Epílogo
12 años después.
El molesto ruido de la alarma sonó anunciando las 6 am. Un apuesto hombre despertó para ir directo al baño y alistarse para su trabajo. Al cabo de unos minutos, se dirigió a la cocina para preparar aquel desayuno que mejor se le daba. Tostadas con dulces, café y una taza de yogurt. El hombre murmuraba maldiciones porque no encontraba el control de la televisión ¿Cómo iba a encontrarlo en tremendo desorden? pero al cabo de unos minutos lo halló y se dispuso a buscar aquel canal en donde pasaban dibujos animados. Después de ordenar un poco el lugar, fue a la habitación con una puerta naranja muy llamativa. Abrió con cuidado y solo asomó su cabeza.
—¡Buenos días hija! El desayuno ya está listo.— El hombre salió para guardar algunos papeles de su trabajo y así esperar a que su niña salga lista para desayunar los dos, como venían haciendo hace unos 5 años cuando tomó la decisión de adoptar.
—¿Dónde está mi maqueta de ciencias papi?— Gritó la niña aún desde la habitación.
—Está en mi oficina bebé.—
Después de unos minutos, ambos se encontraban desayunando.
—Te irá muy bien hoy.— Namjoon le puso el dulce a la tostada de su hija.
—Gracias papi, estoy algo nerviosa.—
—¿Qué te dijo el otro día Tae?—
—Que no sea tímida.— sonrió mientras tomaba su yogurt.
Cuando terminaron, Namjoon tomó su saco y ayudó a su hija de siete años a ponerse su mochila. Mientras su chofer personal iba conduciendo, recordó el dolor que su niña sufría a sus dos años cuando aún vivía en el orfanato. Los padres biológicos no le habían dado el mejor trato y la única solución que le dio el gobierno a la niña, fue dejarla en un orfanato pero ella sí tuvo suerte al final, porque Kim Namjoon asistió una semana después y al verla, su decisión de adoptarla fue al instante. Desde ese día, ambos eran inseparables.
—Mucha suerte Soo.— Namjoon le tiró un beso y la niña fingió atraparlo.
El auto arrancó y Namjoon iba directo a su trabajo, aquella empresa de la cual ahora también formaba parte como dueño junto a otra persona más los antiguos jefes.
—¡Ya llegué!— Gritó Kim mientras dejaba el saco en su silla.
La sala estaba ocupada por los grandes jefes de la famosa empresa musical.
—Al fin, creí que me volvería viejo.—
—Pero si ya eres viejo Yoongi, además, solo tengo 36 años, aún soy joven.—
—Como digas, vamos a empezar la reunión.— Yoongi tomó la mano de Namjoon y le dio un apretón amistoso.
Cuando la reunión había terminado, ambos amigos se encontraban en el despacho de Namjoon.
—Los chicos me dijeron que cambiemos de restaurante esta vez.— Yoongi tomaba de su taza de café mientras actualizaba a su amigo.
—De acuerdo, el que elijan esta bien para mi.— respondió con sinceridad el menor de los dos.
La hora de trabajo terminó y Kim Namjoon fue directo a buscar a su hija a la salida de la escuela. Cuando llegó, pudo apreciar una hermosa sonrisa en el rostro de la niña más hermosa del mundo.
—Saqué 10 papi.— le mostró la calificación que su maestra le había dado.
—Te felicito mi niña, sabía que podrías hacerlo.— Soo abrazó a su padre y juntos se fueron a casa.
Pasaron el resto de la tarde jugando, viendo películas y luego Namjoon ayudó a Soo con sus tareas para al final, cenar e irse cada uno a su cama.
Esa noche, Kim Namjoon recibió una llamada de aquel hombre con el que había estado conociéndose. Él era atento, respetuoso, amable y parecía llevarse muy bien con los niños. Luego de unos mensajes intercambiados y con algo de inseguridad por parte de Namjoon, acepto salir a cenar el domingo con él. El hombre estaba dándose cuenta que la situación iba para algo realmente serio y si él se animaba, pensaba pedirle ser su pareja en esa misma cena.
—Esto de tener hijos es bastante complicado.— Soltó Hobi mientras bebía un gran vaso de gaseosa.
—Pobre de ti.— respondió respondió Park Jimin.
—Ya te va a tocar.— habló ahora Namjoon.—
Seis hombres se encontraban el sábado a la noche comiendo en un lujoso restaurante.
—Me casaré con Tae el año que viene.— Soltó Jungkook sonrojado.—
—¿De verdad? Felicidades amigos— todos le dieron un abrazo a él y a Tae, quien lucía super feliz, también le dieron sus bendiciones.
—Saben.. estoy muy feliz que la vida nos haya juntado a todos. Que hayamos podido afrontar nuestras diferencias y perdonar— Namjoon y Jungkook se miraron mientras sonreían. —Nos hemos vuelto un grupo muy lindo y bastante unido, gracias por todo amigos.— Taehyung alzó su vaso luego de sus palabras para que todos compartieran un brindis.
Namjoon no podía estar más feliz por haber encontrado a tan grandiosos amigos, pero sobre todo, haber recuperado a sus dos mejores amigos.
Kim se encontraba en el supermercado escogiendo los ingredientes que necesitaría para la comida de aquel soleado domingo.
—¿Kim Namjoon?— el nombrado se volteó para encontrarse con un lindo hombre.
—¿Jae Hwan? Cuánto tiempo.— El hombre le tendió la mano y Namjoon la tomó para saludarse.-
—Demasiado, la última vez que te vi fue hace doce años.—
—Sí, en ese entonces tenía 24 años, me sorprende que me hayas reconocido con lo viejo que estoy.—
—Te mantienes muy bien— le sonrió.
—¿Qué es de tu vida?— preguntó Namjoon mientras tomaba las verduras.
—Muy bien, estoy felizmente casado con una mujer y tengo dos hermosos niños. ¿Y tú?—
—También tengo una bellísima hija pero estoy soltero.—
—Seguramente encontrarás a una buena pareja, pero.. bueno, ya sabes, alguien mejor que él.. lo dudo.— sus palabras eran sinceras y Kim lo sabía. Sonrió e hizo una reverencia para luego irse.
Namjoon sabía muy bien a quién se refería.
Al salir del lugar, fue por un helado para su hija y en el camino se encontró con un señor y una señora de aspecto muy casual.
—Buenos días.— saludó con una reverencia Namjoon.—
—Buenos días Kim ¿Cómo está Soo?— preguntó la mujer con alegría.
—Excelente, se encuentra sana y dentro de poco cumplirá los ocho años.—
—Me alegro mucho, espero que nos invites a su fiesta de cumpleaños.— dijo el hombre mayor mientras lo señalaba con la poca fuerza que tenía.
—Por supuesto, siempre han estado ahí para ella. Soo se pondría muy mal si no van.—
Ya era domingo por la noche y Kim Namjoon se encontraba cenando con un apuesto hombre.
—¿De verdad? No recordaba que supieras hablar en japonés.— Dijo el hombre
—Pues sí, soy un genio.—
—Eres grandioso Namjoon y un increíble padre, por cierto.—
—Gracias, tu tambien eres muy bueno en el trabajo, eres el mejor escritor que conozco.—
—Pero qué dices, vas a hacer que me sonroje.— ambos rieron y la noche fluyó en un ambiente cómodo y agradable.
La noche terminó y cada uno se dirigió a sus casas.
Cuando entró a su casa, prendió las luces y Jimin, quien se encontraba durmiendo en el sillón, se levantó para despedirse e irse a su casa. Namjoon le debía una grande, ya que cada vez que él salía, Jimin se ofrecía para cuidar a Soo.
Kim fue hasta la habitación de su niña y vió que esta estaba durmiendo, así que, se sirvió un vaso de agua fresca y mientras que se dirigía hacia la terraza de su casa, vió unos documentos regados por la mesa. Aquellos papeles contenían el informe médico de Namjoon días después de la despedida de su amado. Ahí detalla que él se había vuelto loco por alucinar que su novio muerto lo acompañó en forma de espíritu por nueve meses.
—Seguramente Jimin estaba hurgando en mis cosas.— Namjoon tomó todos los papeles y los dejó guardados en una carpeta.
Por años, Namjoon creyó aquello. Quizás todo había sido una ilusión de él porque necesitaba buscar ayuda desesperadamente aunque su interior guardaba una leve esperanza.
Una vez que estuvo en la terraza, se dedicó a mirar al cielo. El aire fresco sacudía suavemente su cabello y a pesar de que sus ojos estaban cerrados para poder disfrutar de la noche, los abrió al instante que escucho un sonido raro.
Kim Namjoon se encontró con un bello colibrí. El ave estaba revoloteando justo enfrente de él y parecía mirarlo fijamente.
Y en ese momento, las palabras de la abuela de su amado vinieron a su cabeza.
—"Cuando un colibrí aparece cerca de ti, es porque necesitas sanar tu corazón y liberarte de la pesadez que estás cargando. Cuando te sientes perdido o confundido, no sería extraño que un colibrí aparezca frente a ti. Es un recordatorio de que debes seguir adelante y que todo estará bien. Los colibríes también han sido mencionados en la Biblia como mensajeros del cielo, pero independientemente de tus creencias, es un hecho que su presencia trae cierta paz, especialmente cuando piensas que se trata de esa persona que tanto amaste y que ha pasado a saludar."—
—Es irónico, porque hace años que la gente de mi alrededor no se atreve a mencionar tu nombre, al menos no siempre. Y para ser sincero, yo tampoco lo he hecho por muchos años, en especial cuando quisieron hacerme creer que todo nuestro encuentro fue imaginación mía. ¿Pero sabes que.. Jinnie? Hoy me demostraste que nunca fallas a tus promesas.—
—Hoy es 15 de abril y quiero que me prometas una cosa.— Namjoon empezó a explicarle rápidamente algo a Jin y el porqué lo hacía.
—Por mucho tiempo me han llamado loco por no poder aceptar que ya no estabas conmigo, y probablemente cuando les cuente a tus padres o incluso a alguien todo lo que ha pasado estos últimos meses, nadie me creerá. Hasta querrán hacerme ver lo mal que está mi cabeza. Pero tal vez no estén equivocados, quizás si perdí por completo mi cordura. Por eso, quiero que me prometas que me vendrás a visitar algun 15 de abril para hacerme saber que todo fue real y para recordarme cuanto te amo.—
—Te lo prometo,Kim Namjoon.
—Y por fin apareces, te tomaste tu tiempo cariño— soltó una risa —pero aún así estoy muy feliz.— sus lágrimas ahora eran de felicidad y no de dolor.
El colibrí seguía mirándolo fijamente.
—Donde sea que hayas estado.. se que has cuidado de mi y de Soo y espero que lo sigas haciendo. Aún te amo muchísimo y dudo que pueda amar a otra persona con la misma magnitud que a ti. Gracias por todo, Jin—
El colibrí dio unas dos vueltas alrededor de Namjoon y se fue volando.
—Papi..— una débil voz se escuchó y el hombre se dio vuelta para encontrarse con su niña frotando sus ojos y bostezando.
—¿Qué haces despierta Soo?— El hombre la cargó y se quedaron en la terraza.
—Un colibrí estuvo golpeando mi ventana y me despertó, era muy bonito papi.—
—¿De verdad?—
Soo asintió pero sentía que debía compartir algo que experimentó en su escuela con su padre. —El viernes tuve una clase muy divertida de ciencias naturales y creo que se que me gustaría ser de grande.—
Namjoon se quedó callado esperando a que la niña siguiera hablando.
—Quiero ser doctora y salvar muchas vidas.—
—Lo harás, lo juro con mi vida.
Namjoon abrazó a su hija y después plantó un suave beso en su frente.
—Papi.. quiero que mañana vayamos al parque. ¡Quiero ver otro lindo colibrí!—
El hombre asintió. —Hablando del colibrí..— Namjoon respiró profundo sabiendo que ya estaba listo. —¿Quieres que te cuenta una historia?—
FIN
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