Nos acomodamos como si fuera nuestra casa.

Es que la casa de Jungkook es como si fuera mi casa también.

Estaba sentada con mi prima, pero esta le prestaba atención al chico a su lado así que no la molesté, sólo me dispuse a hacer algo en mi celular.

Jin estaba en la cocina, al parecer se destaca por sus habilidades culinarias; algo que comprobaríamos en un rato.

Pensaba que Jungkook estaría en casa pero no fue así, se piensa que fue a recoger a Yechannie.

¿De que me habré perdido? Me entero de algo impuro y los condeno a muerte a los dos.

En otras palabras, somos los únicos presentes en el lugar, porque ni siquiera Jimin está aquí.

—¡Iré a abrir yo!— avisé cuando sentí cómo sonaban el timbre de la puerta.

Giré el picaporte de la misma, pudiendo apreciar la figura de lo que me gusta llamar el ChanKook.

—Pequeña, me alegra que hayas venido— saludó mi mejor amigo— y perdón por no haberte traído— señaló discretamente a Yechan con sus labios sin que ella pudiera verlo, pues se encontraba de espaldas.

—Tranquilo, Kookie— resté importancia— eso es secundario.

—¡Amiga!— chilló la pelicorta en cuanto se fue el pelinegro y se abalanzó sobre mí para abrazarme— ¡debutamos!— exclamó emocionada.

—Lo consigueron— afirmé feliz por ella— muchísimas felicidades.

Nos separamos de aquel abrazo afectuoso con una sonrisa en nuestros rostros.

—¿Y.... su gente saben que están aquí?

—Esta vez el CEO fue bueno, nos dijo que teníamos el día libre, sólo porque la presentación y el debut fueron un éxito total— explicó.

—Entonces, si no estamos cometiendo delito alguno, vamos a celebrarlo— indiqué y regresamos al living.

Me senté junto con ella, mientras Jungkook saludaba e iba a la cocina con su hyung; entre susurros entramos en una conversación interesante.

—¿Qué ocurre entre ustedes dos?— indagué.

—Somos novios escondidos— contestó mostrando felicidad.

—¿En serio?— afirmó— eso es genial ¿no?

—No lo es— negó desviando la mirada.

Recordando la razón, liberé un suspiro y la observé.

—Channie, no puedes vivir así. Si vas a enamorarte, enamórate— aconsejé sobando su hombro izquierdo— pero sigue tu sueño.

—Harmieh, nos van a echar de la empresa a todas y nuestro éxito se irá a la mierda si descubren nuestras relaciones— habló frustrada.

—Pero quieres a Jungkook— aseguré.

—Sí— afirmó luego de liberar un suspiro.

—Entonces corre el riesgo— indiqué regalándole una sonrisa pequeña.

Chan pareció pensárselo unos segundos. Comenzó a asentir lentamente y sonrió levemente.

—Lo haré.

Otro toque en el timbre llamó nuestra atención y fui nuevamente a abrir. Giré el picaporte encontrándome con..

—¡Jimin-shi!— saludé sonriente y lo envolví cariñosamente entre mis brazos.

—¡Harmieh-ah!— imitó mi acción con el mismo nivel de emoción.

—¿Cómo estás?— indagué cuando deshicimos la muestra afectiva.

—Muy bien, pequeña, gracias.

—Yo también estoy aquí— comentó seriamente viendo su celular, recostado de la pared al lado de la puerta.

—Tú fuiste quien llegó sin saludar, ni siquiera te había notado— expresé de la misma forma.

—Estabas muy ocupada saludando a Jimin— explicó guardando su celular y finalmente viéndome a los ojos.

Esa mirada tan oscura y penetrante.

—Ehm..entraré ¿vale?— comentó Jimin incómodo, dejándonos solos.

—¿Acaso quieres que te salude como lo hice con Jimin?— pregunté curiosa pero con un toque de incredulidad.

—¿Desde cuándo Jimin y tú se llevan tan bien?— ignoró mi anterior cuestión.

¿Quién se cree?

—¿Taehyung? ¿Acaso estás celoso?— repliqué.

—Respóndeme— ordenó firmemente, acercándose un poco más a mí.

Yo como maldita retadora que soy, no bajé la mirada ni mostré pizca de miedo o intimidación alguna, al contrario. Lo observé fijamente y me acerqué al igual, demostrando valor.

—Respóndeme tú— contraataqué.

Noté cómo se tensó un poco al notar mi valor, seguro no está acostumbrado a que lo contradigan.

Yo por mi parte, me perdí unos segundos en aquellos ojos que admito que me encantan desde el minuto uno; aunque hayamos empezado con mal pie.

Dió un corto paso hacia adelante e inmediatamente tragué en seco, rogando que algún ángel cayera del cielo para que me ayudara en momentos así.

Aunque honestamente sé qué quiero hacer.

No es correcto, justo cuando iba a confesarle lo que sentía él me cortó y dejó claro que por mí no sentía absolutamente nada. Pero entonces ¿por qué me confunde con sus actitudes? ¿Acaso quiere jugar conmigo? ¿Volverme loca? ¿Hacer que sea como él? ¿Qué quiere realmente?

En parte agradezco que me haya detenido, porque si me preguntan no sabría qué decir exactamente.

No sé qué es, pero aseguro que algo siento por él. No quiero hacerlo, y me golpeo el pecho cada vez que lo recuerdo, pero hay una faceta suya que me engatuzó, sobre todo porque sé que esa versión suya no la conoce cualquier persona, por lo que me siento un poco afortunada.

Nuestra guerra de miradas no había parado. Seguíamos con nuestros ojos conectados y al parecer hablando por telepatía; pero eso fue hasta que desvió sus ojos a mis..

—¡Hey!— llamó Yoongi desde un ángulo más lejano, viniendo junto a Heesun y detrás Harin, SeeA y Hoseok— ¿por qué están afuera?— interrumpió nuestro intercambio de miradas para hacer la interrogante.

Taehyung con un chasquido de lengua se adentró en la vivienda, sin haber saludado a ninguno de los recientemente llegados. Pero yo soy educada; extrañaba a mis amigas y adoro a los chicos, así que me acerqué a saludar.

Será una noche larga y tensa.