Un beso tranquilo y de poca fricción, pero que logró provocarme millones de emociones internamente.

Esperé por este contacto desde hace un tiempo.

Cerró sus labios comenzando a alejar lentamente nuestros rostros y regresar al contacto visual.

No sabía qué hacer o decir.

Sólo pensaba en irme corriendo para evitar seguir ahí, y morir de la vergüenza.

Deshice aquel contacto, desviando la mirada hacia otro lado sintiendo mi rostro arder por un instante.

El castaño a mi lado chasqueó la lengua y de reojo observé cómo también recorrió otro lado con sus ojos.

—Si te molestó que te besara pues perdóname— comentó seriamente y se levantó de su lugar, ganándose inmediatamente una mirada atenta por mi parte— no volverá a pasar— aseguró y comenzó a caminar, alejándose de mí.

No, Taehyung. Claro que no me molestó.

Me levanté rápidamente hasta alcanzarlo y me posicioné delante de él, evitando que continuara con su paso.

—¿Qué?— indagó sin interés alguno.

—No me molestó ¿vale?— aclaré.

—No me digas que eres tan tímida.

—Lo soy— afirmé— pero estoy muy segura de lo que quiero.

—¿Ah sí? ¿Qué?

No lo pensé más, me acerqué a él y me puse en puntillas para así poder regalarle un abrazo.

—Te quiero a tí— expresé sin dudarlo.

Él quedó paralizado, no correspondió, y tampoco podía ver su expresión facial; no sabía si había cometido un error al hacerlo.

Me sentí como una estúpida y quise alejarme inmediatamente. Pero lo que pasó a continuación me sorprendió más.

Él me alejó primero.

—Harmieh— dijo luego de mantener distancia física conmigo— no soy lo que piensas. No soy bueno para tí— negó.

—¡Sí lo eres, Taehyung, eres bueno, carajo!— exclamé comenzando a frustrarme por lo terco que es.

—¡¿Cómo lo sabes?! No conoces mi pasado— al parecer la frustración era mutua.

—No es necesario, las personas cambian— negué y volví a acercarme, pero puso sus manos sobre mis hombros evitando que diera un paso más.

—No, no soy bueno— negó.

Enojada por su actitud alejé bruscamente sus manos de mi cuerpo y dí un paso atrás.

—¿¡Qué es tan grave así!?— alcé mi voz.

—Es mejor que no lo sepas— dicho esto giró sobre sus talones y comenzó a caminar.

—Me estás intentando alejar de tí sin una razón exacta— añadí, haciéndolo detenerse pero no girarse— ¿no es más fácil decir que no sientes lo mismo?

Pareció pensar un momento en qué decir.

—Porque sería una mentira— replicó sencillamente y continuó caminando.

¿Acababa de confirmar que sentía algo por mí?

Quedé sentada un rato más en ese lugar vacío, donde sólo el movimiento involuntario de las hojas me hacían compañía. Procesando la información, intentando entenderlo, pero era realmente difícil.

• 착한 마음씨 •

—¿Para qué quieres el número de Taehyung?

—No es de tu incumbencia, Jungkook. Sólo dímelo.

Finalmente hablé con Jungkook, por teléfono, pero hablamos.

—¿Estás estresada? ¿Por qué me tratas así?

—No tengo culpa de que mi mejor amigo lo deje todo por una chica, olvidándose incluso de su supuesta mejor amiga— reclamé.

—Harmieh, lo siento ¿sí? Verdaderamente no he tenido tiempo, ni siquiera he estado asistiendo a clases; no por Yechan, tengo otros problemas— explicó.

—¿Hiciste algo?

—Me fugué del hospital y me están buscando.

—¿Qué? ¿Qué carajos hacías en el hospital?— interrogué impactada.

—Otro ataque, pero este fue más grave que los demás.

—¿Por qué te escapaste? ¿Y quién te llevo al hospital?

—Sufrí el ataque caminando por la calle; llevaba días sintiéndome mal, y Yechan ya me había pedido que fuera al hospital, pero me rehusaba a volver a pisar ese lugar.

—Recuerdo que fuiste al hospital porque no podías caminar y quedaste ahí un buen tiempo, justo cuando volví a Londres ¿Pasó algo allí?

—Harmieh, eso ya no puedo contarlo por aquí. Sólo quería explicarte el porqué he estado tan perdido, no puedo vivir con Yechan porque si me encuentran con ella la expulsarán.

—¿Qué dice Yechan al respecto?

—A Yechan le encanta su trabajo, pero me confesó que está enamorada y dispuesta a hacer una locura por mí.

—Ella realmente te quiere Jungkook. Espero que nunca la lastimes— pedí.

—Yo estoy dispuesto a hacer lo mismo por ella; nunca la lastimaría, llevo mucho tiempo intentando conquistarla para ahora desperdiciarla.

—Eres un lindo, Jungkook.

—¿Me perdonas?

—Perdonado. Mañana mismo iré a verte.

—Te extraño mucho, princesa— lloriqueó y sonreí— en un momento te envío el número de Taehyung— susurró— seguiría hablando contigo, pero él acaba de llegar ¿vale?

—Ni una palabra ¿vale?

—Vale. Te veo mañana, princesa.

—Te amo, amigo.

—Yo más.

Colgué la llamada y en menos de cinco minutos el número de Taehyung estaba escrito en un mensaje enviado por mi hermoso mejor amigo.

Lo agendé en mis contactos y le escribí un mensaje.

"No sé qué tan malo pretendes ser que quieres alejarme de tí a toda costa ¿Qué tal si te digo que no me pienso alejar?"

Enviado el recado, no transcurrieron ni cinco minutos para que respondiera.

"Te arrepentirás de haberme conocido si llegas a saber un mínimo detalle de mi pasado. No es que no te quiera, Harmieh, te juro que no soy bueno para tí y no quiero arrastrarte conmigo al infierno."

Leí, suspiré y respondí.

"Muéstrame. Quiero saber cómo se siente el infierno. Ya te dije que no me pienso alejar."

Replicó.

"Ya te dije que no."

Ya estaba enojándome.

"¿Por qué no? Si tan malo eres no te deberían de importar mis sentimientos."

Transcurrieron varios segundos, hasta que contestó.

"Tienes razón. No debería."

Decidí no escribir un mensaje más. Simplemente dejé el dispositivo sobre mi cama y caminé hacia la cocina para prepararme algo.

Me he acostumbrado a comer cuando no puedo desahogarme con nadie; no molestaría a Nathalie con mis problemas.

Ella me escribe y llama para saber cómo estoy, y sólo me limito a decirle que estoy bien; ni siquiera sabe que acabé en un hospital.

Ya tengo dieciocho, debo afrontar mis problemas por mi propia cuenta.

• 착한 마음씨 •

8:40PM

Transcurrieron cuatro horas desde que llamé a Jungkook y hablé con Taehyung, y por más temprano que sea, las pastillas recetadas por la enfermera me hacen sentir sueño aunque no quiera.

Me encontraba sentada cómodamente en en sofá viendo una película americana; quería luchar contra el efecto del medicamento.

No me molestaba en lo absoluto estar viviendo sola; libremente podría recorrer la casa desnuda y limpiaba con frecuencia, por lo que casi nunca había desorden.

No me encontraba desnuda, pero mis prendas no eran adecuadas para las visitas, lo cual no me importaba, ya que nadie vendría a visitarme a estas horas.

O eso creía yo.

Unos toques en la puerta principal me desconcertaron por un momento, pero pensándolo bien podía ser Nathalie, así que me acerqué rápidamente a abrir; pero para mi grata sorpresa, no era ella.

—¿Qué haces aquí? ¿Necesitas algo?— cuestioné totalmente confundida.

Él no dijo nada. Caminó hacia adelante, acortando cada vez más la distancia entre nosotros, yo retrocedía evitando su intención, pero desgraciadamente la pared se puso en mi contra y logró acorralarme contra esta. Se acercó más, y más, y más, hasta rozar nuestros labios.

—Te necesito a tí— susurró y sin darme tiempo a reaccionar, unió nuestros labios creando un beso apasionado, el cual no demoré en corresponder.

Qué bipolar, pero me encanta, no puedo negarlo.

Cerró la puerta detrás de nosotros sin alejarse un segundo, hasta que decidió susurrar algo más.

—Linda ropa— halagó pícaramente— ven.

Caminó conmigo hasta mi habitación, y no dudé ni un segundo en seguirlo.

Cerramos la puerta y sus labios volvieron a atacar los míos, dejándome acostada sobre la cama y él encima de mí sin aplastarme. Este contacto me estaba causando nervios.

—Taehyung— lo llamé y se separó para verme— no estoy lista— confesé.

—No haré nada que no quieras, Harmieh— aseguró con un tono de inexpresividad y continuó besándome desenfrenadamente.

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Nota:
Algunos de los próximos capítulos serán contados por Taehyung :3