♥ Setenta y Dos ♥
—Te mostraré lo mucho que te quiero.
Atrapó mis labios en un apasionado beso, el cual, sin duda, alguna correspondí gustosamente.
Introduje mi lengua en su cavidad bucal, así como mismo hizo él, y así comenzamos una guerra entre ambos miembros, donde no nos rendiríamos hasta ganar.
Con pasos torpes caminamos hasta la cama, donde se posicionó sobre mí, con cuidado de no aplastarme.
Una de sus manos curiosas recorrió toda mi piel, levantando un poco mi vestido para así tener contacto directo con mis partes cubiertas. Su tacto frío me hizo estremecer, tanto que lo notó y una sonrisa pícara por su parte interrumpió el beso.
—Te gusto, lo sé— alardeó burlón.
—No, me encantas, que es diferente— aclaré.
—¿Quieres hacer algo un poco más sucio, princesa?— cuestionó con una voz más grave de lo normal, lo cual provocó que me sintiera deseosa por probarlo, luego de tantas interrupciones en el día.
—Las palabras sobran, Taehyung— afirmé en un susurro sensual, acariciando con mi pulgar su labio inferior.
—Háblame en español, que me gusta— susurró cerca de mi campo auditivo, provocándome excitantes escalofríos.
—Las palabras sobran, papi— corregí.
Liberó una risa sexy que me excitó de cierta forma.
—Mejor.
Deslizó sus besos y caricias por mi cuello, causándome un cosquilleo que me hizo suspirar completamente complacida. Con su mano izquierda recorrió mi cadera correspondiente, hasta llegar a mi vientre, donde se detuvo.
—¿Por qué te detienes?— indagué con un poco de frustración, lo cual le causó risa.
—Tiempo, cariño, tiempo.
Continuó ofreciendo besos sobre mi cuerpo, saltándose la zona donde se encontraban mis pechos. Agradecí internamente ese gesto, porque a pesar de que conoce mi condición, me sigue dando vergüenza y él entiende eso, es un amorcito.
—¿Gusta, princesa?— se refería a retirar mi ropa interior.
Asentí levemente, mordiendo mi labio inferior.
Comenzó a deslizar la prenda hasta quitarla completamente, luego no pidió permiso, no era necesario, sabía lo que quería.
No pude evitar liberar un gemido agudo al sentir aquellos besos húmedos sobre mi zona íntima. Quise tocarlo, pero no lo permitió, alejó mis manos y las apretó entre las suyas mientras aceleraba sus movimientos, torturándome.
—Papi..— lloriqueé, sintiendo mis piernas temblar.
—¿Quieres que me detenga?
—¡No, no! Sigue, no te detengas— negué rotundamente.
—¿Qué harás si me detengo?
—Te castigaré de la misma forma, y de paso no te hablaré en toda la noche— advertí.
—Ay, mi niña realmente quiere placer— rió levemente.
—Mucho, así que continúa.
Sonrió pícaramente, para continuar con sus movimientos, cada vez más ágiles, sobre esa parte de mi cuerpo.
No podía evitar gemir, liberar toda ese placer interno, lo cual le causaba satisfacción de cierta forma.
En el momento en que comenzó a succionar mi clítoris sentí aquella carga en mi vientre, para posteriormente liberar fluidos, acompañado de un fuerte gemido. Nuevamente llegó a mis labios, dejando un cálido roce de labios.
—Dime, linda ¿quieres continuar?— inquirió a propósito, ya que rozó su erección con mi pierna derecha, no pude evitar sonreír pícaramente, dándole a entender que continuara.
Dejó un corto beso sobre mis labios, y tomó mis manos, colocándolas a ambos lados de la cama, evitando que me moviera –tal y como le gustaba– y por supuesto, yo no me quejé.
Llevó sus besos a mi oído, provocando que arqueara mi cuello sintiéndome estimulada en totalidad.
Lentamente comenzó a introducir la punta de su miembro en mi cuerpo, sintiendo lo húmeda que estaba. Quería torturarme un par de segundos, hasta que finalmente terminó penetrándome completamente; él por su parte soltó un gruñido.
Arqueé la espalda como respuesta a su acción, por lo que comenzó a moverse en busca de más estimulación. Sus embestidas eran profundas, y no tan delicadas, pero ¿quién necesitaba delicadeza en esos momentos?
El sentir cómo chocaban nuestros cuerpos, ese estimulante sonido, provocó que me sintiera aún más deseosa. Ambos nos encontrábamos poseídos por la lujuria, encantados uno por el otro, no sólo teniendo sexo y disfrutando uno del otro, sino amándonos, siendo sólo uno.
Sintiendo cómo se acercaba cada vez más mi orgasmo, no pude evitar la desesperación de no poder tocarlo como quería hacer, de cierta forma me frustraba tener mis manos metafóricamente atadas a las suyas.
Sus labios pasaron directamente a mi cuello, donde besó apasionadamente dicha zona, pero no llegué a mi orgasmo hasta sentir cómo impactó sus dientes en mi piel.
Al sentir mi calor y todo aquel líquido salir, aceleró sus movimientos, hasta llegar a su cúspide.
Soltamos un extenso suspiro cansado, en busca de relajación, luego de tanta intensidad. Nuestras respiraciones comenzaron a estabilizarse, pero no pudimos evitar sentirnos cansados. Nuestras miradas seguían atentamente conectadas, por lo que se nos hizo imposible no sonreír levemente, y volver a besarnos.
Taehyung se recostó a mi lado, luego de soltar mis manos, indicándome que ya podía tocarlo libremente. Me acurruqué a su lado, posicionando ambas manos en su pecho, haciendo leves caricias sobre la tela de la camisa, así como hizo él con mi cintura desnuda.
—¿Ya te dije que te adoro?
Alcé la mirada, y sonreí enternecida por su declaración, la cual ni siquiera pregunté, sólo se expresó porque quiso hacerlo.
—Yo también, Tae— dejé un corto beso en su cuello y recosté mi cabeza sobre su pecho— mucho.
Con su mano libre acarició mi cabello suavemente, logrando desactivarme poco a poco.
—Deberíamos venir más a menudo— comentó divertido, sacándome una sonrisita.
—Quizás— respondí cerrando los ojos.
—¿Fui muy brusco contigo, linda?— cuestionó luego de respirar profundo.
Negué.
—No, cielo. Me gustó mucho— acepté con sinceridad.
—Me tranquiliza saber eso— sentí cómo bajó un poco su cabeza para verme, y luego volvió a posicionarse como estaba antes— veo que estás agotada.
—La verdad es que sí, pequeño— afirmé con voz tranquila, aferrándome más a su cuerpo.
—¿Deseas algo más? ¿Aparte de los mimos?— indagó divertido.
—¿Y si cantas una canción?
En ese instante detuvo todas sus acciones, lo cual me extrañó, a pesar de lo cansada que me sentía, alcé la mirada en busca de su expresión, intentando entender qué había dicho mal.
—¿Te incomodó mi pregunta, Tae? Lo siento— dije arrepentida.
—No, linda, claro que no— negó rápidamente— sólo que.. nunca me habían pedido esto antes.
—Te he oído cantar y tu voz me gusta mucho, lo haces muy bien.
—¿El sexo o cantar?— cuestionó burlón.
Él no desaprovecha una oportunidad para bromear.
—Ambas dos.
—Ahora me siento victorioso— ambos reímos.
—Anda, cántame algo— ordené con una sonrisita inocente.
—¿Gustas escuchar una composición?
—¿¡Tuya!?— indagué sorprendida y asintió con una sonrisa amplia— claro que sí.
—Se llama "Sweet Night".
—Creí que no sabías inglés.
—Y no sé— afirmó divertido, haciéndome reír— pero Namjoon hyung sí, traducirla fue sencillo, y aprenderla también.
—Vale, ya quiero escucharla.
Respiró profundamente antes de comenzar a cantar.
On my pillow
Can't get me tired
Sharing my fragile truth
That I still hope the door is open
'Cause the window
Opened one time with you and me
Now my forever's falling down
Wondering if you'd want me now
How could I know
One day I'd wake up feeling more
But I had already reached the shore
Guess we were ships in the night
Night, night
We were ships in the night, night, night
I'm wondering
Are you my best friend
Feel's like a river's rushing through my mind
I wanna ask you
If this is all just in my head
My heart is pounding tonight
I wonder
If you
Are too good to be true
And would it be alright if I
Pulled you closer
How could I know
One day I'd wake up feeling more
But I had already reached the shore
Guess we were ships in the night
Night, night
We were ships in the night
Night, night.
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