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♥ Dieciocho ♥

-Taehyung..- susurré para mí misma, incrédula y sorprendida.

Noté cómo RM susurró unas palabras en su oído tranquilamente, pero este se safó de su agarre de manera brusca y salió caminamos apresurado del bar, empujando a todos los que estuvieran en su camino.

Claramente estaba molesto.

Un suspiro se hizo presente por parte del rubio y me acerqué a ellos para así enterarme de todo. También me percaté de que ayudaron a Eunwoo a levantarse del suelo y retirarse del lugar como pudiera.

-¿Qué pasó?- cuestioné tan pronto como llegué a ellos.

-Taehyung es así, no puede ver que lastimen a sus amigos- comentó en negación.

Estaba impresionada por su actitud. Me pareció muy lindo de su parte, aunque no era necesario que lo asesinara a puñetazos.

-¿Qué te hizo ese hijo de puta?- alzó la voz mi prima, quien se acercaba con un tacón en la mano dispuesta a aventarlo al pervertido que me tocó y ofendió.

-Por Dios, relájate, no pasó nada- negué rápidamente antes de que cometiera una atrocidad.

-Bueno, si no te tocó no hay porqué pelear, así que..- detuvo su hablar para regresar su tacón al suelo y ponérselo nuevamente- ¿qué pasó exactamente?

-¿Puedo explicarte en casa?- imploré vagamente.

-Lo que digas, pero me cuentas- afirmó.

-Eso va, ahora sé feliz por el rato que nos queda- comenté burlonamente y ella dió media vuelta con RM para regresar a la mesa.

Tienes mucho que contarme, Finn.

Me giré viendo detrás a Jimin, le dediqué una sonrisa de agradecimiento.

-Gracias Jimin.

-¿Por qué agradeces?- indagó con una sonrisita tierna.

-¿Por el acto de defensa quizás?

-Ah- recordó dramáticamente- no es nada, no cualquiera puede tocarte- comentó- y prefiero tocarte yo a que te toque un desconocido.

-Sí, es más cómodo- afirmé siguiéndole el juego, ambos liberamos una risa pequeña- oye, ¿dónde habrá ido Taehyung?- cuestioné más seria.

-V es así- aclaró- cuando ve que puede hacer algo de lo que se puede arrepentir opta por retirarse.

No mencioné una palabra más, simplemente asentí dándole a conocer que entendía su afirmación.

-Bueno, y Jungkook..- comenzó a contar, pero se detuvo.

-No me dejes con la intriga, Jimin- pedí, o más bien, ordené.

-Se fue al cuarto de baño con tu amiga- susurró en mi oído, con un tono pervertido.

¿¡Qué!?

¿Mi Jungkookie? ¿Mi Yechannie? ¿RM? ¿Mi Nathaile? ¡¿Qué?!

Mi rostro desbordaba confusión, sorpresa, y sobre todo perversión. De imaginarme mi expresión me causa mucha risa interna.

-¡¿Qué?!- exclamé, liberando todos mis sentimientos internos.

-No he dicho que esté pasando- aclaró- pero me niego a pensar que nuestro pequeño ya haga cosas de grandes- dramatizó tristeza y fingió secarse una lágrima abstracta.

-Eres un tontito, Jimin- opiné cariñosa.

-No lo soy- negó con un pucherito en sus labios, a continuación otra sonrisa se coló en sus labios- ¿no quieres beber algo?

-No puedo hacerlo, Jimin- informé.

-¿No aguantas o te pones muy mal?- cuestionó burlón.

-Tema de salud- me limité a decir, inmediatamente su expresión sufrió un cambio volviéndose más serio.

-Oh, perdón- habló arrepentido.

-Tranquilo, no podría enojarme por eso- resté importancia.

-Y menos conmigo ¿verdad?- ladeó su cabeza de manera tierna, proporcionándome una sonrisa pequeña.

-Eres una ternurita. Mereces tener una mujer muy hermosa y especial- agregué tiernamente.

Fugazmente su expresión se volvió seria, como si hubiera dicho algo mal. Pero rápidamente se recompuso sonriendo de manera inmediata e incómoda, con la intención de alejar la tensión que él mismo había generado en ese momento silencioso.

-¿Estás bien?- cuestioné preocupada, observándolo directamente a los ojos, buscando en ellos la verdad.

-Sí, tranquila- afirmó y desvió su mirada hacia el suelo; claramente estaba mintiendo.

Pero no quise agobiarlo así que lo mejor fue cambiar el tema.

-¿Y si vamos con los demás?- propuse repentinamente. Asintió.

Caminamos nuevamente hacia la mesa donde se encontraban todos nuestros acompañantes, menos Taehyung, Yechan y Jungkook.

Traviesos.

-Armaste todo un lío, Park- reprendió Suga.

-No dejaría que se metieran con Harmieh, Min- contraatacó seriamente.

-¿Y qué pasó?- interrogó curioso.

-Me llamó ofrecida, luego de tiempo sin querer soltarme- expliqué aún molesta por haber sido antagonista de la escena que había montado el pervertido.

-Qué poco hombre- negó asqueado.

-Exactamente- suspiré intentando relajarme, mientras Jimin sobaba mis hombros suavemente.

-¿No te lastimó?- indagó Jin preocupado.

-Tranquilo, estoy bien, gracias a Jimin- expliqué para luego dirigir mi mirada hacia el mencionado, quien me dedicó una sonrisa tierna y continuó masajeando un poco las partes superiores de mi cuerpo.

Y gracias a Taehyung también.

Me sentí algo culpable por no haber hecho nada, ni siquiera haber dado las gracias por la defensa, aunque reitero que no era necesario hacerlo tan extremadamente intenso.

-¿De qué nos perdimos?- llegaron los más esperados, con esos rostros angelicales que quien no los conoce los compra.

Desvié mis ojos hacia aquella inocencia en pareja, y admito que no fue una de mis mejores miradas.

-Siéntense- invitó RM apenas los vió.

-La verdad es que ya nos vamos, Yechan tiene que irse- explicó Jungkook, ganándose finalmente un asentimiento por parte de los presentes.

-No hay problema, pequeño- negó sin darle una pizca de importancia a su explicación y luego sonreír- un placer, Yechan.

-El mío, con todos- replicó simpáticamente. Pese a ello, mi mirada continuó intacta.

-Jungkook ¿puedes llevarme a mí también?- indagué enojada, sin apartar la vista de algún punto en el suelo.

Sentía más de veinte ojos sobre mí, pero no cambié mi expresión por ninguna otra.

-Claro- afirmó con un tono inseguro.

-¿Me abandonarás?- inquirió mi prima fingiendo insulto, sé que estaba bromeando, pero en aquel momento no me apetecía escuchar ningún tipo de bromas.

-Tú estarás bien- aseguré seriamente- RM te llevará a casa a salvo- concluí y me levanté para comenzar a caminar, no sin antes despedirme de los chicos- nos vemos en la próxima.

El pelinegro comenzó a despedirse de sus hyungs y ahí fue cuando Yechan se acercó a mí para decirme algo, lo cual no le permití.

-Tú y yo hablaremos luego- avisé y continué caminando, sin dejarla ir detrás de mí.

• 착한 마음씨 •

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