♥ Cuarenta y Uno ♠
"Fue sólo sexo."
Nunca una declaración me había dolido tanto. Y lo peor fue que no percibí ni un poquito de falsedad en sus palabras.
Lamentablemente, estaba siendo sincero.
¿Qué le costaba decirme que estaba a punto de jugar conmigo?
Y más, desquitársela con la frase: "es lo mejor para tí". No lo odio, pero no quiero intercambiar palabras con él por un tiempo.
"Porque sería una mentira"
Mintió al fingir que se preocupaba por mí, y más cuando dijo esa frase.
♥ 착한 마음씨 ♥
Le prometí a Jungkook que vendría a visitarlo, y aproveché para desahogarme con él; si una buena cualidad tiene es que escucha atentamente y ofrece los mejores consejos.
—Hey, princesa— saludó alegremente mi mejor amigo al verme frente a su puerta.
—Hey— hice lo mismo, pero desanimada.
—¿Estás bien?— indagó preocupado al notar mi ánimo.
—No— negué comenzando a sentir esa tristeza nuevamente, así que baje la mirada.
Mi amigo, comprendiendo mi tristeza, me acogió entre sus brazos y me encerró en un cálido abrazo; ese que tanto deseaba. Correspondí inmediatamente, y no pude evitar derramar una lágrima.
—Está bien— tranquilizó acariciando mi cabello suavemente— entremos y me cuentas ¿vale?— indicó y asentí.
♥ 착한 마음씨 ♥
—¿¡Que ese hijo de puta hizo qué!?— exclamó enojado luego de haberle contado.
—Me dijo que nunca le importaron mis sentimientos, y lo de anoche había sido sólo sexo— repetí.
—Espera.. ¿Te quitó la virginidad?— preguntó alarmado.
—No exactamente, hay muchas formar de hacer el sexo, Jungkook— expliqué.
—Por favor, no digas "hacer el sexo", se oye mejor decir "hacer el amor"— pidió acomodándose mejor en el sofá.
—¿Qué amor? Se dice así cuando se siente amor, no cuando te dicen en tu cara que nunca le importaste— comenté afligida con esas inmensas ganas de llorar nuevamente.
—Mira lo que provocó ese chico— negó y volvió a acercarse a mí para abrazarme.
—Ese chico es tu amigo, Jungkook— murmuré contra su pecho.
—Lo es— afirmó— pero tú eres mi mejor amiga, y nadie, nadie se mete contigo.
Al escucharlo no pude evitar sonreír y apretarlo entre mis brazos.
Amaba a ese chico.
—Gracias, Jungkookie— murmuré.
—Todo por mi princesita.
Lentamente deshicimos aquella muestra de afecto y cariño, pudiendo apreciar nuestras sonrisas.
—¿Cómo te sientes?— indagué curiosa.
—Debería ir a la playa, a ver si ese aire me ayuda— comentó— pero mejor que hace unos días.
—No sabes cuánto me duele que tengas que vivir con eso, Kookie— repliqué honestamente.
—El asma no es tan grave. Y sabes cómo soy, hago que todo se vuelva a mi favor— restó importancia.
—Pero debes cuidar tu salud, Jeon. No quiero verte fumando— ordené y rascó su cabeza nervioso— ¿Has estado fumando?
—Quizás..
—¡Jungkook!— exclamé con un tono autoritario— por eso es que estás asi.
—Tranquila. No te preocupes por mí— sonrió nervioso.
—Bien, ¿quieres ir conmigo o con Yechan? habla claro.
—Ehm.. no te enojes— suplicó.
—Comprendo— afirmé rodando los ojos— ¿cuándo?
—Esperaré a que Chan esté libre— indicó— lo que debe ser este finde.
—Hace mucho no la veo, ¿cómo está?
Suspiró rendido y bajó la mirada.
—¿Qué?— pregunté alarmada.
—La empresa les está sacando el zumo a todas, literalmente— explicó.
Mostró desde su celular, fotos y vídeos de las chicas haciendo entrenamientos realmente duros, también pudiéndose visualizarlas mucho más delgadas y a Channie casi hecha un esqueleto.
Realmente dolía verlas así. Entre los entrenamientos, la frustración, y el estrés, deben estar deseando huir de esa vida.
Mi expresión de tristeza y sorpresa lo reveló todo.
—Sí— afirmó y guardó su celular— están sufriendo.
—Pero Chan.. está terriblemente delgada ¡puede enfermarse!— exclamé desesperada.
—Cuando ella viene siempre se lo advierto, intento hacerla comer, pero ella se niega por miedo a lo que pueda pasar cuando regrese a la empresa; eso la está destruyendo, a todas.
—Jungkookie, debes evitar que algo malo le pase a Channie, así como los demás deben hacer lo mismo con sus chicas, y digo ustedes porque actualmente son más cercanos y los escucharán— indiqué.
—Lo haré— aseguró firmemente— y hablando de delgadez..— me miró detalladamente— estás comiendo menos— adivinó.
—No tengo mucha hambre últimamente— resté importancia.
—Te enfermarás si no comes, Finn— dijo amenazante.
—Lo sé— afirmé sin más— tranquilo, no te preocupes por mí— usé su frase a mi favor.
—Come— ordenó.
—Deja de fumar— contraataqué.
—Vale, lo haré.
—Me sirve— afirmé en acuerdo— ¿qué harás ahora?
—Bueno, no iba a hacer nada realmente necesario, pero he cambiado de idea— contó.
—¿A ver?
—Debo resolver unos problemitas— respondió intrigante y palmeó mi cabeza tiernamente.
—Tú y tus secretos, Jeon— reclamé.
—Tranquila, nada malo— pidió.
—Vale, me iré— avisé— un gusto verte, Jungkook, y muchas gracias— agradecí y volví a envolverlo entre mis brazos.
—No es nada, preciosa, para eso estamos.
Dejó un beso en mi mejilla y lentamente nos alejamos, yo dirigiéndome hacia la puerta principal.
—Adiós, Kookie.
—Adiós, princesa, te amo.
—Yo más.
Expresadas mis palabras, cerré la puerta detrás de mí y comencé a caminar de vuelta a casa.
♠ 착한 마음 씨 ♠
Estaba sentado tranquilamente en el lugar donde siempre he sentido paz porque nadie me acompaña y puedo pensar mejor.
Expulsé el humo tóxico fuera de mi cuerpo y me sentí un poco relajado. Pero se me hacía imposible dejar de pensar en ella.
"¡Vete!"
Sin duda la lastimé emocionalmente. Pero juro que no fue intencional, y realmente me preocupo por ella.
No quiero arrastrarla conmigo al infierno donde estoy atrapado. Ella no merece sufrir por mí.
—¡Hey!— llamó detrás de mí, una voz masculina conocida.
¿Jungkook?
Me volteé viendo al menor acercarse con rapidez a mí.
Me levanté por inercia y cuando quedo a escasos centímetros de mi cuerpo estrelló su puño contra mí rostro, dejándome desconcertado por un segundo.
Te lo tienes bien merecido, Kim
—¿Ella te contó?— cuestioné girando el rostro nuevamente hacia él.
—En efecto— afirmó enojado— ¿Cómo pudiste hacerle eso?— me empujó hacia atrás— ¡Sabes lo que ella siente por tí, y aún así la lastimas! Te creía mejor persona ¿sabes? ¿Por qué heriste a mi amiga de esa forma? ¡Y encima le dices que nunca te importaron sus sentimientos–
—Mentí— interrumpí, haciéndolo callar y quedar confundido por mi respuesta.
—¿Qué?
—Como escuchaste, mentí..
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro