♥ Diecinueve ♥
Todo el trayecto de vuelta fue bastante silencioso e incómodo. Me encontraba sentada en el asiento de atrás del auto de mi amigo; él manejando y mi amiga delante a su lado.
Me negaba a pronunciar alguna palabra.
Yechan se encontraba sana y salva en su vivienda, y ahora estaría compartiendo auto sólo con Jungkook.
Confieso que no tengo una razón exacta para estar molesta, pero no puedo evitar lo que siento.
Quizás si libero mis pensamientos pueda desahogarme yo misma y darme cuenta de qué estoy haciendo mal.
-No has dicho una palabra desde que subiste al auto- comentó seriamente mi amigo, sin apartar su mirada de la carretera.
-Tú tampoco- contraataqué sin verlo a los ojos.
Noté cómo suspiró para continuar hablando.
-Sé que algo te pasa, princesa- aseguró.
-No me pasa nada- negué- y no me llames así.
-¿Ves?- detuvo un momento el auto para voltearse a verme desde el asiento de piloto.
-¿Qué?- interrogué desganada y cruzada de brazos.
-Es obvio que te pasa algo. No me tratas así por nada; tú no eres bipolar- negó- a Yechan que es tu mejor amiga tampoco la trataste muy cortés al despedirte ¿Me dirás qué te ocurre?- volvió a cuestionar.
-¿Por qué carajos estoy molesta?- pregunté a la nada.
-Hey- me llamó con un tono suave de voz y dirigió su mano derecha a mi mejilla para así acariciarla un poco- no estoy seguro de qué te pasa, pero si hice algo mal permíteme disculparme. Sabes que nunca haría nada para lastimarte- explicó honestamente- ¿Lo sabes? ¿Princesa?
-Lo sé- afirmé con mi mirada fija en algún punto del suelo.
-Mírame- suplicó tiernamente- mira a este tonto inmaduro que tienes de mejor amigo y dime que ya no estás enojada.
Admito que no pude evitar sentirme mejor, y como resultado una sonrisa pequeña apareció en mis labios. Jungkook sonrió victorioso y me acercó hacia él para envolverme entre sus brazos y así formar un abrazo fuerte que me hizo sentir completamente feliz.
Lo que me causa estar entre los brazos de mi mejor amigo.
Deshicimos aquella muestra de amor y cariño alejándonos lentamente uno del otro. Finalmente nuestros ojos conectaron y me dedicó una sonrisa que transmitía confianza.
-Está bien. Está bien que no quieras hablar, pero ten en cuenta que, no importa qué, siempre estaré aquí, y tú siempre serás la chica que irá por encima de todos y todas ¿vale?
¿Normal haberme emocionado un poquito?
-Te amo mucho, y no quiero perderte- confesé, sintiendo mis ojos cristalizar y mi voz quebrarse.
Retiró una lágrima deslizada por mi mejilla, dejando su tacto sobre dicha zona dando leves caricias.
-Yo te amo más, y nunca me perderás. Lo juro, princesa- prometió, sin desviar sus ojos de los míos en ningún momento.
Definitivamente estaba siendo totalmente sincero.
-¿Ya quieres llegar a casa?- cuestionó curioso.
-Quiero quedarme contigo un rato- confesé.
Su hermosa sonrisa persistía plasmada en su rostro; la más hermosa que había visto antes.
-Ven, siéntate delante- pidió- iremos un rato a mi casa y luego te llevo a la tuya.
-No- negué rápidamente, haciéndolo entrar en confusión- no sería justo que des tres vueltas, aparte no quiero que conduzcas a altas horas de la noche y solo.
-Lo que ordenes, omma- habló divertido.
No importa que tan maduro sea en un futuro, para mí nunca dejará de ser un niño pequeño. Creo que más que molestia sentí tristeza al pensar que lo perdería y me reemplazaría por una novia.
-Es noona para tí- avisé burlonamente y abrí la puerta para sentarme en el asiento de copiloto y continuar conduciendo.
• 착한 마음씨 •
-Entonces ¿no pasó nada entre ustedes?
-Negativo- negó- queríamos estar un tiempo a solas, en un lugar donde no predominara mucho el ruido- explicó- y no fuimos al baño, salimos un rato del bar.
-Entonces, nuestras suposiciones fueron precipitadas- comenté.
-En efecto, bonita- afirmó- pero no niego que hubo algo- añadió.
-¿Qué cosa?
-Le agarré la mano- contestó, como si fuera la acción más complicada del mundo. Al ver mi expresión de decepción liberó una risa y negó- vale, vale, fuera de bromas. La besé.
Mis ojos parecían par de platos. Mi pequeño Jungkookie y mi Yechannie habían logrado lo que tanto deseaban en secreto, esta vez me sentía feliz por ellos.
-Muy bien, campeón- felicité fingiendo mucho orgullo- ¿en qué quedó todo?
-La convencí para así vernos nuevamente, así que tienes Jungkook y Yechan para rato- aseguró burlonamente.
-El KookChan es muy lindo- mencioné tiernamente, con un tono de niña pequeña.
-Lo es- afirmó sonriendo como todo un tonto enamorado.
-Hablaré con Channie para escuchar su versión de la historia- avisé, ganándome un asentimiento por su parte.
-Bien. Ponte cómoda, es tu casa.
-Dame una sudadera para dormir- ordené estirando mi brazo esperando la prenda.
-Anda, son tuyas- señaló el armario.
-Eres es el mejor- halagué acercándome al lugar donde se encontraban las prendas.
-Lo que digas, iré un momento a la cocina ¿quieres algo?- informó caminando hacia la puerta, donde quedó estacionado.
-¿Alimento frío y dulce?- propuse.
-Tengo de vainilla ¿va?
-Va- afirmé sonriente.
-Dile a Nathalie que no llegarás hoy o amenazará con castrarme- pidió.
-Lo haré, ella estaba muy feliz con RM en la fiesta así que tranquilo- conté.
-Entonces Namjoon hyung fue el afortunado- habló a la nada.
-¿Así se llama en realidad?- cuestioné curiosa.
-Sí, Namjoon- afirmó con toda confianza.
-Cuéntame más- pedí como pequeña.
-Pareces menor que yo cuando hablas así, Harmieh- se burló divertido.
Insultada -fingiendo insulto- me volteé quedando ambos frente a frente. Él seguía recostado del marco de la puerta y yo localizando alguna sudadera. Me crucé de brazos e hice chocar mi lengua con la pared interior de mi boca mientras lo observaba fulminante.
-Soy mayor que tú, mocoso- recordé fingiendo seriedad.
El pelinegro no pronunció palabras alguna, simplemente se acercó hacia mí, quedando a centímetros de mi cuerpo. Lo hacía a propósito para que así pudiera notarse la diferencia de alturas y burlarse como siempre hacía. Bajó su cabeza para apreciarme con mayor facilidad, y intentó contenerse para no reír.
-No lo parece- negó burlonamente, para luego pellizcar suavemente mi mejilla de manera cariñosa, y bajar al living rápidamente.
-No te abrazaré cuando te duermas- amenacé alzando la voz para que me escuchara.
-Eso dices ahora, no te resistes a mi ternura, noona- respondió desde abajo, sacándome una sonrisa acompañada de una rodada de ojos.
-Niñito de mierda- maldije divertida en un susurro. Posteriormente caminé hasta la cama, donde agarré mi celular para escribirle un mensaje a mi prima, y esperar a mi mejor amigo.
Jeon Jungkook a veces te odio, pero en instantes vuelvo a amarte, amigo.
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