5.
Seokjin sentía que el dolor solo aumentaba cuando Namjoon no apareció esa noche.
Jin tenía miedo. Tenía miedo de que Namjoon se estuviera olvidando de él, que tal vez esté arreglando aquellos errores cometidos en su vida para poder irse.. para poder abandonarlo. Estaba siendo egoísta y lo sabía pero no podría explicar como Namjoon había cambiado su vida. Simplemente no podía y eso le estaba torturando la cabeza.
¿Qué debería hacer? No lo entendía o tal vez, no quería entenderlo porque la respuesta era demasiado clara..
Debía dejarlo ir..
Dos noches pasaron sin la presencia de Kim Namjoon en aquel oscuro, y ahora desolado, parque. A pesar de que Jin sí había ido a Promise, él no se presentó.
Pero la vida es impredecible y en el momento que Seokjin estaba por irse luego de horas de espera, él apareció. Venía caminando por el lado izquierdo del camino, traía una sonrisa en su rostro y su ropa sucia.
¿Su ropa sucia? Eso debería ser imposible, pensó Jin. Pero la alegría que fluyó por su interior lo hizo olvidarse de todo y acercarse con rapidez a su amigo.
—Creí que no vendrías.— la voz de Jin fue más dura de lo que hubiera querido.
—Lo siento, de verdad.— la voz de Namjoon fue más rota de lo que él hubiera querido.
—¿Dónde estabas? ¿Estabas bien, verdad?— inevitablemente, Seokjin le había agarrado mucho cariño como para estar mucho tiempo enojado con él, además.. lo extrañaba.
—Tuve algunos problemas.—
—¿Te agarraste a los golpes con otros fantasmas o qué?— Namjoon soltó una risa ante la pregunta del muchacho.
—Ojalá, pero me he dado cuenta de que le tengo más odio a los vivos que a los muertos.—
—Acaso tu.. ¿pudiste lograr que otras personas te vieran?—
El chico asintió con la mirada perdida entre las hojas que viajaban de un lado a otro por el viento, que estaba empezando a tomar fuerza a medida que la charla continuaba.
—Vaya.. ¿Te has podido encontrar con aquellos protagonistas de tu historias?— le dio una sonrisa sincera.
—Si, pero no fue una buena idea.— Una lágrima se deslizó por su rostro.
—¿Por qué? Eso era lo que buscabas, lo necesitabas.—
—Te necesito a ti.— La respuesta quedó en el aire para que el viento la hiciera desaparecer entre la oscuridad de la noche. —No creo que esta pesadilla termine.— aquello desconcertó a Jin, por lo que Namjoon siguió hablando. —Lo intento pero mi vida sigue pasando por mi mente todo el tiempo, el día de mi muerte se sigue repitiendo sin descanso y aunque intento olvidar, perdonar y soltar.. no puedo.—
—Tal vez deberías..—
—¡NO ESTOY VIENDO UN FIN A ESTO!— Namjoon respiró profundo. —¡Quiero que esto termine de una vez!—
Los gritos desgarradores más las lágrimas dejaron petrificado a Jin en su lugar. Sonidos que le recordaron aquel primer encuentro. Quiso abrazarlo, de verdad que quiso, pero su abuela supo decirle que tocar a espíritus es demasiado peligroso. —Namjoon..—
—Disculpa, no debí gritarte.— se limpió las lágrimas y Seokjin sintió en su interior que debía ser él quien limpiara las lágrimas de soledad y dolor que Namjoon estaba expulsando de su vida pero a la vez, algo mucho más dentro de sí mismo, le decía que él solo debía ser capaz de hacerlo. Namjoon tenía que aprender de sus errores y seguir adelante.
—Ya no quiero hablar más de esto ¿Puedo contarte otra historia?—
Seokjin asintió no muy seguro. El joven quería que Namjoon soltara todo de una vez pero sabía que él no se sentía seguro y las historias eran instancias en donde el chico podría desahogarse y sentirse libre.
—Es sobre el hombre que me enamoró por completo, aquel bello muchacho que me encontré en una estúpida fiesta.—
Las palabras simplemente brotaban de los labios de Namjoon, estaba siendo sincero con Seokjin hasta con el más mínimo detalle. Cada tanto, se quedaba completamente callado. Jin creía que intentaba recordar lo más que podía o simplemente.. quería retener en su mente el recuerdo y vivirlo como si de un sueño se tratase, porque a veces las palabras no pueden expresar con exactitud lo que el cuerpo quiere sentir.
La tensión pareció esfumarse con el mal clima que había y el ambiente entre ellos era de lo más reconfortante, tanto.. que una idea pasó por la mente de Seokjin. Era una idea genial desde su punto de vista, aunque nadie le dijo que en realidad, sería la peor de todas.
Todo sería más fácil si conociéramos cuales serían las consecuencias de nuestras acciones.
—Tengo una propuesta.—
—¿Cuál?—
—Quiero que conozcas a mis padres.— los ojos del chico brillaron pero los de Namjoon parecieron apagarse aún más.
—¿Pero qué cosas dices?— una risita nerviosa salió de sus labios, que por alguna extraña razón, empezaron a temblar levemente.
—¿Por qué no? Al parecer ya puedes hacer que la gente te vea y claramente esto no es como las películas, porque yo te veo normal, es decir.. no como si fueras algo transparente o algo por el estilo y recuerdo que mi abuela solía decirme que la realidad es muy distinta a como lo pintan en la pantalla grande.—
—Lo sé, pero no creo que sea lo adecuado. No, no es lo adecuado.— Namjoon se levantó del asiento desgastado de manera torpe, algo que Seokjin notó.
—¡Oye! no te asustes. Podemos inventar que eres mi nuevo amigo de la universidad y mis padres jamás verán algo fuera de lugar.—
—¿Por qué quieres hacer eso? ¿Qué quieres lograr?— Namjoon miraba a todos lados como si buscara hasta la más mínima excusa para poder irse.
—Podríamos cenar con ellos, mis padres son algo hogareños porque disfrutan compartir la mesa en familia y contar anécdotas e incluso historias. Mi padre es un gran contador de cuentos, es más que seguro que te caerá bien. Quiero que conozcan a la persona que me ha hecho sonreír desde hace nueve meses.—
No lo digas, pensaba Seokjin. —Tal vez, a la persona que abrazó mi corazón y lo curó con palabras.— Jin sentía que sus mejillas se enrojecieron pero Namjoon no lo veía así.
—No digas esas palabras, no quiero volver a escuchar aquello otra vez..— esta vez, la voz de Namjoon se cortó antes de terminar su frase.
Y de un momento a otro, Kim Namjoon empezó a caminar nuevamente por donde había venido. Seokjin notó la repentina acción y decidió, por primera vez en su vida, que no dejaría que alguien más decidiera por él.
—¡Oye! No te vayas.— empezó a seguirle y vió como los ojos de Namjoon se posaban en los costados del viejo camino, incluso volteó su cabeza para mirar hacia atrás. Seokjin creyó que lo miraba a él, pero no, estaba mirando aún más allá. Su ojos inquietos se posaban en algunos árboles, en algunos asientos que se encontraban a una gran distancia de ellos pero que podían distinguirse y por algún extraño instinto, cerró sus ojos y sus manos fueron a su cabeza para sujetar su cabello con fuerza.
—¿¡Qué haces!? Vas a lastimarte— si eso es posible, pensó Seokjin.
Las pequeñas manos de Jin se dirigieron a Namjoon pero no sabía si debía tocarlo por lo que en los últimos segundos prefirió retroceder.
—¿Por qué no quieres ir? ¿Hay algo que te moleste con eso?— a pesar de que le seguía el paso, Namjoon parecía acelerar aún más y eso empezaba a ponerlo nervioso.
—Ya cállate por favor.—
Seokjin no podía entender que estaba ocurriendo con el chico así que decidió terminar aquella curiosidad en su interior de una vez por todas. —¿Por qué no me respondes? Si no quieres solo tienes que decírmelo, yo solo quería animarte.—
—Porque no puedo ir, porque no me quieren ver..— susurró.
Aquella actitud estaba agotando a Seokjin y ahora solo había molestia en su voz. Al parecer siempre era lo mismo, con los pocos chicos que llegaron a coincidir en su vida, ninguno quería conocer a sus padres. Él ya no sabía si era porque su economía no era la mejor o porque ellos mostraban ser bastantes tradicionales o antiguos pero lo que sí sabía, era que hasta un estúpido espíritu estaba haciendo lo mismo, rechazarlo a él y a su familia.
—¿Ahora vas a mentir? Ellos no te conocen, así que no digas tremenda idiotez.—
—No lo entiendes, ellos no quieren verme— su voz salió cortada.
—¿Qué? ¿Qué es lo que no entiendo?—
—Ya basta Jinnie.— ahora las lágrimas empezaron a rodar por el rostro del muchacho pero eso no impidió a Jin tomar el brazo de Namjoon para hacer que este volteara y lo viera a la cara. A pesar del miedo, nada ocurrió cuando lo tocó.
—¿¡Qué es lo que no entiendo maldita sea!? ¿Por qué dices que no quieren verte maldito mentiroso?—
—¡PORQUE YO TE ASESINE!—
El silencio permaneció entre ellos y ambos no despegan la mirada del otro.
—¿Qué..?— un leve susurro salió de los labios del joven.
—Estás muerto Seokjin, tu eres quien estuvo muerto todo este tiempo.. y yo fui quien te mató.—
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