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-Rick... -esa voz -despierta... ¡Vamos! Ya es de mañana.
Me di la vuelta y ahí estaba él, estaba Morty, mi Morty al lado mío en mi cama. ¿Acaso había sido todo un horrible sueño y Morty seguía vivo? Lo abracé y entonces...
Abri los ojos. Todavía estaba en esa estúpida cárcel.
~•~
Ya había estado en esa prisión una semana y se estaba hartando. Luego de utilizar su conocimiento y experiencias en cárceles de cualquier tipo, Rick pudo salir de allí. Volvió a su casa, al ser de noche estaban todas las luces apagadas. Entró por la puerta trasera y luego fue al garaje, ya tenía sus cosas listas, se iría de allí. Subió para ir al cuarto de Beth, se adentró al lugar sigilosamente, se sentó en la cama y despertó a su hija.
-¿Papá? ¿Eres tu? -preguntó la rubia mientras se sentaba y tallaba sus ojos.
-Si Beth, soy yo... Escucha, debo irme...
-Por favor papá, no me dejes -le dio un abrazo mientras comenzaba a llorar.
-Tranquila, cariño -correspondió el abrazo y le acarició la cabeza -. Tengo que hacerlo, es por tu bien, pero... -de su bata sacó una especie pendrive - si pones esto en la computadora podremos comunicarnos, no importa en que dimensión estemos -quedaron abrazados un largo tiempo hasta que el mayor se separó y preguntó -. Oye... ¿Y que pasó con Summer? No tuvo ni una linea en la historia.
-¿De que historia hablas?
-Nada... Sólo que no la veo hace rato.
-Bueno... A ella no le agradaba mucho de lo que se enteró pero después de que mataste a Jerry se ve bastante feliz.
-Eso es bueno...
Conversaron un poco más, luego Rick pidió entrar en la habitación de Morty una vez más, había algo ahí que quería sacar.
Le costó encontrar aquella caja, ahora llena de polvo, y de adentro sacó la hermosa flor que él mismo había hecho meses atrás. Recogió sus cosas y fue al cementerio.
Encontró la tumba de su amado, con muchas flores y cosas bonitas, al lado estaba la de Jerry, pero ésta sólo tenía una flor muerta, pero esa no nos importa.
Se sentó frente a la primera antes mencionada.
914
Mortimer "Morty" Smith
R.I.P
Eso era lo que decía la lápida que observaba tan atentamente en medio de la oscura noche.
Por primera vez en mucho tiempo, el anciano se permitió a si mismo llorar.
-Perdón Morty, rompí mi promesa... -comenzó a hablar entre sollozos- en serio lo lamento... Pero nunca voy a olvidar todos los momentos que pasamos juntos, porque esos recuerdos me hacen feliz... No tan feliz como tú lo hacías pero bueno... No puedo hacer nada. Y se que no te gustaba mucho que haga esto pero ¡Salud! -decía mientras sacaba de su bata aquella petaca que tenía todo el tiempo encima y bebió hasta dejarla vacía, para luego poner la rosa dentro y colocarla sobre la tumba (no sin antes asegurarse que nadie se la podría robar con uno de sus inventos).
Se puso de pie y secó sus lágrimas.
-Bueno... Creo que es hora de volver a como estaba antes... Adiós, cariño.
Adiós, mi todo.
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