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6.

Uno de los días más esperados por todos se asomaba con una lentitud tortuosa, el tan esperado viernes, sobre todo para los estudiantes quienes ansiaban poder descansar el fin de semana, y aún más si la semana había estado cargada de exámenes. 

Dos chicos salían alegres por la entrada principal de la institución escolar cuando uno de ellos localizó a un grupo reducido de jóvenes que eran conocidos de ellos. No dudaron en acercarse y unirse a la interesante conversación que estos llevaban a cabo.

—Estamos planeando ir a una fiesta ¿Qué dicen?— la mirada de aquel muchacho pasó por los dos amigos que se habían unido recientemente al círculo.

—Me parece una idea genial, estoy algo agotado de tanto haber estudiado.— respondió alegremente.

—No creo que mis padres me dejen.— el otro chico parecía algo inseguro.

—Tampoco creo que me dejen, pero si yo les digo a mis padres que me quedaré en tu casa a dormir y tú les dices a tus padres que te quedarás en mi casa, nada malo pasará.—

—¿Estás seguro de eso?— 

—Segurísimo.— Ambos amigos se sonrieron y aceptaron la propuesta de los demás chicos.

La fiesta se llevaba a cabo esa misma noche, por lo que los dos chicos estaban felices como nerviosos pero ya no había tiempo de arrepentirse, bueno.. no si ya se encontraban en la puerta de la casa para entrar a la dichosa fiesta. La música se escuchaba fuertemente y luces de colores se asomaban por los grandes ventanales de la casa. Los muchachos no tenían ni idea quien era el dueño de aquella enorme propiedad pero uno de ellos tenía la intuición de conocer al propietario ya que era bastante sociable y el contacto con varias personas del colegio era muy común en él.

Estaban algo inquietos por entrar a la casa pero habían decidido esperar a que el resto de sus amigos no tan cercanos hicieran acto de presencia para entrar todos juntos y por nada del mundo, separarse. 

—¿Cuánto van a tardar? Tengo algo de frío.— uno de ellos se quejó.

—Mira, ahí están.— señaló el otro hacia el pequeño grupo de adolescentes.

Luego de algunos saludos entre ellos y halagos sobre las vestimentas que llevaban cada uno, decidieron entrar. Era la primera fiesta a la que iban y jamás esperaron encontrar tanta gente en un solo lugar. 

—Puedo ver que hay gente mayor que nosotros.— uno de los amigos lucía bastante nervioso.

—Tranquilo, mientras no nos separemos entre nosotros, no pasará nada.—

Todo parecía ir normal. El grupo se mantenía dentro de todo cerca, porque no había que mentir.. muchos fueron tomando distintas posiciones dentro de la fiesta a medida que iban conociendo a alguien que captara la atención de sus intereses. Pero los dos amigos inseparables aún permanecen juntos incluso cuando la mirada de ambos se encontraron con la mirada de dos jóvenes. 

—Lee Jae Hwan, relájate. Se que te gusta ese chico— lo señalo con la mirada de manera disimulada. —tienes 17 años y nunca has tenido novio ¿Por qué no intentarlo? Vamos con ellos.— dijo muy seguro de sí mismo.

—No lo creo, estoy algo nervioso.. además tú has tenido un solo novio en tu vida, no te hagas el experto.— su voz sonaba algo vergonzosa.

Pero cuando menos se dio cuenta, Lee Jae Hwan vió sus pies dirigirse hacia aquellos dos muchachos y una mano que sujetaba fuertemente la suya para arrastrarlo hasta ese lugar, era claro que su mejor amigo no se iba a rendir.. no si su atención había sido atrapada por la presencia del otro chico. 

—Pero que tenemos aquí, que chicos más lindos.— soltó uno de ellos con una coqueta sonrisa. —Mi nombre es Jeon Jungkook y él es Kim Namjoon— señaló al chico que se encontraba a su lado y quien se fijaba disimuladamente en la amigo más tímido.

—Él es Lee Jae Hwan y mi nombre es Jin.— le devolvió la sonrisa coqueta al más sonriente de los dos.

—Estabamos algo aburridos e incluso a punto de irnos pero veo que el destino quiere otra cosa.— un guiño descarado fue dirigido hacia el chico más extrovertido. 

—Al parecer sí— él siguió con el juego mordiendo su labio delicadamente.

Tanto Namjoon como Jae Hwan se observaban cada tanto pero no decían mucho. 

Las horas pasaron y los cuatros bailaban y reían sin parar, por supuesto, el alcohol estaba jugando un poco con ellos. 

El reloj marcaba las cinco de la mañana y todos en la casa parecían unos locos alborotados por el efecto del alcohol, hormonas alteradas y alguna que otra droga que pasaba disimuladamente entre ciertas personas. 

Más allá de eso, el patio mostraba dos escenarios. Cerca de un árbol viejo había dos jóvenes que se besaban como si no hubiera un mañana. 

Y en unos sillones puestos por el dueño de la casa para que los invitados que quisieran descansar del alboroto del interior de la casa y tomar algo de aire fresco, se encontraban un chico tímido y un chico reservado.

—Él no suele ser así, quizás el alcohol se apoderó de Jin—

—¿Seguro?— El chico río

—Sí, conozco a Jin como la palma de mi mano. ¿Qué hay de tu amigo?—

—Jungkook si suele ser así, no siempre pero al parecer tu amigo lo conquistó a primera vista.—

—Me agradas Namjoon.— Soltó Jae Hwan sonriendo.-

—Y tú a mí.— después de sonreír, sus ojos se volvieron a posar en los dos jóvenes que se besaban en la distancia.

Tres meses podrían pasar volando cuando uno se divierte y comparte el valioso tiempo con las personas adecuadas. Cuatro jóvenes sabían muy bien de este sentimiento o al menos con algunas personas. 

—Nos vemos como las mejores parejas y los mejores amigos de la ciudad.— sonreía Jae Hwan mientras tomaba la mano de Namjoon. 

—Si, los mejores.— Respondieron al unísono Jin y Namjoon, aunque internamente, ninguno podía verse con alegría

Por alguna extraña razón, el chico extrovertido y el reservado no lograron congeniar del todo pero eran muy buenos actores pudiendo ocultar aquel rechazo entre ellos para que sus respectivas parejas no lo notaran. A pesar de todo, ciertos comentarios relucían lo mal que estos “amigos” se llevaban. 

—Podemos ir al cine mañana.— sugirió Kim.

—Fuimos la semana pasada, ¿Por qué mejor no vamos a cenar?— replicó Jin.

—Me encanta tu idea amigo.— apoyo sonriente Jae Hwan

Namjoon buscaba por su parte, apoyo de su mejor amigo pero Jungkook miró disimuladamente a otro lado evitando hacer contacto con los ojos molestos de Namjoon.

—Como quieran.—

—No te enojes amor, la idea de Jin es buena también y la próxima vez podemos ir nuevamente al cine.— trató de consolarlo su novio.

—Sí Nam, no seas tan caprichoso.— le sacó la lengua Seokjin de manera juguetona para Jungkook y su mejor amigo pero para los ojos de Kim era una clara burla a su persona.

—Podemos ir a patinar por el parque.— comentó Seokjin en un caluroso sábado.

—Mejor vayamos a un bar.— le replicó con todo el descaro Kim Namjoon.

—Estoy de acuerdo contigo amigo.— Jungkook choca puños para afirmar la salida.

Está de más decir que le devolvió el mismo gesto a Jin a lo que este no pudo evitar suspirar de enojo.

Mientras se encontraban sentados en una sección privada que Namjoon había conseguido por medio de algunos contactos, Jin se decidió por ir a comprar más bebidas.

—¿Tiene algo que no contenga tanto alcohol?— preguntó el chico al del bar.

—¿Acaso eres menor de edad?— levantó una ceja en señal de sospecha.

El hombre había pasado por esta situación un sin fin de veces y con el tiempo supo distinguir a aquellos jóvenes que se infiltraron ilegalmente en los bares con documentos falsos o por medio de otras personas que les daban el paso. Él podía afirmar con los ojos cerrados que el muchacho enfrente de él era menor de edad. 

—Está conmigo. ¿Algún problema?— un chico apareció y le miró seriamente.

Ahí es donde el que atendía el bar supo que aquel sujeto le había dado el pase al muchacho. Si, definitivamente aquel chico lucía como alguien mayor de edad. 

—¿Cuántos años tienes mocoso?— podía ser mayor, pero no más que el bartender que ya pisaba los 40 años.

—Tengo 20 años y él 19, es mayor de edad. Ahora atiende lo que el chico te pidió o llamaré a Jackson para que te recuerde tu lugar. —

El hombre soltó una risa y negó sonriendo. —No hace falta muchacho, ya entiendo porqué están aquí.— sus ojos se dirigieron a Jin. —¿Qué le puedo servir al caballero?— 

—Dame dos cervezas.— 

Namjoon no pudo evitar reír a pesar de que Seokjin lo miró extrañado.

—Mejor sírveme tres mojitos y una cerveza.—

—Jae Hwan no toma mucho alcohol, no creo que quiera tomar un mojito.—

—Él ya lo probó y le gusto.— 

—Él es mi mejor amigo y sé que no querrá tomar en un lugar como este.—

Ambos se miraron desafiantes y al final terminaron llevando lo que Jin había pedido en primer lugar más dos mojitos.

Todo parecía marchar bien pero desgraciadamente la noche no terminó bien ya que Namjoon mostró por primera vez su faceta con demasiadas copas de alcohol de más. La tensión se podía sentir en el aire cuando Jae Hwan le gritaba a Namjoon por su comportamiento violento en el bar con otros sujetos que intentaban pasarse de listos con los dos amigos mientras salían del bar.

Seokjin no sabía para donde mirar cuando Jae Hwan parecía estallar de la furia que contenía. Su ropa se encontraba repleta de alcohol que salpicó cuando su novio empezó a pelear con el resto y varias botellas iban y venían por los aires. Por otro lado, Jungkook abrazaba a Jin para tratar de que este no intentara meterse en la discusión aunque era algo que el chico no pensaba hacer. 

En ese momento Namjoon no había hecho otra cosa que caminar apresurado e insultando pero ignorando descaradamente a su novio. Por suerte para los cuatro, eran los únicos que se encontraban caminando por la calle a las 4.30 de la mañana porque Jin juraba que Jae Hwan jamás hubiera hecho ese escándalo si una multitud se encontrara presente en la zona ya que a pesar de todo, él era bastante tímido.

De un momento a otro, Jae Hwan se acercó a un auto que justo frenaba en la orilla de la calle y volteó a ver a su mejor amigo.

—¿Vienes conmigo? No pienso ir a ningún lado donde él vaya, no esta noche.— Miro enojado a Namjoon que solo se hallaba apoyado en la pared ignorando la mirada de sus amigos.

—No te preocupes, me iré con Jungkook.— Jin le sonrió en respuesta y luego de que Jae Hwan le sonriera y mirara amenazando a Jungkook para que cuide a Jin, se fue en el taxi.

El silencio reino el lugar y ni Jungkook ni Seokjin sabían si hablarle a Namjoon. Segundo después, Kim emprendió el camino de vuelta hasta el auto, que se encontraba unas cuadras más adelante. La pareja que quedaba lo siguieron en silencio hasta que Jeon decidió frenar en una tienda que permanecía abierta 24 horas para comprar un agua y algunas pastillas para el dolor de cabeza de Namjoon, porque él sabía que la cabeza de su amigo explotaba de la tensión, el alcohol, los nervios y el enojo por lo que, Jin quedó solo con Namjoon. 

—No sabía que tenías problemas al tomar y antes de que te quejes, fue Kookie quien me contó en voz baja mientras tú discutías con Jae Hwan—

—No es algo que te incumbe.— 

—Lo sé, pero mi amigo sí y él es importante para mí.— 

—Si vas a darme una clase de psicología,no lo necesito. Piérdete Jin.— 

—Quiero ayudarte, no sé cómo pero lo haré.— Tocó con delicadeza el cabello del chico para tranquilizarlo y en ese momento, Namjoon no supo porque un hormigueo pasó por su cuerpo.

Por primera vez y de una manera muy real, ambos se sonrieron.

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