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Capítulo 20

Las hojas de sus apuntes están completamente magulladas por sus manos volviéndose puños una y otra vez. Intenta, realmente intenta concentrarse en estudiar pero está muy lejos de lograrlo y es que ¿cómo podría hacerlo cuando tiene la mirada fría de Yoongi en la cabeza y sus palabras taladrandole el interior de los oídos?

El mayor realmente es un tipo que logra exasperar a cualquiera. Realmente considera que Jimin no merece a alguien así, sobre todo si lo va a hacer sufrir.

–¿En qué rayos estás pensando, Jimin? – Se hace la pregunta en voz alta como si con eso pudiera lograr sacarla de su sistema. Pero no puede.

Entonces prefiere cerrar los libros, apartar los apuntes y tirarse a la cama para ver si así sus pensamientos dejan de intoxicarle la vida. Pero lo único que logra es que estos aumenten, no solo en tamaño sino también en velocidad girando a su alrededor como un torbellino que amenaza con derribar todo a su paso.

Finalmente patea las cobijas amontonadas a los pies de su cama y gruñe furioso levantándose precipitadamente y colocándose nuevamente el calzado y un abrigo listo para hacer lo único que puede calmar su iracundo corazón. Así que sale a correr aunque el frío le carcoma la piel y el horario no sea el mas adecuado para hacerlo.

Está en el parque de siempre, con el cuerpo sudado hasta la médula y la ropa apegándose a él, bebe agua como si hubiera permanecido toda una vida en el desierto y el dolor de sus tonificados músculos empieza a hacerle olvidar el por qué de ese ejercicio repentino. Ahora que su cerebro se ha oxigenado puede pensar con más claridad. La noche esta fría contrastando con su calor corporal y él sigue respirando agitado mientras se lanza al pasto humedecido por el rocío nocturno.

Despues de todo ¿Importa lo que diga o piense Yoongi? Lo que Hoseok está haciendo por Jimin y para salvarlo de sí mismo no le concierne a nadie más que a él, pero en su interior no deja de pensar en que los resultados de sus acciones están tardando demasiado.

El chico no se ve más feliz, ni menos perturbado o incluso aceptándose. Jimin sigue siendo el mismo después de todo. Así que eso lo confunde, no es necesario ser un sociólogo para entender que no es Jimin el que debe cambiar su cuerpo, es la gente allí afuera quien debe entender que el chico está perfectamente bien así como es y que no, por no poder entrar en un pantalón talle 2, es diferente.

Pero Hoseok no puede cambiar las mentes de los demás, eso seria agotador y frustrante. Pero puede ayudar a Jimin a comprenderlo ¿No es así? No deja de ser agotador y frustrante pero lo es en menor cantidad.

Pero no tiene ninguna idea...

Solo le queda insistir, demostrarle que puede ser amado perfectamente por lo que es y no por como se ve. Porque después de todo las apariencias se deterioran con el tiempo, pero la esencia sigue allí. Intacta. Y sabe que Jimin tiene el alma más cálida que ha conocido en toda su vida y su potencial es una perla escondida, tan oculta dentro de su concha que ni siquiera el mismo Jimin podría verla. Así que les tocaría descubrirlo juntos y pulirla para que el mundo sepa que Park Jimin tiene brillo propio.

Con la mente fresca y llena de nuevas ideas decide ir por un baño rápido a su casa, si hay un lema que conduce su vida es "Hazlo ahora o muere". Es un poco extremista pero no menos arrebatado que su propia personalidad.

Así que después de media hora de haberlo hecho ya está de nuevo afuera, vestido acorde a la situación y perfumado. Ya habia pasado por algo así, pero esta vez su mente estaba en el juego.
Así es como después de que el taxi atravesara varias cuadras se detiene fuera de la casa del único chico que vaga en sus pensamientos. Tiene un debate mental entre tocar el timbre y enfrentar a sus hermanos como cada vez que va, o ponerle un poco más de aventura a la situacion y terminar trepando hasta su habitación para sorprenderlo.

No tiene la mejor condicion fisica pero el arbol que conduce a su cuarto no se ve tan alto, así que respira y comienza treparlo para teminar cayendo sobre su propio trasero por su falta de elasticidad, por eso mismo decide deja de hacerse el tarzan y mejor enfrenta a los mayores.

Lo siguiente que sabe es que ya está detras de la puerta de su cuarto, en silencio para sorprenderlo. Pero es él quien recibe la sorpresa cuando apoya levemente el oido en ella y lo escucha jadear desvergonzadamente. Sus ojos salen de sus orbitas por el pudor que todo eso le genera pero aún asi no se despega del lugar, pues la curiosidad es mas grande.

"Oh, cariño... si... pon tu mano ahi ¿Te gusta pellizcar mi trasero verdad? Pues a mi me encanta sentirte tan profundo"

Oh dios, es tan lascivo al hablar y descarado. Está dudando sobre la identidad de la persona que está detras de la puerta ya que no parece en nada al chico tímido que él conoce.
Quizas sea una pelicula sucia o uno de esos videos virales.

Entonces lo escucha gemir agudamente y lo reconoce, es su mismo tono, sólo que está cargado de lujuria ¿Quién podria resistirse a algo asi? Si hasta él mismo se está poniendo duro con solo escucharlo.

¿Estará con alguien allí dentro? No, no, Jin no lo hubiera hecho pasar si fuera asi. Así que queda una sola posibilidad: Sexo telefonico.
No quiere ser impertinente pero su mente está nublada y decide que es mejor bajar y ver por la mirilla de la cerradura. Pero lo que ve termina de mandar su libido al carajo.

La puerta se abre sin aviso y Jimin detiene todos y cada uno de sus movimientos. Muy lejos de lo que su mente había tramado, solo esta estudiando o algo así, mientras gime por el tubo.

–S- si, cariño... d-debo irme. Hablamos luego – Su voz tiembla cuando se enfrenta a la imagen de Hoseok parado frente a él y termina cortando de forma premeditada.

Hoseok está de pie frente a un Jimin sentado mirando al escritorio mientras escribe alguna cosa en su cuaderno y el teléfono asegurado entre su oreja y el hombro.

–Vaya... eso fue... Diferente – Asegura el mayor mientras se acerca hasta él solo para descubrir que está haciendo su tarea, es decir que estaba fingiendolo todo y lo hacia tan bien que deberían darle un premio por aquello.

– ¿Qué haces a- aqui, Hoseok? – pregunta con timidez, tratando de ocultar su sonrojo fingiendo concentración en lo que estaba haciendo

– Voy a obviar la parte del sexo telefonico más raro que he visto en mi vida para decirte lo que vine a hacer aqui –

–¡No es sexo telefónico! – Interrumpe euforico y vuelve a bajar la mirada cuando el otro arquea una ceja invitandolo a explicar la situacion en la que acaba de ser encontrado – S-solo es tr-trabajo – Susurra

–¿Trabajo? ¿Es así como conociste a Yoongi? – Pregunta con el tono exageradamente alto y conteniendo su asombro que quiere salir entre una carcajada y el desconcierto. Jimin se prepara para hundirse en su asiento por la verguenza pero termina aun mas sorprendido con lo que escucha – Vaya, con razon ese tonto está coladito por ti... si hasta a mi me puso la... piel de gallina escucharte. Wooo tienes una voz tan hermosa qu-


–¡Ba-basta! – Interrumpe con el calor instalandose en su rostro – ¿A qué viniste?

–Oh... si si, eso. Cambiate, saldremos – determina


–¿Salir? No, no. Sabes que soy pésimo durante las salidas y no quiero ser una carga para ti nuevamente. –

–Cambiate, no le repetiré una vez más. Ésta vez serás tú el que se divierta –

Hay tanta conviccion en los ojos del mayor que no se atreve a cuestionarlo y con algo de desconfiaza busca ropa en su armario, pero cuando está seleccionando algo relativamente cómodo, Hoseok se acerca por detrás y adelantandose a sus movimientos, toma un par de jeans claros y una remera de mangas cortas.

–Esto te quedará genial –

No es que los jeans no le gusten, simplemente prefiere la comodidad. Igualmente acepta y se pierde en el baño con el conjunto en mano para salir quince minutos después cambiado y con el cabello arreglado de manera casual. la mirada de su amigo es aprobatoria y antes de que pueda decir algo más, es jalado hacia afuera con rapidez.

