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Profundo aguacero remete en la cubierta de la familia Agreste. Tirada sobre mi lecho leo un libro cualquiera de mi colección. Por mis audífonos la melodía de Love is gone de Slander y Dylan Matthew me acompaña. Inhalo la tranquilidad del ambiente y limpio algunas lágrimas escurridísimas. La canción crea un fuerte nudo en mi pecho. Y en un afán por mantenerme fuerte solo pienso que en cambiarla. Un perfecto ambiente para mi cumpleaños.

Happy Brithay to me! Ya son los diecinueve y la etapa de prueba se ha terminado.

Un enérgico sonido sobresalta entre la música elevada en mis oídos. Frunciendo el ceño me deshago de los aparatos en mis oídos, regresando a la ida real.

– ¡¿Dónde carajos está ella?!

Apenas son consiste del bullicio tras mi puerta cuando sin previo aviso es abierta de sopetón. Confundida veo a Lizzy sostener el brazo de mi madre Cora, Jungkook agarrando a un Jin con cara furiosa por los hombros, Sunoo se abraza a las piernas de Taeyong mientras este último y su gemelo clavan una mirada agria cual limón en mí. Y para rematar, Chris respira frenéticamente con los brazos a cada costado en puños.

– ¡Sarah no!

La nombrada por mi hermana mayor se abre paso entre todos ellos que antes la cubrían, a pasos atropellados e mirada fulminante se dirige en mi dirección y con la mano abierta sin pudor ninguno la estrella en mi mejilla.

– ¡¿Cómo pudiste?!

Me encuentro en un estado que no soy consciente de que mi alma siga en mi cuerpo a la par de mi palma va al lugar del impacto. Asombrada y sorprendida mis ojos son abiertos como cuencas.

– ¿Qué está pasando? – Tartamudeo.

– ¡Todavía te atreves a preguntarlo!

La misma mano es alzada y cierro los ojos esperando el impacto que nunca llega. La paz se marcha junto a la tranquilidad. La armonía que subyacía junto a mí es remplazada por el choque como energúmeno de mi corazón con mi caja torácica, estremecida, y sin siquiera entender, me mantuve hasta que la voz de mi padre me hizo abrir los ojos.

– Malía… – Me llamó su voz suave.

No entendí cómo logró pasar de esa fase de alteración enfrente a la puerta a esa tranquila, sin embargo, así se encontraba Chris Agreste agarrando la mano que casi rosaba mi cachete. De sus bolsillos sacó un sobre blanco que extendió en mi dirección en total silencio.

– Ábrelo.

– ¡No!

El grito de la mayor Agreste de los hermanos hizo que los pelos se me pusieran de punta. Esta vez quien intercambio una mirada fue Kook conmigo mientras negaba con la cabeza. Igualmente ya era tarde, mis temblorosas manos sostenían aquel papel que su simple fachada me entraban ganas de salir corriendo.

– Tu padre dijo que lo abras, Malía – Ordenó Sarah con voz rabiosa.

Asentí sin dejar de ver aquella cosa en mis manos. Frote con mis dedos la textura intentando darme unos ánimos a hacerlo.
Cuando finalmente lo hube conseguido, pasmada sostuve las tres fotografías en mis manos. Shockeada, estremecida, analice a mi persona en las imágenes. No había que mirarlas tanto para ser un darse cuenta. A la perfección me delataban teniendo sexo con Yeonjun.

Me fue imposible pronunciar palabra alguna, también intentar levantar la cabeza.
Intenté ponerme de pie pero mi madre me empujo al suelo de otra golpiza que ni mi padre pudo prevenir.

– ¡Eres una malnacida! ¡No mereces ser una de nosotros!

Sollozando en silencio cubrí rostro. Mi madre continúo pegándome por donde me cogiera pero no me importó por mucho que dolieran.

Había otro sentimiento en mí ahora. Era humillación. Estaba siendo humillado enfrente a mi familia de la peor manera. Desear desaparecer de la faz de la tierra o el simple deseo de no haber nacido se quedaba corto para lo que estoy experimentando.

– ¡Ya no eres mi hija!

– ¡Sarah basta!

La voz imponente del cabeza de la familia fue lo único que la detuvo. Ella retrocedió y él se acercó hasta mí. Me ayudó a ponerme de pie y pasó su mano cariñosamente por un mechón de mi cabello tras mi oreja.

– Hija mía yo no quería pero-

– Lo sé, papá. Sé lo que tengo que hacer… - Respondí débilmente.

– ¡No! – Gritó Sunoo entre lágrimas, pero de solo hacer el intento de ir hacia mí, su madre, Cora, lo agarró – No noona, no… por favor... no.

– Lo siento. Siento si eso fue mi lado egoísta. Perdón incluso si aún es tarde.

Apretando los labios para retener las lágrimas me disculpe tanto de esa manera con él como con todos los demás y en medio de un silencio sepulcral comencé a preparar la maleta. Sí, tenía que irme. Había destruido el honor de mi familia. No merecía estar donde estoy y según la tradición, había perdido mi apellido e cualquier derecho a permanecer junto a ellos.

– Malía no lo hagas... – Intervino Lizzy acercándose a nosotros.

– Y-yo tengo que hacerlo unnie. No hay escapatoria – Solté entumecida por tanto dolor junto.

– ¡Eso no es justo! Tú no tienes la culpa de haberte enamorado de un imbécil. Papá no lo permitas… - Le habló al mayor intentando buscar a apoyo de alguien más de la familia.

– Lizzy aléjate de esa “desconocida”.

Escuchar ser nombrada de esa manera por tu propio hermano mayor en quien más confiabas y quieres con tu vida, destroza por dentro. Puedo asegurar que fue lo más doloroso que he escucha con mi vida. De cualquiera más podría soportarlo pero de Jin, mi Jin, no, no, no, esto es soportable.

