Era un viernes ajetreado.

Había una larga fila en la panadería. Vivian había puesto un cartel de descuentos en la tercera unidad y todo el mundo había llegado a comprar pastelillos y panes recién horneados. Por suerte también había personas que encargaban pasteles de cumpleaños y Vivian ya los tenía preparados y listos para vender. 

Jungkook, al ver a todas esas personas festejó mentalmente y las atendió con una sonrisa en la cara. Vivian pensaba que Jungkook trabaja muy bien, era dedicado y eso la confortaba... al menos era lo menos que podía pedir luego de convivir con esa vieja que le había robado todo el dinero. 

Horas más tarde, cuando los clientes se dispersaron y dejaron la panadería casi vacía, Jungkook se encargó de cerrar. Vivian tenía la cara reluciente de contar tanto dinero. 

— Es posible que este mes pueda darte unos treinta dólares de aumento, Kook. 

— ¿De verdad? — preguntó él mientras limpiaba el piso. 

— Claro, déjame hacer cuentas y la próxima semana te lo confirmaré. — le dijo ella mientras guardaba el dinero en la caja registradora. — Mientras tanto, ten tu paga semanal. — y le tendió un sobrecito — lamento darte tanto cambio pero esta semana estuvimos recibiendo muchos billetes pequeños. 

— Gracias, no importa. — le dijo dejando el trapeador a un lado. Se quitó el delantal verde y se acomodó su suéter. Se puso su campera que lo hacía ver como un oso y se despidió de Vivian. 

La noche no estaba muy linda y pronto se largaría a llover. Jungkook caminó unas cuadras lejos de su casa y entró al supermercado para comprar las palomitas que llevaría mañana a la casa de Taehyung. Compró también ramen para calentar cuando llegara a su casa y unas galletas para desayunar al día siguiente. Pagó y fue a su casa otra vez. 

— Hola, cariño — lo saludó su mamá que estaba limpiando el piso, al parecer se había caído un vaso con agua porque el piso estaba todo mojado. — Intenta no pisar o ensuciarás todo otra vez. 

— Claro. — susurró y fue a la cocina, se encontró a su papá intentando reparar la cañería del agua. — ¿Se rompió?

— Sí ¡Fue un desastre! — le contestó su papá. Jungkook fue a poner su ramen en el microondas — ¿puedes pasarme el destornillador? 

Jungkook se lo tendió y su padre sacó la mugre dentro de la cañería. 

— Jungkook será mejor que termines de comer y vayas a bañarte, cortaré el agua luego de eso. 

— ¿Es muy grave?

— Vamos a tener que llamar a un plomero. — contestó su mamá desde el comedor — Se rompió el grifo de la cocina y tapó la cañería de ahí abajo. — ella se frotó una mano en la frente y susurró para si mismo — ¿Cómo diablos vamos a pagarle a un plomero? 

Jungkook estaba viendo su ramen dar vueltas dentro del microondas; le había dado mucha tristeza escuchar eso. Contratar a un plomero no sería barato así que sacó el sobre de dinero de su bolsillo y fue con su mamá para dejarlo sobre la mesa. 

— Págale con esto, no lo necesito. — y volvió a la cocina para que su madre no se negara a aceptar el dinero. Punto y final. 

Si Jungkook podía ayudar con lo que tenía, lo haría. No había problema, después de todo la próxima semana recibiría su paga con un aumento. Podía dejarles ese dinero a sus padres para que pudieran pagar el plomero y arreglar la cocina, eso era más importante que el dinero.