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JunMyeon es obstinado como el demonio mismo en su intento de hacer pecar a la gente, cuando se le mete algo en la cabeza es casi imposible que lo olvide, a menos que lo consiga o lo consigan por él.

Con seis meses de embarazo gemelar, quiere sexo.

Y YiFan tiene que ponerse creativo para darle lo que quiere (específicamente), porque ahora si que JunMyeon ha crecido, bueno, solo su abdomen y ya no es un pequeño melón, ahora es una sandía de tamaño medio.

JunMyeon está sobre uno de sus costados, recargado cómodamente en el pecho del menor mientras este le besa el cuello y los hombros a la par que acaricia su erección y cuela su propio miembro en el espacio disponible entre sus muslos, siendo recompensado en sus atenciones con gemidos bajos y dedos entrelazándose en su cabello.

Un dedo se cuela en la apretada entrada del mayor, un gemido despacio se desprende de su garganta y JunMyeon agradece la altura de YiFan, pues el alto logra acomodarse lo suficientemente bien para besarle y seguir usando sus manos para complacerle, un segundo dedo entra y después de unos segundos, YiFan coloca su erección en el anillo de JunMyeon, sujetándole de la cintura mientras le besa el hombro y comienza un suave vaivén, que incrementa su ritmo cuando el castaño lleva sus manos hasta la espalda baja del alto y silenciosamente pide más.

Los empujes son suaves pero certeros, acertando siempre en el punto dulce del mayor y arrastrándolo a la perdida total de su cordura, se aferra a las sábanas o a los brazos de YiFan en su cintura, grita cuando su erección es atendida y solloza cuando se da cuenta de que es sensible hasta la médula, reduciendo todo su organismo a las sensaciones del momento y entregándose a un glorioso clímax compartido.

YiFan jadea mientras sale del interior de JunMyeon, quien le regala un último gemido antes de voltearse para quedar frente al rubio, besarlo y acurrucarse unos minutos más, YiFan tiene que ir a clases y estos minutos en sus brazos son valiosos.

—¿Y si no voy?

—Tienes entrenamiento, mi medalla, recuerda mi medalla.

JunMyeon sonríe, deposita un casto beso en los labios ajenos y pide arrumacos que YiFan le da, besándole el cabello y acariciándole la espalda, además de consentir al mayor, YiFan también se encarga de sus hijos, haciendo círculos con su mano disponible y recibiendo pataditas como respuesta, no patean como representantes olímpicos de Tae Kwon Do, pero se sienten.

—Les gusta cuando les hablas, se mueven más.

—¿Ah sí? —JunMyeon asiente y YiFan se desliza hacia abajo, dejando su nariz el inicio de la curvatura del abdomen del castaño—Hola Dragoncito, Conejito, ¿todo bien allí dentro?

—No creo que te respondan...—JunMyeon recibe una patada como respuesta rebelde—Ya me están desafiando ustedes dos.

YiFan sonríe y retoma su conversación. —Posiblemente esté algo apretado, son dos, pero solo esperen unos meses más y seguro que estarán más cómodos aquí, cada uno en su cunita y cada uno en brazos de Jun o los míos.

—¿Por qué los tratas como si fueran niños y no niñas?

—Porque creo que son niños, pero hey Corderitos—YiFan besa el abdomen del mayor—Sean lo que sean tengan por seguro que igual vamos a quererlos mucho, demasiado. Los amo.

YiFan termina su discurso paternal con un beso más, JunMyeon sigue acariciando su cabello cuando la alarma suena y es el toque de partida para que el no embarazado se levante y tome una ducha, tiene clases a las nueve y debe ir si quiere ganar una medalla.

El sonido de la regadera es reconfortante, JunMyeon también sale de la cama y se coloca ropa interior limpia, sus pantalones ahora tienen cintas elásticas en vez de botones y las camisas de YiFan son más útiles que las suyas, también sus sudaderas y lo mejor es que huelen a él, a hombre de 17 años. Maravilloso.

Viviendo juntos, JunMyeon ha aprendido que YiFan es bastante ordenado a pesar de que no luce como un chico ordenado, todo lo contrario a él, JunMyeon solo lanza su ropa al primer cajón dónde vea que hay espacio, no junta los calcetines por pares y hace un revoltijo para buscar lo que sea, también por eso husmea en el lado de YiFan, porque el hijo de una diseñadora tiene sus camisas, pantalones y sudaderas en ganchos y un cajón para ropa interior y calcetines perfectamente doblados en pares. Es más fácil buscar ahí.

JunMyeon también sabe que a YiFan le gusta dormir con mil almohadas y algo que abrazar (JunMyeon), que no bebe café sin leche y demás detalles que nunca notó o preguntó, pero lo mejor es que a YiFan no le gusta vestirse en el baño y toda su ropa (toda) se la pone en la habitación, dejándole a JunMyeon una gloriosa vista de un cuerpo joven de nadador, desnudo y mojado.

Es como su propio canal de pornografía.

—Después de clases tienes entrenamiento, ¿cierto? —JunMyeon pregunta mientras termina de hacer el nudo de la corbata, YiFan asiente—No estaré ahí para vigilar que ninguna urraca porrista intente ligar contigo, pero Baek será mis ojos y oídos, que no me diga que te vio hablando con alguna de esas babosas porque te mato, eres mío Wu YiFan.

—Todo tuyo, pero lo mismo va para el sexy vecino universitario de abajo, si viene por azúcar le das sal y así no regresa. Eres mío Kim JunMyeon.

Sonrisas, un beso más y YiFan sale del departamento para llegar a tiempo a la escuela, JunMyeon mira su hogar detenidamente, hay un par de trastes sucios (del desayuno de YiFan), una sudadera en el sillón y sabe que la cama sigue destendida.

—Bien, no tengo nada que hacer. Iré con papá.

Media hora más tarde, JunMyeon está en su casa, comiendo gomitas ácidas y bebiendo té verde mientras su padre rebusca histéricamente por todas las alacenas.

—No puede ser, ¿dónde está?

—¿Qué cosa?

—El tupper que siempre ocupo para mandarle sopa a tu madre, no lo encuentro.

—¿Hiciste sopa? Tus nietos quieren sopa.

—Un momento Myeonnie, este tupper es importante.

—¿Más que mi alimentación y la de tus nietos? —JungSoo asiente y JunMyeon hace mohínes—Me quejaré con Servicios Infantiles.

—Ya tienes 17.

—Me quejaré por mis hijos de seis meses, irás a la cárcel por ser mal abuelo.

JungSoo solo ignora a su hijo, mientras sigue buscando desquiciadamente un recipiente redondo de color verde menta con estampado floreado y tapa rosa pastel que JunMyeon recuerda detalle a detalle porque él se lo regaló a su padre la Navidad pasada.

—¡No está! Llamaré a SooYoung—JungSoo toma el teléfono y empieza a hablar sin detener su búsqueda—Soo, ¿has visto el tupper que Myeonnie me dio la Navidad pasada, el verde de flores y tapa rosa? ¿Qué? ¿Cómo que lo perdiste?

—Oops, van a tener abuelos divorciados—JunMyeon habla con su panza.

—¡No puedo creer que seas tan distraída! —JungSoo grita a tráves del teléfono—¡Pero te pedí que no lo perdieras de vista! ¿Y a mi que me importa que fuera llegando un corazón para trasplante? ¿Qué no había más médicos o qué? ¡¿Qué no es nada?! ¡ME LO REGALÓ MI HIJO!

JungSoo cuelga el teléfono y JunMyeon sonríe. —Recuerdo dónde lo compré, puedo comprarte otro papá, no te enojes con mamá.

—Es que fue un regalo Junmy, no puedo creer que haya perdido mi tupper solo por recibir un corazón para un desconocido.

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JunMyeon recién llega a su departamento, pasó a comprar el nuevo tupper de su padre y salió de la casa antes de que su madre llegara y se armara otra batalla campal; YiFan no ha llegado y según el reloj, debió llegar hace quince minutos.

La puerta se abre y antes de que JunMyeon se queje, YiFan habla. —Había tráfico, hoy es el concierto de TVXQ y ChanYeol quería seguir su camioneta, lo siento. Me dejé llevar, pero obtuve el autografo de YunHo.

—Yo obtuve una importante lección de vida.

—¿Qué? —cuestiona el menor quitándose el saco y corbata del uniforme—Oh, mi plato sucio sigue ahí...

—Papá se puso loco porque mamá perdió un estúpido tupper de sopa, ¿puedes creerlo?

—Qué tragedia. ¿Qué demonios hace mi sudadera en el suelo?

—¡Lo sé! Mi papá depende de un pedazo de plástico y ¡no es un vibrador! Yo no quiero ser así y que lo más importante en mi vida sea un pedazo de plástico que no me satisface, no señor, no quiero.

YiFan solo sonríe y sube a la habitación, jadea y regresa abajo con JunMyeon. —Jun, no hiciste la cama.

—¿Me tocaba a mí?

—N-No, pero no es que tengamos turnos...

—¿Cuál es el problema? Igual la vas a desarreglar, así que no importa.

—Bien, ¿qué hay del plato?

—Yo no lo usé...

—Jun, no quiero ser grosero, pero no haces nada...

—¿Eh?

—Nada más allá de cocinar los fines de semana, bueno, antes, Henry cocinaba entre semana y a veces JungSoo hyung...—mala idea quejarse, mala idea—N-No, no llores Jun... No quise...

—¡Estoy embarazado y son dos! ¡La espalda me empieza a doler horrores y mis pies se hinchan! Jódete tú y tus obligaciones, lava tu plato y tiende la cama. Me voy.

JunMyeon azota la puerta y YiFan suspira. —Jun, ese es el cuarto de lavado.

El castaño sale de ese cuarto y sube hasta el suyo, azotando dramáticamente la puerta, YiFan vuelve a suspirar y toma un par de mantas limpias y los cojines de la sala, dormirá en el cuarto de invitados.

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—No puedo creer que me hayas gritado Wu YiFan.

—No te grité.

—No puedo creer que estemos aquí porque JunMyeon no tendió una cama y YiFan solo lo recalcó.

Guí Xián se gana una mala mirada por parte de JunMyeon, Eun Ji carraspea y ambas partes ponen atención. —Sé que es difícil, pero por favor, padres de los niños, fuera.

—Pero...

—SooYoung, Jessica, principalmente ustedes. Fuera—las mujeres hacen caso y dejan a sus hijos solos, JungSoo y Guí Xián también se retiran—Muy bien, una discusión. ¿Es la primera vez que les pasa?

—No.

—¿Cuándo fue la primera vez?

—En nuestro aniversario, en junio, en la casa de....

—Discusión, su primera discusión.

—Ah—JunMyeon reacomoda sus ideas—Discutimos cuando JooYeon le mandó una tarjeta de San Valentín a YiFan, también cuando Hannah le envió chocolates y cuando ChanYeol lo besó porque estaban ebrios. Todo es culpa de YiFan.

—¡Claro qué no!

—No griten. Ahora YiFan, háblame de discusiones en la etapa del embarazo.

—Aparte de la de ayer, cuando Jun no me hace caso con lo que no debe de comer o lo que no debe hacer, como recostarse sobre su abdomen y comer picante, también cuando le dije que no podía usar pantalones ajustados de la cintura.

—Me gusta el ramen picante, no puedes decirme que comer o no...

—Puedo, también son mis hijos y tengo que soportar niños tocándome las pelotas en LASER TAG. No me estreses más y ayúdame por lo menos a tener algo en la nevera...

—¿Yo te estreso? Yo los cargo, tú punto de vista no importa.

—Importa—Eun Ji interrumpe la discusión—Importa JunMyeon y seré breve, precisa y objetiva. JunMyeon, eres un hijo de puta consentido, YiFan, eres un hijo de puta consentido que trabaja.

—¿Qué?

—Están juntos en esto y por lo que sé, viven juntos, así que tienen que ayudarse, pero tienen que delimitar perfectamente bien sus responsabilidades. YiFan, JunMyeon tiene seis meses de embarazo, cosas como cargar cosas pesadas y caminatas largas o extenuantes están prohibidas para él, así que hacer el súper solo no es opción si van a comprar muchas cosas...

—¡JA!

—Pero... JunMyeon, no te cuesta nada lavar dos platos. ¿Bien?

La pareja se mira fijamente antes de asentir. —Bien.

—Qué respuesta más convincente. Prueben con una lista a la que denominarán EL TRATADO DE VERSALLES, en el lado izquierdo estarán las obligaciones de YiFan, en el derecho las de JunMyeon y en el centro las de ambos.

No es tan mala idea y al día siguiente, hay una lista en el refrigerador y funciona, no han discutido de nuevo.

YiFan: Lavar el baño, conducir (lavandería, súper), acomodar la ropa, arreglar cosas.

JunMyeon: Cocinar, lavar la vajilla, hacer la cama, espantar a las urracas pretenciosas de YiFan.

Ambos: Ir de compras, hablarle y amar incondicionalmente a Dragoncito y Conejito, amarse el uno al otro y no discutir de nuevo.