El castillo de Drácula.
Inspirada en Vlad, el empalador.
Leyenda rumana.
¿HAS OÍDO la historia de "Vlad, el Empalador"?"
Jungkook siempre lo preguntaba. A donde fuera que vaya, esa pregunta siempre la llevaba consigo aunque no siempre obtenía la respuesta que quería. Nadie que llegaba a conocer era conocedor de la leyenda de Vlad, a no ser que en vez de llamarlo por su nombre, dijera "Drácula"; entonces sí, todo el mundo sabía quién era pero solo de la idea errada y fantasiosa que se tenía de él.
"¿Drácula? ¡Ah, sí! El vampiro, aquel Conde que tiene la piel pálida, colmillos como agujas y se desintegraba si le llegaba a tocar el sol."
Y de la misma manera que siempre preguntaba aun sabiendo la clase de respuesta que obtendría, suspiraba decepcionado tras oírlas.
No odiaba la obra maestra y el clásico que Bram Stoker había escrito, de hecho, "Drácula" fue su libro favorito por mucho tiempo. Si no fuera por aquel libro, él no habría investigado la historia verdadera detrás y hubiera descubierto al "verdadero Drácula", pero realmente disfrutaría que alguien supiera lo mismo que él, y que esa persona estuviera dispuesta a compartir sus mismos gustos e intereses... Como, por ejemplo, emprender un viaje a Rumanía — concretamente a Transilvania — y visitar El castillo de Bran, donde Vlad el empalador había vivido.
Una noche, en una fiesta de nochebuena, mientras estaba en París, conoció a Kim Taehyung, un joven carismático y extrovertido del cual se enamoró a primera vista.
Evidentemente, Taehyung era increíblemente atractivo y por eso le gustó, aunque no estaba seguro de si él le había gustado también, pero, ¿un adelanto? Lo hizo.
Taehyung y Jungkook comenzaron siendo conocidos. Quedaron un par de veces después porque Taehyung era amigo de sus amigos de la universidad, ambos eran los dos únicos coreanos en Francia que se dedicaban al diseño de moda y eso los había acercado, pero lo que verdaderamente los unió, fue el amor por el cine del terror y horror, la literatura gótica y, ¿cómo no? Las leyendas urbanas. Ambos compartían una obsesión terrible por Drácula debido al libro de Stoker y ambos estudiaron la vida de aquel personaje ficticio, Vlad, después de tragarse el libro entero.
Ambos, también, aborrecían la película fantasiosa que se había hecho sobre Vlad pero admitieron enseguida que se les caía la baba por Luke Evans.
Otro adelanto: Jungkook supo entonces que Taehyung era bisexual y aprovechó.
Al final del año, todo acabó como tenía que acabar: con ellos siendo pareja y viviendo en un piso compartido mientras trabajaban de lo que amaban: la moda. Asistieron a tantas pasarelas y trabajaron para marcas reconocidas en galerías. La vida perfecta, evidentemente, hasta que Jungkook le platicó sobre ese paseo a Rumanía que quería realizar. Esperaba que Taehyung lo apoyara, que quizás se uniera al viaje y lo planearan para realizarlo algún día; algún año.
Pero no, Taehyung dijo:
— ¿Qué demonios, Jungkook? ¡Hagámoslo este año!
Y así fue como ahorraron y ahorraron; trabajando horas extras y quemándose las pestañas en el proceso, pero finalmente, pudieron recaudar tanto dinero como pudieron y tomarse unas vacaciones juntos; recorrer varios países europeos y conseguir el destino deseado: Rumanía.
Cuando llegaron a Bucarest, se sorprendieron mucho por lo bonita que era la ciudad. Era pintoresca y la arquitectura era hermosa. Jungkook y Taehyung pasearon por las calles con un guía turístico porque el primer día era de aquella manera. Tomaron muchas fotos, probaron mucha comida nueva y disfrutaron al máximo.
Cuando llegaron al hotel, volvieron a planificar su viaje a Transilvania.
— Saldremos mañana temprano e iremos en tren, ¿vale? Solo serán unas horas. Voy a comprar las entradas por Internet.
— ¿No será más barato que las compremos en taquilla? — preguntó Taehyung mirando a su novio.
— Sí pero seguramente habrá mucha gente, será mejor que vayamos preparados.
— De acuerdo. Entonces nos tocará madrugar... — dijo y luego suspiró quejándose por ello — ¡Ah, qué pereza!
Aquello le había causado gracia a Jungkook, quien no tardó en tomar la almohada y golpear a su pareja en el rostro e iniciar una guerra de almohadas. Se divirtieron mucho, de verdad lo hicieron...
Lástima que no supieran lo que les esperaba al día siguiente.
𝄐𝄒𝄑𝄢
El castillo era enorme. Era una fortaleza medieval magnífica que se alzaba con elegancia ante los ojos de Jungkook y Taehyung.
Los ojos del menor se iluminaron de una manera maravillosa, estaba tan contento que podría llorar pero su novio lo calmó sosteniéndolo de la mano con fuerza.
— Estamos aquí, es real... — le dijo con dulzura.
Jungkook asintió y después ingresaron al castillo.
No era nada fuera de este mundo, las atracciones eran los pasillos, los cuadros medievales del señor feudal Vlad, El empalador, la habitación donde dormía, el patio, las demás alcobas, la sala, la cocina, la biblioteca... El guía hablaba sobre la arquitectura y la historia, Jungkook comprendió cada detalle porque recordaba sus clases de historia del arte cuando iba en la secundaria. Le fascinaba la historia de aquel hombre, por muy cruel que hubiera sido.
Cuando por fin llegaron a la habitación donde se guardaban como un patrimonio los objetos de tortura medieval, Jungkook buscó a Taehyung emocionado pero al mirar a su costado, él no estaba.
— ¿Tae? — lo llamó en voz baja para no interrumpir la clase del guía, pero no lo encontró por ninguna parte.
Observando al guía y dándose cuenta de lo concentrado que estaba contando la historia de las torturas y la de Vlad, Jungkook decidió escaparse para buscar a Taehyung porque creyó que le estaba gastando una broma.
— ¡Tae, no es divertido! ¡Sal! Si no estamos con el grupo, podríamos perdernos... El castillo es muy grande.
Jungkook siguió caminando, dobló en una esquina, entró en una habitación, salió al patio e hizo varios recorridos hasta que se dio cuenta de que no había nadie y que no se había encontrado con nadie desde varios minutos.
— ¿Hola? — exclamó — ¿Hay alguien aquí? ¡Socorro! ¡Me he perdido!
Pero no tuvo respuesta.
El ambiente se fue ensombreciendo. Jungkook sintió que alguien le seguía, oía pasos que se detenían cuando él lo hacía, así que rápidamente giró a observar hacia atrás pero no había nadie, solo un largo y tenebroso pasillo oscuro.
El temor se apoderó de su cuerpo tanto como la ansiedad, e intentó encender su móvil para utilizarlo como linterna al percatarse de que el lugar estaba oscureciéndose más y más, pero no tuvo suerte, el aparato había muerto pero no sabía por qué... Estaba cargado cuando comenzó a buscar a Taehyung.
— Taehyung... — Lo llamó de nuevo, con la voz pendiendo de un hilo, a punto de quebrarse en un llanto.
Se sintió solo y abandonado, no había encontrado a nadie y estaba anocheciendo. No le halló explicación alguna a lo que estaba sucediendo y pensó que se había adentrado a una parte del castillo donde no se permitían las visitas. Se sintió desorientado y asustado.
Como no sabía qué hacer, decidió sentarse en el pasillo, con la espalda hacia la pared mientras abrazaba sus piernas y lloraba; esperando ser encontrado en algún momento.
En ese instante, se encendieron las antorchas. Fue como si por arte de magia se hubieran envuelto en llamas que iluminaron el pasillo. Jungkook se levantó de un brinco asustado, notando que el pasillo se sentía ligeramente diferente a lo que recordaba. El bronce y oro de los marcos de los cuadros se veían relucientes, como si fueran nuevos, así como el tapizado de las paredes. Se veía tan auténtico que daba miedo.
Jungkook siguió el camino de luces que se había formado hasta llegar a la alcoba de Vlad II Dracul, donde encontró a Taehyung sentado sobre un taburete rojo frente a un tocador.
— Taehyung... — Lo nombró Jungkook con una sonrisa y lágrimas en sus mejillas, feliz de haberlo encontrado finalmente, pero notó algo diferente en él en cuanto se aproximó — ¿Por qué estás vestido así...?
Jungkook apartó la vista un momento hacia el espejo de mano oval, color ébano, que Taehyung sostenía en la mano, no reflejaba su reflejo. A Jungkook se le borró la sonrisa y bajó la mirada al suelo descubriendo un pequeño riachuelo de sangre que se dibujaba por la alfombra y provenía del extremo norte de la habitación. Cadáveres.
Había cadáveres en la habitación. Jungkook los reconoció; el guía y alguno de los visitantes. Todos tenían las gargantas cortadas.
Retrocedió dos pasos cuando Taehyung se levantó del taburete y se volteó a verlo, sus ojos eran de un color oscuro como un abismo y sus pupilas tan escarlatas como la sangre; alrededor de sus cuencas había una sombra tenebrosa y venas color violeta rojizo que se extendían hasta el puente de su nariz; su piel era pálida como la de un cadáver y su boca estaba cubierta de sangre, incluso esos colmillos afilados y en punta, hasta su cuello.
Jungkook sintió terror en todo su cuerpo; quiso gritar pero no pudo. Echó a correr y Taehyung lo persiguió.
— ¡Socorro, socorro! ¡Auxilio! ¡Ayudadme, por favor! — gritó mientras huía sintiendo que el corazón le estallaría en el pecho en cualquier momento.
Dobló en la esquina de otro pasillo y halló más cadáveres, así que retrocedió y se metió en otra habitación que ya no tenía la cinta de "no pasar" y todo parecía tan, pero tan real... Jungkook intentó abrir la siguiente puerta que había en la habitación, pero no pudo, estaba atascada y cuando se percató de que Taehyung se acercaba, trató de huir saltando por la ventana, pero la distancia entre el alféizar y el suelo era de tres metros.
Taehyung derribó la puerta con una fuerza sobrehumana, Jungkook lo observó con los ojos enrojecidos antes de saltar, sabiendo que esa no era la persona de la que se había enamorado; sabiendo que ni siquiera era una persona. Taehyung intentó sujetarlo pero no lo alcanzó y Jungkook cayó al suelo rodando. Se había hecho daño, pero eso no le impidió levantarse para seguir huyendo.
El vampiro lo miró indiferente cuando se asomó por la ventana y Jungkook lo perdió de vista después, antes de huir por el patio.
𝄐𝄒𝄑𝄢
Jungkook caminó en la oscuridad rodeando el castillo para hallar la salida, pero la noche era aterradora y había luna nueva.
Se había perdido. El castillo era demasiado grande y extenso, al no poder ver nada, sabía que no podría llegar a salvo y por eso se escondió en un pequeño hueco que había entre una torre y un muro que sobresalía. Rezó para que Taehyung no lo encontrara hasta que amaneciera, cuando la claridad, aunque fuera tenue, se hiciera presente.
Jungkook despertó poco después, sintió frío de repente y también oyó pasos de una marcha caballeresca que se acercaba a él. Cuando abrió los ojos, se quedó entumecido ante lo que había frente a él.
Picas.
Personas empaladas en las picas.
Cabezas humanas en las picas.
Jungkook quiso gritar aterrorizado pero se cubrió la boca antes de hacerlo cuando un centenar de hombres que vestían armaduras se dirigieron a las picas junto a lo que parecían ser unos prisioneros. Se escondió detrás de una roca y observó.
No entendía lo que estaba pasando, pero reconoció el emblema de la "Orden del Dragón" en los escudos de las banderas en los mástiles clavados junto a las picas y en las armaduras. Había un hombre que hablaba una lengua que desconocía, pero pensaba que se trataba de un rumano muy antiguo por la entonación y algunas pronunciaciones que le sonaba a una legua romance.
El sujeto que hablaba y sostenía una espada en la mano se parecía a Vlad Tepes. Después de su discurso, decapitó a la mitad de los prisioneros, ordenando que se clavaran sus cabezas en las picas y que los demás fueran empalados como advertencia para sus enemigos otomanos.
Aquellas personas fueron empaladas en presencia de Jungkook, quien observó cómo los palos en punta eran introducidos por sus rectos, los gritos fueron escalofriantes y desgarradores. La sangre que se escurría sobre sus cadáveres y por los palos traumatizaron a Jungkook.
El muchacho quiso vomitar, pero se abstuvo de hacerlo porque aún había soldados y definitivamente no quería morir de aquella manera tan horrible. Fue entonces cuando Taehyung lo encontró y lo tomó del cuello desprevenido. Jungkook gritó tan fuerte como pudo y cerró los ojos, resistiéndose.
— Abre los ojos, Jungkook — le dijo Taehyung —. Abre y observa esto que tanto te fascina.
— ¡Taehyung! ¡Taehyung, por favor! ¡No me mates!
La sonrisa que Taehyung dibujó sobre sus labios había sido aterradora y Jungkook lloró aún más, cuando se percató de que estaban en la punta de la torre más alta de todo el castillo de Bran.
— ¿Q-qué eres...? — sollozó Jungkook, sosteniéndose de la mano de Taehyung que amenazaba con soltarlo al vacío.
De aquella sanguinaria sonrisa; de aquella roja boca, salió una voz de ultratumba y demoníaca que le respondió junto a esos diabólicos ojos:
— Drăcul.
Y el Drăcul soltó a Jungkook, y Jungkook cayó al vacío, observando a esa cosa que una vez amó hasta que su visión se interrumpió de repente cuando su cuerpo fue empalado por una pica. La punta del palo atravesó su pecho y Jungkook murió al instante, con los ojos abiertos reflejando el mayor terror y traición que alguien hubiera visto y experimentado jamás antes de morir.
Este segundo relato está dedicado a mi mejor amiga y rumana favorita, Sugaswife00, a quien espero que le guste porque lo hice con mucho amor. 💘
La historia está inspirada en El castillo de Bran, donde vivió un regente del que, más tarde, un autor se inspiraría para crear a su personaje de ficción gótico, "Drácula". Si queréis saber más sobre ese señor, podéis buscar información sobre él como Vlad Tepes.
Esto ha sido todo por el día de hoy, ¡nos leemos en el siguiente relato! 👻💘
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