♥ Treinta y Seis ♥
—¡Taehyung!— lo llamé antes de que saliera de la habitación, ante mi llamado me observó con atención— ven acá.
—No, tiene que atenderte la enfermera— negó y volvió a girarse.
—Pero me siento bien— afirmé.
—Eso no es lo que tu pulso demuestra.
—No sabes qué es lo que mi pulso demuestra— susurré para mí, pero al parecer me escuchó.
—¿Qué es?
—No, nada, fue una expresión— mentí sonriendo forzadamente.
Caminó nuevamente hacia mí sentándose y suspirando rendido.
—Bien, no la llamo, pero volveré a comprobar tu ritmo— avisó.
—Tú lo que quieres es volver a tocarme los pechos ¿no?— cuestioné alzando una ceja.
—¿Qué pechos? ¿Los imaginarios?— burló divertido.
—Te odio, Kim.
Liberó una risa pequeña y dirigió nuevamente su mano hacia mi cuerpo, tocando y examinando mi ritmo.
Esta vez pude mantener la calma.
—Bueno, aparentemente estás bien— afirmó y retiró su mano.
—Sí, gracias.
El sonido del picaporte llamó nuestra atención, haciéndonos desviar la mirada hacia la puerta, donde se dejó ver la enfermera.
—¡Oh, despertaste!— exclamó con una sonrisa pequeña al verme, se acercó con un estetoscopio y se dirigió hacia Taehyung— joven, ¿por qué no me avisó que ya había despertado?
—Quería comprobar su estado por mi cuenta— replicó de manera educada.
La mujer me observó con una expresión encariñada por su respuesta, para luego retirar el estetoscopio.
—Estás bien, querida— afirmó— y tú, joven, parece que eres muy bueno y atento con ella. Son cercanos ¿no?
—Pues–
—Sí, lo somos— interrumpió inesperadamente, ganándose una mirada confundida por mi parte.
—Ah, deben de ser novios— comentó burlonamente y me dí una palmada en la frente mental.
Caray, qué vergüenza.
—Es mi novia— afirmó sin dudarlo.
En ese instante pude sentir mi corazón latir descontroladamente, pero me ví obligada a mantener la calma si quería retirarme del hospital.
—Oh, qué afortunada— replicó alegremente, no me quedó más que dedicar una sonrisa forzada— bien, ya pueden irse, parejita— indicó— y ella necesita dormir ¿vale?
—Lo hará, ¿verdad cariño?— aseguró ayudándome a levantarme de la camilla.
Lo observé por unos segundos generando un ambiente silencioso en espera de una respuesta por mi parte.
• 착한 마음씨 •
—Bien, ya escuchaste a la enfermera; debes descansar— indicó mientras caminábamos.
—Me cuesta dormir estando sola en casa— comenté con mi vista hacia el frente.
—¿Y Nathalie?
—Con Namjoon, y Jungkook con Yechan, por si te lo preguntas— adelanté.
—Entendible.
—Pero está bien, haré un esfuerzo por quedar dormida— resté importancia.
—De eso nada, no me voy hasta que duermas y despiertes bien al día siguiente— negó firmemente y me detuve frente a él.
—No te sientas obligado, Taehyung.
—¿Ya te dije que necesito hacerlo? Creo ya haberlo hecho, así que vamos— indicó y continuamos caminando.
Esa estúpida sonrisa regresó a mi rostro.
Verdaderamente un amor de persona.
• 착한 마음씨 •
—Bien, ya estamos aquí— comentó al acomodarnos dentro de mi casa— ahora te duermes.
—No tengo sueño, y no tengo ni idea de dónde están las pastillas que utiliza Nathalie— expliqué mientras me acostaba a lo largo del sofá.
—Espera, déjame ver si..— comenzó a decir y se detuvo a buscar algo en su mochila, sacando de esta un pequeño frasco— ten.
—¿Sufres de insomnio?— cuestioné curiosa y me extendió una pastilla proveniente del envase.
—No. No son mías— negó— iré a por un vaso de agua— indicó y caminó hacia la cocina.
¿De quién serían si no?
—Ten— ofreció y lo acepté, colocando la pastilla en mi boca para luego ingerirla con ayuda del líquido acompañante.
—¿Cuánto tarda en hacer efecto?— interrogué.
—Bueno, J-hope demora muy poco tiempo con los ojos abiertos— explicó.
Con que son suyas.
—¿Hoseok sufre de insomnio?
—No exactamente— negó— pero creo que no debería exponer la vida de mi hyung— opinó burlonamente, haciéndome sonreír.
Comencé a sentir mis ojos pesados.
—Vaya, sí que es rápida— comenté refiriéndome al efecto del medicamento.
—¿Ya estás cansada?— cuestionó atentamente.
—Sí..— afirmé en un suspiro cansado.
—Ven, no dormirás en el sofá— indicó y me tomó entre sus brazos delicadamente para comenzar a subir las escaleras.
—Eres un encanto— murmuré casi inconsciente y sentí cómo liberó una risa pequeña.
Hizo que quedara acostada sobre la cama y se sentó a mi lado, examinando cada uno de mis movimientos.
—Taehyung, no es necesario que me vigiles— negué divertida con mis ojos entrecerrados.
—Me aseguraré de que duermas bien— aclaró nuevamente.
—Eres muy buen chico ¿sabes?— halagué con los ojos cerrados— gracias...por todo lo de hoy..— murmuré quedándome dormida.
• 착한 마음씨 •
¡¡Aléjate de mí!!
Aquel grito molesto, desgarrador y atemorizante hizo despertar sobresaltada de esa pesadilla tormentosa.
Abrí mis ojos de golpe y mi respiración desestabilizó. Estaba desorientada, asustada, agitada y las ganas de comenzar a llorar inundaron mi alma.
—Tranquila, tranquila— pidió con un tono suave e hipnotizante. Tomó mi rostro suavemente entre sus cálidas manos para que conectara mis ojos con los suyos— relájate— susurró.
—Tae..
Fue lo que único que pude mencionar antes de sentir una lágrima deslizarse por mi mejilla. Acto seguido me envolvió entre sus brazos formando un abrazo protector, el cual me hizo sentir paz y tranquilidad.
—Está bien— susurró cerca de mí oído— estoy aquí.
—Se sintió tan real— expliqué con mi voz entrecortada.
—No lo fue, ¿vale?— negó y deshizo aquel abrazo para observarme directamente a los ojos, apartó un mechón de pelo de mi rostro para luego dedicarme una sonrisa de confianza— ven, vuelve a acostarte, no te dejaré sola.
—¿Duermes conmigo?— imploré agarrando su brazo, evitando que se alejara de mí.
Su expresión sufrió un cambio, volviéndose serio por un instante.
—¿Eres consciente de lo que me estás pidiendo?
—Sí— afirmé segura— no podré dormir si no.
Finalmente terminó asintiendo y se acomodó a mi lado en la cama. Podía sentir la tensión entre nosotros, y sabía que moriría de vergüenza en los días venideros, pero me negaba a perder el tiempo y la oportunidad.
Lo abracé suavemente.
Consciente de mi acción impulsiva inmediatamente me alejé y me puse de espaldas a él, evitando el contacto visual.
Mierda, maldita impulsiva.
Repentina e inesperadamente sentí sus brazos rodear mi cuerpo, y su respiración tranquila cerca de mi oído.
Quedé anonadada con su acción.
—Sé que lo necesitas, no te sientas avergonzada— murmuró con confianza.
No mencioné una palabra más, la verdad no sabía que decir, así que él mismo concluyó.
—Duerme bien, Harmieh— deseó con un tono cansado.
Sintiendo aquella tensión desvanecerse levemente me acomodé mejor y nuevamente se coló una sonrisa sin invitación alguna a mi rostro.
—Buenas noches, Taehyung.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro