El amanecer trajo un ambiente tenso. Aunque la mayoría de los estudiantes desconocía los detalles de lo ocurrido la noche anterior, los rumores se esparcieron como pólvora.

En la mesa de Slytherin, Draco hablaba en voz baja con Crabbe y Goyle, mientras miraba con desconfianza hacia la mesa de Gryffindor.

-¿Por qué Dumbledore siempre esconde cosas? Si alguien estaba en la torre, deberían decirnos quién era -murmuró Draco, fingiendo indiferencia, pero claramente intrigado.

Madison, sentada a unos pocos lugares de distancia, apenas escuchó.

Estaba sumida en sus propios pensamientos, recordando el destello plateado de la diadema en manos de la figura encapuchada.

A su alrededor, las conversaciones eran todas sobre el incidente.

En la mesa de Gryffindor, Harry y Hermione estaban igualmente inquietos.

-¿Crees que fue un Mortífago? -preguntó Ginny, mirando de reojo a los profesores, que hablaban en un rincón del Gran Comedor.

-Podría ser. Pero, ¿cómo entraron? Hogwarts está protegido -respondió Harry, con el ceño fruncido.

-No del todo -intervino Hermione, bajando la voz -Si usaron el Mapa del Merodeador para encontrar un camino, eso explica cómo evitaron ser detectados. Pero, ¿quién pudo haber robado el mapa?

-Eso es lo que no entiendo. Nadie sabe de su existencia más que nosotros -dijo Harry.

Ron, con la boca llena de tostadas, señaló con la cabeza hacia la mesa de Slytherin.

-Tal vez deberíamos empezar a buscar entre los que tienen más conexiones con Voldemort.

Harry y Hermione intercambiaron una mirada significativa, pero Ginny negó con la cabeza.

-No saquen conclusiones apresuradas. No todos en Slytherin están con él.

Mientras tanto, Madison se levantó abruptamente de la mesa, incapaz de soportar la tensión.

Necesitaba aire fresco.

Cruzó los pasillos hasta llegar al jardín, donde se encontró con una figura familiar.

-¿No puedes calmarte tampoco? -preguntó Hermione, quien estaba sentada en un banco, con un libro en las manos.

Madison negó con la cabeza y se sentó junto a ella.

-Es difícil no pensar en lo que pasó anoche. Hogwarts no se siente tan seguro como antes.

Hermione cerró su libro y la miró con seriedad.

-No podemos ignorar esto, Madison. Si Voldemort está detrás de esto, todos estamos en peligro.

Madison asintió lentamente.

-¿Qué significa la diadema? ¿Por qué es tan importante?

Hermione dudó un poco antes de responder, pero decidió ser honesta.

-Es parte de algo que Harry y yo hemos estado investigando. Voldemort dividió su alma en pedazos y los escondió en objetos. La diadema es uno de esos pedazos.

Madison sintió un escalofrío.

-¿Entonces estamos lidiando con algo mucho peor de lo que pensamos?

-Sí -admitió Hermione-. Y lo que pasó anoche significa que Voldemort ya sabe que estamos tras sus Horrocruxes.

Antes de que pudieran continuar, el chillido de Filch resonó en los pasillos.

-¡Intrusos en los terrenos del castillo! ¡Alerta!

Madison y Hermione se miraron, sus corazones latiendo con fuerza. Sin dudarlo, ambas corrieron hacia la fuente del alboroto, sus varitas listas en mano.

Cuando llegaron, encontraron a Harry, Ron y Ginny, quienes también habían oído el llamado de Filch. Frente a ellos, una figura alta y encapuchada estaba de pie junto al Lago Negro, rodeada de un aura oscura.

-¡Es el mismo de la Torre de Astronomía! -gritó Harry, apuntando con su varita.

El encapuchado levantó una mano y una ráfaga de magia oscura se extendió hacia ellos. Hermione reaccionó al instante, levantando un escudo protector.

-¡Madison, cuidado! -gritó Ginny, mientras el encapuchado lanzaba un segundo ataque directo hacia ella.

Madison esquivó por poco, lanzando un hechizo que iluminó el área. Pero cuando la luz se disipó, el encapuchado había desaparecido.

-¿Qué demonios fue eso? -preguntó Ron, jadeando.

Harry apretó los puños.

-Esto no ha terminado. Está buscando algo más dentro del castillo.

Hermione miró a Madison, quien aún sostenía su varita con firmeza.

-Si quieren detener esto, vamos a necesitar toda la ayuda posible.

Madison asintió.

El grupo se quedó en silencio durante unos segundos, observando el punto donde el encapuchado había desaparecido. La tensión en el aire era muy notoria.

-¿Y ahora qué? -preguntó Ron, rompiendo el silencio mientras bajaba su varita con cautela.

Harry apretó la mandíbula, su mirada fija en el lago.

-Necesitamos encontrarlo antes de que lo haga Dumbledore. Si sabe que estamos involucrados, podría apartarnos de todo esto.

-¿Y qué le dirás a Dumbledore? -intervino Ginny, mirando a su hermano con incredulidad-. ¿Que vamos a encargarnos de un Mortífago nosotros solos?

Hermione frunció el ceño y cruzó los brazos.

-Ginny tiene razón. Esto no es algo que podamos resolver solos. Si ese encapuchado está buscando el Horrocrux...

Madison levantó una ceja, interrumpiendo.

-¿Qué es exactamente un Horrocrux?

Hermione y Harry intercambiaron una mirada rápida. Después de un momento, Hermione suspiró.

-Un Horrocrux es un objeto que contiene un fragmento del alma de alguien. En este caso, de Voldemort. Es lo que lo hace casi inmortal.

Madison parpadeó, procesando la información.

-¿Así que... ese tipo busca uno para devolvérselo a Voldemort?

-Exactamente -dijo Harry, con el rostro sombrío-. Y si lo consiguen, será un desastre.

Ron miró hacia el castillo con una expresión inquieta.

-Sea lo que sea, no creo que Voldemort actúe solo. Hay algo más sucediendo aquí, y creo que lo mejor es decírselo a alguien -dijo Ginny.

-No. -La voz de Harry fue firme. Dio un paso adelante, sus ojos brillando con determinación-. No podemos confiar en que los adultos lo manejen. Este es nuestro trabajo.

Hermione bufó, pero no discutió. Ginny, sin embargo, lo miró con escepticismo.

-¿Y qué sugieres? ¿Que vayamos a buscarlos en medio de la noche, sin un plan?

-No -intervino Madison, sorprendiendo a todos con el tono seguro de su voz-. Pero podemos vigilar. Hay que mantenernos atentos y movernos rápido si notamos algo extraño. Si este tipo busca algo más en el castillo, no se quedará quieto mucho tiempo.

Harry asintió, aliviado de que alguien lo apoyara.

-Bien. Nos turnaremos para patrullar los alrededores. Alguien tiene que estar cerca de la Sala de los Menesteres. Es probable que intente usarla.

Hermione frunció el ceño, dudando.

-Esto es peligroso, y difícil, Harry. Lo sabes, ¿verdad?

-Sí, pero es necesario.

Ginny soltó un suspiro, mirando hacia el cielo nublado que oscurecía Hogwarts.

-De acuerdo. Hagámoslo. Pero si algo sale mal, prometemos ir directo con McGonagall.

Harry vaciló, pero finalmente asintió.

-Está bien. Nos dividiremos en parejas. Hermione, Madison, ¿pueden revisar la biblioteca y los pasillos cercanos? Ginny y Ron, ustedes patrullen los jardines. Yo iré hacia la torre de Astronomía, por si decide regresar allí.

Todos asintieron, aunque un nerviosismo se extendía entre ellos.

Madison se giró hacia Hermione mientras comenzaban a caminar hacia la biblioteca.

-¿Crees que lo encontraremos? -preguntó Madison en voz baja.

-No lo sé -respondió Hermione, mordiendo su labio inferior-. Pero lo que sé es que Hogwarts está más en peligro de lo que parece, y no podemos permitir que algo peor ocurra.

Mientras avanzaban por los pasillos oscuros y silenciosos del castillo, ambas chicas sentían cómo el peso de la noche y la misión que enfrentaban se volvía más real.

La guerra contra Voldemort ya no era solo una historia que escuchaban. Ahora estaban en el centro de ella, y el tiempo corría en su contra.