𝚇𝙸𝚅↬ya eѕтá lιѕтa
- ¡Joder! - Grito en gemido por la sensación.
Malía había acabado de pasar su legua y mirándome me dio la primera lamida que hace que mis músculos de las piernas se tensen.
Antes de que volviera a decir algo, ella chupó la punta tal como llevo rato deseando. Se vuelve a alejar solo para acomodarse el cabello y volverla a meter a su gusto.
- ¡Carajo, pequeña!
Se detiene tímidamente, con un hilo de saliva entre su boca y pene. Lo vuelve a meter mientras empieza a chupar y juguetear con su legua. Llevándome al punto en que se me está haciendo difícil aguantarme. Las ganas de metérselo hasta el fondo para descubrir hasta donde llega y ahogarla, son inmensas. Tantas que junto a mi impulsiva persona se hace imposible.
Por otro lado, sus labios son suaves, y intentar pensar en eso fue peor. Porque ya no me pude resistir.
La agarró de los cabellos y obligado a mamarla a mi gusto. Se la meto hasta el final y disfruto su avergonzamiento e la forma en que me mira de tímida. Malía comienza a hacer sonidos ahogados y me detengo solo para dejarla respirar e con la misma volver, fallándole la boca, más rápido cada vez, mientras los hilos de su saliva escurren mi miembro.
Otra persona no lo hubiera hecho, otra se abría detenido, ash, yo no soy así. Los minutos pasan, robándole el aliento y yo extasiándome al máximo nivel, hasta que siento el líquido caliente salir y llenarle la boca.
- Yeonjun...- Temerosa trago y un poco salió por sus comisuras.
Su personalidad sumisa y a la vez cohibida me prendió nuevamente, me levanto e la cargo empujando su cuerpo contra la mesa a nuestro costado, importándome un carajo cualquier cosa de valor ahí. Luego con brutalidad le quito a la falda y la blusa de uniforme de la cual los botones de uniforme caen al suelo por mi impaciencia por tenerla sola para mí.
Además, ya está lista.
Abro sus piernas, me meto entre ellas y roso su húmedo coño con lo que tanto ha deseado. La castaña gime abrazándome de los hombros, clavando sus uñas, lujuriosa. Con ayuda mutua nos quitamos las partes superiores del otro que quedaban. Y finalmente tomo mi miembro y viéndola a los ojos se lo introduzco completo, de una sola estocada.
- ¡Yeonjun!
Su grito en gemido me recuerda que es virgen. Así que sin poder cumplir todas mis expectativas en el sexo, me muevo lento y suave, cuando lo único que deseo es romperla en dos. Por Dios sé diferenciar los límites.
De poco en poco, subo la rapidez con cuidado de no herirla. La escuchó jadear mi nombre de la forma más morbosa posible. Busca mi boca y nos besamos para calmarla un poco.
Termino dejándome llevar embistiéndola a este ritmo. Y nos corremos un par de veces hasta que el cansancio y la somnolencia le ganaron.
ೃ⁀➷♥ೄྀ࿐
La pequeña siesta que echamos sobre el sofá duró apenas una hora. Al igual que la anterior vez Malía se fugó de mi casa sin despedirse. En cierto punto eso se me hace extraño, mayormente es el hombre quien abandona a la chica después del sexo para demostrar que fue solo un revolcón sin sentimientos de por medio. Era lo que yo hacía con las mujeres en mis edades más hormonales, Malía había revertido los papeles. Tal vez ella misma estaba demostrando que pensaba como ese yo.
Gruñendo me recompongo en el sofá, tomando dirección al celular que yacía en el suelo luego de lo que ocurrió en la mesa. Acaricio mi sien a la par que toco el icono verde para contestar.
- ¿Yeonjunie qué tal estás?
La voz del otro lado de la línea me deja en suspensión por un tiempo. Llevaba ansieando demasiado tiempo escuchar esa voz femenina. La extrañaba un montón, tanto que mi corazón dio un vuelco de la emoción.
- ¿Mamá?
- Sí - Contestó con cierto tono agridulce - Tenía muchísimas ganas de escuchar tu voz.
- Yo también la tuya, ¿y qué tal estás? ¿Cómo va todo? ¿Te encuentras bien?
- Sí Yeonjunie, todo marcha muy bien.
- ¿En serio, no necesitas nada? - Me preocupo al instante. Mamá no es de las que llamen solo para saludar - ¿Estás segura que te encuentras bien?
- Ya dije que sí, me encuentro genial. Tanto que en unos días me dan el alta.
- ¡Eso es fantástico!
Definitivamente no existe amor tan puro como el de una madre. Mi madre lo es todo para mí. No es perfecta, tienes sus defectos como todo el mundo. Pero sabe entregar amor incondicional y cariño como nadie, sin siquiera pedir nada a cambio.
- Lo es - Rio levemente - Así que pronto me tendrás en casa, Yeonjunie. Verte es lo primero en mi lista luego de salir de este asqueroso lugar.
Al parecer le seguía haciendo rechazo al hospital. Ciertamente porque no es solo un hospital, si no, con psiquiátrico de apellido.
Explicar la razón es complicado. Pero resumiendo, es culpa de él. Todo es culpa del maldito que destrozó mi familia. El asesinato sin resolver de papá, la desintegración de mi familia, los males que todos sufrimos, la muerte de mi hermano mayor y la indiferencia del menor. Sin dudas el tiempo nos ha ayudado a superar la mierda que ha recaído sobre nosotros. Pero mamá no ha tenido mucha suerte. No ha sabido afrontar el futuro y seguir adelante. Su mente tampoco la ayuda. Y mientras el resto seguimos adelante a pesar de todo, ella se enfrasca en descubrir qué rayos pasó con papá. Porque fue testigo, pero no recuerda absolutamente nada de esa noche.
- ¿No recuerdas nada de esa noche, todavía? - Inquirí con tacto.
En realidad el testimonio de mi madre puede poner entre rejas al maldito culpable. Y nadie más que yo desea que eso pase, aunque la idea de la mismísima forma en que se está torturando mi madre no me gusta. Sí, ella necesita estar en aquel lugar para sanarse y poder salir adelante. Todos alguna vez necesitamos ayuda que no nos cuadra. Y los prejuicios a esas entidades aunque absurdos, son muy comunes. Pero no hay nada como la ayuda experta.
- No, lo siento.
- Tranquila, todo está bien.
Seguimos hablando un rato hasta que el tiempo el tiempo de llamadas se pasa y es momento de las despedidas.
Y ahora no puedo dejar de pensar en mamá. En su estado y como con una simple llamada ha demostrado su mejoría.
Aún recuerdo una conversación que tuvimos hace unos años tras perder a mi hermano mayor.
- ¿Te encuentras bien? - Inquirí luego de acercarme cuidadosamente.
La habitación estaba patas arriba. El estruendoso sonido de los objetos siendo destrozados contra las paredes y el suelo, mientras gritaba colérica, había sido mi recibimiento luego de llegar a casa de la visita a la tumba de mi hermano.
- Sí... solo estaba pensando en él - Responde con una falsa sonrisa, entre su rostro ojeroso y desaliñado, casi consumido por la culpa.
Otro dato, es que jamás ha podido pronunciar el nombre de mi padre o mi hermano luego de lo ocurrido. Una muerte sucesiva de la otra. Cada cual más asfixiante y atroz. Tanto logró consumirla.
- Él, mamá, no va a regresar. Y no tienes la culpa de lo que pasó.
- Sí la tengo, es mi culpa. Por eso merezco seguir viéndolo en aquel estado. Todo por mi culpa.
- Ese no es mi hermano, ese no es tu hijo. No estás bien, no has podido superarlo. Lo que ves no es real.
- Estoy bien – Repite con firmeza hacía mí.
- No, no lo estás. Me estás demostrando lo contrario. Es necesario que me digas que lo superaste. Pero no para mí, sino para ti misma, mamá. Seguramente crees que me mientes, pero únicamente podrás hacerlo a ti misma. El primer paso para todo lo que hemos conversando esto años es que aceptes sus muertes. Que acabes de entender que no tienes la culpa.
- ¡Sí la tengo, si recordara desde un inicio-!
- Basta, ya dije que no. Que no lo recuerdes es solo la manera que usa tu subconsciente en un afán de protegerte frente a esa situación traumática que viviste. Está bloqueando ese recuerdo para evitarte el sufrimiento diario de revivir el dolor de ese momento. Ya te lo he dicho antes y no me cansaré de repetirlo, mamá.
Y ese, ese es solo el inicio de nuestros pesares.
¿Ya entienden por qué necesito la venganza?
Y al parecer, luego de esta noche con la Agreste, estoy más cerca que nunca de conseguirla.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro