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o n e !

El cielo aún se encuentra coloreado por bonitas estrellas en el cielo, cuando JungKook se encontraba buscando al omega de cabellos rosados. Sin embargo para su maldita sorpresa el omega aún se encontraba dormido. ¿Cómo podía seguir dormido cuando claramente la noche anterior le había dicho que lo quería listo a primera hora de la mañana? ¿Acaso el omega carecía del sentido de la responsabilidad y puntualidad?

Bufando con fastidio, JungKook se adentró a la casona donde los omegas Min ya se encontraban en labores. Sobretodo YoonGi quien seguramente ya había cumplido su primera labor del día.

Ingresó a la cocina donde los omegas Min ya se encontraban en sus labores matutinas. YoonGi le informó que la leche ya había sido ordeñada y estaba siendo repartida por Jhon y su omega, quienes luego irían a la ciudad por algunos encargos.

—Muy bien, gracias por la información —dijo Jungkook satisfecho con el trabajo de los demás.

Todo parecía estar en completo orde. A excepción de la ausencia de cierto omega. Y por la jodida luna, JungKook necesitaba verlo para dejarle muy en claro cuáles serían sus labores en el rancho y sobre todo ponerle en claro las reglas, porque no iba a tolerar berrinches, ni mucho menos holgazanerías. Así que no está dispuesto a esperar que ese pequeño príncipe rosita se digne a despertar.

Tras bufar con fastidio, JungKook gira sobre sus talones, para encaminarse hacia la escalera, pero antes de siquiera dar un solo paso la voz del señor Gu llega a sus oídos.

—No lo molestas, hijo. Jimin tuvo un vuelo largo y lo más seguro que aún se encuentre cansado. Déjalo dormir un poco más.

JungKook frunció el ceño, claramente disgustado. No le parecía justo que el omega aún siguiera dormido, cuando prácticamente todos en el rancho ya se encontraban ejerciendo sus labores y sobre todo cuando la mayoría probablemente no habían dormido bien.

—No voy a dejarlo dormir más. Sería un insulto para todos los que trabajamos aquí.—dijo con firmeza.—Todos nos levantamos temprano a trabajar y a cumplir con nuestras obligaciones. Y por lo tanto no pienso darle ningún tipo de privilegio a ese pequeño omega.

—Pero...,

—El padre de ese omega fue muy claro.—interrumpió.—Jimin no vino aquí de vacaciones. Vino como castigo.

Sin esperar a que el omega mayor pueda objetar nada, JungKook se apresura escalera arriba con determinación. Y una vez en la según planta se dirige hasta la habitación del omega. Sin mediar sus acciones comenzó a dar firmes golpes sobre la madera de la puerta.

—¡Arriba!—JungKook ladró con fuerza.—¡Despierta niño!—pero no hubo respuesta.—¡Tienes dos jodidos segundos para salir o voy a derribar la puerta!

Pero nuevamente no hubo respuesta. La furio comienza a entrar a punto ebullición.

Jungkook estaba furioso ante la irresponsabilidad del omega. Había ido a despertarlo, pero Jimin seguía profundamente dormido, ignorando sus golpes y gritos.

Harto de la situación, el alfa abrió la puerta de un golpe y encendió la luz. Jimin ni se inmutó, continuaba durmiendo plácidamente bajo las sábanas.

Jungkook sintió que la sangre le hervía. Sin contemplaciones, tomó las sábanas y las arrancó de un tirón, dejando al omega expuesto. Grande fue su sorpresa al verlo vestido únicamente con una camisa al menos tres tallas más grandes, que se había subido durante la noche y dejaba a la vista unas pequeñas bragas de encaje celestes.

Tenía que ser un jodido ciego, para no ver ese gran y delicioso culo. ¡Por la sagrada luna! El omega tenía un culo gordo y listo para ser destrozado sin piedad alguna.

Mientras sus ojos codiciosos observaban ese hermoso culo un pensamiento flotó en su mente, pero JungKook rápidamente lo mandó a lo más profundo de su cabeza.

El alfa se quedó momentáneamente sin habla, desconcertado por la visión frente a él. Sacudió levemente la cabeza para recobrar la compostura y carraspeó incómodo.

—Levántate ahora mismo —ordenó con voz grave.

Jimin se removió confundido y abrió los ojos adormilados. Al ver a Jungkook parado junto a su cama con las sábanas en la mano, se incorporó sobresaltado cubriéndose torpemente.

—¡Qué estás haciendo! ¡Sal de aquí! —chilló totalmente sonrojado.—¡¿Pero qué demonios te pasa?! ¿Cómo te atreves a entrar así y despertarme a gritos? — exclamó enfadado.

Jungkook lo miró imperturbable, sin dejarse intimidar por la rabieta del omega.

—Pasa que aún sigues aquí cómodo en tu maldita cama, cuando anoche te dije claramente que te quería listo a primera hora de la mañana.—el alfa gruño molesto.

El omega dio una rápida mirada al pequeño reloj en su mesita de noche. Topándose así que este apenas marcaba las cinco y media de la mañana. ¡Por amor a la diosa luna! ¿Cómo se le ocurría a ese alfa tonto interrumpir en si habitación a tales horas?

—¡Son apenas las cinco y media de la mañana!—Jimin exclamó molesto.

—Demasiado tarde. Se suponía que debías estar listo a las cinco de la mañana.

—¿A las cinco?—¡Las cinco no es una hora para levantarse! ¡Eso es de madrugada!

JungKook río con ironía.

—¡Bienvenido a la vida del campo pequeño príncipe!—sus palabras iban cargadas de sorna.—En el rancho nos levantamos al alba para comenzar el trabajo. Y como claramente has venido aquí como castigo y no a disfrutar de unas lindas vacaciones te sugiero que levantes tu gordo culo de la cama o yo mismo lo haré. Créeme que no te gustará si lo hago a mi manera.

Jimin se levantó furioso de la cama, olvidando por completo su vestimenta. Se paró justo frente a Jungkook, quedando apenas a centímetros de distancia. Tuvo que levantar el rostro para poder verlo a los ojos debido a los centímetros de diferencia que había entre ellos. El omega debí de admitir que la diferencia de estatura le intimidaba de cierta forma, así como también hacía que su lobo moviera su peluda cola, pero todo ello era algo que nunca admitirá en voz alta.

—¿Contento? — escupió Jimin con rudeza, mirando desafiante al alfa.

Jungkook sonrió con satisfacción.

—Sí, muy contento— respondió, para luego añadir —Tienes cinco minutos para vestirte y bajar. No me hagas subir de nuevo por ti—.

Dicho esto, el alfa se dio media vuelta y salió de la habitación, dejando a un Jimin furioso y avergonzado. El omega estaba que echaba humo por las orejas, odiaba que lo trataran como un niño pequeño. Pero no tenía más remedio que obedecer si no quería empeorar las cosas.

De mala gana, Jimin buscó en su equipaje el atuendo que la noche anterior había asignado para su primer día de campo y cuando lo encontró, no tardó en comenzar a vestirse. En menos de cinco minutos ya estaba listo y bajando las escaleras para encontrarse con Jungkook. No estaba nada contento con la situación, pero decidió no armar más drama por ahora. Ya tendría su oportunidad de vengarse de alguna manera.

Jimin vestía unos pequeños shorts de mezclilla, una camiseta blanca tres tallas más grandes que parecía ser nueva, un sobretodo vaquero blanco con un diseño de flores y unas botas blancas adornadas con un bonito lazo.

JungKook al ver la vestimenta del omega no dudó en enarcar una ceja.

—Lo mejor será que busques otro tipo de prendas para vestir— dijo Jungkook.

Pero Jimin se negó rotundamente.

—No, me vestiré como yo quiera— respondió desafiante.

No estaba dispuesto a dejar que Jungkook controlara también su forma de vestir. Si quería usar shorts y ropa holgada, eso haría. Le importaba muy poco la opinión del alfa sobre su vestimenta.

Jungkook frunció el ceño ante la respuesta insolente, pero decidió no discutir más por ahora. Ya tendría oportunidad de dejarle claro a Jimin que debía usar ropa más apropiada para las tareas del rancho. Por el momento, lo dejaría salirse con la suya. Con las horas el pequeño príncipe se daría cuenta que usar botas nuevas y un par de short no eran la mejor opción para trabajar en el campo.

—Como quieras. Solo luego no quiero escuchar lloriqueos.—advirtió.—Debido a que te has levantado tarde y voy asignarte otro trabajo.—JungKook agregó.—Pero antes desayuna.

—No suelo desayunar tan tempra...,

—No te estoy preguntando a qué horas desayunas, niño.—el alfa cortó las palabras del omega de forma tajante.—He dicho que vas a desayunar y lo harás quieras o no. Tomarás un desayuno completo y sobre todo que te sustente, porque no quiero que te desmayes a mitad de tu primera labor.

Jimin quiso objetar, pero el alfa ya le había dado la espalda para dirigirse hacia la cocina. Así que sin mediar acción fue tras de él. Sin embargo, al entrar a la cocina se encontró con su tío, su primo y los dos alfas que los habían acompañado la noche anterior durante la cena. Los cuatros se encontraban a punto de desayunar.

En cuanto su primo lo vio no dudó en saludarlo con una sonrisa. Jimin devolvió el gesto y también saludó a los demás presente.

Tras el breve saludo su tío no tardó en ofrecerle desayuno y aunque intentó excusarse que no estaba acostumbrado a desayunar tan temprano, terminó cediendo, cuando  con aroma a madreselva y madera sándalo le dedicó un pequeño gruñido acompañado de un "siéntate y desayuna" como orden.

—Créeme que JungKook solo está asegurándose de que no caigas desvanecido a medio rancho.—YoonGi dijo con una pequeña sonrisa tímida.

A pesar de que había querido objetar y hacer un pequeño berrinche, Jimin se limitó a morderse la mejilla interior antes de comenzar a comer el desayuno que su tío le había servido. El cual estaba cargado de demasiada comida y por ende lo estaba haciendo romper la dieta tan estricta en la que su madre y su instructora lo habían sometido durante años.

El desayuno continuó con tranquilidad. Al terminar, Jimin notó cómo los dos alfas, Seokjin y Namjoon, se encargaban de recoger la mesa y comenzar a lavar los trastes, colaborando con las labores del hogar.

Luego Jungkook se puso de pie e indicó a Jimin que lo siguiera. Pero antes de que pudieran salir de la cocina, YoonGi lo detuvo.

—Jimin, deberías cambiarte de ropa —sugirió el omega mayor.—Esas botas de cuero están nuevas y...,

YoonGi quería advertirle que usar unos short de mezclilla lo darían carne fresca a los mosquitos y sobre todo que usar un par de botas nuevas de cuero sería su peor error, porque le lastimarían los pies de la manera más dolorosa posible y que probablemente hasta lo harían sangrar.

—Gi. No me voy a cambiar.—interrumpió.—Estoy vestido de acorde a la vida del campo.—Y sin esperar a que YoonGi pueidera decir algo más salió de la casa en busca del alfa, quien se encontraba en el porche esperando por él.

Tal vez Jimin debió escuchar a su primo.

YoonGi suspiró resignado. Su primero era más terco que una mula y no entendería las cosas hasta que la viviera en carne propia.

‧₊˚🐎✩ ₊˚🩰⊹♡

Jimin miraba con asombro mientras Jungkook le mostraba el enorme rancho. El alfa le explicó con entusiasmo cómo funcionaba todo. El rancho era completamente autosuficiente y no dependía de nadie más que de los trabajadores que laboraban arduamente allí. Todos los ingresos provenían de lo que producían y vendían. Cultivaban buenas cosechas que llevaban al pequeño mercado local en días estipulados. Ordeñaban vacas a diario para obtener leche, parte de la cual se vendía en el pueblo, y elaboraban productos lácteos que comercializaban en pequeñas tiendas y supermercados del estado. Las gallinas y cerdos también generaban ganancias con la venta de huevos y carnes.

Jimin escuchaba con atención, asombrado de lo autosuficiente que era el lugar y lo bien establecido que se encontraba. Nunca se había imaginado que el rancho de su tío fuera tan impresionante. Mientras recorrían los campos verdes y el establo, su admiración no hacía más que crecer.

—Entonces..., ¿todo esto lo maneja entre todos ustedes?—preguntó curioso.

—Sí. Cada uno cumple con una parte esencial aquí. Todos trabajamos de igual forma, solo que en sectores diferentes.—JungKook respondió.—Y quiero aclarar que nadie trabaja de gratis. Todos recibimos un salario digno y justo.

Jimin asintió, aún procesando toda la información sobre el funcionamiento del rancho. Sin embargo, una pregunta duda surgió en su cabeza.

—¿Los que trabajan en el rancho viven aquí?

—No. Solo NamJoon, Seokjin y yo vivimos aquí.—respondió.—vivimos en unas pequeñas casas que fueron compradas antes de que el señor Min muriera.—JungKook agregó con voz estrangulada, pero rápidamente se aclaró la garganta.—El resto de los trabajadores viven en los alrededores y otros viajan diariamente desde el pueblo.

El omega formó una pequeña mueca en su rostro. No comprendía cómo podían vivir en un lugar tan alejado de la ciudad y sobre todo le resultaba fastidioso el hecho de saber que para hacer una pequeña diligencia como asistir a un banco requería un viaje de horas. Y tal vez, esa era una de las razones por las que él nunca podría vivir a las afueras de la ciudad.

—Bueno. Basta de charla.—JungKook declaró.—Voy a decirte las reglas de este lugar.

Jungkook procedió a explicarle a Jimin las reglas básicas del rancho, haciendo énfasis en que se aplicaban a todos por igual sin distinción. Sin embargo, le dejó muy en claro que en el rancho era él quien mandaba y que su palabra era casi ley para todos; por último le indicó que debían levantarse temprano para comenzar las tareas, colaborar en las labores domésticas, ser puntuales con los horarios de las comidas. Sobre todo, hizo énfasis en los horarios de la comida.

—Como te he dicho esta mañana. Desayunamos a las seis en punto. Deberás comer un buen desayuno, aquí no seguimos dietas estúpidas. Necesitas alimentarte bien si quieres rendir en tu trabajo.—dijo con firmeza.—El almuerzo es a las doce en punto y tras el tomamos un pequeño descanso de una hora. Podrás usar esa hora para echar la siesta o hacer cualquier actividad de ocio. Por último, la cena. Pero como ya sabes se sirve a las siete en punto. Si no estás para cuando se sirva te quedas sin cenar.

Jimin quiso refutar, pero las palabras del alfa lo detuvieron.

—Aquí todos nos turnamos para hacer las comidas.—agregó.—Hoy le toca a NamJoon hacer el almuerzo y a mi la cena..., ahora que estás tú aquí tendré que modificar la rotación...,

—¡Yo no voy a cocinar!—Jimin exclamó.

JungKook enarcó una ceja.

—No te estoy preguntando si vas a cocinar o no, pequeño príncipe mimado. Lo harás.

—No, no, no. No estás entendiendo.—Jimin dijo con rapidez.—Yo no puedo cocinar. Soy un desastre..., podría ocasionarles una indigestión.

—Bueno. Entonces tendrás que aprender a cocinar.—dijo con una pequeña sonrisa burlona en su rostro.—Ahora te diré tus tareas diarias.

El omega rodo levemente sus ojos, mientras que el imponente alfa no borraba esa estúpida sonrisa.

—Tu primera labor empieza al alba ayudando a YoonGi, Jhon y Bianca a ordeñar leche. Probablemente los primeros días solo ayudarás a llenar las lecheras y cargarlas en la camioneta. En otra ocasión acompañarás a Jhon a repartirla. Así que mañana debes estar despierto temprano.—Jimin no podía creer que si o si debía levantarse tan de madrugada.—También limpiarás los establos. Pero lo hará día de por medio. Y como ayer se limpiaron lo harás hasta mañana..., el día hoy harás otra labor.—el alfa agregó.—También ayudarás a recoger los cultivos e irás conmigo y con el señor Gu a venderlos al mercado. Por último, también ayudarás a tu tío con la preparación de los productos lácteos. El señor Gu necesita ayuda, porque hay muchas cosas que ya no puede hacer debido a su problema de columna..., bueno, creo que eso serían todas tus labores en el rancho, ¿algo que decir?

—Sí, ¿de casualidad no podrías darme trabajos para omega?

