Han transcurrido tres días desde mi último encuentro con Taehyung.

Hablé con Jungkook, y él confirmó todo lo que escuché por la boca de aquel policía. Pero nunca mencionó nada sobre la chica que estaba con él.

“¿Chica? Eso no puede ser.”

Esas fueron sus palabras ante mi inseguridad, y decidí no indagar más sobre el tema, porque mi cabeza estallaría.

Necesitaba un tiempo a solas. No quería ver ni hablar con nadie, lo cual era imposible, porque por suerte y desgracia tengo un mejor amigo extremadamente intenso y atento que le preocupa hasta mi respiración.

El problema es que me conozco, y no me hace bien la soledad, nada bien.

Ni siquiera he asistido a clases, y estoy convencida de que Kim tampoco. Me la he pasado encerrada casi todo el tiempo en mi habitación, sumisa de mi mente, pensando todo lo que debe estar pasando entre la chica misteriosa y quien fue mi novio.

Hay algo que me asegura de que no pasa nada, pero mi consciencia siempre juega en mi contra.

Sentí mi celular vibrar por milésima vez y mantuve mi posición inicial, ni me inmuté en ver quién era. Pero las vibraciones no se detenían, es como si quien llamara estuviera pidiendo ayuda por teléfono.

Encendí mi celular, viendo más de treinta mensajes de Nathalie, lo cual me hizo fruncir el ceño confundida. Uno de ellos llamó mi atención, pues se trataba de la idea escencial entre todos los demás.

“Pasaré una semana en Busan”

Me sorprendió leer aquella información, pero no quise molestarme en responder, hay muchas cosas que me comenzaron a dar igual.

Tenía que aceptarlo, ella era más feliz con Namjoon y era obvio. Así que no tenía porqué reprocharle nada, soy mayor de edad y sé cuidarme, aunque actualmente necesite más protección y atención que de costumbre.

—Una persona menos para llamar cuando me sienta mal— susurré para mí misma y apagué el dispositivo.

Siendo honesta conmigo misma, en lo más profundo de mi corazón quería ver a alguien, no estar encerrada todo el día, porque en el fondo de mi alma yo no soy así.

Luego de liberar un largo suspiro me levanté de la cama, dispuesta a caminar un poco por las calles de Seúl, ya entiendo cuánto mal hace estar acostado cuando unos se acostumbra a una vida activa, no quería que ese problema me volviera a afectar.

♥ 착한 마음씨 ♥

Seúl como siempre, traía menos sorpresas que una novela brasileña. Aburrida de caminar y no encontrar nada que llame mi atención, decidí sentarme en un parque cerca.

El reloj marcaba las cuatro de la tarde, y no había dormido bien en lo absoluto, nunca lo consigo cuando estoy sola y menos con pensamientos que torturan mi mente.

Perdida en mis pensamientos choqué con un cuerpo, tan fuertemente, que casi caigo al suelo, de no ser por su agarre sobre mis brazos, evitándolo.

Alcé rápidamente la mirada, encontrándome con unos ojitos negros que se me hacían muy familiares, así que acepté su ayuda para así poder verlo de cerca.

—Lo siento mucho— su acento era quebrado, claramente no era coreano.

Sonreí emocionada al escuchar su voz y comprender que no estaba equivocada.

Era él.

¿Cuánto tiempo había pasado? Nunca pude sacarme su profunda voz y esos ojos oscuros de mi mente. Lo extrañé muchísimo.

—I can't believe it— dije aún sin creérmelo.

Frunció el ceño al escucharme.

—Do we know each other?— preguntó si nos conocíamos, por lo que respondí segura.

—I'm Harmieh, Félix.

Abrió sus ojos sorprendido cuando finalmente recordó quién era y no pude evitar abrazarlo cálidamente cuando sonrió de esa manera tan tierna y radiante.

Conocí a Félix en Inglaterra, cuando estudiaba, pero habíamos cambiado mucho. Él se mudó a Australia a continuar con sus estudios, mientras que yo vine a Corea.

Estaba diferente; más guapo, más alto, con cabello rubio y largo e incluso más delgado, pero seguía siendo el tierno amigo que una vez tuve en mi país natal.

—I missed you— confesó que me extrañaba.

—I missed you too, buddy— correspondí el sentimiento.

Un carraspeo detrás de nosotros nos hizo alejar de manera inmediata, para ver de quién se trataba.

—¿Interrumpo algo?— indagó con un tono celoso en su voz.

—¿Cuál es el problema, Kim?— contraataqué sin una pizca de gracia.

—¿No me presentas a tu acompañante?

Chasqueé la lengua y fingí una sonrisa.

—Taehyung, te presento a Félix— presenté fingiendo amabilidad— Félix, this is Taehyung— el Rubio observó con una sonrisita al más alto y estrechó su mano.

—Un gusto— habló con dificultad.

El pelinegro seguía con su mirada seria observando con atención al más bajo, segundos después juntó sus manos en un saludo.

—El placer es mío, Félix— intentó no ser cortante, pero no lo consiguió.

Mi amigo al darse cuenta de su frialdad, simplemente alejó su mano con una sonrisa incómoda y bajó su mirada al sentirse intimidado.

—Bien, nos vamos— indiqué y tomé el brazo del rubio para caminar.

—¿Es en serio?— habló Taehyung, deteniéndome— ¿tan rápido me reemplazaste?

Solté un momento a Félix y me acerqué al pelinegro, enfrentando su mirada.

—Nunca dije que fuera mi novio. Aparte, yo a tí no te debo respeto, y menos luego de haberte encontrado con otra chica.

Cerró sus ojos soltando un suspiro, intentando relajarse.

—No sabes quién es esa chica–

—¡No quiero saber! No me interesa— volví a tomar la mano de mi amigo para irnos— let's go, Félix— indiqué y nos alejamos, donde Taehyung no volvió a dirigirse.

♥ 착한 마음씨 ♥

El día había sido animado junto a mi estimado amigo, con quien volví a sentirme en casa gracias a la comunicación.

Había olvidado por un segundo de lo bien que se sentía hablar en inglés con alguien, ya que Nathalie no lo hacía conmigo; extrañaba mucho hacerlo.

Félix sigue siendo el mismo de hace años atrás. Animado, carismático, extrovertido y tierno. Me preguntó demasiadas cosas y me actualizó sobre su vida.

En un momento tenso me preguntó más sobre el pelinegro que había estado por un segundo con nosotros, y decidí contarle sobre nosotros, sin detallar nada.

Sólo le dije que éramos exnovios, y que habíamos terminado por situaciones personales. Me insistió en que yo lo seguía queriendo, cosa que en ese momento no pude negar.

Yo lo sigo queriendo, así cómo el aseguró seguirme queriendo a mí.

Y es que quiero creerle, pero siento que si lo escucho podría estar mintiéndome y eso me va a hacer mal. Aparte, aún tengo que procesar la información del policía.

Quiero saber la verdad, su versión, y luego sabré a quién creerle.

El reloj marcaba las nueve de la noche, y el cielo indicaba que una lluvia estaría a punto de caer.

Aún así seguimos en la calle caminando, ya que el rubio insistió en que me llevaría a casa, asegurándose de que estaría bien.

Las calles estaban vacías, lo cual era bastante extraño, ya que Seúl es muy animado.

—Where's your house?— indagó atentamente.

—There— señalé con mi dedo, indicando que faltaba poco para llegar a casa.

Sentí unos pasos detrás de nosotros, lo cual me hizo girar el rostro, verificando nuestra seguridad.

Fruncí el ceño al no ver a nadie.

—Is everything ok?— preguntó que si todo andaba bien. Asentí con la cabeza, no tan convencida, sin dejar de observar las calles supuestamente desoladas.

¡Bang!

Abrí mis ojos como par de platos y llevé mis manos a mi abdomen débilmente. Sentí algo así como un quemazo que sacudió mi cuerpo. Sentí mucho calor, sensibilidad y dolor en la zona afectada. Bajé mi mirada concluyendo con mis teorías.

Caí al suelo, sintiéndome cada vez peor, más débil y adolorida. Mis ojos comenzaban a sentirse pesados por lo que quise cerrarlos, pero antes, fijé mi mirada en una placa de motocicleta cercana a nosotros, luego cerré los ojos mientras sentí como me cargaban y corrían conmigo hacia algún lugar, donde no tenía fuerzas ni para pensar dónde estaba siendo llevada. Posteriormente todo se volvió negro.

Me habían disparado.