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♥ Veintidós ♥

—Alumnos— nos llamó el profesor Choi, ganándose pesadamente nuestra poca atención— tengo algo que informar. Primeramente agradecerles por su buen comportamiento con la profesora sustituta Finn, ella tiene una muy buena impresión de ustedes.

—Es que con una profesora como ella ¿quién no se comportaría?— murmuró uno de los alumnos de los últimos puestos; Choi no los escuchó.

—Bueno, informales que su profesora de literatura se reincorporará el jueves, así que espero que la reciban cálidamente— informó.

Murmullos y quejidos se hicieron presentes luego de escuchar al profesor; no querían dejar de recibir clases con mi prima.

—¿Ahora quién me recomendará libros eróticos?— lloriqueó una de las chicas admiradoras de la literatura.

—No, la extrañaré muchísimo— de igual manera lo hizo otro estudiante, y así muchos otros.

—¡Silencio!— ordenó. Automáticamente todos quedaron pausados y se tragaron sus comentarios— sabían que no duraría para siempre, entiendo que les agrade pero ella no puede dar clases de manera fija, alumnos— explicó fingiendo comprensión.

Era cierto, ella no podía dar clases fijas.

—Y bueno, la otra información es la siguiente; como bien saben su profesor de física recién se jubiló— recordó y asentimos— por lo que se les asignará un nuevo maestro de la materia.

—¿Es hombre?— indagó el alumno conocido como el nerd de la clase.

—Es–

Fue interrumpido por unos toques en la puerta del salón.

—Ese debe de ser él— murmuró en un tono audible sólo para nosotros— ¡Adelante!— alzó la voz para que se escuchara fuerte y claro desde afuera.

Acto seguido la puerta se abrió, dejando ver una figura masculina que hizo helar mi sangre.

¿Por qué tú?

—Buenos días— saludó cordialmente Choi— alumnos, permítanme presentarles a su nuevo tutor de física, el profesor Cha Eunwoo.

—Un placer, estudiantes— saludó con esa sonrisa perturbadora a los presentes.

Taehyung, quien no prestaba atención al nuevo, alzó la mirada al escuchar la voz familiar del hombre. Su expresión sufrió un cambio, volviéndose fulminante sobre ese tipo.

—Hijo de..— susurró rabiosamente.

Tragué en seco cuando caminó lugar por lugar viendo el rostro de cada alumno, cada vez más se acercaba al nuestro. Quise bajar la mirada, pero desgraciadamente el tiempo no estaba a mi favor.

—Oh, alumna ¿por qué desvía la mirada?— inquirió fingiendo simpatía.

Alcé la mirada furiosa y lo observé directamente a los ojos, demostrándole que no existe miedo alguno hacia su persona. Su expresión inmediatamente se tornó sorprendida, y nuevamente apareció esa sonrisa psicópata en su rostro.

—¡Ah, Harmieh, pequeña!— exclamó y se acercó más posando su mano sobre mi hombro— es un placer volver a verte, y será un placer impartir clases en tu salón.

Si fuera un desnombrado de seguro le habría llamado hipocresía. Habló con una falsedad que solamente notamos Taehyung y yo, porque con esa cara de niño perfecto cualquiera lo compra.

—No es necesario que la toques— intervino el castaño a mi lado, con un tono nada agradable ni educado.

Desvió la mirada viendo al chico que le dió una buena paliza y se congeló, no se esperaba que estuviéramos todos juntos en esto; pero tenía como ventaja ser profesor y creo que se vengará de él en cualquier momento.

—Bueno, espero llevarme bien con todos— comentó regresando hacia el frente, y sin apartar su perturbadora mirada de mi encima.

Él no me asustaba, era patético. Pero cuando siento pesados escalofríos cuando estoy cerca de su persona es por algo.

• 착한 마음씨 •

Íbamos de salida una vez concluida la jornada. Me dirigía directamente a casa de Jungkook, pues me informó por un mensaje que se estaba sintiendo enfermo y que faltaría a la escuela, pero una mano encerró la mía deteniendo mi paso, posteriormente me giré para ver de quién se trataba.

—¿Qué demonios hace ese hombre aquí?— interrogó molesto— ¿Acaso quiere que le proporcione otra paliza?

—No la agarres conmigo, Kim— negué al igual de molesta que él— ¿qué culpa voy a tener yo de que esté aquí?

—No sé, seguro quiere volver a buscarte y hacer lo que no pudo en el bar— dijo obvio.

—¿Me estás llamando ofrecida?— estallé.

—Esa palabra no ha salido de mi boca, Harmieh— negó.

—Indirectamente sí— aseguré.

—¿Ves que eres una tonta? No te he dicho nada— renegó.

—Acabas de llamarme tonta.

—Es que sí lo eres— afirmó conteniendo sus deseos de reír— un poco.

—No sé qué te causa risa, Kim— negué seria.

—Perdón, no pude evitarlo— pidió burlonamente.

Insultada comencé a caminar más rápido dejándolo atrás, pero me alcanzó y se posicionó delante de mí como solía hacer. Aburrida de su comportamiento, me crucé de brazos, relamí mis labios intentando mantener la calma y luego lo observé.

—¿Dónde vas?— inquirió cambiando de tema.

—Creo que eso no te incumbe— contraataqué secamente.

Quería continuar con mi andar pero su cuerpo actuaba como una gran barrera que me lo impedía.

—¿Me dejas pasar?

—No hasta que me digas dónde vas— chantajeó.

—A mi casa, Kim— mentí.

—Mientes— aseguró— tu casa es hacia allá— señaló la calle contraria, y básicamente tenía razón.

Respiré profundo y conté hasta mil quinientos para finalmente confesar.

—Voy a casa de Jungkook.

—También voy— afirmó y se movió hacia la izquierda dejándome pasar, pero me quedé quieta y lo observé confundida.

—Sólo ¿verdad?

—Contigo, obviamente— aclaró divertido.

—No, Kim, iré sola— negué.

—Si no vas conmigo habrán consecuencias— advirtió.

—Ah ¿sí?— cuestioné incrédula y me posicioné delante de él— ¿cuáles?

Guardó silencio unos segundos y una sonrisita traviesa se le escapó.

—Tu actitud está comenzando a asustarme, Kim— confesé dando un paso atrás.

—Si no vas te llevaré yo— predijo, sin que la sonrisa desapareciera.

—No te atreverías— hablé sin más, para caminar dejándolo detrás.

Pensé que se había marchado, pero de repente sentí unos brazos rodear mi cintura girándome hacia él, nuevamente. A continuación me cargó como costal de papas y me sujetó con fuerza para evitar un accidente.

—¡Bájame! ¡Idiota!— exigí, golpeándolo como pude.

El castaño parecía no escucharme, y lo que más me sorprendió es que me cargaba como si mi peso equivaliera al de una pluma.

Honestamente no me gusta el show ni llamar la atención en las calles, por lo que mejor mantuve la calma en vez de ponerme a chillar como loca sabiendo que diga lo que diga no me bajaría.

—Nos vamos juntos, Harmieh— burló.

—Sí, lo que tú digas— respondí sin importancia.

—Que te quede claro que Kim Taehyung siempre gana— avisó.

—Claro, fanfarrón— afirmé aburrida— sólo cállate y camina rápido, Kookie está solito y quiero cuidarlo.

—Como digas, niñera— volvió a burlarse y apresuró un poco más su paso. Llegaríamos rápidamente a casa de Jungkook.

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Díganme que les va gustando :3

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