♥ Veinte ♥
La noche había sido divertida, pero la mejor parte fue cuando regresé con Jungkook, hace mucho no hablábamos de tantos temas y nos recordábamos cuánto nos amábamos.
Es mi amigo del alma.
Dormí cómodamente a su lado, envuelta entre sus cálidos brazos. Tanto que me dolió mucho tener que levantarme y regresar a mi casa.
• 착한 마음씨 •
-Ya llegué- hice notar mi presencia con un grito excéntrico.
-En la cocina- informó mi prima, caminé hasta el lugar indicado y la encontré degustado de una tostada.
-¿A qué hora regresaron?- indagué curiosa.
-No tan tarde- negó, posteriormente una estúpida sonrisa se formó en su rostro.
-Esa sonrisa es perturbadora- opiné aterrada.
-¿Prefieres que grite?- sugirió eufóricamente- ¡llevaba mucho sin que me dieran una noche tan intensa!- exclamó.
Namjoon, te voy a secuestrar.
-Ustedes...
-En efecto- afirmó sin dudarlo ni un segundo.
No solo te voy a secuestrar, sino que te vas a morir también.
-Ah. Y te gustó mucho ¿verdad?- cuestioné pero en realidad no quería saber.
-Diablos, primita- respondió obvia- ¿por qué no me presentaste a ese hombre antes?
Boultaurene..
-¿¡Sabes qué!? No digas una palabra más, no quiero saber nada- finalmente exploté.
Se me hace bastante incómodo que Nathalie me cuente sobre sus relaciones intimas, por lo que prefiero que guarde silencio.
-Digamos que tu amigo tiene muy buena lengua- comenzó a contarme aún sabiendo que no quería escuchar, burlonamente.
-Calla, no quiero saber- imploré mientras cubría mis oídos con mis manos.
-Espera, no iba a decir nada malo. Me refería a que domina bien el inglés y eso- aclaró.
-Ah, sí sí, sabe inglés- suspiré aliviada.
-Pero si quieres tomártelo de otra forma pues.. sí, hizo que me corriera.
-¡Cállate!- ordené y comencé a subir las escaleras, mientras ella reía y seguía degustando del alimento en la cocina.
• 착한 마음씨 •
Un pensamiento invadía mi paz mental, y golpeaba más fuerte cada vez que intentaba distraerme.
¿Cómo estará Taehyung?
Sé que no es de mi incumbencia y que no debería de importarme, pero no puedo evitarlo. Él me defendió, y ni siquiera pude darle las gracias por hacerlo.
Después de un debate mental sobre qué debería hacer llegué a la conclusión de que debía decírselo personalmente. Pero la cuestión era la siguiente:
¿Cómo localizarlo?
No tenía su número ni la mínima idea de dónde podía vivir, ni con quién. En teoría si lo desconocía.
Opté por llamar a Jungkook, seguro él me ayudaría.
-Cosita.
-Kookie, ¿sabes dónde está ahora Taehyung?
-¿Cómo dices?
-Que si tienes alguna idea de donde pueda estar ahora Taehyung.
-¿De qué me perdí ayer, jovencita?
-De nada. Sólo lo tengo que ver.
-Bueno, vale. No tengo idea, pero lo llamaré para saber.
-Gracias, Kookie.
-Oh no, no es gratis la información. Me contarás qué ocurrió anoche y para qué buscas al alienígena ese.
-¿Por qué le llamas así?
-Luego te digo, te amo, amiga.
-También te amo, Jungkookie.
Colgué la llamada y esperé unos minutos a que el conejito me informara lo que quería saber, y otro pensamientos desinvitado se coló en mi mente.
¿En serio mi prima lo hizo con Namjoon?
Sacudí mi cabeza tratando de alejar aquellos pensamientos, y ahí fue cuando mi querido Jungkookie volvió a llamarme; sentí mucho alivio al ver su nombre en pantalla.
-Sí, Kuko.
-Harmieh, no me dijo dónde exactamente, pero me mandó su ubicación. Te la enviaré pero no le digas que lo hice.
-Vale, gracias. Te amo.
-También yo, tenemos una conversación pendiente.
Rodé los ojos para apagar el dispositivo y ducharme para así poder salir a buscarlo.
• 착한 마음씨 •
Me encontraba en un solitario lugar, pensando que Jungkook había tenido problemas con la ubicación y reprendiéndolo por eso.
De todas formas me rehúse a regresar, así que inspeccioné toda la zona supuestamente vacía. Pero hubo un detalle que llamó mucho mi atención.
Humo de cigarrillo.
Podía sentir aquel pesado olor cerca de mí así que continué con mi andar, pero me detuve al verlo de espaldas a mí, efectivamente era quien estaba exhalando aquel humo tóxico.
Lo reconocí por su cabello castaño, pero también me fijé en su mano libre, dándome cuenta de que se trataba de la suya.
Suelo fijarme en detalles mínimos.
Me cuestioné una y otra vez si acercarme o no, dudaba más porque desconocía cuál podía ser su reacción posterior. Respiré profundo y alejé toda la timidez de mi cuerpo para comenzar a acercarme tranquilamente.
Estando justo a su lado lo observé, en cambio él continuó inhalando aquel humo y desprendiéndolo como si de esa forma alejara todos sus problemas y preocupaciones.
-Hola- saludé al ver que me ignoraba.
-¿Qué se te perdió?- cuestionó indiferente, evitando a toda costa el contacto visual conmigo.
Un poco inconforme con su "saludo" suspiré en busca de paciencia para así proceder.
-Quería darte las gracias- confesé.
Frunció el ceño confundido, alejando el cigarrillo de su boca y observándome finalmente.
-¿Por?
-Por lo de ayer, haberme defendido y eso- expliqué tímidamente.
Su expresión se volvió neutra, no pronunció ni una palabra, más bien regresó su mirada al frente e inhaló aquel aire tóxico nuevamente.
Pensé que me había ignorado hasta que decidió replicar.
-Si me metí en esa pelea fue por Jimin- aclaró indiferente.
Prefería que hubiera guardado silencio.
-Bueno, era eso- comenté molesta- gracias por aclararlo.
Decidí comenzar a caminar, pero él se adelantó y se posicionó delante de mí, haciéndome chocar contra su pecho, lo observé confundida.
-Lo siento- pidió- estoy bastante estresado- explicó.
-¿Quieres hablar sobre eso o prefieres hacerlo con uno de tus amigos reales?- reproché aún molesta por su comentario previo.
-Ya dije que lo siento, y no, no quería hablarlo, sólo hacerlo saber- respondió seriamente.
-Gracias por tu transparencia, Kim. Ahora déjame irme- ordené pero no se movió de lugar.
-No quiero que te vayas- confesó.
¿Qué?
-Pero tampoco quieres que me quede.
-Hazme compañía, cuéntame qué ocurrió ayer exactamente- pidió dejándome desconcertada- ven, sentémonos- invitó y caminó nuevamente hacia el muro donde estaba previamente sentado.
Hablemos pues.
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