♠ Cuarenta y Cuatro ♥
No estoy nada convencido del perdón tan repentino de Harmieh.
¿Por qué lo habrá hecho?
¿Qué quiere lograr con eso?
Bueno, no puedo exigir más, simplemente me alegra que estemos bien. Aunque la curiosidad me esté matando por dentro.
Siendo desde lo más profundo de mi corazón que no está siendo del todo sincera.
♥ 착한 마음씨 ♥
—Y aquí estamos— concluyó Chan— como perras abandonadas; delgadas y maltratadas, nadie nos valora.
Nos encontrábamos sentadas en un balcón luego de haber salido del área escolar, charlando sobre nuestros sentimientos y deprimentes situaciones.
—Tengo tanta rabia que podría golpear cualquier cosa en este momento— informó Harin.
—Mejor me aparto para que no me golpees a mí— contestó Heesun, moviéndose de su lado por precaución; realmente podría golpearla.
—Ojalá existiera alguna mejor forma de descargar toda esa furia interna— comentó SeeA con su mirada perdida.
Sus palabras me recordaron a Namjoon.
Es una manera de expulsar nuestras preocupaciones y furia interna de manera sana.
Sonreí ampliamente y chasqueé los dedos.
—Sí la hay— afirmé alegremente.
—¿Cómo?— indagó atentamente la rubia.
—Graffiti, amores.
Sonrieron de forma malévola al escucharme, y asintieron lentamente.
—Pero no tenemos aerosoles— recordó Heesun.
—Yo sé donde los guardan— informé.
—Entonces— la pelicorta se levantó de su lugar— no perdamos más tiempo.
♠ 착한 마음씨 ♠
El reloj marcaba las nueve de la noche, y los chicos se habían puesto de acuerdo para salir y ser graffiteros nocturnos por otra noche, así que me alisté para alcanzarlos en el garaje donde guardamos nuestras cosas.
Estando ya en el lugar tocó suavemente la gran puerta.
—¿Código de voz?— gritaron desde dentro.
—El culo sexy de Jimin— grité burlonamente desde afuera.
Sentí unos pasos cada vez más cerca, hasta que abrieron la puerta, dejándome ver al previamente mencionado. Intenté contener la risa pero no pude y este me pegó en la cabeza.
—Eres sexy, Jimin— afirmé divertido.
—Pasa, idiota— indicó— ni SeeA me vacila tanto las nalgas como tú.
—Debe sentir envidia; un novio teniendo más nalgas que una novia es algo realmente difícil de asimilar— burlé, ganándome otro zape.
—Chicos, acérquense— pidió Namjoon hyung, ganándose la atención de todos.
—¿Qué ocurre, hyung?— indagó Jungkook.
—Los aerosoles.. no están— informó alarmado.
Nos habían robado los aerosoles. Lo cual resultaba demasiado extraño, llevábamos mucho tiempo pintando y nunca habíamos pasado por un robo. A menos.. que ese robo haya sido sólo un préstamo. Observé a Jungkook, quien tenía su vista puesta en mí y ambos asentimos, imaginándonos quién podía ser el responsable de aquella falta.
—¿Crees que fueron–
—Definitivamente— interrumpí, totalmente seguro.
Esas chicas traviesas.
Harmieh es la única que sabe cómo entrar a este lugar estando fuera, Jungkook le enseñó una complicada vía.
—Debemos detenerlas— indicó Namjoon hyung— no tienen nuestra profesionalidad, podrían lastimarse o algo más.
—Deja a las chicas divertirse un rato— ordenó Yoongi hyung divertido.
—Pienso igual, podrían lastimarse— añadió Hoseok hyung.
—Bien, entonces vamos.
Espero que ya no se hayan metido en un lío.
♥ 착한 마음씨 ♥
—¡Silencio!— ordené en un susurro, me aseguré de que no hubieran moros en la costa y continuamos caminando— sigan.
Habíamos regresado a aquella casa blanca, que ya había sido víctima de Taehyung y mía, la última vez que pintamos una casa.
Menudo día aquel.
Nos detuvimos justo en la parte de la vivienda coloreada.
—Alguien ha estado aquí antes— susurró Harin.
—Sí, nos han robado la presa— afirmó SeeA.
—Esa pintura es mía— informé.
—Yo lo noté desde un principio, conozco tu caligrafía— replicó Channie y se acercó más a la pintura— ¿quién empieza?— giró el rostro para vernos.
Todas alzaron sus manos indicando que querían empezar, pero mi amiga giró su rostro nuevamente hacia el frente y agitó su aerosol.
—Hagamos arte.
♠ 착한 마음씨 ♠
—A saber donde puedan estar metidas— se quejó Jimin mientras caminábamos rápidamente.
—Te juro que cuando la vea la castigaré— comentó con cierto enojo Jungkook.
Su comentario nos sorprendió y nos detuvimos a mirarlo por un segundo, mientras el menor nos observaba con una expresión retractada.
—¿Qué dijiste?— cuestionó Jin hyung, ansioso de que lo repitiera.
—Nada— negó tímidamente— sigamos.
—¡Kook se está convirtiendo en un hombre~!— canturreó divertido el mayor de los presentes y continuamos.
—¿Dónde estarán?— inquirió Jimin nuevamente.
—Deben estar pintando una calle, dudo que tengan testículos como para pintar una casa— dudó Yoongi hyung.
—¿Seguro?— cuestioné incrédulo.
—¿No?
—No dudo nada de esas chicas— negué.
Conocía esta calle, había estado aquí antes. Mis dudas desaparecieron cuando frente a mi vista pude apreciar aquella gran casa blanca que reconocería en cualquier parte.
El día que Harmieh y yo la tatuamos.
—Aquí— caminamos cada vez más cerca, pero el sonido de una sirena nos hizo frenar en seco y dirigir nuestras miradas hacia aquella patrulla.
Observé atentamente la parte trasera de la vivienda, esperando ver salir corriendo a las responsables de la desaparición de nuestros aerosoles. Y efectivamente, comenzaron a correr en dirección contraria al de la policía, desconcertándolos y confundiéndolos.
—Por ahí van— indicó Jungkook y disimuladamente fuimos tras ellas.
La policía simplemente se rindió y se fue; flojos.
Nos subimos sobre un techo para poder asegurarnos de su dirección, y las pudimos ver escondidas en la parte trasera de una vivienda mucho más alejada de aquella previamente pintada.
—Vamos— indicó Jungkook y nos acercamos a ellas.
Bajar del techo no fue complicado, hemos saltado de lugares más altos. Un grito de hizo presente por parte de una de ellas al vernos –la novia de Hoseok hyung, para ser más específico– e inmediatamente se alarmaron.
—Aléjense o los pinto— amenazó tontamente la novia de Jimin y noté cómo Yechan y Harmieh se pegaron una palmada en la frente.
—SeeA, no son la policía— aclaró la pelicorta y la rubia se acercó a nosotros.
—Ah, pero si son los chicos— finalmente cayó.
—Aigoo, tengo a una novia bastante tontita y traviesa— comentó coqueto y tierno a la vez Jimin, acercándose a su chica.
—¿Qué diablos hacían ustedes?— regañó Jungkook, refiriéndose en especial a Yechan y Harmieh.
—¿Quién diablos eres para llamarnos la atención, Jeon? Eres menor que nosotras— se defendió su novia y este sonrió pícaro.
—En la habitación no me decías lo mismo— contraatacó sensualmente.
—Ay, basta, Jeon— intervino Harmieh fingiendo asco.
—¿Celosa?— cuestionó burlón.
—Ni que fueras Ta–
Comenzó a decir pero se retractó antes de concluir su idea. Todos la observamos intrigados y hasta pudimos completar su idea en nuestras mentes.
—¿Quién?— inquirió su mejor amigo.
—Nadie— negó rápidamente.
Pero su mirada de reojo sobre mí dijo todo lo contrario.
¿Yo?
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