook rió descaradamente
– No mientas, tú jamás vas atrasado en nada... a menos que...–
El cuerpo de Jimin se tensó, Yoongi afiló su mirada su hermano. No era como si le interesara pero eso sonaba a algo que Kookie sabía.
–No es nada, vámonos ya – Jimin se apresuró a empujar a ambos fuera de su cuarto y a conducirlos fuera de su casa.
Jin estaba preparando la cena para él y Namjoon cuando vio a los tres individuos pasar por allí.
–Hey ¿A dónde se van tan guapos? – Era un comentario totalmente inocente como los que haría una madre pero sin embargo logró que los hermanos enrojecieran.
Yoongi pensó que había superado el malentendido de SeokJin siendo su Mochi, pero eso no quitaba el hecho de que fuera condenadamente lindo. Y Jungkook por su lado se ruborizaba con cualquier acto del mayor hacia su persona.
–Kookie tiene una cita – Espetó Jimin con total ignorancia, pero luego sintió el golpe en su brazo y realmente había sido duro, tanto que lo dejo sobándose la zona – ¡Ouch, oye!
–¿Así que una cita, eh? – Su voz sonaba repentinamente apagada –Genial, que la pases bien Jungkook.
Jungkook
La manera fría en la que su nombre salió de su boca le dolió, quería explicarse mejor pero no podía dejar de tartamudear.
–Y-yo... hy-hyung... yo, n-no –
–Adiós – Dijo Yoongi tomando a su hermano del brazo para evitar verlo suicidarse emocionalmente en ese lugar.
Cuando la puerta de entrada se cerró Jin dejó lo que estaba haciendo y bajó la cabeza con cansancio. Estaba loco. Él no podía haberse desanimado con un comentario así ¿Qué pretendía? Jungkook era un chico demasiado lindo y joven, era obvio que tenía pretendientes por todos lados, su atracción por él debía ser enteramente hormonal.
Jin rio pesadamente por la ironía. Se había negado tantas veces a sí mismo el hecho de sentir algo por el amigo de su hermano y ahora sentía los celos desbordar por cada poro. Pero no, eso no estaba bien, querer a Kookie de esa manera no era correcto.
🥘
La puerta del departamento se abrió dejando a la vista a la delgada chica vistiendo pantalones exageradamente cortos y un top ajustado. El aro en su ombligo brillaba elegantemente. Pero su apariencia no causó impresión en ninguno de los chicos.
–Llegan tarde – Los acusó molesta pero luego su rostro se destenso y sonrió – pasen por favor
Los tres esperaban encontrar algún atisbo de comida o siquiera el aroma de un guisado, pero no. En cambio, los ingredientes para cocinar estaban sobre la mesa de la cocina.
–Lo siento, no soy buena cocinando– su voz salió tan fingida que les removió el estómago – Pensé que alguno de ustedes podría hacer algo. Sé que Kookie es muy bueno en la cocina... tu amiguito podría ayudarte, se ve que es de buen comer – les guiño un ojo a los menores
Yoongi entendió el plan que su pequeña mente estaba ejecutando.
–Jimin y yo cocinaremos, ustedes pueden poner la mesa – sentenció sin emociones, pensando que había ganado
–Oh, bien... así tú y yo podremos estar a solas Jungkookie –
Todos temblaron pero Yoongi tomó la iniciativa de comenzar a preparar los ingredientes, tratando de ignorar el hecho de que su hermanito estaba siendo arrastrado hacia el sillón por Hyerin.
–Yo podría cocinar solo, hyung. Estás intranquilo. Deberías ir con ellos – Susurró Jimin con voz pequeña e inevitablemente algunos recuerdo llegaron a su mente.
Jimin no lo miraba pero se movía ágilmente por la cocina empezando a cocinar. Si el chico decía que podía solo era porque sí lo hacía ¿Entonces por qué no iba a interrumpir lo que sea que la mujer quisiera obtener de Kook? Por alguna razón prefirió quedarse allí y ayudar al otro.
El cuerpo de Jimin se relajó al escucharlo moverse detrás de él. Por alguna razón esperaba que se quedara allí haciéndole compañía aunque sea en silencio como en esos momentos.
Después de media hora ya había logrado preparar un plato sencillo pero delicioso. El menor buscó una cuchara y tomó un poco de la salsa y la sopló. Iba a probarlo pero luego sus ojos divisaron el rostro de Yoongi a su lado y sin pensarlo estiró el cubierto a su boca, invitándolo silenciosamente a probar primero.
Yoongi lo miró algo aturdido pero igualmente conmovido por la acción, acercó sus labios y recibió la comida en su boca y aunque hubiera querido no hacerlo, sus reflejos lo traicionaron y dejo escapar un "Mmmmh" por la explosión de sabor desatado en sus papilas. Estaba delicioso.
Jimin le sonrió al escucharlo y Yoongi no supo que carajos era ese ardor que sintió en su estómago al ver la dulce sonrisa dibujada en el rostro de su acompañante.
–Parece que está bueno, espero que la mesa esté lista – Jimin dijo pero Yoongi no escuchó nada porque su mente todavía estaba conmocionada por el reciente hecho.
👨🏼🍳
Buen domingo bebis 💕✨
Sabían que antes de que bajaran Gordofobia tenía 8millones de lecturas? 🥺
Gracias por hacer mis días más felices
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