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♥ Treinta y Cinco ♥

Han transcurrido setenta y dos horas después de aquella plática con Seokjin.

Harmieh, creo que no podré ayudarte con esto. Solo te pido que seas paciente con Taehyung, él realmente tuvo una vida complicada y actualmente continua atormentando por sucesos del pasado. Entiende su situación, por favor.

Esas fueron sus palabras concluyentes, las cuales generaron un millón de dudas e interrogantes en mi mente ¿qué es lo peor que pudo haber pasado que aún afecta su presente? Me pidió que lo entendiera y que nunca indagara sobre el tema; pero siento, en lo más profundo de mi corazón, que podría ayudarlo de alguna forma.

Tres días sin verlo, sin saber de su estado, con la duda que continúa rondando por mi cabeza: ¿le habrá molestado mi confesión?

La verdad es que Taehyung me empezó a llamar la atención desde que se abrió un poco conmigo, llegando así a la conclusión de que no es una mala persona y oculta una personalidad muy interesante detrás de su caparazón de chico frío.

Me pregunto si tendré suerte.

• 착한 마음씨 •

—Bueno alumnos, nos vemos mañana— concluyó el profesor al escuchar el timbre, permitiéndonos recoger nuestras cosas e irnos.

Otro día más yéndome sin compañía, todos andan comprometidos, y ese "todos" incluye a Jungkook. Se anda viendo a escondidas con Yechan; si los ven juntos su debut se va a la mierda.

Como siempre soy una de las últimas en salir, suelo demorar mucho en terminar de recoger y eso, por lo que en este instante no hay alumnos en la salida.

Honestamente, no quiero llegar aún a casa. Nathalie está estacionada en casa de Namjoon y eso no me sorprende; ese chico se las trae y conozco los gustos de mi prima; ¿tengo otra opción? Pues no.

Distraída en intentar no pisar una grieta en el suelo comencé a cruzar la calle sin prestar atención a los vehículos aproximándose hasta que sentí el claxon de uno ellos, a hora de querer dar marcha atrás no me dió tiempo suficiente.

Cerré los ojos esperando el impacto.

Pero... Estoy bien.

Sentí unos brazos rodearme en un movimiento fugaz e inesperado. Continuaba aturdida y me negué a abrir los ojos, aún asimilando lo casi ocurrido previamente.

—Deberías dejar de ver el suelo— susurró.

Esa voz.

Abrí lentamente mis ojos y alcé la mirada, encontrándome con ese par de luceros observándome atentamente, examinando mi estado mental, pues el físico se encontraba en buenas condiciones.

—Taehyung..— murmuré débilmente al verlo— gracias.

Eso fue lo último que dije, antes de sentir mi corazón latir de manera incómoda y ver todo negro a mi alrededor.

—¡Harmieh! ¡Harmieh!— sentía sus llamados en tonos bajos, aún sabiendo que seguía en sus brazos.

Me había desmayado.

• 착한 마음씨 •

—¿Se pondrá bien?— escuché.

—Hay que esperar que despierte, pero sí. Existen personas que tienen este problema, tranquilo— explicó una voz femenina.

Ese olor se me hizo familiar, al igual que aquel clima frío pero agradable.

¿Acaso estoy en un hospital?

Abrí levemente los ojos, verificando mi teoría y efectivamente estaba acostada en una camilla. La alcé un poco, viendo dos personas de espaldas a mí; una enfermera y un chico que aunque no podía ver su rostro sabía de quién se trataba. Relajé mi visión al percatarme que estaban a punto de voltearme a ver nuevamente, simulando estar dormida.

—Regreso enseguida, dígame si despierta, jóven— indicó la mujer— y tranquilo, ella está bien.

Sentí como cerraban la puerta de la habitación y unos pasos acercándose a mí para luego tomar mi mano entre las suyas.

Es increíble la gran cantidad de emociones que ha movido en mis adentros con esa simple acción; pero tendré que fingir estabilidad por mi lujosa actuación dándose a cabo en el momento.

—¿Qué pretendes hacer conmigo, Finn?— preguntó aún sabiendo que estaba "inconsciente", liberando a continuación un suspiro rendido— nunca pensé que volvería a preocuparme por alguien.

¿Preocuparse por alguien?

No entiendo qué carajos hago aquí, esperando a que despiertes y asegurarme de que estás bien. Fácilmente puedo retirarme y dejarte sola en el hospital..— sus palabras salían con algún tipo de molestia o dolor, repentinamente sentí cómo apretó mi mano sin llegar a lastimarme, pero sorprendiéndome por su acción— pero no lo haré, no te dejaré sola. Tengo esa maldita necesidad de protegerte siempre..— hizo una pausa para aflojar su agarre— y lo haré.

Sus palabras me habían dejado atónita.

Nunca en la vida me habían dicho algo así.

Gracias— susurré aún sin visión. Pude sentir su mirada sobre mí, por lo que comencé a abrir los ojos— muchas gracias.

—¡Despertaste!— exclamó aliviado y se acercó a examinarme— ¿lo que te ocurre es normal?— cuestionó observándome atentamente.

—Sí, es un problemita relacionado con el sistema nervioso, nada grave— expliqué restándole importancia.

Noté cómo buscaba algo y chasqueó la lengua molesto al no encontrarlo o tenerlo fuera de su alcance.

—¿Qué buscas?— indagué en un tono bajo.

—El estetoscopio— contestó— la enfermera me explicó sobre tu problema.

—Ah, sí— afirmé.

—¿Por qué no me contaste?— interrogó preocupado.

—Porque siento que no hemos llegado a esa fase de contarnos problemas emocionales y de salud— repliqué tranquilamente.

—No lo encuentro— ignoró mis palabras y acercó su mano a mi pecho, pero antes de que pudiera hacerlo lo detuve.

—¡Hey!— chillé cubriéndome.

—No soy un pervertido— negó y lo observé incrédula— quizás un poco, pero esa no es mi intención ahora; aparte no tienes nada interesante bajo tu blusa— opinó.

—¡Me ofendes, Kim!— exclamé ofendida.

—¡Deja de sobresaltarte, carajo, me desesperas! No deberías hacerlo— regañó.

—Me las juego a que tú tampoco tienes nada ahí debajo— ignoré su reclamación.

—Eso es porque no me has visto— negó tranquilamente y finalmente tocó mi pecho, justo donde está el corazón.

Juro que mi pulso estaba a buen ritmo, pero comenzó a acelerarse cuando sentí su tacto sobre mi cuerpo.

Debo llamar a la enfermera, aún sigues algo sobresaltada— se alarmó y dirigió hacia la puerta.

Él lo que no sabe que el sobresalto fue por su culpa.

Ay, Kim ¿cómo le haces para ser tan amable?

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