Capítulo 13
Jungkook conoce a todos y cada uno de los médicos y enfermeras del hospital, todos alguna vez han atendido a su madre. Desde el neurólogo hasta el anestesista, las enfermeras que velaban por la salud de los pacientes siempre estaban a la espera de cualquier avance y corrían a decírselo a él que dormía y vivía en la sala de espera hasta que obtenía noticias favorables de su evolución.
Demás está decir que no era la primera vez que su madre estaba hospitalizada, ella tenia recaídas cada cierto tiempo pero que ahora estaban haciendose mas frecuentes.
El exceso de peso no siempre era el motivo de sus dolencias, pero si empeoraba su situación. Asma, diabetes y displacia de cadera eran las afecciones principales, y todas se potenciaban por la obesidad mórbida que acunaba su cuerpo. Sus pulmones ya no tenían espacio suficiente para trabajar con normalidad y sus caderas ya no soportaban el peso, obligándola a usar una silla.
¿Por qué? Si era una mujer joven aún, atravesando sus cuarenta y ocho años, pero la vejez había llegado prematuramente por el deterioro de su sistema.
Cuando su padre aún vivía ella tenia algo de sobrepeso pero nada que le imposibilitara la vida cotidiana, fue después de su muerte que todo empezó a escapar de su control y en menos de un año estaba pesando ciento treinta kilos. Ya había intentado infinidad de dietas y remedios caseros, al punto de llegar a hartase, visitó brujos, curanderas y todo aquel que le ofrecía una solución a su problema.
Pero nada funciono.
Y ella se fue aislando, haciéndose dependiente de sus hijos y perdiendo la libertad.
Y ahora luchaba contra la muerte día a día. Una batalla que estaba perdiendo.
– Jungkookie – Jimin llega hasta donde está su amigo, lo ve acurrucado en una silla en la sala de espera abrazando sus piernas contra su pecho.
Se veía indefenso y pequeño. Y lo estaba. Y eso estrujaba su corazón, él amaba a Jungkook, era un amigo genial y tan solidario con su situación... Él y Taehyung fueron los únicos que se acercaron a él, al verdadero Jimin detrás de su apariencia y se tomaron el tiempo de conocerlo. Ahora era su turno de acompañar al chico, después de todo el sabia de primera mano lo que era perder a la mujer que te dio la vida viéndola deteriorarse lentamente hasta que la muerte se cobra su deuda.
–Jimin...– Suena íntegro, pero sabe que por dentro esta muy roto –¿Qué haces aquí?
–Vine a acompañarte, Kookie ¿Que más?– Está intentando que sus palabras sean cálidas y tranquilizadoras porque entiende que en momentos así todo lo que puede llegar a necesitar es la seguridad de saberse acompañado.
Ve un atisbo de sonrisa dibujarse en su rostro y se acerca a revolver su cabello mientras se sienta a su lado.
–¿Me darías un abrazo, Jiminie?–
¿Qué tan dulce podía llegar a ser? Ni siquiera lo piensa cuando estira los brazos y lo invita a acurrucarse en su pecho.
Hay algo en la tibieza de su cuerpo que lo hace sentirse seguro, como si su amigo fuera una isla segura en medio de la tempestad, él mismo a veces no podía entender porqué la gente menospreciaba a Jimin antes de conocerlo.
–Todo estará bien, mi Kookie– Susurra en sus cabellos y acaricia su espalda.
Jungkook ha visto y sufrido demasiado desde una edad muy temprana, nadie debería vivir su niñez en un hospital cuando hay tarea para hacer o amigos con quienes jugar. Pero nadie elige la vida que les toca vivir.
Yoongi llega con dos vasos de café y una bandeja de panes para él y su hermano, sabe que días así son realmente eternos. Ellos la tendrán en observación unas horas (con suerte) mientras está conectada a todas las maquinas habidas y por haber, intentarán pasarle medicamentos por las sondas y la mantendrán con oxígeno hasta que sus bronquios se abran y pueda respirar por su cuenta. Si todo sale bien ella volverá a casa por la mañana siguiente, pero si no... Habrá que ponerla en cuidados intensivos y quién sabe cuándo podrán volver a verle el rostro.
Recuerda que la primera vez que le tocó vivir algo parecido era solo un chiquillo asustado, su madre se había descompensado en medio de la noche mientras lo llamaba a gritos con un hilo de voz antes de que la respiración se perdiera. El pánico y la desesperación se comían vivo su pequeño cuerpo de trece años mientras la veía aferrarse a la vida con las pocas fuerzas que le quedaban y rogar por ayuda. Yoongi aprendió a los golpes lo que era la vida y la muerte y el ínfimo limite que las separaba.
"Si no pierde peso, perderá su vida"
Fue la sentencia de muerte del médico. Tenía miedo, mucho miedo. Quería cuidar a su mamá, quería verla vivir y evitarle todo eso nuevamente. La ayudó con las dietas, aprendió a cocinar solo para alimentarla saludablemente y grababa rutinas de ejercicio para hacer juntos, se sentía tan bien haciéndolo. Pero aún así no había cambios, después de meses los números en la balanza no se movían, ni su masa corporal reducía... Hasta que lo descubrió: Comía a escondidas.
Había pequeños escondites llenos de postres o masas dulces, panes o galletas en la parte trasera de las alacenas y cartones de pizza al fondo de los botes de basura. Al principio se culpó de todo aquello, de no haber puesto mas atención.
Pero no era su culpa, era ella la que no ponía de su parte.
Así que si su madre no hacia nada por cuidar su salud, él no la obligaría. Porque ni siquiera el hecho de pensar que al morir los dejaría huérfanos a él y al pequeño Jungkook, la motivaba a llevar una vida más sana.
Entonces estar gorda era su elección.
Y aunque con ello arrastrara a su hijos ella no cambiaría su egoísta decisión. El resto de sus años los pasó entre hospitales, ambulancias y farmacias. Las cuentas de medicamentos eran enormes y las visitas a especialistas generaban déficit en su economía familiar.
No, en su vida ya no había días felices, no pueden haberlos si tienes una madre que se está matando por voluntad propia.
Y ahora le tocaba vivir todo aquello a Jungkook.
No era justo. No para ellos.
Mira a su hermano menor siendo abrazado por su compañero de trabajo y siente un pequeño escosor en su pecho. Él no le daba abrazos a Jungkook ni le preguntaba sobre su situación emocional o física, sólo lo veía de lejos y se lamentaba por él. Pero ahora que lo observa, parece que estuvo necesitando desde hace tiempo ese tipo de contención que le estaba dando Jimin.
Se lo agradece internamente.
Quizás él también necesitaba un abrazo de ves en cuando ¿No? Y otra vez su mente divaga hacia el chico de la hot line y su dulce voz y bello rostro. Daría todo por tenerlo a su lado en estos momentos y recibir demostraciones de afecto de su parte. Sonríe y camina lentamente hacia los chicos abrazados. Es la segunda vez que siente agradecimiento por Jimin, la primera por salvarlo a él y ahora por cuidar de su hermano.
"¿Familia Min?"
Escuchan el llamado del médico que está atendiendo a su madre y ambos dirigen su atención hacia él olvidando lo demás. El hombre los llama y Yoongi y Kook se acercan para escuchar el estado de NamGi.
Jimin suspira abatido, a él no le gustan los hospitales. Los odia. En su mente aún está patente el recuerdo de las ultimas horas de vida de su madre y duele. Porque perder a la mujer que más lo amó le duele tanto como si le arrancaran la piel a carne viva. Pero sabe que está haciendo esto por su amigo (y muy en el fondo también quiere estar indirectamente para Yoongi, pero eso es algo que no aceptará en voz alta) porque sabe lo que se siente necesitar un abrazo o una simple sonrisa de aliento.
Gira su tronco mientras espera y la imagen de su hermano mayor buscando alguna cosa por esos pasillos pone en alerta su sistema.
–¿SeokJin? – Pregunta horrorizado cuando lo ve reconocerlo y alzar la mano en un saludo.
Rápidamente salta de su silla y corre a alcanzarlo con la mirada llena de temor, porque lo primero en lo que piensa es que tomó una mala decisión al enviar aquella fotografía a Yoongi. Estaban a unos metros de distancia, solo hacia falta que el hermano de Kook volteara para que todo su show se viniera abajo.
–Jiminie, cariño... Olvidaste tu almuerzo – Le dice con tanta dulzura y preocupación que lo obliga a darse un golpe mentalmente por poner a su hermano en medio de sus mentiras.
–Oh, si... Lo siento, hyung – se disculpa mientras intenta llevarlo hacia la recepción, lejos de la vista de los hermanos– Estaba algo apurado y lo olvidé
Yoongi escucha las indicaciones del doctor, al parecer solo fue una falla en sus musculos que se complicó por un pico de glucemia. Su madre podría volver a casa en cuanto sus valores se estabilicen.
Aunque las buenas noticias duren muy poco, porque sabe que esto volvera a pasar dentro de un tiempo. Tiene las manos en la cintura y niega con la cabeza ante las advertencias del doctor, él ha pasado eso ya tantas veces, entonces por reflejo gira y puede ver la espalda de Jimin alejarse de allí junto a una silueta castaña mucho más alta y tonificada y se pregunta ¿Con quien estará? Pero vuelve su atención cuando escucha que debe firmar el alta médica.
Jungkook por otro lado, está mucho más aliviado por la noticia y sonríe, también nota a Jimin y reconoce la espalda fuerte de SeokJin. Otro motivo más para alegrarse. Deja a su hermano encargarse del papeleo y cuando queda solo, va en busca de ellos.
Jin escucha a Jimin hablar de la situación de su amigo, es tan triste y doloroso saber que podrían quedarse solos en cualquier momento, que no puede evitar empatizar con ellos y tiene la necesidad de acercarse a los hermanos Min y brindarles su apoyo. Pero al parecer llegó en un mal momento.
–Yo les diré que les envías fuerzas, hyung– Jimin está nervioso y esta intentando evitar ese encuentro con todas sus fuerzas.
–¿Jimin? – mierda
Se da vuelta para encontrar solo con la sonrisa avergonzada de Jungkook. ¿Y Yoongi?
–Hola pequeño, soy Jin ¿Me recuerdas? Hermano de Jiminie –
Claro que lo recordaba, si ha estado en sus sueños desde la primera vez que lo vio.
–Umh, si... Yo te recuerdo, hyung ¿Como has estado? – Tiene las mejillas rojas y siente tan fuerte el golpeteo de su corazón que teme que los demás también puedan escucharlo.
–¡Oh~ tan lindo! Me preguntas por mi estado cuando eres tú quien está pasando por momentos dificiles– El instinto protector del mayor se activa y se acerca hasta el pequeño de ojos saltones – ¿Puedo darte un abrazo?
Jimin está perdido en su mente, buscando a Yoongi con terror de que fuese a aparecer en cualquier momento, por suerte están de espaldas y mientras su hermano no se gire no podrá verlo. No está poniendo atención a la crisis romántica que está viviendo el corazón avergonzado de su amigo al tener a Jin tan cerca preguntándole si quiere un maldito abrazo.
Claro que quiere.
–B-bueno, creo que... Yo, si –
SeokJin sonríe enternecido por su torpeza al hablar y lo funde en el contacto de su piel.
Son diez segundos en los que el menor deja de respirar y su mente se dispara junto a sus hormonas. En todos sus sentidos solo está Jin. El calor de su pecho, el aroma masculino de su piel, la fuerza de sus brazos y la tibieza de su aliento en su cuello. Si pudiera describir el mejor momento de su vida, seria exactamente así.
–Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea ¿Si? Sé que eres amigo de Jimin pero también puedes recurrir a mi en cualquier momento. Sabré escucharte – Su voz es suave y su preocupación tan auténtica, sabe que no puede formular mas de dos palabras así que asiente en agradecimiento– Bien, me iré porque debo trabajar, pero ven a casa el fin de semana y puedes traer a tu hermano y a tu madre si quieres–
¡Lo esta invitando! Después de haberlo perseguido tanto tiempo él está pidiéndole que vuelva a su casa. Si bien no era una cita, era un acercamiento.
–Jinie... ¿No llegarás tarde? – Jimin rompe la burbuja en la que estaban y le recuerda que debe ir a trabajar –Gracias por traerme el almuerzo y lamento haber hecho que te preocuparas por mi–
–Es cierto. Está bien, cariño. También quería ver a Kookie hoy. Ellos deben necesitar mucha contención en estos momentos– les sonríe a ambos – Oh, y dime ¿donde esta tu hermano? Me gustaría saludarlo también...
–Bueno, él-
–¡Hyung! ¡El trabajo!– está entrando en pánico
–Oh, si... Por favor dale mis saludos, Jungkookie ¿Bien? Los veré luego, chicos. ¡Adiós!–
Y en menos de cinco segundos desaparece por la puerta principal. Jimin por fin puede respirar relajado.
Busca a Kookie con la mirada y lo encuentra con cierto brillo en su sonrisa.
–¿Estas bien? –
–Lo estoy – Sale de su trance coincidiendo con los ojos de su amigo –¿Te trajo el almuerzo?
–Si, yo... lo olvidé – Responde mostrando el recipiente que contiene su comida
–Tu hermano es genial –
–Lo es, ven vamos a comer juntos –
Yoongi llega justo en el momento en el que el acompañante de Jimin está abrazando a su hermano menor. ¿Acaso ellos siempre abrazan? No quiere interrumpir hasta que lo ve irse, solo pudo ver su ancha espalda al salir.
Mira a Jimin sentarse en una banca y desenvolver su lunch, está alimentando a Jungkook en la boca mientras le sonríe. Siente cómo ese agradecimiento que siente por el otro va cada vez en aumento. Es tan generoso y solidario a pesar de haber sido tratado tan mal, no solo por él sino por todos en general.
Yoongi puede ver como unas niñas frente a ellos lo miran como si fuera la cosa mas horrenda del mundo y cómo su madre arruga la nariz con asco mientras las aleja de ellos. Pero el menor ni se inmuta y continua consintiendo a su hermano.
Quizás él aprendió a ignorar tanta porquería.
¿Era acaso Yoongi como esa gente? Quizás si, no lo sabia. Pero estaba comprendiendo muy lenta e imperceptiblemente que, en el interior de ese chico, quizás no había el egoísmo que percibía en su madre.
Quizás Jimin sea gordo por otras razones.
🍙
Buenas bueeeenaaas! 🥰
Vengo a darme con la sorpresa de que muches estan leyendo esto por primera vez! 😱
Sepan que me hacen muy feliz! 🙇🏻♀️💕
Volvieron los gif 😁 yeeei
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