♥ Cincuenta ♥
—¿Qué somos?
Su interrogante me tomó por sorpresa, pero la verdad, no lo había pensado.
¿Qué éramos exactamente?
Quedé en silencio, sin saber cómo responder. Simplemente alcé la mirada para verlo, percatándome de que él también tenía sus ojos puestos en mí. Apreté mis labios y encogí mis hombros.
—No lo sé.
—Es algo que me vengo preguntando desde el último día que vimos a Eunwoo.
Bajé mi mirada, posándola en algún punto de la habitación.
—¿Qué te gustaría que fuéramos?— cuestioné curiosa.
Podía sentir su respiración tranquila, pero noté cómo aceleró su ritmo cardíaco mi pregunta.
¿Nervioso?
—La verdad es que..— suspiró.
—¿Qué?— fijé mi mirada en sus ojos nuevamente, notando cómo observaba otro lado.
—¿Y si.. y si nos diéramos una oportunidad?— propuso.
Sonreí e hice que me viera a los ojos.
—Eso no se propone así— negué.
—¿Quieres una propuesta decente?
—Por supuesto.
Rodó sus ojos y sonrió mientras negaba con la cabeza. Almacenó el aire suficiente en sus pulmones y luego lo expulsó para hablar.
—Harmieh..
—¿Sí, Taehyung?— fingí un tono inocente mientras mi sonrisa no se desvanecía.
Relamió sus labios, y repentinamente se puso serio. Imité su acción inconscientemente.
—¿Te gustaría ser mi novia?
No puedo explicar lo que me hizo sentir en ese preciso momento. De repente, unas cosquillas invadieron mi estomago, incluso sentí un poco de nervios al escucharlo.
¿Así es como se siente estar enamorado?
—Sí— afirmé en un susurro.
—¿Uh? No escuché.
—No me hagas repetirlo.
—Oh, sí lo harás. De no ser así, me lo tomaré como un no— chantajeó.
—Vale— afirmé rendida— Sí.
—Era obvio que ibas a aceptar.
Lo observé insultada por su alardeo y quise levantarme de la cama, pero rió y me sujetó evitándolo.
—Ahora es un no.
—No, ya dijiste sí, ahora no hay marcha atrás— informó.
—Suéltame, eres un idiota— forcejeé.
—No— me acercó más a su cuerpo en un movimiento ágil y me abrazó fuertemente.
¿Tan rápido me calmé? A veces me odio por quererlo y soportarlo cuando es insoportable.
—Te odio— declaré una vez que deshice aquella muestra de afecto, sacándole una sonrisa amplia.
—No lo haces— aseguró y acarició mi rostro— sientes lo mismo que yo.
—¿Qué cosa?
—Cariño, amor..— comenzó a mencionar pero se detuvo en su última palabra y bajó la mirada.
—¿Qué ocurre?
Me observó rápidamente, saliendo de sus pensamientos y me dedicó una sonrisa pequeña. Pero noté algo más detrás de su gesto.
¿Falsedad?
No creía que me estaba mintiendo del todo, pero esa sonrisita esconde algo detrás que temo averiguar.
—No mientas. Sí ocurre algo.
—¿Cómo puedes estar tan segura?
—Porque te conozco, Taehyung, eso está claro— aseguré.
—No me conoces— negó serio.
Y aquí vamos de nuevo.
Aparté sus manos de mi cuerpo y me levanté molesta de la cama.
—¿Qué?
—Quieres una relación conmigo, eso está bien. Pero si no vas a confiar en mí y contarme qué es lo que tanto te atormenta no quiero nada— declaré.
Imitó mi acción levantándose de la misma forma y posicionándose frente a mí.
—No seas caprichosa— reclamó.
—¡¿Caprichosa?!— exclamé sumamente ofendida— ¡¿Soy una caprichosa?! Intento ayudarte, imbécil.
—¿De qué sirve contarte lo que me ocurre? Entiende que no quiero que te alejes de mí.
—¡¿Qué puede ser tan grave en la vida?!
—No te lo diré. Harmieh, por favor, entiéndeme— pidió tomando mis manos.
—Taehyung, por favor, confía en mí. Nunca me alejaría de tí— intenté acariciar su mejilla pero se alejó rápidamente y liberó mis manos.
—Eso lo aseguras porque no sabes la verdad.
Nunca he sentido tanta furia en mi vida.
—¡No puedo con esto!— golpeé la mesa de noche a mi lado— intentó descifrar tus palabras, entender a qué te refieres cuando dices que me alejaré, demostrándote, prometiéndote que no me alejaré, y tú simplemente no quiere hablar— liberé toda mi furia interna, sintiendo mi corazón latir con rapidez.
Ay no, tú ahora no.
Calmé inmediatamente mi tono y tomé aire, evitando que algo me pasara, ya que no tengo permitido sentir tanta molestia; debo calmarme.
—¿Estás bien?— cambió repentinamente de tema.
Pero ¿cómo no enojarme con él?
—No me cambies el maldito tema, Kim.
—Hablo en serio, estás pálida— se acercó un poco más para examinarme— ¿te sientes bien?
Claro que no, me estás colmando la paciencia.
—¿Sabes qué?— dije luego de inhalar odio y exhalar paz— no me digas nada.
—Si no te conociera pensaría que estás bien, pero te conozco y sé que quieres matarme por no decirte— dedujo.
Cuánta razón tienes.
—Correcto.
—No entiendo porqué quieres saberlo todo.
—Porque siempre me vienes con esa tontería de que no te conozco, y que me aleje y no sé qué. No es fácil comunicarme con alguien así.
—Que mi pasado no te afecte a tí ¿vale?
—¡A tí tampoco debería! ¿Es un error irremediable?
Su silencio lo dijo todo.
—No puedo estar más confundida ¿sabes qué? Vete ¿sí? Necesito estar sola un rato— pedí.
—¿Por qué?
—Porque en estos momentos juro que tenerte cerca me molesta un poco, o sea, no logro que mi mente piense en otra cosa que no sea tu problema irremediable del pasado.
—Ya, no te enojes conmigo— suplicó uniendo nuestros cuerpos en un abrazo, el cual rechacé.
—No puedo evitarlo, lo siento.
Su rostro inmediatamente se tornó serio.
—Bien. Me iré— indicó caminando hacia la puerta— ¿y sabes qué? Tómate la propuesta como quieras, al final, no dejarás de exigirme cosas.
—Cuidado como hablas cuando estás enojado, Kim. Las personas pueden morir por la boca— hablé seria, acercándome a él.
—No puedo evitarlo— fingió mi tono de voz, usando mis propias palabras en mi contra y giró el picaporte de la puerta para salir completamente de la habitación.
Jalé mi cabello con frustración y solté un bufido molesta.
—¿Quién carajos te entiende, Kim?— hablé para mí.
—¿Quién te entiende a tí?— gritó molesto desde el otro lado de la puerta.
—No sé porqué pierdo el tiempo preguntándote a tí cuándo puedo, fácilmente, recurrir a mi mejor amigo— advertí agarrando mi celular.
Inmediatamente volvió a girar el picaporte, entrando rápidamente y arrebatándome el celular de las manos.
—No lo harías.
—Obsérvame— quité el dispositivo de sus manos.
—No puedes hacer que las personas sean como tú quieres, Harmieh.
—No estamos hablando de eso, Kim. Yo tengo que estar segura de con quién me estoy metiendo— aclaré y marqué el número de Jungkook.
—Es inútil, él no te dirá nada.
—Es mi mejor amigo— recordé victoriosa.
—Pero es mi secreto, no lo hará.
Finalmente Jungkook levantó la llamada.
—Hola Kookie...—miré a Taehyung con una sonrisa malévola—...no, tranquilo. Oye ¿puedo preguntarte algo?...¿Puedes contarme acerca del pasado de V?....—abrió sus ojos nervioso—...oh, interesante...¿en serio? Me sirve, gracias— colgué.
Me acerqué al castaño, y sonreí victoriosa.
—Ya sé.
—Mentirosa, no te dijo nada— aseguró sin escuchar lo que me había dicho el menor.
—¿Cómo puedes estar seguro?
—No habrías reaccionado así.
—En la vida suceden cosas peores, Tae. Y lo que tú hiciste, no fue un delito— aseguré con una segunda intención detrás.
Su expresión se volvió tensa y caminó nuevamente hacia la puerta.
—Tengo que irme— avisó y salió casi volando de la casa; no agregué una palabra más.
¿Qué tanto escondes, Kim?
¿Qué es lo peor que pudo haber ocurrido?
¿Cuándo tendrás el coraje de contarme?
¿Cómo estás seguro de que me alejaré?
¿Tengo que enterarme por otras fuentes?
Demasiadas interrogantes, pero yo aclararía cada una de mis dudas, no tengo una seguridad de cómo, pero pasará. No moriré con la intriga ni la duda.
Voy a conocerte realmente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro