chapter nine. intuition
𝐆𝐎𝐎𝐃 𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐍𝐆
꒰ ۫₊˚ɞ chapter nine .˚ׅ🏹 ຊ ҂
❝ intuition ❞
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━
Hemos dejado la iglesia, Atlanta y ahora la dichosa residencia en la que habíamos podido formar una pequeña comunidad.
No tenemos nada en pocas palabras, es difícil decirlo pero es verdad, no tenemos nada. Habíamos perdido a más: Tyresse.
Esto realmente destrozo a Sasha, dejando así un ambiente totalmente deprimente entre todos. Aveces me pongo a pensar lo increíble que es el cómo las personas se van tan rápido, y en un abrir y cerrar de ojos.
Supongo que cuando yo me vaya me van a extrañar, o eso espero.
Últimamente he sentido que todo se detiene, que todo va más lento pero ya no sé si realmente soy yo o solo todo el mundo comienza a verse muy lento.
—¿No sientes que ese árbol se mueve por el aire tan... tan lento?— hablo en voz alta al chico junto a mi.
—¿Cuál de todos?— señala obvio.
Judith, a quien carga, me mira cuando caminamos pegados uno al otro como garrapatas.
—Ese— levanto mi brazo —En mi cabeza se ve muy lento.
Se queda en silencio unos segundos, analizando el árbol señalado pero lo perdemos cuando avanzamos aún más.
—Sí, parece que se mueve lento— dice por fin —Quizá solo sea la falta de comida.
—O la de agua, descanso o sueño— añado.
—El árbol se mueve con normalidad— interviene Michonne, llamando nuestra atención —En cuanto lleguemos a algún lugar a salvo dormirán más de ocho horas seguidas, ¿Si?
Asiento —¿Crees qué sea pronto? Porque estoy apunto de echarme a dormir en el piso.
Pasa su brazo sobre mis hombros —Sí, será pronto, no se queden atrás de los demás, quédense en medio.
—¿Cómo está mi papá?— le inquiere Carl.
El líder del grupo se encuentra caminando hasta enfrente junto a Daryl y Carol, ninguno ha dicho nada sobre nuestro siguiente paradero, según he entendido la última vez, volveremos a Washington.
—Él está bien— responde la adulta —Solo hace su trabajo.
Asiento —Debe ser muy difícil.
—Lo es, pero ustedes no se preocupen por ello— nos sonríe —¿Qué tal si jugamos a veo, veo?
—¡Uy, amo ese juego!— sonrío de lado a lado.
Sin embargo, Carl se mira confuso —¿De qué trata?
Me giro a él con indignación —¿Jamás has jugado veo, veo?
Niega con la cabeza, formando una leve mueca —Creo que por eso mi pregunta.
—Es uno de mis juegos favoritos después del uno, lo jugaba con mis hermanos cuando se cortaba la luz y no teníamos nada mejor que hacer— recordé.
—¿Entonces... de qué se trata? Ya me dio curiosidad.
—Tienes que elegir un objeto, decir: veo, veo y después lo describes, la otra persona tiene que adivinar que objeto es— explica Michonne con rapidez.
Asiento —Sí, mira... veo, veo... algo café.
Michonne mira a su alrededor, sonriendo cuando lo encuentra —El tronco de aquel árbol.
—Punto para Michonne— miro a Carl —Nos va ganando, ayúdame.
El chico asiente, lo que comienza una ronda de juegos termina en risas y un poco de peleas, llamando la atención de los demás, poco después Tara y Noah se nos unen, haciendo así equipos.
—¡Ya no hay nada que describir!— exclama Noah con desesperación.
—Uy, yo ya encontré algo— sonrío —¡Pero no te voy a decir!
—Uh...— mira a su alrededor —Veo, veo... algo rosa.
Tara rebusca dónde está aquel objeto —¿Qué...? ¡La camisa de Glenn!
Rio junro a Carl, mientras Noah se queja al estar perdiendo.
—Ni siquiera es rosa, es color rojo— dice él.
—¿Qué? Yo la veo rosa.
—Es roja— señalo entre risas.
—¿De verdad?— entrecierra los ojos —¡Glenn, ven aquí!
La chica corre hasta el mencionado, observando su camisa con detenimiento mientras Glenn la mira confuso.
—Hmm, la sigo viendo rosa— dice ella.
—¿Qué están haciendo?— pregunta Glenn a los cuatro.