×

El lugar es totalmente diferente al de la ultima vez y Jimin mira con desconfianza. Es una discoteca, él jamas habia estado en un lugar como ese. Todo es luces robotizadas iluminando la oscuridad, música a todo volumen y personas dispersas por todos los rincones, estaba un poco apretado, pero muy diferente a lo que habia pensado, nadie está mirandolo ni criticandolo.
Pero de igual manera se siente incómodo, porque en su mente la gente está criticando su ropa, su cuerpo, su manera de moverse.

No quiere hacerlo, pero él termina comparandose con los demas como si su mente quisiera truncar su diversion. Él pone una sonrisa para que Hoseok no note su crisis mental, pero por dentro no tiene descanso. Cualquier cosa sirve para hacerlo sentir peor y aunque quiera acallar todas la voces y divertirse, simplemente no puede.

Hoseok está moviendose al ritmo de la música y conduce a Jimin hasta alguna parte de la pista invitandolo a imitarlo y lo ve hacerlo pero hay algo en sus ojos que le dice que no lo esta haciendo bien. No pretende preguntarle porque sabe que no conseguirá sacarle la verdad sobre su incomodidad pero sabe exactamente lo que necesita.

– Vuelvo en un minuto –

El menor quiere detenerlo para que no lo deje solo, pero no le da el tiempo para hacerlo porque desaparece entre la masa de gente bailando demasiado pegados. Mira hacia sus costados y nadie parece mirarlo y desea con todo su corazon poder disfrutar como los demas sin que los demonios de su cabeza lo atormenten, por una vez quisiera poder dominar sus pensamientos.

Poco a poco empieza a perder la voluntad y pretende pedirle al mayor que lo lleve a casa porque ese sito no es para él. Cuando su amigo regresa, viene cargado con dos enormes vasos de algo que podria asegurar que es alguna bebida alcohólica.

–Jiminie, esta noche vas a pasarla bien aunque sea lo último que haga–

-P-pero yo no deberia beber... Tú y yo ebrios seriamos una pesima combinación– objeta con temor

Hoseok sonrie y se acerca hacia él extendiendole el vaso con una sonrisa coqueta, demasiado cerca mientras mueve su cintura bajo la influencia de la música, se inclina a su oído para susurrarle...

–Tú y yo, bebé, somos la mejor combinación en cualquier condición–

Suena tan real y vehemente que Jimin se averguenza y prefiere dar un buen sorbo al trago antes que enfrentarse a su mirada sugerente.

Durante el resto de la noche, la mente adormecida de Jimin desterró sus complejos de su cabeza bajo la influencia del alcohol. No era suficiente para hacerle perder la consciencia pero sí para desihinibirlo. Por lo que terminó bailando con el trasero pegado a la pelvis del otro mientras se retregaba al ritmo de Havanna sin ninguna especie de límite.

Por primera vez en años estaba pasando un momento espectacular, lejos de cualquier autocritica o tortura psicologica, no era necesario flagelarse porque de cualquier modo nada de lo que los demás vieran le importaba en ese momento.

Cuando el DJ remixa la canción con una más sensual siente las manos del chico recorrer sus piernas mientras él se menea contra su cuerpo, después de tres tragos ya no tiene mucha noción de lo que está haciendo y sus sentidos empiezan a adormecerse. pide disculpas y se encamina hacia el baño para refrescarse. Hoseok, que estaba besando su cuello desde atrás, lo suelta un poco frustrado para dejarlo ir y se queda de pie en la pista. Ahora si, Jimin parece estar pasandola bien.


Luego de unos diez minutos de espera empieza a preocuparse por su amigo, así que atraviesa todo el lugar hasta el baño de hombres. A lo lejos puede ver la luz blanca iluminando el corredor y el cartel que anuncia que ha llegado. Entra precipitadamente buscándolo con la mirada y no lo encuentra, así que empieza a tocar cada una de las puertas para ver si está en alguna. Mira por debajo para ver si reconoce sus pies y ¡bingo! En el último cubículo puede distinguir el calzado de Jimin.

–¿Jiminie? ¿Estas bien? – pregunta tocando la puerta

No hay respuesta, solo un pequeño sollozo ahogado detrás de la madera.

–Hey, cariño... No me asustes, si no sales tendré que entrar –

Pasan unos minutos antes de que el seguro fuera retirado y el chico de cabellos alborotados apareciera con los ojos irritados por el llanto. No hace falta decir nada pues se lanza a los brazos de Hoseok y se refugia en su pecho.

–Ya, cariño ¿Qué pasó?–

No responde, así que mientras se recarga en la pared lo atrae más hacia él besando su coronilla y acariciando su espalda, esperando a que estuviera dispuesto a hablarle. Lo consigue después de cierto tiempo, cuando sus hipidos descienden y puede organizar su mente.

–Vamos a casa...– suplica aun ocultándose en su cuello – No quiero estar aquí–

No dicen nada más, era una pena que la noche terminara así, pero está seguro que debe haber sido algo relacionado con su cuerpo porque siempre era lo mismo.

Cuando están saliendo tienen que esperar un taxi, y en la tranquilidad de la noche aprovecha para volver a preguntarle lo que ocasionó su llanto, pero no le contesta, simplemente se abraza a si mismo para cubrirse del fresco y lo ignora aún con el semblante dolido.

Llegan a la casa de Jimin y suben silenciosamente las escaleras. No han hablado desde que estuvieron en en baño y el ambiente entre ellos es realmente pesado, hasta que Hoseok se cansa.

–¿Ya vas a decirme qué rayos sucedió allí?– No quiere sonar tan brusco pero  simplemente las palabras escapan de esa manera de su boca
Jimin suspira y se sienta al borde de su cama.

–No quiero que me sigas más, no me busques ni intentes salvarme, Hoseok ¿Acaso no lo ves? Esto no va a cambiar.– murmura con un tono gélido – Había un grupo de chicas en el baño, al parecer rechazaste bailar con una de ellas cuando fuiste a comprar las bebidas y luego te vieron bailar conmigo...

Si, recordaba a tres mujeres demasiado exhibidas pidiéndole que les invite un trago y que aceptara bailar con una de ella. Pero él las había rechazado amablemente.

–Me vieron luego en el baño y murmuraron... Cosas. –

–¿Qué cosas, Jimin?–

–Cómo que seguramente estabas conmigo por una apuesta o porque tus amigos sacaron a bailar a alguien lindo y tu tuviste la mala suerte de tener que estar conmigo... Cosas así – Cuenta sin mayor emoción –¿Sabes? Esas cosas no me extrañan, es lógico que piensen algo así, es decir ¿En qué universo alguien como tú saldria con una persona como yo? –Rie, pero hay dolor en su gesto– No te preocupes, lloré porque el alcohol me sensibilizó, pero esto no es nuevo para mi. Incluso me pasa cuando estoy con Jungkook–

Duele, cada una de sus palabras duelen. Y ya no sabe que decir, no tiene más armas para usar en contra de ello. Así que simplemente decide desnudar su corazón. Estira una mano invitándolo a tomarla, pero recibe una mirada confundida a cambio, así que baja y toma la suya suavemente para ayudarlo a ponerse de pie y entrelaza sus dedos.

–Quiero mostrarte algo – Expresa cerca de sus labios

Jimin siente el cosquilleo y no puede resistirse. Quiere, pero no puede. Así que cierra los ojos cuando siente su mano acariciando sus brazos, deslizándose hacia abajo. Puede también percibir su respiración en su oído y hasta juraria que sus labios besan sutilmente su cuello mientras lo acaricia.

–Hoy, te voy a mostrar a la persona que puede amarte tal y como eres si le das la oportunidad–

Sus ojos se cierran y la piel se le eriza, no sabe bien si es por el alcohol en su sangre alterando sus neuronas o por la clase de caricia parsimoniosa que está recibiendo pero siente que los pies se despegan lentamente del suelo.

Hoseok se toma su tiempo para recorrer su piel tibia y tersa y sus pulmones de llenan de la fragancia que expele con cada roce. Es delicioso y varonil y embriaga más que los tragos que consumió. Traza una ruta de castos besos sobre su cuello, por sus hombros hasta su clavículas y lo siente derretirse entre sus manos.

Se toma su tiempo para adorarlo y demostrarle que está seguro, que puede confiar y sostenerse en él. Entonces, cuando lo nota relajado, delicadamente quita sus prendas. Cada una cae al piso hasta que lo deja solo en bóxer y se separa un poco para admirar su cuerpo tibio. Y de pronto no entiende qué ve la gente de mal en eso, es piel, es carne y calor y late, brilla y se alza excelso ante sus ojos.

Jimin percibe su mirada, pero por primera vez no se siente condenado, sino admirado y adorado. Sus ojos denotan cariño y aceptación.

–Ven...– Toma su mano y lo guia, lo lleva hasta un extremo de su habitación donde está aquel sector al que hace mucho tiempo no se dirige.

Hoseok se mueve lento pero seguro, quita la enorme sábana azul de la pared y descubre el espejo de cuerpo entero que lleva tapado años enteros. Bajo la mirada insegura que ahora tiene Jimin, le sonríe y lo coloca frente a él para darle tranquilidad.

Jimin mira su reflejo desnudo, quiere apartar la mirada, inconscientemente su cuerpo empieza a temblar y pierde toda seguridad. Siente vergüenza. Hoseok, que está parado detrás de él también lo mira, pero sus ojos son muy diferentes.

–¿Por qué haces esto?– Increpa desviando la mirada. Siente como el otro rodea su cintura y apoya su rostro en su hombro con liviandad.

–Quiero que veas lo que yo veo aquí, dime ¿Puedes verlo?  –

–Me veo a mi – Responde molesto– Veo mi enorme panza, la grasa de mi barriga y mi piel colgando. Veo las marcas de haber perdido peso y haberlo recuperado nuevamente, veo un monstruo que amenaza mi estabilidad cada día y la enorme mochila de carne con la que debo cargar ¿Eso querias oír? ¿Que me veo a mi con desprecio y asco y que me odio por no poder hacer nada al respecto?– suelta entre lágrimas de frustración.

–No– Susurra con paciencia– Porque todo eso que dices, yo no lo veo... Veo a una chico con los ojos más brillantes, con la mirada tierna y comprensiva, veo unos labios carnosos, llenos de pasión y cargado de palabras lindas sin mencionar la enorme y refulgente sonrisa en ellos... Veo tu cuerpo cálido, que te abraza y te arregla, que transmite calor y dulzura, veo tus manos suaves que acarician y reconstruyen y puedo ver perfectamente, a través de todo esto, un corazón rebosante de amor, como una hermosa flor perdida entre las espinas de la soledad. – Sus manos acarician su pecho desnudo– Veo a un Jimin que está sediento de cariño pero que aún no sabe todo lo que puede dar porque no se lo permite.

Jimin queda embobado entre sus palabras y sus caricias repletas de suavidad.

–Lo que ves frente a este espejo, Jimin. Es a la unica persona que puede amarte como lo mereces, que lo tiene todo para ser feliz pero que debe trabajar por ello, es un pequeño diamante en bruto que debe ser pulido. No necesitas perder o ganar nada, lo tienes todo... Y está aquí mismo – Palmea su pecho donde está su corazón.

Cada una de esas palabras se clavan en su cuerpo como agujas y van invadiendo su interior en profundidad. Sus ojos hacen contacto con su reflejo frente a él y por primera vez puede notar el brillo allí. No es un brillo que haya puesto Hoseok, aunque haya sido él quien ayudo a encontrarlo, es algo que nace en su interior y está asomándose tímidamente.

Hoseok toma su manos y lo lleva a la cama, lo ayuda acostarse allí y se coloca junto a él enfundándolo en sus brazos invitándolo a dormir. No se dicen nada mas, porque la semilla del amor propio acaba de ser plantada y ahora debe esperar con paciencia a que germine. Y si no lo hace lo volverá a intentar hasta que empiece a dar raíces en su corazón.

🥺

Amamos mucho a Hobito o khe? 💕

Ustedes se preguntarán por qué Hoseok es un rey en todos mis fics? Jajaja pues por qué más?

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