𝙸𝚇↬prιмera aмenaza
Excitación. Esa palabra por su significado se ha atribuido mayormente al ámbito erótico. Aunque no exprese más que una estimulación o activación de algún sentimiento, pasión o movimiento. Por mi parte, antes prefería usar palabras como lascivia, deseo y lujuria. Y es que mi vocabulario se ha empezado a expandir en ese ambiente. Yeonjun me ha hecho sentir cosas que no conocía. Excitarme es una de ellas.
Mi cabeza deambulando en las memorias recientes mientras escuchaba su voz en el aparato móvil, había logrado excitarme. Sí, por una llamada que ni fue video llamada. Parece irónico o hasta una broma, pero no es así. La llamada había continuado unos pocos segundos momentáneamente, aun así tuve que sentarme en la cama hasta el final.
Inhalo. Exhalo. Trato de mantener mi compostura respirando. Lo consigo hasta cierto punto en donde lo que faltaba era darme una ducha si quería dormir tranquila.
Lo que no sabía es como los monstruos de la noche volvieron. Otro episodio. El encargado luego de las pesadillas fue Taeyong. Y aunque me sentí protegida, tan pronto como cerré los ojos volvieron.
Al día siguiente estaba machacada de nuevo. La anatomía me dolía y resulta que con cada paso dado, más mal me sentía. Posiblemente después de hacer lo hecho con mi psiquiatra, esa noche de paz con él, me concibió débil.
¿Acaso todas las soluciones estaban en follarme a mi psiquiatra?
Es irónico como en mi cabeza estaba pasando de lujuria a necesidad. No quería que fuera por necesidad nuestra relación éticamente contradictoria. A pesar de lo irracional que suena querer acostarse con tu especialista, el motivo lujurioso sonaba mejor en mi cabeza. Y otra vocecita en mi cabeza, la indecisa, pensaba que era mejor catalogarla por necesidad. Esa decía como podría ser la mejor manera de justificar mis acciones.
¿Justificar mis acciones? Sé que está mal la manera en que anhelo la llegada del lunes e tener otro encuentro con Yeonjun. Antes odiaba el hecho de tener el deber de asistir a esa exposición de arte mañana, hoy me molestaba aún más. El turno hubiera pasado para el sábado, o sea mañana, ya que él no trabaja los domingos, pero no se pudo por esa celebración ¿Desear eso ya no justifica mis acciones? Para justificar mis acciones tendría más que convencer a los demás, a mí misma. Y mi manera de pensar aunque desordena, indecisa e inocente en cierto punto, sabía que no iba a cambiar. Pasó de gustarme mi psiquiatra a desearlo como la estúpida hormonal adolescente que soy.
El instinto más reconocido del país me encontraba estudiando. Cosas como esas que mi familia podía permitirse sin dificultad. El orden, pulcredad y refines excesiva del lugar causaba muchas impresiones. A nosotros, los estudiantes de segundo año ni eso nos impresionaba. Tooodos los estudiantes de aquí tiene tanto dinero como el triple de cabellos en su cabeza. Por eso cosas tan simples como tener la desdicha de ser escogida para en una obra teatral, no nos asombraba, pero si molestaba en mi caso. Estas cosas se hacen todos los años. Yo esperaba tener la misma suerte que el año pasado e no participar.
– ¡Te tocó ser la protagonista! – Festejó la de cabellos rosas mientras me zarandeaba de un lado a otro.
– No lo repitas por favor – Lloriqueo mientras me tapo el rostro sonrojado.
– ¿No estas feliz?
Eva me miró como si un cuerno de unicornio me saliera en la frente, alzando una ceja. Ciertamente es raro que la chica que adicionó para el papel protagónico se sienta desdichada de obtenerlo. Lo había hecho esperando solo cumplir con el deber de adicionar por llevarme bien con el profesor tailandés cual nombre nadie logra grabarse, por eso lo llamamos Ten como él mismo dijo ¡Jamás creí que esto pasaría!
– Puta, asquerosa y mugrienta vida – Sigo lloriqueando por el resultado.
Solo pensé como tras el anuncio todos los ojos de los demás se posaron en mí y me paralicé. Quedé estática como un árbol ¿Cómo podría actuar enfrente de todo un público? Me avergonzaría a mí misma.
– Tranquila Malía, lo harás genial – Ten me da una palmadita en la espalda sonriendo y se sube a la plataforma que era un metro más alto que el suelo de todo el público donde nos encontrábamos los estudiantes – Ya sabemos quién lleva el papel principal femenino, ahora voy a contar al afortunado.
Se hace un silencio tan dramático como Ten al mirar a todos los varones ansiosos. Mi pareja teatral estaba a punto de ser nombrada y yo me estoy pensando en cualquier excusa para decir que no puedo participar. Joder si es incómodo actuar, no quiero imaginarme cómo es besar a un chico enfrente de todo el público.
– ¡Un aplauso para Lee Jeno!
La euforia de todos los demás se hace presente. Ten nos manda a subir con él a ambos protagonistas. Mientras Jeno sonríe emocionado, yo miró al suelo, cabizbaja, sin encontrar la excusa perfecta para salir corriendo y no hacer esta mierda.
Hubo otro aplauso, este dedicado a ambos de nosotros. Luego se marchan todos, Eva recoge unas cosas que había olvidado en los camerinos y yo la espero en la salido del teatro.
– Emh, Malía…
Dando media vuelta lo encuentro. El chico que acaba de ganar el papel protagonista conmigo, rasca su nuca y me mira un poco nervioso.
– ¿Jeno qué haces aún aquí?
– Quería verte.
– Pues llegaste justo a tiempo. Desde que Eva regrese me marchaba.
– Lo sé.
– ¿Lo sabes? – Inquiero desconcertada.
– Estuve velándote, quería esperar el momento correcto para hablarte – Para en seco a para interrumpirse a sí mismo nervioso – ¡No te estoy acosando! – Chillo tornándose rojo – So-solo ahora. Nunca antes hice eso antes, lo juro.
– Está bien, Jeno, lo entiendo – Rio un poco de su actitud – ¿Qué era lo que querías contarme?
– Es que, emh, y-yo… tú… – Niega moviendo la cabeza, seguramente a sus propias ideas – Quería decirte que estoy feliz de compartir el escenario contigo, sí, eso…
– Yo también en cierto punto. La verdad es que no quiero actuar. Haré el ridículo enfrente de todo el mundo.
– ¡Claro que no! – Grita haciéndome saltar de la sorpresa, se sonroja aún más y termina aclarándose la garganta – Di-digo, claro que no. Eres una estupenda, grandiosa, hermosa… lo que intento decir es que lo harás genial.
– ¿Eso crees?
– Totalmente. Hasta voy ayudarte a conseguirlo.
– Gracias.
Le sonrió agradecida. Ese chico había conseguido levantarme el ánimo con su positividad. Ojala me marche tan bien como dice.
– De nada, Malía.
Jeno besa mi mejilla y sale corriendo por su vida lo más lejos posible. Si antes estaba roja, ahora debo ser un tomate. Quizás Eva tenga razón y le guste.
Mi momento de embelesación acaba cuando una notificación llega a mi celular y el sonido me hace volver a la realidad. Me emocioné pensado que se trataría de Yeonjun. Sin embargo venía de un número que jamás había visto. Abro el icono en la pantalla del mensaje y las letras se hacen presentes frente a mis ojos…
¿Estas lista para mi juego, perdedora?
Holis, empecé hoy nuevamente las clases. Este es mi último año antes de entrar a la universidad y tengo que mecharme más para coger una una buena carrera. Así que tendría que empezar a actualizar un día sí y un día no. Quizás saque chance y publique dos días seguidos si el tiempo me lo permite.
Gracias por leerme. A partir de ahora la historia va tomando forma. Espero les guste y cuídense mucho🫶🏻💜.
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