Para JungKook fue totalmente inevitable soltar una carcajada al escuchar semejante pregunta. No sabía en qué mundo de fantasía vivía ese , pero no cabía dudas que durante su estadía en el rancho lo haría salir al mundo real..., uno que lastimosamente era cruel y muy doloroso.

—¿De qué te ríes?

—Aquí no existen trabajos para omega o para alfas. Aquí hacemos cualquier trabajo sin pensar que pertenece a cierta casta.—JungKook informó mientras portaba una expresión seria en su rostro y Jimin frunció su entrecejo molesto por la forma en la que el alfa se había burlado de él.—Ahora sígueme.—dijo.—Tu primer trabajo aquí será sencillo. Limparas los gallineros por completo y te encargarás de lavar los recipientes donde toman agua, para ponerle agua limpia y fresca. También vas a recolectar los huevos.

‧₊˚🐎✩ ₊˚🩰⊹♡

Mientras Jimin intentaba cumplir con su tarea asignada, un pequeño grupo conformado por alfas y betas que laboraban en el rancho, se encontraban recargados sobre una de las cercas del corral de las gallinas, divirtiéndose a costillas del pobre omega que era perseguido por las aves.

—¡Fuera, fuera! —gritaba Jimin intentando alejar a las gallinas. Pero estas, en lugar de espantarse, parecían más interesadas en picotear sus bonitas botas blancas.

—¡Ay no, mis botas nuevas! —chilló el omega al ver las marcas que estaban dejando los picotazos en el cuero.

Los trabajadores reían sin disimulo ante la escena.

—Ese omega no durará ni un día —comentó uno de .

—Es demasiado fino y delicado para esta vida —secundó otro.

Jimin los escuchaba y eso sólo lo ponía más nervioso. Por lo que en un intento de demostrar que podía con la vida del campo, trató de tomar los huevos del nido como le habían indicado, pero apenas lo intentó las gallinas comenzaron a picotearlo con más insistencia.

—¡Ay, ay, ya basta! —gimió adolorido.

Los trabajadores reían aún más fuerte. Jimin sentía que las mejillas le ardían de vergüenza.

En ese momento Jungkook se acercó atraído por el alboroto. Al ver la situación, soltó una carcajada. La situación era de lo más divertida. Y no era para menos, pues ver como un pequeño príncipe mimado era puesto en su lugar por unas cuantas gallinas no era algo que podían ver todos los días.

Tras reírse del pobre omega por un par de minutos, JungKook a pasos tranquilos y movimientos expertos, entró al gallinero y en cuestión de segundos tenía en sus manos los huevos que Jimin no había logrado tomar.

Las gallinas ni se inmutaron con su presencia. Jimin lo miraba atónito, preguntándose cómo lo había logrado.

—Así es como se hace, mimado —dijo Jungkook con suficiencia, para luego entregarle los huevos.—Inténtalo de nuevo, esta vez prestando atención a mis movimientos.

Jimin frunció el ceño, odiaba que lo trataran como un inútil. Así que, armándose de valor, volvió a intentarlo. Esta vez imitando los movimientos de Jungkook. Para su sorpresa, logró tomar algunos huevos antes de que las gallinas volvieran a arremeter contra él.

—¡Lo logré! —gritó emocionado, sosteniendo los huevos contra su pecho.

—Bien. Ahora continúa con tu trabajo.—dicho eso JungKook dio media vuelta y salió del gallinero.

A pesar de que el  había reído de él, Jimin agradecía que al menos se acercó a él, para enseñarle cómo hacer las cosas. No como los otros idiotas que permanecían a la espera de que cometería otro error para burlarse de poca habilidad para tratar con las gallinas. Sin embargo, Jimin debía de admitir que al ver a JungKook se acercaba a él, lo primero que cruzó por su cabeza fue que el alfa quería burlarse en su cara y humillarlo, pero las cosas resultaron un poco diferentes y lo agradecía.

Tras soltar un pequeño suspiro llevó su mirada hacia los pequeños nidos. Ahora que JungKook le había enseñado cómo hacerlo, todo sería más fácil o al menos eso pensaba el pobre omega, porque en cuanto las gallinas notaron que únicamente se encontraban con el omega, no dudaron en hacer de las suyas.

Y si nuevamente habían comenzado a corretear al pobre omega.

‧₊˚🐎✩ ₊˚🩰⊹♡

Su primer día de trabajo había llegado a su fin y Jimin no contaba con buen humor. Hacer el simple trabajo de limpiar los gallineros y recolectar los huevos le había tomado casi todo el día, porque las benditas aves no habían parado de corretearlo y picotearlo a le menor oportunidad. Y para el colmo de los males había pequeñas cosas que incrementaban el mal humor . En primera estaba que apestaba a mierda de gallina, lo segundo era que los malditos mosquitos le habian picado todas las piernas—sin duda se arrepentía de haber usado unos short en lugar de unos jeans.—, pero lo peor de todo habían sido usar esas malditas botas vaqueras.

Durante las primeras horas no había sentido mayor incomodidad, pero con el pasar de las horas le fue imposible no sentir como estas rosaban sus pies de la manera más dolorosa posible, pero había decidido obviar el dolor y continuar con su labor. Lo cual era algo que se arrepentía grandemente. Sin embargo, de lo que más se arrepentía era de no haberle hecho caso al estúpido alfa mandón y a su primo cuando le dijeron que lo mejor era usar otro tipo de ropas y sobre todo otro tipo de calzado.

Y justo ahora mientras se encontraba escondido en el porche trasero de la enorme casa, Jimin se quitó las bonitas botas entre lágrimas, para encontrarse con la imagen más horrorosa y dolorosa que había visto en toda su vida. Sus bonitos pies se encontraban llenos de ampollas y ciertas zonas se encontraban ensangrentadas. Inevitablemente su llanto se intensificó. Él era un bailarín de ballet y sus pies era algo que el cuidado con mucho recelo y ahora por culpa de su terquedad estaban totalmente lastimados.

—Sabía que esas botas te iban a pasar factura.—dijo una voz a sus espaldas. Jimin se giró levemente para encontrarse con Seokjin.—Pero YoonGi dijo que no habías querido hacer caso cuando te advirtió.—el alfa se movió rápidamente y se posicionó de cuclillas frente a él.—Eres un poco terco y mimado, pero aprenderás cómo es la vida del campo.—Jimin fromo una mueca en su rostro, mientras que su lobo volteaba levemente su cara con la poca dignidad que le quedaba.—¡Vaya esto es peor de lo que pensé!—exclamó.—Te dire esto para que lo tengas en cuenta una próxima vez. Nunca debes usar zapatos nuevos de cuero, y mucho menos unas botas de cuero para el trabajo, porque es seguro te que van a lastimar..., así como lo han hecho estas botas tuyas...

—Y-yo..., solo quería verme como los omegas que salen en la televisión...,

—Y por eso preferiste no escuchar a yoongichi, ¿cierto?

A Jimin le resultó un poco curioso la forma en la que el  dirigió hacia su primero, pero decidió dejarlo pasar.

—Sí. Mi error.

—De los errores se aprenden.—el alfa dijo.—Venga te llevaré a dentro para curarte los pies antes de que llegue la hora de la cena.

Jimin asintió con levedad y se dejó cargar por el alfa, quien amablemente comenzó a curar sus pies una vez estuvieron en el interior de la casa. Y a pesar de que Jimin formaba muecas de dolor, podía dar fe que Seokjin tenía manos angelicales.

—¿Crees que JungKook me quiera dar unos días de incapacidad por lo de mis pies?—Jimin preguntó justo cuando el alfa estaba aplicándole una pequeña crema en sus ampollas.

Seokjin sabía perfectamente que JungKook será tan indulgente y mucho menos por pequeñeces como la que estaba pasando el omega. Porque más de alguno había sufrido por las consecuencias de usar zapatos nuevos en el trabajo y ninguno se había quejado, sino que al contrario habían asistido al siguiente día como si nada les hubiese pasados, pero también existía la pequeña posibilidad de que cediera ante el omega, por sus condiciones.

—Supongo que puedes preguntarle después de la cena.—fue lo único que Seokjin respondió.

‧₊˚🐎✩ ₊˚🩰⊹♡

La cena había transcurrido con tranquilidad con amenas charlas entre los presentes. Sin embargo, había algo que Jimin debía aceptar y era el hecho que la cena había estado sumamente deliciosa. JungKook había preparado un delicioso estofado de carne acompañada de verduras y otros complementos. A Jimin le fue imposible no sorprenderse cuando probó el primer bocado, puesto que nunca se imaginó que un alfa como JungKook supiera cocinar y sobre todo que lo hiciera tan bien.

Para cuando la cena llegó a su final y la mayoría ya se encontraba limpiando la mesa y recogiendo todos los platos, Jimin supuso que era momento idóneo para hablar con JungKook.

—Este...,—Jimin se aclaró levemente la garganta.—¿Podemos hablar un minuto?

JungKook enarcó una ceja.

—Solo será un momento. Prometo no quitarte mucho tiempo.—trato de asegurar.

—Bien. Habla.

—Pero..., ¿podríamos hablar a solas?

—Bien. Sígueme.—dijo sin mayor emoción, para comenzar q caminar por la casa, hasta una puerta doble de madera.

Jimin no tenía que ser demasiado inteligente para comprender que JungKook lo había llevado hasta un pequeño despacho. Y supo que estaba en la razón cuando el alf abrió la puerta y le indicó que entrara; segundos después JungKook se encontraba cerrando la puerta tras sus espaldas.

Una vez dentro de la estancia, el omega se permitió darle una pequeña mirada a todo el lugar. El despacho lucía pulcro y con una decoración minimalista.

—Bien. Habla.—JungKook dijo mientras caminaba hasta la silla que se encontraba tras el escritorio.

Jimin suspiro levemente.

—Quería pedirte un par de días de incapacidad.—dijo con cautela.

—¿A motivo de qué?—JungKook cuestionó al mismo tiempo en el tomaba asiento—¿A caso un día de trabajo "pesado" fue mucho para ti, pequeño príncipe?—la pregunta fue formulada por ironía.

—No. Nada de eso..,

—Entonces no tiene caso que pidas unos días de incapacidad.—el alfa interrumpió.

—Solo déjame terminar.—dijo entre dientes. JungKook lo miró expectante.—Veras. Las putas botas me lastimaron los pies de la manera más horrenda posible y no creo poder trabajar hasta que la mayoría de las heridas estén curadas.

El alfa permaneció un par de segundos en silencio mirando al omega, quien comenzaba a sentirse intimidado. Luego de un rato, JungKook se levantó de su lugar y caminó hasta casi quedar frente a Jimin.

—Muéstrame tus heridas.

El omega asintió, para rápidamente despojarse de las pantuflas que calzaba, exponiendo sus pies llenos de curitas y ungüento. El alfa los examinó brevemente y luego lo miró serio.

—No parecen heridas graves, solo ampollas superficiales. Mañana estarás como nuevo.

—Pero me duelen mucho y no creo poder trabajar así— insistió Jimin con un puchero.

—He dicho que no. Mañana te levantas temprano para ayudar a quienes ordeñan las  vacas.—sentenció Jungkook.— Y escoge bien tu calzado esta vez.

Jimin hizo un mohín, frustrado porque el alfa ni siquiera consideró su petición.

—¡Eres un insensible! Mis pies están muy lastimados y tú ni siquiera te apiadas de mí.

Jungkook soltó un bufido.

—Insensible sería dejarte holgazanear mientras el resto va a trabajar mañana a pesar de sus propias circunstancias. Créeme, muchos aquí han sufrido ampollas y heridas peores por usar zapatos nuevos, pero no por eso dejan de cumplir con sus responsabilidades.—Jimin rodo sus ojos.—Así que deja de comportarte como un mimado y madura. Mañana te levantas temprano como todos y ayudas en el ordeño, eso te enseñará la vida en el campo. Y ni se te ocurra faltar o tendrás graves consecuencias, ¿entendido?

Jimin no podía refutar ante lo dicho. JungKook tenía razón en que tal vez muchos ponían en segundo lugar su salud, por no perder su trabajo, pero él no era uno de ellos.

—Pero...,

—Recuerda que no veniste aquí de vacaciones, sino por un puto castigo que te ganaste por insolente.

—Por favor, JungKook.—Jimin sentía avergonzado al estar implorando un poco de clemencia por parte del alfa.—Prometo hacer cualquier cosas, pero deja que tome al menos dos días de descanso en lo que me recupero.

Jungkook sintió una extraña sensación recorrer su cuerpo al ver al omega suplicar de esa manera. Su lobo se agitó en su interior, despertando esa parte oscura y descarada que solía mantener dormida. Inevitablemente una sonrisa lasciva se formó en su rostro.

—Probablemente haya algo que puedas hacer, para que yo ceda ante tu tonta petición.—JungKook dijo como si estuviera pensando seriamente en la opción.—Pero, supongo que no...,

—Puedo hacerlo. Solo dime que tengo que hacer.

JungKook estaba consciente que se estaba dejando llevar por esa parte oscura y sobre todo por su concupiscencia. Probablemente debía volver a entrar a sus cinco sentidos, pero era muy tarde para ello, porque el recuerdo de esa mañana que había mandado a lo más profundo de su cabeza, ahora volaba libremente en su mente.

—Muéstrame tus bragas.

Jimin casi se ahoga con su saliva al escuchar las palabras del alfa.

—¿Qué?—preguntó sin dar crédito.

—Dije que me mostrara tus bragas.—dijo con lentitud para que el omega entendiera sus palabras.—¿O estás usando boxer?—preguntó con clara curiosidad.—Está mañana usabas una bragitas de encaje celeste.—el omega palideció ante la mención de la ropa interior que había usado para dormir.—Y ahora tengo la curiosidad de saber si sigues usando las misma o las cambiaste por unas de otros color.

Jimin se quedó pasmado ante la inesperada petición del alfa. ¿Mostrarle su ropa interior a cambio de días libres? Eso estaba completamente fuera de lugar.

—¡¿Qué?! ¡Claro que no! —exclamó, atónito—. ¿Cómo se te ocurre pedirme algo así?

Jungkook enarcó una ceja, sin rastro de vergüenza o arrepentimiento.

—No veo cuál es el problema. Es un trato justo, tú obtienes tus días de descanso y yo obtengo una pequeña recompensa visual.

Jimin lo miró boquiabierto, incrédulo ante semejante descaro.

—¡Eres un completo degenerado! Creí que eras un alfa decente pero veo que sólo eres un cerdo.

Lejos de ofenderse, Jungkook soltó una carcajada.

—Vamos, no seas mojigato. No es para tanto, sólo unas braguitas.

—¡Me importa una mierda lo que digas! No voy a estar mostrándote mi ropa interior sólo porque tú lo ordenes, idiota.

—Cuida ese lenguaje, omega —gruñó Jungkook, sus ojos brillando con dominancia—. Aquí soy yo quien da las órdenes, te guste o no. Así que decídete, o haces lo que te digo o mañana vas a trabajar así tenga que arrastrarte.

Jimin tembló ligeramente ante la autoridad en la voz del alfa, pero se mantuvo desafiante.

—Oblígame si puedes, imbécil —siseó—. Pero te aseguro que no verás ni un centímetro de piel más allá de lo que yo permita.

Dicho eso, salió indignado y cojeando del despacho. Estaba furioso. Ese alfa prepotente se había ganado su desprecio total. Prefería lisiarse los pies antes que rebajarse a sus sucios juegos.

‧₊˚🐎✩ ₊˚🩰⊹♡

nta: hola heme aquí publicando el primer capítulo de este fic. la verdad  es que me siento emocionada con esta historia, porque tenía desde el año pasado pensado en escribir una historia con temática de vaqueros, pero cuando me eliminaron mi cuenta perdí todo ánimos de seguir..., pero gracias a esta historia he podido salir de mi pequeño duelo. si bien esta historia tiene una pequeña modificación a la idea original, siento que me está fluyendo demasiado bien, así que espero que la historia les guste.

por cierto, este primer capítulo es un poco introdutorio a la historia, porque solo hemos visto como es un poco la vida en el campo y cuáles serán las obligaciones de mimi, tmb a la pequeña relación de odio entre koo y mimi.

pd: este capítulo tiene una extensión de 5.2k palabras, espero que en los próximos no extenderme tanto.

¡nos leemos en el próximo capítulo! 💗🩰

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