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♥ Cinco ♥

-De todas maneras- continuó el profesor informando- su profesora se encuentra enferma, por lo que dejará de asistir a clases; sólo serán unos días, máximo una semana- explicó detalladamente.

-¿Dejaremos las clases de literatura?- cuestionó un alumno, conocido más bien como el nerd de la clase.

-No, Lee- negó- Sabemos que en nuestra escuela sólo se encuentran tres profesores de literatura, pero no podemos asignarles a los restantes, pues los alumnos de los demás años no pueden dejar de recibir clases- aclaró.

-¿Entonces..?

-Entonces- respondió en un tono de continuación- se les asignará una sustituta, no es una profesora, y reitero que solo serán unos días. Espero que se comporten con ella, no se dejen llevar por su edad- informó.

-¿Qué tiene? ¿Quince años?- murmuré burlona, haciendo reír a Harin detrás de mí.

-¿Alguna duda, Finn?- se dirigió hacia mí dispuesto a reclamarme por mi risa; supe cómo defenderme.

-¿Cuando entra?- cambié el tema.

-Mañana mismo, así que vayan preparándose psicológicamente para recibirla- expresó seriamente- no quiero problemas.

-Ni que fuera nuestro profesor guía- comentó en negación en un murmullo, y me giré un poco para verla.

-Concuerdo- afirmé y me acerqué un poco más- ¿y si lo envenenamos?

-Sabes que me uno a cualquier plan malévolo que tengas en mente- aseguró portando una sonrisa maliciosa, la cual me contagió antes de volver a girarme hacia el frente.

Una nueva profesora de literatura; temporal y jóven, ¿me cuentan algo que me interese?

-Comiencen a sacar sus cosas para comenzar la clase- ordenó.

-Llevo dos días aquí y esa frase ya me atormenta- se quejó el chico a mi lado en un tono bajo.

Lo miré de reojo, notando cómo rodó sus ojos estresado y comenzó a sacar las cosas. No pronuncié una palabra, tan sólo opté por hacer lo mismo.

Ya con la libreta abierta iba a comenzar a escribir, pero un choque en mi codo me lo impidió.

-¡Aw!- me quejé sobándolo, noté cómo el castaño también hacía lo mismo con su codo.

-¡Mierda!- susurró adolorido.

-¿Eres zurdo acaso? ¿O lo haces para molestar?- reclamé enojada, ganándome una mirada neutra de su parte.

-No tengo ningún tipo de interés en molestarte, Finn- negó firmemente e hizo una pausa, sin dejar de observarme seriamente- tengo muchos problemas como para preocuparme por eso- finalizó para continuar en lo que hacía- y para tu información- volvió a hablar- sí, soy zurdo.

Una fuerza en mi interior quería hablarle, pero no me lo permití.

Desde que llegó está con esa energía negativa, como si estuviera molesto o pasando por algún problema personal; le sonrió a Harin por pura educación.

Una vibración proveniente de mi celular me hizo regresar a la realidad; acto seguido, leí el mensaje.

"Eso dolió"

Rodé los ojos fastidiada para luego contestarle.

"Eres una chismosa, Park"

Contesté y guardé el dispositivo, milagrosamente no fui pillada por Choi.

-La primera guerra mundial, comenzada en el año 1914, fue uno de los actos más mortíferos y violentos de toda la historia..- explicaba lentamente.

Choi Minho, te mataré en estos días.

• 착한 마음씨 •

-¿Comemos algo?- preguntó curiosamente mi amiga, con su brazo abrazando mi cuello y hombros.

-Vale, pero he quedado con Jungkook ¿sabes?- informé.

-Pero él ha quedado con Yechan- aclaró confundida, e inmediatamente la observé sorprendida.

-¿¡Cómo dices!?- exclamé sin creérmelo.

-Sí- chilló emocionada- al fin ¿no?

-Ya era hora- comenté de acuerdo- pero ¿por qué Jungkook no me dijo nada?

-Fue inesperado. Yechan le escribió un mensaje para verse a la hora de descanso- explicó.

-¿Cómo yo no lo sé y tú si?- cuestioné indignada.

-Yo tengo el don del chisme, y me envió todas las capturas de pantalla- expresó alegremente.

-¿Por qué no te vuelves periodista en lugar de ser cantante?- propuse sarcásticamente.

-Oh- vocalizó pensándolo- buena idea, así no debuto y no dejo de estar contigo, princesita- comentó alegre y posteriormente me envolvió entre sus brazos; gustosamente correspondí acariciando su cabello.

Sin importar lo frustrante que podía llegar a ser, adoraba mucho a Park Harin.

-Te quiero, amiga- expresé.

-Yo más, y lo sabes- recordó después de separarnos.

-¿Qué quieres hacer?- indagué curiosa.

Antes de que pudiera pronunciar una sílaba frente a nosotros se hizo presente la figura de Heesun, quien llegó preocupada y algo agitada.

-¿Ocurre algo?- se apuró Harin en investigar.

-SeeA está muy mal, acaba de terminar con Yeonjun- informó.

-Ese maldito hijo de-

-No lo digas, lo sabemos- negó Harin, quien tenía un santo vocabulario y era alérgica a las maldiciones.

-Sólo por tí, Park, ese chico es un idiota- negué enojada- y me da rabia que ella llorara y él saliera ileso de todo.

-No salió ileso- negó, confundiéndome.

Con el ceño fruncido dirigí mi mirada hacia ella.

-¿No?

-No, amiga- repitió- un chico que presenció la ruptura le pareció muy desagradable la escena, y se acercó para defender a SeeA- explicó tranquilamente.

-¿Él conoce a SeeA?

-No. No la defendió por conocida, la defendió como mujer, sin importar si es buena o mala; una mujer no merece que le suelten barbaridades como esas, y menos si se trata de una persona que supuestamente te quiso- comenzó a enojarse también, pero conociéndola sabía que no perdería la compostura.

-Estoy anonadada- comentó Harin, quién sólo escuchaba atentamente y en silencio la explicación.

-Lo mismo digo- comenté en acuerdo- ¿dónde está el chico ahora, y SeeA?

-El chico en la dirección. SeeA está llorando en el patio escolar- explicó nuevamente.

-Vamos a por ella- indicó Harin, tomando mi mano para caminar rápidamente hacia la afectada.

-Vayan ustedes- indiqué antes de comenzar a caminar.

-¿Qué harás tú?- indagó la pelirroja.

-Alguien tiene que agradecerle al chico el haber defendido a nuestra amiga- aclaré.

Me dedicaron un asentimiento para comenzar a caminar, y yo en sentido contrario, donde quedaba la dirección.

• 착한 마음씨 •

-Que no se vuelva a repetir este incidente, alumno- escuché cómo regañó el director, posteriormente se escucharon pasos más cerca hasta abrir la puerta, dejándome ver a una persona que claramente no esperaba.

Quedamos paralizados en nuestro lugar.

¿Tan pequeño es el mundo?

-¿Jimin?

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