♥ Cuarenta y Seis ♠
Me alejé de Taehyung lo más rápido posible, adentrándome en un callejón vacío y sin una pizca de luz. Escuchaba sus llamados, pero me negaba a responder, con algo de suerte me perdería en la oscuridad.
De manera inesperada, sentí unas manos sobre mis hombros, a continuación fui empujada bruscamente hacia la fría pared detrás de mí.
Este no era Taehyung.
Solté un quejido cuando sentí aquel dolor expandirse por mi cabeza, y nuevamente aquellas manos haciendo presión sobre mis hombros.
Por más que intentaba enfocarlo, se me hacía imposible, la poca iluminación me lo dificultaba demasiado.
Era frustrante no saber quién era el responsable de aquella actitud agresiva, y peor aún, no saber qué estaba planeando contra mí.
Tengo miedo.
—¡Suéltame!— grité con desesperación.
—¿Crees que te librarás de mí tan fácilmente?
Esa voz, esa horrible voz.
Definitivamente lo odio.
—¿Cuándo me dejarás vivir en paz, Eunwoo?— cuestioné asqueada, buscando sus ojos a través de la oscuridad.
—Cuando tu querido amigo Taehyung pague por lo que me hizo— contestó con sed de venganza.
Al escuchar su amenaza, mi cuerpo se tensó y mi mente quedó en blanco, eliminando todos los malos pensamientos que planeaba liberar contra él; no me convenía hablar demasiado.
Él no podía salir lastimado, no lo permitiría.
—No, por favor— negué suplicante— yo tuve la culpa, él sólo me defendió. Así que prefiero sufrir las consecuencias. No lo lastimes.
—Ah, conmovedor. Ahora qué? Es tu novio?— cuestionó con un tono burlesco.
—Eso no te importa.
Al escuchar mi respuesta sentí cómo retiró sus manos de mis hombros y suspiró con fuerza, como si lo hubiera enojado.
—Te arrepentirás de haberme hablado así, pequeña zorra— amenazó furioso.
Aunque no lo aparentaba, me sentía asustada. De todas maneras, él es un hombre y yo sólo soy una chica. Además estoy en un lugar oscuro y solitario, quién sabe cuántas cosas pueden pasarme; podría violarme, o en el peor de los casos, golpearme hasta morir.
Cerré con fuerza mis ojos, esperando cualquier impacto sobre mi cuerpo. Pero lo que ocurrió a continuación me sorprendió.
Un quejido se hizo presente por su parte y se pudo escuchar su cuerpo caer al suelo.
Abrí los ojos desorientada, buscando desesperadamente aquella persona que derribó a Eunwoo. Me acerqué a los que parecía ser una respiración medio agitada, y estiré mis brazos intentando tocarlo, acción de la cual me podía arrepentir, así que reaccioné y las regresé a los lados del cuerpo.
No podía sentí más temor.
Grité con todas mis fuerzas al sentir otras manos tocándome.
—Está bien, está bien. Tranquila— habló rápidamente, haciéndome callar de manera inmediata. Me acercó a su cuerpo, envolviéndome entre sus cálidos brazos— estoy aquí.
No era necesario ver su rostro para saber de quién se trataba.
—Tae..— no pude continuar hablando sin que un sollozo se escapara de mis labios.
—Está bien— me abrazó fuertemente— estás bien, no te hizo nada. Salgamos de aquí— indicó.
—Espera..— pedí antes de que se separara de mí.
—¿Qué pasa?
—Sólo no me sueltes. Por favor.
Olvidé qué tan molesta estaba con él. Necesitaba tenerlo cerca, sentirlo junto a mí, hablarle, verlo con frecuencia, hacerlo enojar, molestarlo, pasarla bien a su lado..
Sin importar lo que hubiera pasado, en lo más profundo de mi corazón seguía sintiendo un sentimiento muy bonito por él.
Complació mi petición, acariciando mi cabello suavemente con su mano libre. Podía sentir su respiración cerca de mi frente, hasta que decidió regalarme un beso sobre esta zona.
No quería moverme. Estaba demasiado cómoda.
Él me hacía sentir protegida.
—Harmieh— me llamó y alcé la mirada, buscando sus ojos a través de la oscuridad.
Cuando insisto en que no son ojos normales es porque realmente parecen un par de luceros.
A pesar del nivel de iluminación, pude verlos; observándome.
—¿Sí?
No dijo más nada, en cambio comenzó a acercarse a mi rostro, hasta que sus labios rozaron con los míos.
—Perdóname— susurró con un tono afligido— nunca te haría da–
No le permití continuar hablando.
Hice desaparecer la distancia entre nuestros labios, uniéndolos en un beso de reconciliación.
Correspondió rápidamente, regalándome suaves y tiernas caricias sobre la mejilla que rozaba con su mano libre; con la otra sostenía mi cintura.
¿Puedo pasarme el resto de mis días así?
Realmente es una sensación inexplicable.
Aquel beso no era como los anteriores.
Finalmente percibí un verdadero sentimiento en común en aquella unión.
Nos separamos lentamente al haber concluido con la muestra de cariño.
—Estás perdonado— susurré— pero no vuelvas a lastimarme de esa forma, Taehyung— supliqué.
Él sonrió ampliamente y volvió a envolverme entre sus brazos.
—Lo juro.
—Confío en tí— afirmé y me dió un besito en la mejilla.
—Vamos, nos estarán buscando— indicó y asentí.
—No sueltes mi mano, no quiero perderme en la oscuridad— comenté burlonamente.
—No lo haré— negó sonriente y entrelazó nuestras manos, para dirigirnos nuevamente hacia donde se encontraban los demás.
Pudimos salir completamente de aquella oscuridad con éxito. Me ubiqué una vez que aprecié a lo lejos la luz que aportaba la fogata.
—Allá— indiqué y nos acercamos hasta llegar a ellos.
—¿Dónde estaban?— inquirió preocupada Yechan— se demoraron mucho.
—Es lógico que fueron a hacer cosas privadas— añadió SeeA con una sonrisa pícara sobre sus labios.
—¡No!— negué rápidamente y sentí mis mejillas arder.
—¿Qué quieren que pensemos?— intervino Yoongi de la misma manera— se van misteriosamente a un lugar alejado de los demás, se demoran, y cuando regresan lo hacen alegremente y además agarrados de mano— explicó su teoría.
—No es lo que parece— renegué y el chico a mi lado sólo rió.
—Deja que piensen lo que quieran, nosotros sabemos que no fue así— me guiñó restándole importancia y se acercó a Jungkook.
Ambos caminaron un poco lejos de los demás y comenzaron a hablar sobre algo no audible para nosotros. Concluyeron su corta conversación con un choque de manos para volver con el grupo.
—¿Qué está pasando con ustedes?— indagó Yechan pícaramente, en un tono sólo audible para mí.
—Te contaré todo detalladamente después. Sólo te diré que lo perdoné— conté.
—Me alegra que hayan sabido solucionar las cosas, anda, quizás hasta terminen siendo novios— palmeó mi hombro y se fue caminando.
—No dije eso— negué rápidamente.
Ella se volteó y encogió sus hombros divertida, para regresar con Jungkook.
Puedo afirmar que me siento mejor. Él me pidió una oportunidad más y realmente espero no estarme equivocando.
Esta vez, voy a confiar en tí, Kim Taehyung.
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