—Dicen que tu camisa es rosa, apuesto una ardilla a que es roja— digo.
—Hecho, tengo hambre— acepta Tara.
Noah niega —No te recomiendo que apuestes.
Los cuatro miramos a Glenn, quien, confuso responde: —Mi camisa es roja.
—¡Aja!— salto —¡Te dije! Me debes una ardilla, paga, paga.
Tara niega —¿De dónde voy a sacar una ardilla?
Encogí mis hombros —No lo sé, pero en cuanto te vea con una ardilla en la mano te la arrebato, así que cuidado.
Noah mira a Tara —No te lo quería decir pero... te lo dije.
¿Cuánto más nos queda?
Me pregunto una y otra vez durante el camino a pie luego de que la gasolina de la camioneta anterior se acabará. Tengo sed, calor y el hambre no se compara con nada, mi cuello duele así como mis hombros, he dormido hace unos minutos antes de bajar la camioneta. Duermo para no sentir todo esto.
Es así como miro a Carl bostezar junto a mi, sobando sus ojos en el proceso.
—¿Estas bien?— me pregunto y él me mira —Aparte de tener hambre, sed y calor.
Él frunce su ceño —¿Cómo sabes que tengo todo eso?
Encogí mis hombros —Yo también lo tengo así que... supongo... que...— niego —Olvídalo, ya no sé lo que digo.
Suelta una leve sonrisa —Ya, olvidado.
—¿Entonces?
—Estoy bien, gracias, ya pensé demasiado y lloré lo suficiente— forma una línea en sus labios —¿Qué hay de ti?
—Mejor que tú, obviamente.
Intento alegrarnos con pequeños chistes por más rancios que sean, ¿Lo bueno? Es que Carl se ríe de ellos.
—¿Cuánto tiempo... crees que nos quede?— mira al camino.
Encogí mis hombros —No tengo la menor idea, espero que pronto encontremos algo, si no... entonces no sabré qué hacer.
—Encontraremos algo, no todas las provisiones que existían en el mundo pueden terminarse, ¿O sí?— miro al chico —Debe haber algo.
—Tal vez— bajo la mirada.
En estos tiempos lo único que se puede pensar es en lo que el futuro tendrá para nosotros, si es que tan solo existe un futuro.
—Phoebe solía buscar en lugares que su intuición dijera si— recuerdo.
Carl alza ambas cejas con curiosidad —¿Con su intuición?
Asiento con una pequeña sonrisa —Ella confiaba mucho en eso, en cosas del universo o de la ley de atracción, decía que daban buena suerte y siempre cargaba con un cuarzo sobre su cuello, recuerdo que una vez intenté lanzarlo al lago creyendo que era una roca.
Ríe ligeramente —Tal vez todos deberíamos confiar en la intuición, aunque mis padres son más de creer en milagros.
—También funciona, mi intuición me dice que... pronto encontraremos comida— miro a mi alrededor —Aunque, no como lo esperamos.
—Mi intuición me dice... que encontraremos un buen lugar donde vivir— sigue —¿Cuánto tiempo se tarda en llegar?
Encogí mis hombros —No tengo ni la menor idea.
También he notado las últimas horas, en que Maggie es la más deprimida de todos. Suele pasearse por la carretera con la mirada perdida, en silencio y en ocasiones lagrimeando, lo cual por supuesto me preocupa.
—¿Está mejor?— murmuro a Glenn.
El chico se gira a verme y asiente —Creo que sí.
Frunzo mi ceño —¿Cómo qué crees?
—Le estoy dando su espacio, no le gusta que la agobien con preguntas cuando está triste, es mejor dejarla sola— mira a la castaña, quien camina frente a nosotros —Créeme, sé lo que hago.
—Que bueno que te tenga, Glenn, Maggie es muy afortunada— aseguro —Espero que se mejore.
—Yo también— suspira —Espero, espero que sí.
Pronto me doy cuenta que él también debe estar tan cansado como todos nosotros.
—¿Y tú estás bien?— añado a la conversación.
Asiente —Sí, bien, bien, debo estarlo.
—No, no debes— niego —Está bien estar igual o peor que el resto, todo esto es tan, tan traumatico.
—Oye, tu eres la menor— entrecierra los ojos.
Sonrío —Siempre me han dicho que soy algo madura en ese ambiente para mi edad, no lo sé, mi psicóloga decía que son traumas de la infancia, pero tuve una buena infancia... la cual... no recuerdo mucho y no sé por qué estoy contándote todo esto.
Ríe ligeramente —Te escucho.
Tomo una gran bocanada de aire —No deberías, tienes tus propios asuntos para escuchar los míos, como sea, cuida de Maggie o te mocho una mano.
Lo señalo, desviándome para caminar junto a Michonne mientras Glenn mantenía esa sonrisa.
A decir verdad, ya me creo el payasito del grupo.
Durante aquella caminata, Rick había ideado un plan para terminar con aquellos muertos o caminantes, así como solemos llamarles, dejándonos a Carl, Judith y un par más lejos del lugar.
Todos tenemos tan poca fuerza que ni siquiera se esfuerzan en tomarlos para lanzarlos por el puente donde están cayendo. No es así hasta que Sasha decide armar una matanza contra ellos.
—¿Qué está... haciendo?— me pregunta Carl.
Niego con una línea en mis labios —Perdió a su hermano.
A decir verdad no puedo sentir lo que ella tiene ahora, pero entiendo lo difícil que es superar cualquier pérdida de cualquier ser querido, especialmente la perdida de un hermano.
Cuando finalmente la sombra de los árboles cubre mi rostro, agradezco demasiado aquello, pues apenas puedo respirar y el sol no ayuda.
Durante esté camino, nos cruzamos con varios autos estacionados de esquina a esquina, lo cuales sin dudar revisamos en busca de algo.
—¿Qué encontraste?— le inquiero a Carl cuando me recargo sobre la puerta.
Sin embargo, el chico se sobresalta golpeándose la cabeza contra el duro techo del auto.
—¿Q-Qué? ¡Ah, nada!— dice de inmediato.
Frunzo mi ceño —¿Estás bien? Te diste un buen golpe— señalo su cabeza.
Asiente —H-Hmm, sí, sí, todo bien.
Se recarga sobre el auto, cruzándose de brazos mientras parece titubear.
—Bueno, eh, tu papá dijo que nos íbamos en cinco minutos— señalo al mencionado que estaba a unos metros de nosotros.
—Ya, entiendo...— mira dentro —Bueno, aquí no hay nada.
Suspiro —Tampoco encontré nada, solo algunas pastillas para el dolor de cabeza, creo que servirían.
Toma la caja que le señalo —Sí, tienes razón, deberíamos darsela a mi papá.
—Espero que sirva de algo— admito —O si no entraré en crisis.
—Siempre entras en crisis— señala y asiento.
—Es difícil no hacerlo.
Y así seguimos nuestro camino, deteniendonos justo en la carretera para descansar. El suelo parece más cómodo a decir verdad, en especial cuando llevas caminando demasiado.
—Aún no llega la intuición— recuerda Carl.
Niego frente a él, contemplando a Judith intentando tomar las rocas sobre el suelo para jugar.
—Llegará— aseguro —Espero.
Miro detrás de él, tranquilizandome cuando sólo miro a Daryl salir del bosque, y a Rick y él hablando en una clase de señas.
—Pensé que era uno de esos payasos que salen de repente y te saltan en la cara— menciono pero Glenn parece ser el único en escucharme.
—¿Qué clase de programas de televisión veías?— se pregunta con una leve sonrisa.
—Lo que alcanzará a ver mientras mi madre llegaba de su trabajo— encogí mis hombros —¡Uy! Mi programa favorito era ese donde mostraban videos chistosos, lo pasaban todos los días a la misma hora y en la noche, así que a veces me quedaba hasta tarde.
—Creo que recuerdo haberlo visto— frunce su ceño —¿No era para mayores de ocho años?
—Tenía nueve, estaba a la mayoría de edad— sonrío —No me delates.
Niega, apunto de responder cuando escuchamos más ruidos del bosque, esta vez no es Daryl ni otro integrante del grupo, si no cuatro perros que parecen muy peligrosos ladrando con fuerza en nuestra dirección.
Me levanto, esperando a que Rick indiqué qué hacer cuando... Sasha simplemente les disparó.
Ni bambi me traumo tanto.
Trago en seco cuando el silencio llega, mientras el líder se levanta en busca de una rama y simplemente comienza cocinarlos.
Así nada más.
—Necesitas comer— insiste Maggie, arrastrando las palabras.
Niego —Tengo hambre... pero no de perro.
—Imagina que es una vaca— pide Glenn.
Formo una mueca —Eso es peor.
—Te comes las ardillas.
—Sí, pero no las veo morir— cierro mis ojos, acercando la carne a mi rostro —Es una ardilla, es una ardilla, es una arfilla... ef un... fa afdilla...
—¿Y bien?
Miro a Maggie —La ardilla sabe a pollo, esto también, creo.
—¿Cómo estas?— Maggie me da una extraña sonrisa.
Durante nuestro camino por la carretera, cuando menos me doy cuenta, ella se encuentra caminando a mi lado, me había desviado ya bastante de donde se supone que debo estar a salvo, pero al ver que la castaña ya me ha visto no puedo huir.
Asiento —Bien, el hambre se fue así que bien, ¿Y tu...— alzo una ceja —... estás bien?
—Sí, creo— suspira —Sí, eso creo.
—Te ves mejor— añado, no quiero recordarle sobre su hermana —La comida nos ayudo, supongo.
Formo una mueca.
¿Por qué he dicho eso?
—Ayuda demasiado, en especial después de no haber comido desde hace tiempo— concuerda ella —¿Necesitas algo más? Creo que tengo algo de agua.
Niego —No, no, estoy bien, gracias.
Casi choco contra la espada de Rick cuando no me doy cuenta que todos se han detenido a medio camino.
—¿Qué está...?— mi pregunta se queda en el aire al observar las botellas de agua sobre el suelo.
Con una nota en medio de estas, muy sospechosas para ser reales. Cuando Daryl vuelve Rick le entrega dicha nota y así como todos, queda confuso y alerta.
—¿Qué vamos a hacer?— inquiere Tara.
—Dejarlas, no sabemos quién fue— responde Rick.
—Si es una trampa de igual manera ya estamos aquí— encogí mis hombros.
—Yo decido creer que sí es de un amigo— la voz de Eugene me hace observarlo.
—¿Y si no? ¿Y si pusieron algo adentro?— Carol cuestiona.
Sin embargo, Eugene se adelanta al resto y toma una botella.
—¿Qué estás haciendo?— le inquiere Rosita.
—Control de calidad.
Asiento —Si te mueres tu, entonces sabremos si sirven o no— añado.
Antes de que pueda tomarla, Abraham le lanza la botella lejos de su rostro, regandola toda sobre el suelo.
—Ahí se quedan— sentencia Rick.
Y el silencio otra vez.
Es así hasta que escucho algo gruñir, seguro tengo hambre otra vez... no, esperen, no es mi estomago.
Es el cielo el que gruñe antes de que las gotas de lluvia caigan sobre mi. Suelto una leve sonrisa mientras dejo que me empapen.
—¡A juntar agua! ¡todos! Con lo que encuentren, rápido— indica Rick de inmediato.
De la mochila que cargo saco un par de botellas mientras las coloco sobre el suelo con rapidez. Sin embargo, con lo que no cuento es que esto no se trata de una sola lluvia, si no de una tormenta.
¿Acaso estoy teniendo un Deja vu?
—Hay que irnos— pido a Rick en un murmullo.
Judith está sollozando muy fuerte debido a los truenos. Agradezco a Daryl cuando menciona un granero cerca y de inmediato todos nos ponemos en marcha para ir.
Éste está vacío y libre de caminantes por suerte, por lo que lo único que nos queda es secarnos de la lluvia y dormir.
Dormir suele ser una palabra que amo, ahora lo hago, parece que la tormenta me hace pensar en otras cosas que no sean las de siempre: sobrevivir, mil maneras de cómo podría morir y preguntarme si habría algún lugar tan seguro para que dure tantos años como sean posibles.
Maldigo cuando me despierto de tan acogedor sueño, pero pronto me arrepiento al darme cuenta del por qué, pues cientos de caminantes intentan entrar al granero y tengo que levantarme a ayudar a empujar la puerta para que esto no sea posible.
Con las pocas fuerzas que he recuperado luego de comer y dormir con tranquilidad por primera vez en mucho tiempo.
━━━━ ⋆ AUTHOR'S NOTE: holaa, ¿qué tal les ha parecido el cap?
Yo solo puedo pensar en que cada vez estoy más cerca de Alexandria y de que conozcan a Mer, de verdad, la van a amar <3
En fin, recuerden votar y comentar pls, me ayudaría demasiado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro