♥ Cuatro ♥
-Ya llegué- avisé apenas puse el pie en la casa.
-¿Adónde estabas?- interrogó rápidamente mi prima- estaba preocupada.
-Siempre estás preocupada, Nath- me defendí sonriente- tranquila, estaba con Jungkook.
-Ah, el chico guapo- comentó pícara.
-Sí, pero que es algo inmaduro para tí, ¿recuerdas?- recordé divertida- además él está enamorado de Yechan y viceversa.
-Por mí puedes comerse, a mí no me gusta tu amigo, sólo afirmo que se ve muy apuesto- aclaró con una sonrisa de lado.
Nathalie es una chica indomable, retadora y todo un modelo a seguir; tengo el privilegio de tenerla como prima.
-Ay vamos, son tan solo tres años de diferencia, tampoco es tanto.
-Tres años biológicos, pero él es un niño mientras que yo soy una mujer- contraatacó sabiamente.
-Vale, entiendo- afirmé antes de acompañarla en el sofá del living.
-¿Quieres beber algo? Hay unas cervezas frías en el refrigerador- sugirió.
-Sabes que no bebo cerveza, Nath- negué.
-Tenía que intentarlo- comentó encogiéndose de hombros, se levantó en dirección a la cocina en busca de una bebida; llegó apenas la tomó en sus manos y volvió a sentarse a mi lado.
-¿Qué tal hoy?- indagué curiosa.
-Nada nuevo- negó luego de beber un poco- ya sabes, hombres que se creen divinos intentando conquistarte sólo porque consideran que tienes buena figura- contó.
-Si yo fuera hombre haría lo mismo, porque pienso lo mismo que ellos- comenté, proporcionándole una sonrisa.
-No tienes que ser hombre para fijarte en mí, Harm'- expresó pícaramente.
-Lo que digas- contesté con una rodada de ojos y una sonrisa- pero creo que deberías intentarlo ¿sabes?
-¿El qué?
-Conocer a alguien, salir con él y crear una nueva relación; capaz seas feliz- propuse.
-No, Harmieh- negó rápidamente.
Ella suele cerrarse al hablar de estos temas. Es la mejor chica que conozco, podría enamorar a cualquier persona en la tierra, no sólo por su increíble y bien trabajado físico, sino por sus características; su interior, su corazón. Honestamente, creo que nadie merece a una persona tan increíble como lo es mi prima, pero siento que ella necesita ser feliz; ojalá que algún día encuentre alguien tan bueno como ella.
-Nath- la llamé.
-No vine a Seoul para enamorarme, Harmieh- recordó- vine a trabajar proporcionándonos una mejor calidad de vida.
-Nath, un capricho nunca está de más.
-¿Podemos cambiar el tema?- suplicó frustrada.
-Está bien- afirmé y respiré profundo para continuar- ¿de qué quieres hablar?
-¿Qué tal tu día? ¿Por qué llegaste tan tarde con Jungkook?- fue lo primero que se le ocurrió decir.
¿Le digo la verdad?
-Paseamos por ahí- mentí rápidamente, desviado mi mirada hacia el suelo.
-No te creo- negó luego de largar una carcajada.
-¿Soy mentirosa?- pregunté ofendida, pero sí, estaba mintiendo.
-Sé cuando mientes, princesa- aseguró sonriendo victoriosa- bien, cuenta qué pasó.
Hice una mueca torcida, pensando en qué decirle; no me dejará en paz si le digo que alguien nuevo ingresó.
-Sólo fuimos a pasear en la motocicleta- repetí.
-Haré como que te creo cuando realmente no lo hago- asintió nada convencida y se levantó de su lugar- ¿quieres comer algo?
-No, gracias- negué amablemente- subiré a ducharme- indiqué.
-Vale- asintió y caminó hacia la cocina.
Subí las escaleras, dirigiéndome a mi habitación, dónde me arrojé sobre la cama sintiendo mi cuerpo pesado; cerré mis ojos e hice que mi cuerpo se relajara un poco.
¿Qué es lo peor que puede pasar cuando quieres relajarte? Que tu celular comience a sonar, asustándote por el ruido del tono de llamada.
-Mierda- susurré sobresaltada, para luego percatarme de quién se trataba. Levanté la llamada luego de leer el contacto y ver la foto en la pantalla.
-Harmieh- me llamó.
-Todo oídos, Kookie- contesté.
-Hemos quedado mañana los chicos y yo, y han votado por volver a verte- informó.
-Y quieres que vaya- completé su oración.
-¿Qué comes que adivinas?- habló burlón- ¿Vendrás?
-¿Acaso regresaremos al garaje?- cuestioné dudosa.
-No. Pero no puedo revelar dónde vamos tampoco- negó.
-Ay Jeon, esos jueguitos de ustedes me están haciendo perder la paciencia- me quejé.
-No son juegos, mañana te explicaré todo en la escuela ¿va?
-Va- asentí poniendo los ojos en blanco- nos vemos- me despedí fríamente.
-Te quiero, amiga.
-Sí, lo que digas- dije restándole importancia.
-¿Enojada?
-No, sólo cansada- negué- también te quiero, Jungkook- respondí en tono de excusa.
-Adiós- fue su última palabra para colgar la llamada.
• 착한 마음씨 •
-Buenos días- saludé al entrar a la cocina.
-Días, porque buenas mis nalgas- contestó pícara, acariciando su cuerpo con sus manos de manera pervertida.
Su acto dramático me causó gracia, negando me acerqué a ella y la abracé cortamente.
-Nadie a dicho lo contrario- aseguré luego de separarnos.
-¿Viene a buscarte el conejo hoy también?
-Sí, llegará en cualquier momento- afirmé degustando de una tostada- ¿Y tú?
-¿Sola?- respondió obvia- ¿No es obvio?
-He quedado hoy con Jungkook- avisé- no llegaré muy temprano que digamos.
-¿Qué tienen montado tú y el inmaduro de tu amigo?- preguntó burlonamente.
-Nada, Nathalie- negué seria observando el café y bebiendo un poco- también van unos amigos suyos- me detuve para observarla- deberías venir a conocerlos.
-De seguro son una banda de niños- exageró.
-Son mayores que nosotros, me resultaron interesantes, de seguro a tí también- afirmé.
-¿Cómo puedes estar tan segura?
-Conozco tus gustos, chica sexy- aseguré.
Nuestra conversación fue interrumpida por el sonido de un claxon, indicando que mi amigo estaba esperándome para conducir hasta la escuela.
-Ese debe de ser Jungkook, nos vemos luego- me despedí sonriéndole.
-Hasta luego.
-Piénsatelo- recordé antes de marcharme.
-No te aseguro que lo haga- negó, provocándome una sonrisa.
Abrí la puerta principal y como lo esperaba, estaba mi amigo frente a la casa con la motocicleta.
-¿Cómo estás?- pregunté luego de separarnos de aquel abrazo formado al quedar frente a él.
-Perfectamente, ¿tú?- contestó con esa sonrisa hermosa en su rostro.
-Comparto la emoción- afirmé.
-Bien, vamos- indicó para luego subirnos al vehículo y marcharnos.
• 착한 마음씨 •
-¡Amiga!- saludó eufórica Harin.
-¿Comiste azúcar hoy, Park?- pregunté secamente.
-Siempre soy así y así me amas, por lo que tendrás que aguantarme un día más- advirtió con una sonrisa perturbadora.
-¡Claro que no! Mejor lárgate- ordené burlonamente, fingiendo seriedad.
-Eso no me dirás cuando debutemos y dejes de verme- contraatacó con un tono más serio, haciéndome recapacitar.
Estaba a días de dejar de verla.
-Lo siento mucho, Harin, no quise-
-Está bien, entiendo- afirmó comprensivamente- al menos almorzaremos juntas hoy ¿no?
-Sí, por supuesto, todas juntas- aseguré emocionada.
-Alumnos, sentados y pendientes a mis informaciones antes de comenzar- llegó hablando rápidamente el profesor de historia que tanto detestaba.
Bufé para voltearme hacia el frente y hacer una simulación de que escucho atentamente todo lo que quiere decir.
-Bien, conocemos que la profesora de literatura está enferma, así que estamos-
-Buenos días- interrumpió al profesor y entró sin esperar un permiso, ganándose la mirada de todos sobre él, y una fulminante por parte de Choi.
-¿Por qué la tardanza, Kim?- interrogó serio.
Lentamente se giró hacia él y alzó una ceja con una expresión neutra, volvió a caminar hasta llegar a su lugar a mi lado y luego de respirar tranquilamente respondió.
-Asuntos personales- mencionó sin dar detalles.
-¿Quiere compartirlos con la clase?- volvió a preguntar, la expresión de Taehyung cambió, volviéndose fulminante sobre el profesor, noté cómo deseaba maldecirlo, pero apretó sus labios evitando cualquier comentario que podía ser usado en su contra.
-No- negó sin apartar su mirada firme sobre él.
-Que no se repita esto, Kim- advirtió.
-Qué idiota- murmuró cerca de nosotras.
-Alguien tenía que ponerlo en su lugar, sin bajar la mirada, bien hecho, Kim- felicitó Harin.
-Gracias, Harin- agradeció sonriendo levemente- llámame Taehyung, suena más lindo- dijo coqueto, guiñándole un ojo al final.
Este chico se está buscando un problema con más de un profesor en la escuela.
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