Un nuevo día donde Nayeon tenía que soportar las burlas de sus compañeros, donde tenía que agachar su cabeza para que no vean sus lágrimas.

Pero hoy iba a ser diferente, hoy sería su primer día donde tendrá una compañera o mejor una amiga en quien confiar y a quien contarle cosas.

Chou Tzuyu ahora iba a ser esa amiga en quien confiar, con quien podría salir a divertirse o desvelarse platicando.

Tzuyu había prometido ser esa amiga que nunca tuvo.

En este momento Nayeon se encontraba en el baño limpiándose la camisa que le había caído un poco de comida y Tzuyu se encontraba hablando con su madre para decirle que iba a llevar a una amiga a su casa ya que la iba a ayudar con una tarea que no entiende, a lo cual su madre acepta.

Chou no era una persona que llevaba a sus amigas a su casa, sólo a Jihyo quien era su mejor amiga y ella ya era como su hermana.

Después de unos minutos Nayeon salió del baño para buscar a Tzuyu, pero detuvo su caminata ya que se encontró con Chou recargada en los casilleros que estaban cerca del baño y entretenida con su teléfono.

A manera lenta se acercó a Tzuyu y cuando la alfa sintió el aroma de Nayeon alzó la mirada y le regaló una sonrisa que Nayeon correspondió.

— ¿Lista? — preguntó parándose derecha.

Nayeon asintió — Sí, ya estoy lista, sólo le tengo que decir a mi papá que voy a ir a tu casa — dicho eso Nayeon iba a sacar su celular pero Chou la detuvo.

— Él me mandó un mensaje ya que necesitaba unos papeles que se me olvidaron entregar, pero ya le mandé el archivo y le comenté a tu padre y él aceptó — explicó de manera rápida y sin pausas.

Nayeon sonrió y asintió — Bueno voy a confiar en ti y no le voy a avisar — empezaron a caminar hacia la salida.

Tzuyu sin ninguna vergüenza agarró la pequeña y gordita mano de Nayeon, la omega se sorprendió por ese acto, volvió a ver a Tzuyu pero esta solo le regaló una sonrisa.

Nayeon por acto se sonrojó y bajó tímidamente su cabeza.

Tzuyu dio un apretón en la mano de Nayeon y la omega alzó la cabeza para ver a Tzuyu.

— Venga, sube al auto — le pidió amablemente Tzuyu.

Nayeon hizo caso y subió, Tzuyu se apresuró para subir al auto.

— ¿Está muy lejos tu casa, Tzuie? — preguntó Nayeon.

— Bueno, se podría decir que sí, son unos treinta minutos en auto y- — No pudo terminar ya que su celular empezó a sonar repentinamente.

Tzuyu soltó un suspiro — ¿Puedes revisar qué dicen los mensajes, por favor? — preguntó Tzuyu viendo la carretera.

Nayeon algo dudosa agarró el celular de Tzuyu pero antes de prenderlo la alfa habló.

— Es mi mamá, de seguro quiere que pase a comprar algunas cosas — aseguró Tzuyu.

— ¿Cómo sabes que es tu mamá? — preguntó algo sorprendida.

— Es que mi mamá me dijo que así podría contestar rápido sus mensajes — comentó para después explicar otras cosas.

— Bueno, tu mamá dice que si podrías ir a la tintorería por un vestido que dejó en la mañana — leyó los mensajes.

— Está bien, espero y no te moleste hacer una parada antes — comentó tranquila.

— Está bien, así podré comprar algo para comer — Nayeon contestó.

Dicho eso, Tzuyu agarró otra ruta para llegar a la tintorería.

Después de pasar por ese vestido, comprar unas botanas para las dos y tener una mini pelea por quien pagaba, (está claro que Tzuyu pagó) llegaron a la casa de los Chou.

— Antes de entrar, Nayeon, tengo que decirte algo — dijo Tzuyu — Mi mamá suele ser muy mimada y suele ser muy gritona — comentó abriendo la puerta de su casa.

— ¡Tzuyu, mi vida ya llegó! — se escuchó una voz de mujer.

— Ya llegué, madre — dijo tranquila dejando pasar a Nayeon.

Después de caminar hasta la sala, Nayeon vió a una hermosa mujer un poco más alta que ella.

— Mi vida, que bueno que llegas, te estaba esperando para poder comer — dijo sin levantar la vista de su celular — pasemos a la mesa.

Cuando dijo eso la señora Chou alzó su mirada y vio a una hermosa omega de estatura baja y muy tierna.

— ¿Mi vida, quién es esta hermosa omega? — preguntó sonriendo acercándose a Nayeon.

— Es hija del señor Junho y la voy a ayudar a estudiar para un examen que es de la materia que no entiende mucho — le explicó Tzuyu.

— Mucho gusto, señora Chou — saludó Nayeon — Mi nombre es Im Nayeon — se presentó con un sonrojo notorio.

— ¡Pero que tierna es esta omega, me encanta, se ven muy lindas y ni de decirse de cuando tengan un bebé! — exclamó emocionada.

Tzuyu se ahogó con su propia saliva y Nayeon se sonrojó hasta el tope.

— ¡Mamá, por favor! — exclamó Tzuyu después de recuperarse de esa tos.

Nayeon preocupada se acercó a Tzuyu a preguntar si estaba bien y la alfa asintió regalándole una sonrisa.

— Mejor pasemos a comer, madre — la única alfa pidió, lo que la omega asintió.