– ¡No te atrevas a llamarla así! – Le gritó Kook empujándolo para ayudarme en lo que fuera.

Me falta el aliento, tampoco estoy lista y con apenas una maleta con un par de ropas soy empujada por Sarah al exterior donde llueve tanto como en mi interior. Lizzy y su pareja se interponen ante todos.

– ¡Si ella se va nosotros también! – Gritan juntos.

– No hagan eso.. – Sin embargo salió de mi boca como un susurro que se lo lleva el aire.

– No interfieras en esto Jungkook. No eres un Agreste. Esto no te incumbe – Le reprende hastiada Cora – Y Lizzy deja de hacer tonterías. Sabes a la perfección que si te marchas con ella perderás tanto tu apellido como “esa”.

– Si tanto te importa un apellido más que tu propia familia se te lo puedes meter por el culo ¡Se lo pueden meter todos ustedes! – Le gritó de vuelta la chica del grupo.

El menor de todos rompió en llanto más alto que todos. Y por más que esa pequeñita persona seguía tratando de ir hasta mí fue sostenida por los gemelos. Esos que por más de ser diferentes no dejaban de mirarme de esa misma forma. Esa tan decepcionada que me arrancaba el aire de los pulmones.

– Bien, podéis ustedes dos ir con “esa” hasta que la encaminen lejos de nosotros. Ella jamás podrá ser alguien de provecho después de esto – Escupió nuevamente con desprecio Sarah.

Chris ni nos miraba. Tenía la cabeza ladeada hacia otra dirección. Por mucho de ser el líder de la familia no tenía voz para esa decisión. Esa maldita tradición es mucho más mayor que él. Quizás sea uno de los pocos que me apoya pero no puede mover la mano hacia mí, no para quemarse la palma como lo están haciendo Lizzy y Kook.

Literalmente estando hecha una mierda escuche en silencio con la cabeza bajada los planes de la pareja con la idea que tenían razada para mí en la parte delante del coche. Ya no me salían sollozos, pero no mejoraba mi situación. Seguía siendo un grifo abierto en un cuerpo de una denigrada persona que no debía ni nacer donde lo hizo. La muerte sería lo más piadoso que podría tener el destino conmigo. Solo ella podría parar todo esto que me consume como la llama de una vela expuesta al viento frio de diciembre.

– Malía tomarás el primer vuelo a los Ángeles. Te quedarás en nuestra casa y Kook partirá hacia allá mañana para estar junto a ti.

– Lo siento Malie, hoy no puedo irme sin ver a unos amigos con los que hablaré para que te cuiden allá – Se disculpó un apenado Kook.

– Yo marcharé con ustedes la semana que viene. Voy a intentar hacer a papá volver en la razón. Verás como todo se resuelve.

Asiento sabiendo perfectamente que por muy insistente que sea no va a lograr arreglar nada. No obstante, no puedo estar más agradecida con ambos. Son os únicos que están aquí apoyándome. Los otros ni tan siquiera se despidieron de mí. Total, soy una desconocida para ellos.

Es increíble como los años que hemos transcurridos juntos todos solo sirvan para por un simple error termine siendo olvidada cual perro callejero ¿Tan insuficiente siempre se trató mi relación con mi hermanos? ¿Acaso fui a única que los quiso de verdad?

Puede una persona perder toda su validez como un billete de cinco pesos al ser cambiado por uno igualitico pero con un rayón ¿Acaso lo que está roto nunca vale para nada?

Ya en el aeropuerto me siento cansada. No hay una palabra que no pueda olvidar. Kook y Lizzy se habían marchado luego de dejarme lista para partir lejos ¿Es posible que este ya sea el final definitivo de esta Malía? Esa tan estúpida que le ha pasado todo esto por albergar sentimientos bonitos en su pecho ¿Desde cuándo querer se volvió delito?

Uno ya no puede confiar en nadie ni aferrarse a alguien por muy bueno que parezca. Deberíamos estar adaptados a estar solos, porque en definitiva, vamos a terminar así. 

Los altavoces anuncian mi vuelo y me levanto como sombra de mi fría silla, agarro la maleta y tomo la dirección al lugar indicado para abordar el avión con pasos pesados. Fue solo entonces cuando él apareció, y su voz fue lo suficiente para detenerme.

– ¿A dónde crees que vas sin mi autorización, pequeña?

Aconteció cuando apenas fui capaz de percibir algo. Yeonjun me abrazó por detrás y junto a un cálido beso en mi nuca, bajó todas las insuficientes defensas que me quedaban.

– Yeonjun…

Murmuré girándome para quedar enfrente suyo, abrazarlo y dejarme recaer en él. Estaba tan débil que caer por él era tan fácil como resbalarse en el suelo helado.

– ¿Ves lo que pasa cuando no me tienes contigo, pequeña? Por esas cosas debes permanecer junto a mí, ¿entiendes? Solo yo puedo tenerte. Nunca nadie te querrá como yo.

Me aferré mucho más fuerte a su pecho, sintiendo la calidez que emitía su cuerpo al envolver al mío. Asentí y mis pies fueron despegados del suelo. Me condujo con mucho cuidado a su auto y fue precisamente ahí donde sin tenerla ni deberla, utilizó un pañuelo que con un olor raro que pegó en mi nariz.

–  Eres tan mía que sin darte cuenta acabas de pertenecer a lo que yo quiera. Y yo quiero terminar el plan – Son las últimas palabras que suelta antes de que yo pierda la conciencia completamente.




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Sorry por el atraso. Hice el cap bien largo para compensar el tiempo perdido. Disfrútenlo plis y díganme que les parece todo esto de ahora.

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