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f o u r !

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⚠️ ; advertencia: antes de que pasen a leer quiero advertirle es que este capítulo contiene una escena subida de tono y por ende necesito que terminen de leer la escena por completo antes de que tengan la osadía de funarme o comentar cualquier insulto hacia mi persona o hacia la historia. quiero pensar que todos los que leen mi historia tienen la suficiente madurez como para separar la ficción de la realidad, porq al final esto es nsfw. 🥴

pd: tmb si no les gustó la escena puedan abandonar la historia sin armar revuelo y sin denunciar, gracias.

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Ah... —jadeó en un hilo de voz.

Sus dedos recorrieron su propia piel con suavidad, deseando que fueran las manos fuertes de un alfa las que hicieran el recorrido sin pudor alguno. No había rincón de su cuerpo que no hubiera recorrido por sí mismo. Sin embargo, sus dedos viajaron nuevamente hasta sus pezones los cuales se encontraban faltos de atención.

Sin perder tiempo, los pellizcó y jugó con ellos, mientras que en su mente se imaginaba a su alfa sin rostro haciéndolo.

El alfa sin rostro no perdió tiempo y tomó sus pezones con su boca. Los chupaba y mordisqueaba a su antojo, lo que le hizo imposible no retorcerse de placer. Le gustaba la forma tan cruel en la que le brindaba el placer que necesitaba. Jimin podía sentir cómo la saliva del alfa humedecía sus pezones maltratados, pero lamentablemente no era más que su propia saliva.

Como si su alfa sin rostro pudiera leerle la mente, este dejó de brindarle atención para descender por su vientre con suavidad hasta su pelvis, donde se entretuvo dándole un poco de placer a su erecto miembro, pero rápidamente viajó hasta ese pequeño paraíso para todo alfa. Las manos del alfa abrieron sus glúteos y sin perder el tiempo comenzó a deslizar su lengua por la muy lubricada entrada, jugando con ella, torturando a Jimin en el proceso.

Jimin podía sentir cómo su húmeda entrada se contraía alrededor del aire buscando una maldita polla a la que aferrarse para obtener el nudo que necesitaba.

¡La luna sabe que él no era más que una pequeña puta necesitada de un buen nudo!

Por favor..., a-alfa..., te necesito. —jadeó desesperado.

Como si sus palabras fueran una maldita orden, el protagonista de sus fantasías lo penetró abruptamente con sus dedos, haciéndolo arquearse sobre el colchón, mientras que un gemido agudo escapaba de su boca.

El par de dedos comenzaron a penetrarlo con movimientos torpes y lentos, que poco a poco se tornaron rápidos y desastrosos.

No obstante, esto no era suficiente. Jimin necesitaba más, porque ni su maldita imaginación estaba ayudándole a conseguir satisfacerse. Y en su lugar estaba comenzando a frustrarse, porque lo que necesitaba era una jodida polla que lo penetrara hasta el punto de dejarlo inconsciente.

En su desesperación, sacó los dedos de su interior con la clara intención de levantarse para alcanzar aquel dildo que había traído consigo, pero antes de que siquiera pudiera moverse, sintió cómo un extraño peso se posaba sobre su cuerpo y cómo un cálido aliento golpeaba su cara. Le tomó un par de segundos comprender lo que estaba pasando, hasta que sus ojos notaron el rostro oscurecido por el deseo de un alfa. Y no era cualquier alfa.

Quien estaba sobre él no era nadie más que Jungkook.

Un pequeño grito ahogado brotó de los labios de Jimin al mismo tiempo en el que trataba de salir del cuerpo de Jungkook, pero le fue imposible cuando este lo inmovilizó de un solo movimiento.

¿Qué hacía Jungkook en su habitación? Pero, sobre todo, ¿en qué momento este había entrado?

—¿Dónde crees que vas? —La voz de Jungkook era ronca y cargada de deseo—. ¿Estás tratando de escapar, cuando no has parado de llamarme?

—Yo no te he llamado. —Jimin dijo en un hilo de voz.

—Lo has hecho —dijo con firmeza—. Me has llamado como cualquier puta en celo lo haría. Quieres que mi maldita polla perfore tu agujero de puta. Quieres que te llene de mi semen hasta dejarte tan preñado de mis cachorros, ¿cierto? —Esas palabras habían tenido un jodido efecto contrario en el omega, porque su entrada había comenzado a lubricar—. ¡Oh, pequeña perra, ya no tienes que rogar más!

Y antes de que Jimin pudiera refutar o siquiera decir palabra alguna, los labios de Jungkook tomaron los suyos con rudeza, comenzando así un beso hambriento y voraz que le robó el aliento y que, sobre todo, le estaba costando seguirle el ritmo; entre medio del beso, las manos del alfa fueron a su cuello haciendo una pequeña presión que en otras circunstancias lo habría asustado, pero en ese momento solo aumentaba su excitación.

Su entrada se encontraba lubricando sin control alguno, así como también palpitando en un claro indicio de que se encontraba totalmente desesperada por tomar una polla.

J-Jung... gguk. —Jadeó—. Por favor...

Jimin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando Jungkook, con una mirada ardiente, comprendió su deseo. En un instante, el aire se cargó de electricidad mientras el alfa se despojaba de sus ropas con una velocidad impresionante. La tensión entre ellos era palpable, y Jimin apenas tuvo tiempo de admirar la impresionante figura desnuda de Jungkook antes de que este se colocara entre sus piernas, listo para satisfacer cada uno de sus deseos más profundos.

Jungkook lo penetró de una ruda y abrupta estocada que hizo que todo su cuerpo se arqueara y que un grito ahogado brotara de su boca.

¡Por la sagrada luna! ¡Se sentía completamente lleno! Y todo gracias a que Jungkook tenía una buena polla.

Jimin se aferró a las sábanas mientras Jungkook comenzaba a moverse dentro de él con un ritmo frenético y salvaje. Cada embestida enviaba ondas de placer a través de su cuerpo, haciéndolo gemir y retorcerse de éxtasis. Los dedos del alfa se clavaron en su piel, dejando marcas de su pasión ardiente mientras continuaba reclamando a Jimin como suyo.

El omega se abandonó por completo al placer abrumador que le proporcionaba Jungkook, sintiendo cómo cada célula de su ser respondía al contacto del alfa. Sus manos se aferraron a los hombros de Jungkook, instándolo a ir más profundo, más duro.

—¿Te gusta así, puta? —Jungkook gruñó entre dientes. Su voz era ronca y llena de lujuria—. Eres mío, Jimin. Mi maldita perra en celo y necesitada.

Jimin apenas era capaz de articular una respuesta, perdido en el torbellino de sensaciones que lo embargaban. Cada palabra vulgar de Jungkook solo aumentaba su excitación, empujándolo más cerca del borde del placer.

Jungkook respondió a sus deseos, aumentando la intensidad de sus embestidas hasta que Jimin sintió que estaba al borde del precipicio del placer. El éxtasis se apoderó de él cuando finalmente alcanzó el clímax, su cuerpo temblando con oleadas de placer mientras su interior era llenado por la calidez del alfa.

—¡Puta mierda! —Jungkook gritó—. ¡Eres tan jodidamente apretado! ¡Tan buen omega para mí!

Jungkook continuó con sus embestidas hasta que estas poco a poco fueron tornándose erráticas, hasta que Jungkook se vació completamente en el interior de Jimin llenándolo de su esperma caliente. Su nudo no tardó en formarse aferrándose a las paredes del omega.

Jimin, por su parte, se corrió mientras su boca soltaba un grito de placer y su cuerpo convulsionaba gracias al devastador orgasmo que logró que sus ojos se volvieran blancos y su mente viajara a otra dimensión, para después desplomarse aún sufriendo los estragos del orgasmo.

Por varios segundos, Jimin permaneció acostado sobre el suave colchón de su cama, con el corazón latiéndole con fuerza y su cuerpo aún temblando, mientras que la bruma de la excitación comenzaba a desvanecerse. Lentamente, el omega recuperó su estado de consciencia y fue en ese momento en el que se dio cuenta de que se encontraba completamente solo en su habitación. Confundido y levemente desorientado, miró a su alrededor en busca de Jungkook, pero este no estaba por ningún lado, y se preguntó si había estado demasiado tiempo fuera de sí por el orgasmo que no sintió al alfa marcharse.

Entonces, la verdad lo golpeó con fuerza.

Jungkook nunca había entrado en su habitación y mucho menos lo había tomado con tal salvajismo y deseo. Todo había sido producto de su propia y retorcida imaginación.

El alivio inicial que había sentido al darse cuenta de que no había pasado nada realmente se vio eclipsado por una ola de vergüenza y horror al darse cuenta de lo sucedido. Y fue entonces cuando entró en un pequeño estado de negación.

Jimin se levantó casi de golpe de la cama y corrió hacia la puerta de su habitación para comprobar que realmente Jungkook sí había entrado en su habitación. Con sus manos temblorosas revisó el seguro y confirmó que seguía intacto y que nadie más aparte de él había entrado en la estancia.

Esto debía ser un error. Él no tenía por qué haber fantaseado con Jungkook y mucho menos masturbarse, ¿cierto? Pero lo había hecho.

Se pasó una mano por su cabello, para posteriormente tirar de él con fuerza, mientras que su mente daba vueltas; su lobo, por otra parte, se encontraba satisfecho y ronroneando de felicidad como si se tratara de un maldito gato.

¡Joder! ¿Cómo había podido dejarse llevar por sus fantasías de esa manera? ¿Cómo había llegado tan lejos imaginando cosas tan vívidas y reales?

Dejándose caer de rodillas sobre el suelo de su habitación, Jimin trataba de calmar su acelerado corazón y, sobre todo, calmar la creciente sensación de ansiedad que comenzaba a burbujear en su interior. Negaba a enfrentar la consecuencia de sus actos, así que como todo cobarde, buscó un culpable y quién más que su tonto lobo.

"Cobarde", se burló su lobo, pero Jimin decidió ignorarlo y mandarlo a un rincón de su interior.

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El estruendoso sonido de un par de cubiertos cayendo bruscamente contra el plato resonó por toda la estancia, logrando que todos los presentes se pusieran rígidos y expectantes, pero sobre todo que cierto omega de cabellos rosados cerrara sus ojos con fuerza.

—¡Esto está asqueroso! —exclamó Jungkook, luego de haber escupido el bocado que tenía en su boca en una servilleta.

Sus palabras parecieron sorprender a los demás. Yoongi intervino, su voz resonando por las paredes.

—No exageres, Jungkook. No creo que la comida que Jimin preparó esté tan mal.

Seokjin estuvo de acuerdo con Yoongi, lo que hizo que Jungkook los mirara a ambos con una ceja enarcada.

Jungkook no mentía al decir que la comida estaba asquerosa, pero si todos querían poner en tela de juicio sus palabras, entonces no era nadie para impedirles comprobar qué tan asquerosa estaba.

—Bien. Si no me creen, compruébenlo por ustedes mismos.

Dicho eso, Jungkook observó cómo todos llevaban una porción de la cena a sus bocas, pero tan pronto dieron el primer mordisco se apresuraron a escupir la comida en una servilleta. No había necesidad de palabras para comprender que estos estaban de acuerdo con el hecho de que la cena era un asco total, porque a Jimin le bastó con ver las muecas de asco de Seokjin, Namjoon y Yoongi, aunque este último había tratado de disimular su mueca, fallando en el intento.

Cuando observó cómo todos escupían la comida, Jimin sintió su cara ponerse roja de la vergüenza y bajó la mirada hacia su regazo para evitar tener que seguir viendo las muecas de asco.

Jimin era plenamente consciente de que no era ni remotamente capaz de hacer un huevo hervido, pero había tenido la esperanza de que la receta que había visto en YouTube le hubiese sido de ayuda para preparar una cena decente, pero ahora se había dado cuenta de que su intento resultó ser un fracaso o, mejor dicho, "él era un fracaso para cocinar y para seguir recetas".

Sin animarse a decir algo o siquiera levantar la mirada, Jimin le rogaba a la diosa Luna que lo desapareciera para siempre, pero era una plegaria totalmente en vano. Puesto que Yoongi fue el primero en romper el silencio, aclarándose la garganta antes de hablar.

—Jimin, ¿qué fue lo que pusiste en este platillo?

—Lo siento. Solo intenté seguir la receta que encontré en YouTube —susurró apenado—. Pensé que había quedado bien.

Jimin sintió una oleada de vergüenza apoderarse de él al escuchar las críticas sobre su fallido intento de cocinar una cena decente. Bajó la mirada hacia su regazo, incapaz de enfrentar las muecas de asco de los demás. A pesar de haber seguido una receta de YouTube, su plato resultó ser un completo desastre.

El silencio reinó en el comedor hasta que YoonGu, su tío, tomó la palabra con voz suave pero firme. Removió la comida mientras explicaba que Jimin había exagerado con los condimentos, la sal y el tiempo de cocción, convirtiéndola en algo incomible. Jimin se disculpó una vez más, abrumado por la situación.

De repente, el chirrido de una silla arrastrándose por el suelo captó la atención de todos. Jungkook se había puesto de pie y, con voz autoritaria, ordenó a Jimin que lo acompañara. El omega de cabellos rosados vaciló, pero tras una mirada significativa de su tío YoonGu, no tuvo más remedio que seguir a Jungkook hasta la oficina.

Jimin entró primero en la estancia, pero antes de poder reaccionar, Jungkook cerró la puerta tras de sí, bloqueando la única entrada y salida. En ese momento, el omega se dio cuenta de que había cometido un error al quedar atrapado con Jungkook en un espacio cerrado, sin posibilidad de huir fácilmente.

La situación se tornó tensa e incómoda para Jimin al quedar encerrado con Jungkook en la oficina. La penetrante mirada del alfa y sus feromonas cargadas de enojo inquietaban tanto a Jimin como a su lobo interno. Pero había algo más que perturbaba al omega de cabellos rosados: el recuerdo vergonzoso de aquella tarde en la que se dejó llevar por la lujuria y utilizó a Jungkook como el centro de su fantasía más oscura.

Jimin podía sentir cómo su cuerpo comenzaba a reaccionar ante la cercanía del alfa, despertando sensaciones que había intentado reprimir desde aquel bochornoso incidente. Las feromonas intensas de Jungkook se clavaban en su piel como espinas, avivando el deseo prohibido que Jimin había alimentado en secreto.

El omega se maldijo internamente por su debilidad, por permitir que su mente evocara aquellas imágenes lascivas en las que Jungkook protagonizaba sus sueños más íntimos. La culpa lo carcomía, haciéndolo sentir avergonzado y vulnerable ante la presencia imponente del alfa.

Jimin desvió la mirada, incapaz de sostener la intensidad de los ojos de Jungkook, temiendo que el alfa pudiera leer sus pensamientos impuros. Su lobo interno aulló, anhelando la cercanía del alfa, pero Jimin se negó a ceder ante esos oscuros deseos, luchando por mantener la compostura y no delatar los secretos más profundos que aguardaban en su memoria.

—Bien, ¿para qué querías que te siguiera hasta acá? —se giró levemente para evitar centrar su atención en Jungkook—. ¿Acaso...?

—Eres un maldito dolor de cabeza —dijo Jungkook entre dientes—. No es posible que no hagas ni una puta cosa buena. Hasta parece que eres un inútil.

Jimin sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Jungkook. A pesar de su vergüenza y culpabilidad por arruinar la cena, a Jimin le habían calado el ser llamado inútil, y él no era alguien así... Y aunque lo fuera, eso no le daba el derecho a Jungkook de tratarlo de esa manera, por muy enojado que el alfa estuviera.

Girándose hacia el alfa, Jimin lo miró con el enojo también brillando en sus ojos.

—No tienes ningún derecho para hablarme así —dijo entre dientes—. Así que bájale a tu tono conmigo.

—Quien debería cuidar su tono eres tú —gruñó Jungkook—. He sido muy tolerante contigo, pero hoy has excedido los límites de mi paciencia y tolerancia.

—¡Yo no he excedido nada! —exclamó en voz alta—. Y discúlpame por no haber preparado un platillo digno de un hotel de cinco estrellas. Pero, yo fui muy claro al decirte que no sabía cocinar —hizo una pequeña pausa para tomar un poco de aire—. Así que, no es mi culpa que no hayas querido escuchar, tremendo pedazo de necio.

Jimin podía sentir su corazón latir con fuerza en su pecho. Jungkook, por su parte, fulminó a Jimin con la mirada.

—¿Y qué se supone que debía hacer? ¿Exonerarte de una tarea simple? —La voz de Jungkook resonó con furia contenida—. ¿Y sabes qué es lo peor de todo esto, Jimin? —cuestionó—. Que ni siquiera puedes seguir una puta receta de YouTube.

A Jungkook le parecía irreal que incluso con la ayuda de una receta, Jimin ni siquiera hubiese sido capaz de hacer un platillo decente, sino que en su lugar había preparado la peor aberración culinaria.

—Realmente no puedo creer que seas tan incompetente —dijo. Jimin apretó los puños y se mordió la lengua en un intento de contenerse, porque se encontraba a nada de lanzarse sobre el alfa, así que se obligó a girarse para ignorar a Jungkook—. Mírame cuando te estoy hablando, Jimin.

El omega hizo oídos sordos, lo que enfureció más a Jungkook, quien acortó la distancia entre ellos para tomar al omega del brazo y girarlo hacia él.

—Te he dicho que me mires cuando te estoy hablando, pequeño omega irreverente —gruñó entre dientes.

Jimin jadeó por la fuerza utilizada en el agarre de su brazo.

—Suéltame que me estás lastimando.

—No —dijo Jungkook—. Ahora escucha con atención.

Jimin le dedicó una mala mirada e intentó librarse del agarre fallando en el intento. La razón por la que deseaba librarse del fuerte agarre no era porque le doliera, sino porque la cercanía del alfa era un peligro para su cordura; el fuerte aroma a madre selva y sándalo de Jungkook se estaba colando por sus fosas nasales y adhiriéndose a su piel. Inevitablemente, los vergonzosos recuerdos volvieron a él y su lobo comenzó a volverse irracional exigiéndole algo que Jimin no estaba dispuesto a darle ni en mil años luz.

Consciente de que necesitaba alejarse del alfa y de su embriagante aroma, Jimin volvió a intentar librarse del agarre, pero nuevamente falló; solo sería cuestión de tiempo para que su cuerpo lo traicionara y comenzara a lubricar y, por la luna, no quería que eso pasara y mucho menos que Jungkook pudiera oler su lubricante natural. Suficiente tenía con que este hubiese visto sus bragas y, sobre todo, que él se hubiese masturbado con la imagen del alfa.

—Quédate quieto, pequeño insolente —dijo Jungkook con dureza al mismo tiempo en que afianzaba más su agarre—. Escucha con atención porque será la primera y última vez que te lo diga.

El omega sintió cómo su lobo interno comenzaba a menear su rabo de forma seductora y aullar ante la imagen tan imponente y varonil que Jungkook estaba brindando.

Jungkook se mantuvo firme, su agarre aún más apretado mientras miraba fijamente a Jimin con una intensidad que dejaba claro que no estaba bromeando.

—Esta será la única y última vez que te permitiré que arruines la comida —declaró con dureza—. La próxima vez, te asegurarás de comerla tú mismo, incluso si tienes que hacerlo durante días. No toleraré que se desperdicie la comida, especialmente no cuando yo esté a cargo.

Jungkook observó a Jimin con severidad, asegurándose de que sus palabras fueran claras y contundentes.

—Y no creas que solo porque no sepas cocinar o seguir una receta te librarás de tu obligación de cocinar de vez en cuando —añadió con firmeza—. Es hora de que empieces a aprender a cocinar de manera decente.

El tono de Jungkook no dejaba espacio para discusión. Era evidente que esperaba que Jimin tomara en serio su responsabilidad y se esforzara por mejorar en la cocina. Con esas palabras finales, Jungkook dejó claro que no habría lugar para excusas en el futuro.

El alfa, tras darle una última mirada de advertencia al omega, lo soltó, como si la piel de este lo quemara.

—Imbécil —dijo Jimin entre dientes, al mismo tiempo que se masajeaba levemente la zona en donde Jungkook lo había agarrado—. Eres un completo imbécil.

Jungkook rodó sus ojos y se alejó del omega.

—Bueno. Seré un imbécil, pero tú eres un completo inútil, Jimin.

Jimin dio un paso hacia adelante, desafiante.

—¡No me hables así! Tú no eres mi juez, ni mi verdugo.

La tensión entre los dos era palpable, como una tormenta a punto de estallar. Ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder terreno.

—No necesito serlo para decirte la verdad. Eres un fracaso, Jimin, y no hay forma de negarlo.

Las palabras de Jungkook golpearon a Jimin como un puñetazo en el estómago, pero se negó a mostrar debilidad.

Probablemente la discusión se hubiese alargado más, de no ser por el sonido de la puerta del despacho abriéndose.

—¡Ya basta ustedes dos! —La voz de Min YoonGu resonó por toda la estancia con autoridad—. Sus gritos se escuchan hasta la cocina —dijo—. Quiero que esta discusión se detenga ahora. No puedo creer que estén discutiendo por una simple comida que salió mal.

—No es una simple comida. Lo sabe muy bien —interrumpió Jungkook—. Su incompetencia solo causó que se desperdiciara comida que muy probablemente muchos en el mundo desean comer.

El omega mayor suspiró. Comprendía la postura de Jungkook, pero también la de su sobrino.

—Jimin no lo hizo intencional. Es mi sobrino y por tanto estoy consciente de sus fortalezas y debilidades. Y créeme que él no tiene la culpa de no saber lo básico de la cocina —explicó—. Sin embargo, creo que lo que Jimin necesita es que alguien le enseñe a cocinar.

Jimin quiso agradecerle a su tío por salir en su defensa. Porque, en efecto, no era su culpa que no pudiera cocinar, sino de su madre quien siempre le prohibió la entrada a la cocina y, sobre todo, le prohibió ser partícipe de cualquier labor doméstica con la excusa de que "no te preocupes, cariño, voy a emparejarte con un alfa que tenga los recursos económicos suficientes como para que pueda brindarte un extenso equipo de servidumbre".

Siempre había odiado que su madre repitiera lo mismo una y otra vez cada que lo miraba con intención de hacer algo que estuviera fuera de sus lineamientos como hijo único de la familia Park, pero sobre todo como omega heredero de la familia Park.

Realmente odiaba que para su madre todo girara en torno a su estatus como familia.

—Y por eso creo conveniente que seas tú, Jungkook, quien se encargue de enseñarle a Jimin a cocinar...

—¿Yo? —preguntó con incredulidad—. No tengo el tiempo suficiente, ni mucho menos la paciencia para hacerlo.

—Y yo no quiero compartir espacio con alguien como Jungkook.

—Bueno, lo siento por ambos, pero ya está decidido —dijo YoonGu mirándolos a ambos con seriedad, dejando claro que su decisión era final—. Jungkook, deberás enseñarle a Jimin a cocinar todas las noches hasta que este aprenda a hacerlo apropiadamente.

Jimin y Jungkook intercambiaron miradas cargadas de incredulidad y desaprobación. Para Jimin, la idea de pasar tanto tiempo en la cocina con Jungkook era una pesadilla hecha realidad, mientras que para Jungkook, la perspectiva de tener que enseñar a cocinar a Jimin era una carga adicional a sus responsabilidades ya existentes.

Sin embargo, YoonGu no dio espacio para argumentos.

—Es una orden —dijo con firmeza—. Jungkook, tienes la responsabilidad de enseñarle a Jimin, y Jimin, debes aprovechar esta oportunidad para aprender. No permitiré que se desperdicien más alimentos, ni que la incompetencia de uno de ustedes afecte a los demás.

Con esas palabras, YoonGu dejó claro que no habría lugar para discusiones. Jimin y Jungkook tendrían que resolver sus diferencias y trabajar juntos en la cocina, independientemente de sus reservas y desacuerdos.

Jungkook no se atrevió a siquiera objetar ante la orden de Min YoonGu. Y es que, a pesar de ser el capataz y de ser el alfa a cargo de los omegas Min, Jungkook comprendía en su totalidad que quien tenía siempre la última palabra era el omega mayor a quien siempre miró como un padre.

—Ahora salgan —ordenó YoonGu—. Yoongi y Seokjin prepararon algo sencillo para que cenemos.

Jimin desvió la mirada levemente y respondió con rapidez.

—Gracias, pero no tengo hambre —dijo con simpleza—. Buenas noches.

Sin esperar más, se desplazó por la estancia y se dirigió hasta la puerta de la oficina, la cual cruzó con rapidez y abandonó el lugar. A pasos agigantados, Jimin se encaminó hasta su habitación de tal forma que subió las escaleras de dos en dos.

Para cuando llegó a la privacidad de su alcoba, el omega de cabellos rosados se permitió soltar un pequeño grito de frustración y dejar salir las lágrimas que había estado conteniendo, para después alzarse hacia su cama, donde maldijo a su madre, a su tonto lobo, pero sobre todo a la existencia del imbécil e hijo de perra de Jeon Jungkook.

También se maldijo a sí mismo por permitir que la sola presencia del alfa causara estragos en su mente y en su cuerpo.

‧₊˚🐎✩ ₊˚🩰⊹♡

nta: primero que nada me quiero disculpar por haber tardando tanto en actualizar, pero he tenido días pesados en la universidad y el hospital que apenas me ha quedado tiempo para escribir. solo espero no demorar demasiado con el capítulo siguiente.

como pueden ver estamos entrando a picante de esta historia y esto solo irá subiendo se nivel, porque si eso era la imaginación de Mimi, ahora imagínense cómo será cuando JungKook de verdad agarre a mimi. 😋

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